Las versiones modernas deL NUEVO TESTAMENTO y sus fuentes textuales
Por Mario Virgolini
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"Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús" (2Ti 1:13)
"Si alguno enseña otra cosa, y no asiente á sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina que es conforme á la piedad; es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas" (1Ti.6:3-4)
INDICE
3.Las citas de los padres de la iglesia.
4.Análisis de algunos cambios.
5.Breve examen de la crítica textual en los editores modernos.
El deber establecido por nuestro Dios en las Santas Escrituras de guardar Su Palabra (Sal.119:4; Jn.14:23; Ap.3:8) comprende no sólo el mandato de obedecerla sino también de preservarla. Las advertencias al respecto son claras e insistentes respecto de los tiempos proféticos de carácter peligroso que vivimos (1Ti.4:1-2; 2Ti.3:1 y 4:1-5). Debemos pues ser precavidos, velando por traducciones fieles, al mismo tiempo que rechazar y denunciar toda versión o revisión de las Escrituras que afecte la pureza y el sentido original del texto bíblico (Sal.12:6).
Conforme el Señor lo anticipara proféticamente, al influjo de teologías modernistas (Judas 1:4) y con el argumento de actualizar el lenguaje y hacerlo más accesible al pueblo, en la segunda mitad del siglo XX nuevas traducciones o revisiones de las antiguas versiones tanto en castellano como en inglés y otros idiomas, introdujeron serios errores y omisiones en las Escrituras.
Así ocurrió con la Revised Standard Version, publicada en USA en 1952 a partir del trabajo de un comité de traductores de franca tendencia modernista que, utilizando los textos críticos, eliminaron referencias bíblicas a la Divinidad del Señor Jesucristo haciéndolo aparecer como mero hombre. (1)
Hasta los años 1960, el pueblo evangélico de habla castellana usaba comúnmente la Versión Reina-Valera en su edición revisada del año 1909, grandemente valorada por la riqueza de su lenguaje y la fidelidad de su traducción respecto al texto autorizado y a la sana doctrina. La Revisión de 1960 (RV1960) que entonces Sociedades Bíblicas Unidas promovió en reemplazo de la anterior, actualizó el lenguaje pero, al mismo tiempo, produjo una serie de cambios de forma y contenido que afectaron la pureza de las Santas Escrituras.
Por una parte, se introdujeron títulos dentro del texto, en contraste con breves sentencias en los márgenes que tenía la Antigua Versión de 1909, favoreciendo que el lector desprevenido crea que los tales pertenecen a los originales, con lo cual serían considerados inspirados del Espíritu Santo y con tanta autoridad como el texto mismo. Ello transgrede el mandato de no añadir a la Palabra (Dt.4:2). Además muchos de tales títulos son erróneos, cuando no sospechosos en sus cambios de tendencias modernistas, (por ejemplo quitando toda referencia al Mesías sobre Isaías 53 y Miqueas 5). (2)
Otro de los cambios en la Revisión de 1960 es haber eliminado la identificación (con tipo bastardilla) de las palabras auxiliares o complementarias. Estas no están en los originales aunque son requeridas por el traductor para completar la frase o el sentido de la expresión, pero haciendo advertencia al lector, por medio de la bastardilla, se previenen errores de interpretación, cosa que la Revisión de 1960 no cuidó.
Finalmente la Revisión 1960 introdujo numerosos cambios que afectan doctrinas; por ejemplo, mientras la Versión Antigua dice en Lc.2:22: "Y como se cumplieron los días de la purificación de ella...", la Revisión de 1960 puso "la purificación de ellos ". El Texto griego Bizantino lee "autés": de ella, y esto concuerda con Lv.12, que establece la purificación de la mujer que da a luz. La Revisión de 1960 sigue otros textos griegos (3) que leen "auton": de ellos, lo cual contradice Lv.12 y abre la puerta a diversas interpretaciones, incluida la modernista que incluiría al niño Jesús en la purificación, lo cual afecta la santidad de la naturaleza humana del Señor.
Versiones posteriores están basadas en otros textos, abandonando el Textus Receptus (TR) del Nuevo Testamento a favor de textos "críticos" como el de Westcott y Hort (WH) que introdujeron unos 5000 cambios; seguidos por Nestle, Aland y otros, con el argumento de basarse en manuscritos más antiguos, como el Sinaítico y el Vaticano, pero no por ello más autorizados, pues contienen desvíos y errores respecto al texto entonces aceptado.
Entre tales versiones modernas en castellano, podemos mencionar sucesivas revisiones de la Versión Reina-Valera particularmente la Reina Valera Actualizada (RVA) publicada por Editorial Mundo Hispano, la Versión Popular (VP) en 3 ediciones distintas realizadas por Sociedades Bíblicas Unidas (SBU), la Biblia de las Américas (BA) y la Nueva Versión Internacional (NVI) editada por la Sociedad Bíblica Internacional. Por su parte, la nueva revisión de 1995 de la Versión Reina Valera (RV 1995) de SBU en su Edición de Estudio, contiene numerosas notas al pie de página que introducen dudas o directamente cuestionan el propio texto traducido cuando éste sigue al TR, en aquellos pasajes en que los críticos modernos aceptan el texto de WH o derivados.
En un análisis comparativo de las Versiones en
castellano, Rex Cobb (4) toma una selección de 1084
pasajes del Nuevo Testamento, los cuales compara con el Textus Receptus, concluyendo con
un porcentaje de concordancia o armonía de las versiones con dicho texto que se menciona
en el cuadro. Cabe aclarar que se trata de una estadística basada en textos seleccionados
y no en una muestra representativa del Nuevo Testamento. Se destaca un gran salto
estadístico de diferencias a partir de la Reina Valera Actualizada, y las siguientes
versiones mencionadas, todas ellas basadas en los textos críticos. Con respecto a la
edición de 1909, del pequeño número de variaciones halladas por Cobb con respecto al
TR, el 43% de las mismas coinciden con la traducción original de Reina del año 1569, y
la gran mayoría de ellas son intrascendentes. Por otra parte, deben destacarse los
fundamentos textuales y doctrinales que van en apoyo de algunas de estas variantes. Por
ejemplo en 1 Pedro 2:2, la RV1909 dice: "
en salud", palabras que no
se hallan en el TR ni en el texto bizantino mayoritario. Sin embargo se encuentran en el
papiro 72 y en La Vulgata. También fueron incorporadas tempranamente por Casiodoro de
Reina en su traducción de 1569, Valera las conservó en 1602, y están en las revisiones
de 1858 y 1862.(5) Por otra parte, el sentido del texto
en cuestión se encuentra en plena armonía con la sana doctrina.
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Dos aspectos se destacan en el análisis que vamos a realizar de los cambios en los textos:
1.Los manuscritos.1.El método de traducción.
2.La fuente textual utilizada.
Hay esencialmente dos tipos de traducción: (1) la literal, que también se conoce como traducción por equivalencia formal; y (2) la idiomática, también conocida como traducción por equivalencia dinámica o funcional, que es la que ha dado origen a la Versión Popular (VP). Ello ha dado lugar a que en muchas oportunidades el traductor se aparta del texto para introducir una interpretación propia del mismo, ajena a la sana doctrina.
En cuanto a la fuente textual, mencionaremos las oportunidades en que los traductores modernos han utilizado un texto diferente del Textus Receptus (TR), particularmente los textos críticos basados en Wescott & Hort (WH) Todas las versiones modernas del N.T. se basan en este último texto. La 4ª Edición del N.T. griego de SBU (1993), editado por una comisión compuesta de católicos, protestantes y ortodoxos griegos, es destacada por las SBU como un texto en el cual "no hay preferencias o prejuicios de un grupo confesional". Lo que podemos deducir de su examen es que se han tenido en cuenta las preferencias de los teólogos modernistas y las variantes que no afecten las doctrinas católicas conforme al pensamiento ecuménico contemporáneo. Trataremos de demostrar, con la ayuda de la evidencia disponible hasta el momento, que la elección de tales textos parte de premisas falsas.
Las evidencias que mostraremos sucintamente a favor del TR a partir de estudios y recopilaciones hechas por varios autores, serán:
1.Los propios manuscritos hallados,
2.las traducciones antiguas de las Escrituras
3.las citas de los llamados padres de la Iglesia
Se han encontrado unos 4.500 manuscritos antiguos en griego conteniendo partes del Nuevo Testamento. No obstante, se considera que hubo numerosos deslices y correcciones en los copistas del N.T. (6), calculándose unas 200.000 variantes, de las cuales 10.000 tienen alguna significación. Estas variantes son en su mayoría intrascendentes, que han dado lugar a la omisión o traslocación de letras, errores de gramática, empleo de palabras similares y cambios de posición de palabras (Hopkins).(7)2.Las traducciones antiguas.De los 3 primeros siglos, sólo se hallaron unos 100 fragmentos en papiro (siglos I al III). Los manuscritos en pergamino encontrados serían de épocas más tardías. Los más antiguos serían unciales (escritos en mayúscula) de los cuales se hallaron unos 300 mss. (s. IV a VIII), mientras que de época medieval se hallaron 2800 mss. en cursiva (se considera la escritura cursiva a partir del s. IX) y 2300 leccionarios (mss. medievales destinados a la lectura eclesiástica anual de la Iglesia Bizantina). Sin embargo no puede tomarse definitivamente el material como base de datación, pues se han encontrado manuscritos en pergamino anteriores al siglo I (Qum Ram) y existen evidencias de su uso en la iglesia primitiva (2 Ti. 4:13). Hay también 5 manuscritos antiguos casi enteros del Nuevo Testamento:
A: Códice Alejandrino (s. V) B: Códice Vaticano (s. IV) C: Códice de Efrem (s. V) D: Códice de Beza (s. IV-V) Aleph: Códice Sinaítico (s. IV)La diversidad de copias ha sido agrupada en familias o tipos de texto. Los principales son:
Alejandrino: Tipo de texto originario de Alejandría (Egipto), que comprende un pequeño número de manuscritos (mss. en papiro y varios mss. unciales). Los principales son el Códice Sinaítico y el Códice Vaticano. Bizantino: Comprende casi todos los mss. cursivos y leccionarios. Además se calcula que el 95% de los unciales siguen este tipo de texto y también pueden hallarse en los papiros numerosas lecturas distintivas del texto bizantino (Watts, M.H.; Sturz, H.A.). Tanto las traducciones antiguas como las citas de los tempranos padres de la iglesia van mayoritariamente en apoyo del tipo de texto bizantino,(8) el cual fue la base de las primeras impresiones del texto griego que conformaron el TR y de las traducciones de allí derivadas en tiempos de la Reforma.
3.Las citas de los padres de la iglesia.Se dispone de traducciones del Nuevo Testamento que datan del s. II en siríaco, latín y copto. La versión siríaca llamada Peshitta, hecha alrededor del año 170 de la era actual, sigue muy de cerca al TR. Tuvo que haber sido traducida de mss. griegos del tipo Bizantino que se usaban entonces.
Las versiones en latín Itala (siglo II) y la Vulgata (s. IV) son cercanas también al Textus Receptus. San Jerónimo tradujo la versión Vulgata, que vino a ser la versión oficial de la Iglesia Católica, entre los años 382 al 400 d.C. En latín disponemos en total de unos 8.000 mss.
4.Análisis de algunos cambios.Numerosas citas del Nuevo Testamento están contenidas en los escritos de los Padres de la Iglesia: Ignacio de Antioquía, Policarpo de Smirna (s. I-II), Justino Mártir, Ireneo de Lyons, Tertuliano, Hipólito (s. II), Clemente de Alejandría (s. II-III), Cipriano, Orígenes (s. III), Eusebio de Cesarea, Atanasio, Agustín (s. IV) y otros, los cuales, pese a citar de memoria muchas veces, siguen en general de cerca al tipo de texto Bizantino.
El presente trabajo se limita al Nuevo Testamento del cual se han seleccionado unos pocos textos de los muchos que han sido alterados, sobre la base de que dicha modificación afecta doctrinas básicas de la fe cristiana. Se han agrupado los textos conforme las principales doctrinas afectadas.
1.Cambios que afectan las Doctrinas de la Deidad del Señor Jesús y Su Nacimiento Virginal
En el pasaje de Lucas 1:34 referido a la anunciación angelical a María del nacimiento del Señor Jesús, donde la RV1909 registra: "Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? porque no conozco varón", la VP traduce: "-¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?". Con ello los editores quitaron la mención explícita de su estado virginal, afectando con esta traducción una de las doctrinas más caras al cristianismo bíblico: el Nacimiento Virginal del Señor Jesús.
No es casual, pues en coincidencia con el rechazo a esta doctrina por los teólogos liberales, intenciones similares de traducción se expresan también en otras partes de la Escritura. Para mencionar una referencia importante del Antiguo Testamento, en Isaías 7:14 donde leemos "la virgen concebirá, y parirá un hijo, y llamará su nombre Emanuel", es traducido "la joven está encinta" (VP) y "la joven concebirá" (NVI). Los traductores modernos sostienen esto diciendo que la palabra hebrea (almah) se aplica "a una muchacha joven, en edad de contraer matrimonio o incluso casada" (RV1995 Nota al pie). Sin embargo, los traductores de la Versión de los Setenta en el siglo III AC. entendieron que el término se aplicaba a una mujer virgen, y así lo tradujeron, y de esta misma forma se registra la cita en el Evangelio de Mateo 1:23.(9) Cabe consignar que los editores de la RV1995 agregaron otra nota significativa de su posición doctrinal, en la cual, refiriéndose a la traducción de este texto en la Versión de los Setenta, dice que "de este modo, el texto de Isaías se enriqueció con una perspectiva mesiánica que no poseía en su forma original". ¿Querrán con ello decirnos que las profecías de Isaías acerca del Mesías prometido son en verdad una construcción histórica posterior? Descubrimos así incluidas como notas en las propias páginas de la Biblia RV1995 las más claras doctrinas modernistas.Hemos señalado que la RV1909 sigue de muy de cerca al Textus Receptus (TR). En los casos que siguen, resaltamos las variaciones en que los traductores modernos del Nuevo Testamento se han apartado del TR basándose en otras fuentes textuales, los llamados Textos Críticos.
En Lucas 2:33 y 43 en lugar de decir "José y su madre" las versiones modernas (incluyendo en el primer caso a la RV 1977) dicen: "el padre y la madre de Jesús"; "los padres" o "sus padres", con lo cual, aunque José en sentido legal lo era para los judíos, no era el padre real o biológico del Señor Jesús.
A este respecto, Ruckman señala que la lectura "José y su madre" que corresponde al TR se encuentra en un manuscrito del siglo VIII, en dos del s. IX y en uno del s. X., además de casi todos los textos del tipo Cesareo y en la Antigua Versión Latina. Fuller indica que la lectura moderna proviene de Jerónimo, usando el texto corrupto Aleph y B (OReilly, A., op.cit.).
En el mismo sentido puede interpretarse la eliminación del verbo adorar, en textos donde la acción referida tiene como destinatario al Señor Jesucristo y su reemplazo por otras expresiones, como rendir homenaje, postrarse, arrodillarse, ponerse de rodillas, en Mt. 2:11 (VP), Mt.9:18 (RV1960, RV1977, RV1995, RVA, VP, BA, NVI), Mt.14:33 (VP), Mt.20:20 (RV1960, RV1977, RV1995, RVA, VP, BA, NVI) y Mr.5:6 (RV1960, RV1977, RV1995, VP, BA, NVI). La palabra griega proskuneo, se encuentra en todos los manuscritos disponibles (Ruckman) y es la que más frecuentemente se utiliza para expresar adoración en el Nuevo Testamento. El vocablo proskuneo aparece 60 veces en el Nuevo Testamento, en todas las cuales fue traducido adorar en la RV1909, dirigiéndose a Dios, a Cristo, a los demonios, a la Bestia, a los ídolos, etc. y sólo en un caso se aplicó a un hombre (en la parábola de Mt.18:26). Por otra parte, para postrarse o arrodillarse se utilizan en griego con frecuencia otros términos: pipto, prospipto, gonupeteo, etc.
¿Por qué los editores de las versiones modernas -incluyendo en varios casos a los de la RV1960- prefirieron eliminar la palabra adorar cuando se aplica a Cristo y reemplazarla en esos casos por otra traducción? Es evidente que un acto de reverencia externa como el traducido por estos editores, no implica necesariamente adoración, término que refiere a un acto que legítimamente sólo debe dirigirse a Dios.
Las versiones modernas omiten numerosas palabras, frases y hasta versículos enteros, basándose en el texto griego editado por Wescott y Hort y similares. ¡Así la NVI omitió 17 versículos completos del Nuevo Testamento!.
Como ejemplo podemos citar Hechos 8:37 que dice en la Versión Antigua, conforme al TR: "Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: creo que Jesucristo es el Hijo de Dios", y que fue eliminado en RVA, VP y NVI. Una nota en la Biblia de Jerusalén (BJ) dice: «El v. 37 es una glosa muy antigua conservada en el texto occidental y que se inspira en la liturgia bautismal». La VP tiene una nota que dice: "Algunos mss. añaden el v. 37", la BA señala al pie de página: "Los mss. más antiguos no incluyen el v. 37" y la RV1995: "El v.37 no aparece en diversos ms." Sin embargo, muy por el contrario, existen evidencias antiguas de este versículo. Aunque no se encuentra en el Texto Mayoritario, podemos hallarlo en el ms. uncial E (siglo VI-VII), en la versión Itala (s. II) y en la Vulgata (s. IV) y es citado por Ireneo (año 180) y Cipriano (250). También Tertuliano (s. II), Paciano (370), Ambrosio y Agustín (s. IV) conocían el versículo. El texto griego de Berry apoya al TR, indicando la familiaridad que tenían los editores del siglo XVI con la antigua evidencia de este versículo (OReilly, A., op.cit.).
Otra omisión que afecta la doctrina de la Deidad del Señor Jesucristo se encuentra en Jn.3:13: "Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo", donde se eliminó "que está en el cielo" (RVA, VP, NVI), texto que da cuenta de la Omnipresencia de Cristo.
En apoyo al TR podemos mencionar a Jerónimo (s. IV) que en su Vulgata Latina también traduce "Filius hominis qui est in caelo". Burgon señala que todos los mss. griegos de Juan 3 contienen esas palabras, con la excepción de cinco de ellos, así como también se encuentra en todas las versiones latinas y siríacas, la copta, etiópica, georgia y armenia. Entre los padres cuyas citas refieren al TR, menciona a Hipólito (s. II), Dionisio de Alejandría, Novaciano y Orígenes (s. III); Artibrose, Afrates el Persa, Atanasio, Agustín, Basilio, Crisóstomo, Dídimo, Epifanio, Hilario, Jerónimo, Lucifer, Teodoro Herad (s. IV); Cirilo de Alejandría, Marius Mecator, Nonnus, Paulo obispo de Emesa, Teodoret, Teodoro Mops, Victorino (s. V); Severo (s. VI); Anfilocus, Cosmas y Juan Damasceno (s. VIII).
También en 1ª Ti.3:16, donde se puso "Él" o "Cristo" en lugar de "Dios ha sido manifestado en carne" (RVA, VP, BA, NVI), elimina la identificación de Jesucristo con la Deidad.
De 254 manuscritos griegos conteniendo el pasaje, 252 presentan el término "Dios" como en el TR; dos leen "hos" (el cual), lectura que utilizaron las antiguas versiones, y ni uno contiene "Cristo". El más antiguo manuscrito uncial en favor de "Dios" es el Códice A (s. V), seguidos por los unciales K, L y P (s. IX). A ellos se añaden en apoyo 29 de los 32 leccionarios de la Iglesia Bizantina. Todas las ediciones griegas del Nuevo Testamento (Jiménez de Cisneros, Erasmo, Beza, Estienne, Elzevir) leen "Dios" El texto es citado de la misma manera por Ignacio, Bernabé e Hipólito (S. II), Diodoro de Tarso (m. 370), Gregorio de Nisa (m. 394), Juan Crisóstomo (m. 407), Atanasio, Cirilo de Alejandría y Eutalio (s. V), etcétera. Tan sólo uno de los Padres de la Iglesia, Gelasio de Cisicus (476), se opone al texto como aparece en el TR. (OReilly, A.: op.cit.). (10)
En Ap.1:11 los editores de RVA, VP, BA y NVI, desestimando al TR, omitieron: "Yo soy el Alpha y la Omega, el primero y el último", términos que hacen referencia a la naturaleza eterna del Hijo de Dios. Por su parte, los editores de RV1977 y RV1995 ponen dudas sobre la autenticidad del pasaje al marcarlo entre corchetes o al señalar en nota al pie que "en diversos manuscritos no aparece".
La RVA, VP y NVI eliminaron de su texto el pasaje de 1ª Jn.5:7-8 que habla de la Santísima Trinidad: "Tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y hay tres que dan testimonio en la tierra: el Espíritu...". Consta una nota al pie de página en varias versiones modernas que citan esta variación (RVA, VP, BA, NVI, RV1995) y dice en VP que "algunos mss. latinos añaden " y en la NVI que "se encuentra en mss. posteriores de la Vulgata, pero no está en ningún ms. griego anterior al siglo XVI".
Este tan conocido pasaje y tan cuestionado por los críticos se encuentra en verdad ausente de la mayoría de los mss. griegos. No obstante, fue encontrado en el Códice 61 (s. XV-XVI), conservado en Dublin y conocido como el manuscrito Montfort, en el Códice Ravianus (s. VIII) y en los márgenes del ms. 88 y el 629. En apoyo del pasaje se encuentra el texto de la Versión Itala del siglo II, incluyendo el ms. r (s. V-VI) y el "Speculum". Los padres que citan este pasaje son Tertuliano (s. II), Cipriano (s. III), Prisciliano, Idacius Clatus (s. IV), varios escritores africanos del s. V y Casiodoro (480-570).
Muchos consideran que esta omisión representa la influencia de Orígenes y algunos de sus seguidores, quienes no aceptaban la doctrina de la Trinidad. "En la Vulgata Latina aparece una nota relacionada con las palabras que faltan en algunos manuscritos, y dice que en los escritos de los llamados Padres de la Iglesia aparecen los versos 7 y 8 tal como están en la Vulgata y en la Reina-Valera. La mencionada nota atribuye la omisión que se encuentra en algunos manuscritos a los arrianos, que prevalecieron por espacio de cien años, desde fines del siglo III y la mayor parte del siglo IV, quienes no creían en la Trinidad. Las palabras relacionadas con la Trinidad que los críticos impugnan ahora, estaban en el N.T. en el año 170 D.C. cuando tradujeron el siriaco Peshitta y en el manuscrito del N.T. que San Jerónimo tuvo en sus manos cuando tradujo la versión Vulgata, allá por el año 390 D.C. Los manuscritos en que no aparecen son los posteriores a esta época, y esto demuestra que el Apóstol Juan escribió las palabras en cuestión, y que alguien las dejó fuera porque así convenía a los que enseñaban lo contrario" (Fernández, D.). (11)
La autoridad de estas fuentes, juntamente con las dificultades gramaticales que surgen en el texto si el pasaje es omitido, ha sido suficiente para asegurar su lugar en la mayoría de las ediciones del Textus Receptus, adonde indudablemente pertenece (OReilly, op. cit.).
2.Cambios que afectan la doctrina del sacrificio vicario y expiatorio de Cristo sobre la Cruz y la virtud de Su Sangre.
En 1ª Co.5:7 " porque nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros" se omite "por nosotros" (RVA, BA, NVI); al igual que en 1ª P.4:1 "Pues que Cristo ha padecido por nosotros en la carne", las versiones modernas omiten también estas dos palabras (RVA, VP, BA, NVI), señalando sólo el padecimiento del Señor pero quitando la referencia a que ese sacrificio fue hecho por causa y en sustitución de los pecadores.
También en Heb.1:3 donde dice: " habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo " se omite "por sí mismo" (RVA, VP, BA, NVI)
En Col. 1:14 "En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados", los editores de RVA, VP, BA y NVI eliminaron "por su sangre" además de otros cambios. En RV1995 la nota al pie dice: "En diversos manuscritos no aparece: por su sangre". No pasa desapercibido que tal cambio contribuye a tratar de quitar una doctrina que ha sido tradicionalmente rechazada por los teólogos liberales. Ruckman atribuye esa omisión a seguidores de Orígenes, quienes pensaban que la redención y de allí la salvación, dependían del perdón de los pecados obtenido por vía confesional, no por la sangre de Cristo. Indica además que los testimonios a favor del TR datan a partir del s. II (OReilly, op. cit.).
El tan conocido versículo de Mateo 18:11: "Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido" no puede hallarse en VP y NVI pues fue omitido. El versículo está atestiguado por todos los mss. unciales conocidos, excepto Aleph, B, L y por todos los mss. cursivos excepto tres.(12) También testimonian del versículo las antiguas versiones Itala, Peshitta, otras siríacas, copta, armenia, etiópica, georgiana y eslava. La Vulgata también lo incluye en su traducción: "venit enim Filius hominis salvare quod perierat" De los padres que citan el versículo, Burgon menciona los siguientes: Tertuliano (s.II); Orígenes (s. III); Ambrosio, Agustín, Crisóstomo, el papa Damaso, Hilario, Jerónimo, Teodoro Heraclio (s. IV). Burgon añade que el versículo era leído en la Iglesia de Oriente en los días siguientes a Pentecostés, desde los comienzos. ¿Por qué entonces fue quitado o cuestionado en las versiones modernas?Debe destacarse la armonía que existe entre todas estas omisiones y cambios del texto que dieron lugar a las ediciones griegas de WH y derivadas, respecto al pensamiento predominante en muchos teólogos que, particularmente desde mediados del siglo XIX y con insistencia hasta el día de hoy, vienen negando doctrinas fundamentales de la fe cristiana.
3.Cambios que afectan la Doctrina de la condenación eterna de los impíos.
En Marcos 9:44 y 46 leemos que repite: "Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga" Ambos versículos fueron omitidos en VP, RVA y NVI. La RV 1995 Ed. de Estudio contiene notas al pie de página que cuestionan el texto señalando una probable añadidura por parte de los copistas: "El v. 44 (y 46) no aparece en diversos ms. Probablemente, los v. 44 y 46 fueron incluidos en el relato por influencia del v. 48". Así también la versión RV 1977 coloca dichos textos entre corchetes. Los versículos fueron omitidos en los mss. Aleph y B (Sinaítico y Vaticano). Sin embargo la Vulgata incluyó entonces ambos versículos en su traducción y Ruckman señala que los mss. A, D, K, X, Z, Pi y la mayoría de los mss. Bizantinos apoyan la Versión Autorizada.
En Filipenses 1:28 dice: " que a ellos ciertamente es indicio de perdición", y en 2 Tes. 1:9: "Los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor "; en cambio VP y NVI traducen en ambos casos "destrucción" (también BA en el segundo caso), dando lugar a la errónea doctrina del aniquilamiento de las almas. Cambios similares ocurren en 2 P.2: 3 y 12 y en Ap. 17:8.
4.Cambios que van en apoyo de falsas doctrinas católicas.
Ello no es casual, dada la participación de eruditos católicos en los Comités de traducción de Sociedades Bíblicas Unidas y la participación de la iglesia romana en el financiamiento y distribución de la VP editada por SBU.
Por ejemplo, donde decía en Mateo 1:25: "Y no la conoció hasta que parió á su hijo primogénito: y llamó su nombre JESUS.", la VP dice: "Y sin haber tenido relaciones conyugales, ella dio a luz a su hijo, al que José puso por nombre Jesús". Este cambio en la traducción permitió quitar de en medio el testimonio bíblico que contraría la doctrina católica de la perpetua virginidad de María. Las versiones modernas coincidieron en quitar la palabra "primogénito" (RVA, VP, BA, NVI), en armonía con WH y en contraposición al TR. La RV1977 puso el término entre corchetes y la RV1995 señala las variantes en nota al pie. Sin embargo, Burgon indica que sólo tres mss. unciales, Aleph (Sinaítico), B (Vaticano) y Z, y dos cursivos omiten "primogénito". Ruckman señala que la palabra se encuentra en los mss. de la familia Egipcia (C), Occidental (D) y Bizantina. También se encuentra en el Diatessaron de Tatiano, una traducción siria de los Evangelios (aprox. 170). Burgon cita la Vulgata (13), la Peshitta y otra versión siríaca, la etiópica, armenia, georgiana, y eslava en favor de la lectura del TR. Cita también a los siguientes padres que testifican del vocablo: Tatiano (s. II), Ambrosio, Atanasio, Agustín, Basilio, Cirilo de Jerusalén, Crisóstomo, Dídimo, Efraem Sirus, Epifanio, Gregorio de Nisa (s. IV), Isidoro Pelus, Proclus (s. V) Juan Damasceno (s. VIII), Focio (s. IX).
Lo mismo puede decirse en cuanto a 1 Timoteo 2:5 donde la Versión Antigua dice: "Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre ", la VP traduce: " un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús", lo cual abriría la puerta a una mujer mediadora: y con ello la también falsa doctrina católica de la intercesión de María. Nuevamente la Vulgata, temprana versión oficial de la Iglesia Católica, atestigua en contra de esta intención.(14)
Al considerar los textos precedentemente citados, hemos observado cambios introducidos por las versiones modernas que están en la dirección de socavar la base de doctrinas fundamentales. Aunque las doctrinas están apoyadas por numerosos pasajes de las Escrituras, la alteración de algunos de ellos manifiesta esta intención de debilitar los fundamentos de dichas doctrinas, en armonía con el pensamiento de los revisores y traductores, y al mismo tiempo afectar al conjunto, generando dudas sobre la autenticidad y autoridad de todos los libros.
También hemos observado precedentemente numerosas e importantes evidencias textuales y argumentos muy fuertes que van en apoyo de la Versión Antigua o Reina Valera de 1909, y de su base textual -el Textus Receptus- de donde se tradujeron y revisaron esta y otras versiones fieles de las Escrituras. Al peso de los argumentos documentales, se añade el hecho de que tales variantes textuales y traducciones concuerdan con la sana doctrina, recibiendo en consecuencia el apoyo de todo el armonioso cuerpo doctrinal de las Santas Escrituras.
5.Breve examen de la crítica textual en los editores modernos
Según el criterio explicitado por Sociedades Bíblicas Unidas (15) respecto a la crítica textual (16), se tiene por cierto que:
qLos mss. antiguos son mejores qUna lectura respaldada por una mayoría de mss. no necesariamente es la mejor. qLas lecturas variantes que se conocen en zonas geográficas distantes son mejores a las más locales
Conforme este criterio los críticos de SBU rechazan la evidencia de que el TR está respaldado por una abrumadora mayoría de mss., con el argumento de que lo que importa es la antigüedad de los mismos, y prefieren en consecuencia basarse en unos pocos mss. más antiguos, los cuales difieren enormemente del resto.
Aunque la mayor antigüedad de esos manuscritos sea cierta, debe importar más la antigüedad del texto que contiene, y se pasa por alto que el TR es mucho más antiguo, como hemos visto.
La base del texto griego del Nuevo Testamento de Westcott y Hort es, fundamentalmente el contenido en los manuscritos conocidos como Sinaítico y Vaticano. Al respecto señala Burgon que "tanto el manuscrito Sinaítico como el Vaticano constituyen textos del tipo que suele denominarse corrupto. Con esto se quiere indicar que no sólo constituyen obras incompletas, sino que además han sido objeto de alteraciones que invalidan sustancialmente su valor." (17)
¿Cuál es según los eruditos de SBU la lectura probablemente original?
qLa más breve qLa más difícil qLa que más se adecue al estilo y vocabulario del escritor qLa lectura que más se ajuste al contexto
¿Por qué suponen que la lectura más breve es la mejor? Es bien conocido que los copistas solían incurrir en errores no intencionales de omisión, y ello nos llevaría a concluir lo contrario de lo que afirman las SBU. Sin embargo, suponen que los copistas añadían intencionalmente pasajes. ¿En base a qué evidencia obtienen esta conclusión?: Si es sobre la base de algunos escritos añadidos en los márgenes o sobre el texto original de algunos manuscritos, ello puede representar en ciertos casos correcciones frente a las omisiones mencionadas. Si es sobre bases especulativas (los copistas pudieron añadir textos para mejorar el estilo o la teología), no estamos ante evidencia alguna. (18)
El hecho de que manuscritos antiguos no contengan ciertos textos y aparezcan en otros más modernos, no debe llevarnos a concluir que fueron añadidos, pues es muy factible que antes hubiesen sido omitidos, máxime con las pruebas que disponemos de la antigüedad de esos textos por traducciones antiguas o citas en otros libros. La maravillosa armonía de las Escrituras no debe atribuirse a obra de hombres que acomodaron mejor los textos en tiempos posteriores, como afirman los racionalistas que niegan la inspiración, sin reparar en que dicha armonía es una evidencia del carácter sobrenatural de la Biblia, del Un Espíritu que la inspiró.
Por otra parte, nada dicen las SBU sobre posibles omisiones intencionales, que como veremos seguidamente, pudieron dar origen a manuscritos alterados del siglo IV por influencia de escuelas de pensamiento derivadas de Orígenes(19), Marción(20) y otros. Es precisamente la evidencia interna la que debe llevar a descartar algunos textos como fuente autorizada; tal es el caso de los Códices Sinaítico y Vaticano.
El Sinaítico y el Vaticano son textos corruptos
Los textos de la familia Alejandrina tienen sustento en algunos de los padres , de los cuales los más famosos son Orígenes (185-254), que dirigió la Escuela de Alejandría durante doce años y Cirilo (376-444), patriarca de Alejandría. La historia de la iglesia revela que muchos notorios herejes vivieron en esa ciudad de Egipto (21) incluyendo algunos gnósticos como Basilides, Isidoro y Valentín.(22)
Estos manuscritos presentan un reordenamiento de palabras que dan idea de una revisión. B.H. Streeter estima que el editor pudo haber sido un obispo egipcio llamado Hesychius. (23)
Los dos más importantes representantes de esta familia textual, son los Códices Sinaítico y Vaticano, los cuales son extremadamente pobres en calidad, como veremos a continuación.
El Códice Vaticano omite casi todo el Génesis (Génesis 1 a 46:29), extensas porciones de Samuel, Reyes, Nehemías y Salmos, partes del Evangelio de Marcos, las cartas a Timoteo y a Tito, parte de la carta a los Hebreos, entre otras omisiones y añade libros apócrifos como Tobías, Judit o la historia de Bel y el dragón. Asimismo en Job presenta adiciones en unos 400 versículos de acuerdo a las enseñanzas de un discípulo del hereje Marción. "Con todo -afirma Vidal Manzanares-, no acaban ahí las relaciones entre este texto y los herejes. Sus puntos de contacto con la teología origenista en pasajes que niegan la divinidad de Cristo es demasiado frecuente como para que pueda tomarse como casual." (24)
En relación con el TR, contiene 7.578 divergencias.(25) Su importancia, sin embargo, es enorme ya que unas nueve décimas partes de las alteraciones del Nuevo Testamento griego en relación con el Textus Receptus derivan de este manuscrito.(26)
En el caso del Sinaítico, aparece toscamente escrito y lleno de errores de transcripción tales como dejar fuera líneas enteras del original.(27) De hecho, nos encontramos con un documento en el que realizaron modificaciones no menos de diez escribas diferentes a lo largo de un periodo no inferior a setecientos años.(28) Como señaló Tischendorf, su descubridor, el Sinaítico contiene no menos de catorce mil ochocientas alteraciones."
Además, el Sinaítico y el Vaticano ni siquiera son coincidentes entre sí. El Vaticano contiene cerca de ocho mil alteraciones y el Sinaítico cerca de nueve mil en relación con el TR pero esas variaciones ni siquiera son las mismas en los dos manuscritos. El Sinaítico y el Vaticano discrepan entre sí literalmente en miles de lugares (3000 veces sólo en los Evangelios). En el setenta por ciento de los versículos de los Evangelios, el Sinaítico y el Vaticano discrepan.(29)
Tomando en cuenta que la mayoría de los manuscritos correctos de esa época perecieron por causa del uso, la buena condición en que se encuentran estos dos unciales, permite suponer que fueron rechazados como defectuosos y por lo tanto no usados por la iglesia primitiva. En apoyo de esta conclusión está el hecho de que muy pocas copias fueron efectuadas a partir de ellos, lo cual lleva a sospechar que los escribas de entonces dudaron de su valor y que posiblemente los tempranos cristianos ortodoxos conocían que eran corruptos.(30)
De allí que los textos representados por el Sinaítico y el Vaticano son: (31)
1.Tardíos y posteriores a buen número de las primeras traducciones del Nuevo Testamento a lenguas populares.
2.Poco fiables por su carácter corrupto y alterado.
3.No coincidentes con la aplastante mayoría de los manuscritos que, en todo o en parte, recogen el texto del Nuevo Testamento griego. (32)
4.Discrepantes incluso entre sí en un número considerable de casos.
5.Muy influidos por corrientes heterodoxas de autores como Marción u Orígenes.
El Textus Receptus es mayoritario, más antiguo y confiable
La primera edición impresa del Nuevo Testamento en griego fue realizada por el Cardenal Primado de España Francisco Jiménez de Cisneros, texto que formaba parte de la Biblia Políglota Complutense impresa en 1514, pero que no circuló hasta 1522. El texto griego resultante de su labor en la cual consulta códices antiguos, refleja el Texto Bizantino. Desiderio Erasmo publicó poco después su primera edición en 1516 (realizó 5 ediciones, la última en 1535), obra que realizó basándose en 6 o 7 manuscritos griegos representativos de la familia Bizantina (el más antiguo del siglo X) que comparó entre sí y con la traducción latina. En las dos últimas ediciones incorpora algunos cambios a partir de la Políglota Complutense. A Erasmo siguieron las ediciones de S. Colineo (1534) basada en Erasmo y en el Nuevo Testamento griego Complutense; y luego Robert Estienne (ediciones de 1546, 1549, 1550 y 1551) -la de 1550 se conoció como Edición Real y la de 1551 fue una reimpresión de la anterior en la cual apareció por primera vez la actual división en versículos numerados. Más tarde continuaron Teodoro Beza que publicó el texto griego de Estienne con algunos cambios (1565, 1582, 1588 y 1598) y los hermanos Elzevir (1624, 1633 y 1641) que siguieron la edición de Beza de 1565, con pequeños cambios de sus últimas revisiones. En total hubo unas 30 ediciones distintas del TR que difieren ligeramente entre sí.
Las ediciones de Beza, especialmente la de 1598 y las dos últimas ediciones de Estienne fueron las fuentes principales usadas en la Versión Autorizada inglesa de 1611. El texto de Elzevir vino a ser conocido a través de Europa como el Textus Receptus o Texto Recibido y, con el curso del tiempo, ese título vino a asociarse en Inglaterra con el texto de Estienne de 1550. Las ediciones de Estienne, Beza y Elzevir presentan sustancialmente el mismo texto, y las variantes no son de gran significación y raramente afectan el sentido.(33)
Como hemos visto, el Texto Bizantino es un texto mayoritario, pues alrededor del noventa por ciento de los manuscritos del Nuevo Testamento que han llegado hasta nosotros coinciden con esa familia textual de la cual se conforma el TR.
La antigüedad del TR anterior a los Códices Sinaítico y Vaticano, se prueba porque sirvió de base para las primeras traducciones del Nuevo Testamento y porque fue el mayormente citado por los llamados Padres de la Iglesia en los albores del cristianismo.
En pleno siglo IV, el TR siguió siendo preferido a textos como el Sinaítico o el Vaticano que ya existían. Así la versión gótica (S. IV); el Códice W de Mateo (S. IV-V) y el Códice A (S. V) siguen el TR.
Efectivamente, durante el siglo IV, cuando el texto Bizantino tomó preeminencia, la iglesia fue bendecida con excepcionales maestros como Metodio (260-312), Atanasio (296-373), Hilario de Poitiers (315-367), Cirilo de Jerusalem (315-386) y Gregorio Nacianceno (330-394). Estos y otros como ellos, participaron en la formulación de la doctrina ortodoxa y en ratificar el canon del Nuevo Testamento. También se consagraron al estudio del texto, y tuvieron la ventaja sobre los críticos posteriores, de contar con el acceso a muchos tempranos manuscritos invalorables, que con el tiempo perecieron. La emergencia de un texto predominante de este período es altamente significante, lo cual evidencia que fue entonces considerado como el texto autorizado.(34)
El TR fue asimismo la base para la inmensa labor en favor de la difusión y lectura de la Biblia que se inició a principios del S. XVI. Fue el texto utilizado por la Biblia Políglota Complutense (1514-1522) y, posteriormente, por las traducciones bíblicas de Lutero al alemán (1522), de William Tyndale al inglés (1525), de Olivétan al francés (1535), de Coverdale (1535) al inglés, de Reina al castellano (1569), de Karoli al húngaro (1602), de Diodati al italiano (1607), del Rey Jaime al inglés (1611) y de Almeida al Portugués (1681) entre otras.
Que así fuera tiene una lógica indiscutible. Los eruditos, los reformadores, los teólogos -que no pocas veces tuvieron que arriesgar su vida y sus bienes- optaron siempre por el texto mayoritario, el TR, como base para su estudio, su enseñanza y sus traducciones del Nuevo Testamento.
¿Por qué Westcott y Hort prefirieron el Sinaítico y el Vaticano como base de su texto del Nuevo Testamento griego en lugar del TR?, pregunta Vidal Manzanares. ¿Qué les llevó a tomar una decisión así que contradecía la lógica, el conocimiento y la historia del cristianismo a lo largo de casi dos milenios?
La respuesta está en que Westcott y Hort sostenían una teología modernista o liberal. En armonía con ella, ambos autores negaban la inspiración e inerrancia de las Escrituras y asimismo las doctrinas más importantes de la Escritura como la de la divinidad de Cristo o la de su sacrificio expiatorio.(35) Es decir, estamos ante una base de pensamiento no cristiano (pseudo que en el fondo es anti-cristiano), propicio para encarar una traducción de las Escrituras que niegue sutilmente las verdades reveladas. Y esta ha sido la base de todas las versiones modernas del Nuevo Testamento que promueven las SBU, la SBI y otras editoriales, e inundan las librerías cristianas en todo el mundo.
A esta altura, es necesario hacernos la pregunta del salmista: "Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?" (Sal. 11:3).
La respuesta es una: Volver a las fuentes, a aquellos fundamentos firmes de la Palabra de Dios, los cuales debemos guardar y retener. Y ante el avance de tantas versiones portadoras de errores y confusión, la mejor respuesta será la de velar por versiones fieles al TR y preservar y difundir en español, la Antigua Versión Reina Valera de 1909, que sigue vigente en su pureza y riqueza idiomática para expresar en la lengua castellana la excelsa Palabra de Dios.
Buenos Aires, agosto de 2001.
BIBLIOGRAFIA
(1)Di Pardo, J. M.: La Nueva Biblia. Primer Congreso Espiritual ALERTA, Buenos Aires, 1956. (2) Los comentarios sobre la RV1960 fueron tomados de Di Pardo, A.: "Revisando la Revisión de 1960". 3ª Edición, Ed. Adelphia, Buenos Aires, 1998, obra a la cual se remite al lector para ampliar la información aquí sintetizada. (3) Hills señala que la lectura moderna se encuentra en la mayoría de los manuscritos y en las ediciones de Erasmo y de Stephanus (incluyendo el texto Griego de Berry). En cambio, la lectura del Texto Autorizado de 1611 se encuentra en las ediciones de Beza y Elzevir, en la Biblia Políglota Complutense (impresa en Acalá, España, bajo la dirección del Cardenal Jiménez de Cisneros y publicada en 1522), y en unos pocos manuscritos cursivos (OReilly, Allan: O Biblios, 1995). (4) Cobb, Rex L.: Análisis de las Biblias Españolas, 2ª Edición, sin fecha. (5) Merlos, J. (6) Los críticos agrupan los cambios introducidos por la labor de los copistas en dos categorías: intencionales y no intencionales. Entre estos últimos se cuentan: deslices de pluma, errores de interpretación idiomática, errores de vista, errores de audición (en el caso de que alguien dictaba) errores de memoria en el lapso entre la lectura y la transcripción, errores de juicio (por ej. incorporación de notas marginales al texto), etc. (7) Hopkins: Evidences of Christianity, citado por Haley, J.W. y Escuain, S.: Diccionario de dificultades y aparentes contradicciones bíblicas. CLIE, Barcelona, 1989, p.55. (8) Edward Miller encuentra en las citas de los tempranos padres de la iglesia (hasta el año 400) que en un 60% apoyan el texto Bizantino y llega a un 75% en importantes pasajes seleccionados ("The Antiquity of the Traditional Text" en Burgon, J.W., 1896). (9) En referencia a la Standard Revised Version que introdujo tempranamente el mismo cambio en inglés, Armando Di Pardo señalaba entonces que "el cambio era innecesario pues la palabra "virgen" no cayó en desuso con el correr de los siglos, de modo que allí hubo un aspecto necesariamente interpretativo. Pero el hecho es claro: "mujer joven" no significa lo mismo que "virgen", pues una mujer joven podrá o no ser virgen y, viceversa, una mujer virgen podrá o no ser joven. Al cambiar, pues, una palabra poniendo otras con significados no sinónimos, la doctrina del nacimiento virginal de Jesucristo es afectada, el texto es afectado y los hechos también. El entero pasaje profético es expuesto a innecesaria "reinterpretación". Y cuanto antes era claro y terminante en la antigua lectura "virgen" pasa ahora a ser discutible, objetable y expuesto a negación con la nueva lectura "mujer joven". (Di Pardo, A. 1998, op. cit.) (10) Un estudio de las diferentes fuentes que apoyan el TR en este pasaje, puede encontrarse en Brown, Terence: "God was manifest in the flesh", en Fuller, D.O.: "True or False?". Grand Rapids Int. Pub., USA, 1978. (11) Fernández, Domingo: "Reina-Valera: Es digna de crédito". (12) Mauro, P.: "Which Version?", en Fuller, op. cit., p. 96-97 (13) La Vulgata no apoya en su antigua traducción latina la doctrina católica: "et non cognoscebat eam donec peperit filium suum primogenitum et vocavit nomen eius Iesum" (14) "Unus enim Deus unus et mediator Dei et hominum homo Christus Iesus" (15) Sociedades Bíblicas Unidas: Descubre la Biblia. Manual de Ciencias Bíblicas, 1998. (16) La crítica textual busca "reconstruir" la lectura original del texto bíblico (SBU, 1998, op.cit.) (17) Dean J. Burgon, The Revision Revised, 1981, pp. 16, 318, 520. (18) Wescott y Hort plantearon que los mss. de la familia Bizantina son producto de una doble revisión efectuada en Antioquía o cerca de esa ciudad, en el siglo IV. Aunque admiten que esto es sólo una "suposición", llegan a sugerir que Luciano de Antioquía (martirizado en 312) participó en esa supuesta temprana "revisión", dada la necesidad impuesta por la creciente diversidad y confusión de textos griegos. Carentes de evidencias, estos autores intentan así desacreditar la enorme magnitud y continuidad en el tiempo de esta extensa familia de textos. (19) Orígenes dirigió la Escuela Bíblica de Alejandría hacia el año 203 y, siendo expulsado, abrió otra escuela en Cesarea. Como otros maestros de la época, tendía a efectuar interpretaciones alegóricas y a especular respecto a revelaciones de las Escrituras. Aunque combatía el gnosticismo, sostenía erróneamente la idea de que Cristo había salido de Dios como el principio de su creación. (Di Pardo, J.M.: Tratado de Historia Eclesiástica. ALERTA, Buenos Aires, 1977) (20) Excomulgado por la iglesia de Roma en el año 144, lideró una corriente herética que perduró varios siglos. Marción rechazaba y consideraba malo al Dios del Antiguo Testamento, que diferenciaba del Dios del Nuevo Testamento. No sólo rechazaba todo el A.T., de los evangelios sólo aceptaba el de Lucas, que reeditó quitando las referencias al A.T., así como el relato del nacimiento virginal y parte de los capítulos finales entre ellos el relato de la resurrección. Además de este pseudo-evangelio de Lucas (llamado Evangelicon), aceptaba 10 cartas de Pablo (Apostolikon) de las cuales borró toda vinculación con el Antiguo Testamento. (21) El más famoso Arrio (326) presbítero de Alejandría, que negaba la Divinidad del Señor Jesucristo. (22) "La verdad es que B y Aleph fueron los productos de la escuela de filosofía y enseñanza centrada en opiniones semi-arrianas...En primer lugar, de acuerdo con el veredicto de todos los críticos, la edad de estos dos manuscritos coincide con el periodo cuando el semi-arrianismo o alguna otra forma de arrianismo estaba en ascendencia en el Este, y en las apariencias externas influenciaba la iglesia universal. En los últimos años de su liderato, Constantino estaba bajo el dominio de la facción arriana; y el liderato de Constantino II sobre todas las provincias del imperio romano que hablaba griego, durante la cual se les dio ánimo a las grandes escuelas herejes del tiempo, al completarse las dos décadas centrales del cuarto siglo. Es una circunstancia que no puede evitar la sospecha de que los manuscritos Vaticano y Sinaítico tuvieron su origen bajo una influencia predominante de tal mala fama. En lo mínimo, es necesario una investigación cuidadosa para ver cuales copias de veras eran libres de esa influencia que se enfrentó con condenación universal". Burgon, J.: The Traditional Text of the Holy Gospels, p. 160-161, ed. por Miller, E. y trad. por George, C. (23) Watts, M.H.: "The Lord Gave the Word: A Sudy in the History of the Biblical Text". TBS. (24) Vidal Manzanares, C.: Reina-Valera: Conspiración contra las Sagradas Escrituras. Peniel, Honduras, 1997. (25) P. Mauro, "Which Version? Authorized or Revised?" en Fuller, op. cit., p. 78. (26) P. Mauro, Idem, p. 89. (27) Scrivener, F.H.A.: Six Lectures on the Text of the Nex Testament and the Ancient Manuscripts, 1875. (28) Este hecho ha sido reconocido incluso por el autor liberal Bruce Metzger que señala como la aplicación de la lámpara de rayos ultravioletas ha permitido descubrir que la lectura original en el manuscrito fue borrada en varios lugares (B. Metzger, Manuscripts of the Greek Bible, Oxford, 1991, p. 77). (29) Colwell (30) Clark, G.H.: Logical Criticism of Textual Criticism, 1986. (31) Vidal Manzanares, C.: op. cit. (32) "No estoy inclinado a creer -tan improbable como parece- que después de 1,800 años, 995 copias de cada 1,000 se comprobarían como desconfiables, y que uno o dos o tres o cuatro o cinco de los que restan, cuyo contenido hasta ayer prácticamente era desconocido, se descubriría que retiene el secreto de lo que el Espíritu Santo originalmente inspiró. De ninguna forma puedo creer que la promesa de Dios falló de tal manera, que al fin de 1,800 años mucho del texto del Evangelio fue hallado por un crítico alemán en un contenedor de basura en el convento de Santa Catarina; y que el texto entero tuvo que ser remodelado según el modelo de dos copias que permanecieron en negligencia por 15 siglos, y probablemente deben su supervivencia a tal negligencia; mientras cientos de otros se despedazaron por tanto uso, y habían legado su testimonio de copias hechas de ellas". Burgon, J.: The Traditional Text of the Holy Gospels, p. 12, ed. por Miller, E. y trad. por George, C. (33) "The New Testament. The Greek Text Underlying the English Authorised Version of 1611". Prefacio. The Trinitarian Bible Society, London, 1977. (34) Watts, M.H.: op cit. (35) Ver a este respecto, Vidal Manzanares, op. cit.