LA DOCTRINA BIBLICA DE LA
UNIDAD CRISTIANA
Por Armando Di Pardo [1]
�
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"Estas cosas habl�
Jes�s, y levantados los ojos al cielo, dijo: ... que todos sean una cosa; como
t�, oh Padre,
en m�, y yo en ti, que tambi�n ellos sean en nosotros una cosa;
para que el mundo crea que t� me enviaste.". (Jn. 17:1,21)
CONTENIDOS
(3) Los Siete Principios Fundamentales de la Unidad.
(5) Su relaci�n a los otros Elementos de Unidad.
(6) Conclusi�n. Definici�n del Fundamento.
(2) Detalle de la Dimensi�n Escritural.
(3) Desarrollo de la Dimensi�n Escritural.
A. EN RELACION AL ESPIRITU SANTO, LA UNIDAD
CRISTIANA ES DE NATURALEZA ESPIRITUAL, DIVINA.
B. EN RELACION A LA PALABRA DE DIOS O SANTAS
ESCRITURAS, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA DOCTRINAL, BIBLICA.
C. EN RELACION AL TESTIMONIO, LA UNIDAD
CRISTIANA ES DE NATURALEZA CORPORAL, U ORGANICA, Y MISIONAL.
(4) CONCLUSION. Tesis Sint�tica sobre la Doctrina B�blica de la Unidad
Cristiana
1. La Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, sustituida por un
"statu quo" parcializante, bajo el signo de la
"cooperaci�n".
2. Un Testimonio por "TODO EL CONSEJO DE DIOS".
I. INTRODUCCION GENERAL Que es tambi�n puerta abierta a la esperanza de un
di�logo en amor fraterno, entre los de "fe igualmente preciosa". (1) El
"gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo" (2), "gran pastor de
las ovejas" (3), y �nico: Fundamento
(4) Cabeza
(5) Se�or
(6) Pont�fice
(7) Abogado
(8) Galardonador
(9) Esposo
(10) y
m�s a�n (11), de La Iglesia que El "gan� por su sangre" (12): �No orar�a por Su
Unidad? ��S�! �El or�! La
ardiente llama de su amor eterno (13), sacrific� el vivo incienso de su Filial
ruego (14): "que
sean una cosa... oh Padre... como nosotros somos una cosa." (15). Esas palabras profundas, definitorias, nos
revelan que la Unidad Cristiana tiene su Eterna Fuente, Corriente y Dechado, en
el V�nculo y relaciones de la Unidad de la Sant�sima Trinidad. �Y qui�n
explorar� tal inmensidad? �Qu� mente, de hombre o de �ngel, podr�n jam�s
abarcarla y explicarla? (16). Como Mois�s y Josu�, quitemos el calzado de nuestros
pies peregrinos: el terreno es muy santo! (17). Postr�monos,
pues, ante el Trono de la Gracia (18) y roguemos que "el Esp�ritu que todo
lo escudri�a, aun lo profundo de Dios" (19), ayude nuestra flaqueza (20) y
glorifique al Se�or tomando de lo suyo y haci�ndonoslo saber (21). S�lo as�
conoceremos, -y a�n as� s�lo en parte (22)-, lo que a Dios ha placido hacer
cognoscible, en la revelaci�n de las Santas Escrituras, de su
incognoscibilidad! (23). �SI! ��L OR�! Por la Unidad de sus disc�pulos a S�
mismo y al Padre: "Yo en ellos y t� en m�, para que sean en nosotros una
cosa" (24). Esto es: la Unidad con los suyos, que establece a su vez, la
Unidad de los suyos, como �l lo dijo: -�para que sean consumadamente una
cosa" (25) Esa bidimensi�n - verticalidad y horizontalidad -, de la Unidad,
define la Unidad Cristiana, que es decir la Unidad de la Iglesia. Esta, la
Iglesia, aunque no fue mencionada expl�citamente, se halla incuestionablemente
contenida en la clara referencia del Se�or: "Mas no ruego solamente
por �stos, sino tambi�n por los que han de creer en m� por la palabra de
ellos" (26). Es
obvio que s�lo a la Iglesia se aplican esas palabras porque: � Qui�nes la
integran sino los Ap�stoles y cu�ntos desde Pentecost�s han aceptado al
Salvador por el testimonio de ellos que ha quedado perpetuado en el Nuevo
Testamento? (27). �
S�! All� se define la Unidad de la Iglesia de Cristo, la Unidad de los
renacidos (28) quienes son los �nicos "miembros de su cuerpo, de su carne
y de sus huesos" (29); es decir: de La Iglesia Una y Santa (30) contra la
cual "las puertas del infierno no prevalecer�n"! (31). �
EL OR�! �
Y los �mbitos de los siglos repitieron los ecos de su ruego! PERO: �AY!, junto
con ellos, repitieron tambi�n los ecos de otras palabras que, por analog�a,
bien se nos aplican a nosotros, Cristianos Siglo XX, redarguyendo nuestras
conciencias con su nota admonitoria, llena de nost�lgica y amorosa solicitud:
"�NO HABEIS PODIDO VELAR CONMIGO UNA HORA?" (32). Nuestro
Se�or, que or�, tambi�n vel� y obr� por la Unidad de los suyos: Su
muerte expiatoria y vicaria; su resurrecci�n corporal y su ascensi�n al Cielo:
hicieron posible que �l recibiera "del Padre la promesa del Esp�ritu
Santo", el Esp�ritu de Unidad, con el cual bautiz� a sus disc�pulos (33). Orden�
guardar y ense�ar que fuesen guardadas todas las cosas que El mand�; y prometi�
estar con los suyos todos los d�as hasta el fin (34). Provey�,
por medio del Esp�ritu Santo, que la sana doctrina quedara a buen recaudo,
intangible, inquebrantable, en las Santas Escrituras (35). Y vive siempre para
interceder por Su pueblo (36). Ciertamente,
bien puede El decirnos: "�QUE MAS SE Hab�a DE HACER A MI VI�A QUE YO NO HAYA
HECHO EN ELLA?" (37). �PERO
NOSOTROS NO HEMOS VELADO CON �L! Esa es la triste verdad en muchas cosas y,
entre ellas, respecto de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, que ha
sufrido por ello. a) Por una parte, "doctores ap�statas" introdujeron
la "levadura" o doctrinas (38) del "modernismo" (39) [2]
cuyas filosof�as mundanas (40) han puesto en marcha ese intento sincretista que
han dado en llamar "ecumenismo". [3]
De tal "ecumenismo", que por ser una mezcla inclusivista de elementos
heterog�neos (41) no tiene nada que ver con la Unidad Cristiana B�blica-, s�lo
podr� emerger el sistema religioso-pol�tico-mundano-diab�lico, que las
Escrituras prof�ticas han discernido como "BABILONIA LA GRANDE" (42).
A nuestros hermanos en Cristo que, sea por confusi�n o indecisi�n, a�n se
hallan envueltos en "yugo desigual" (43) en Denominaciones y
Concilios modernistas-ecum�nicos, les recordamos que el Se�or manda:
"SALID DE ELLA PUEBLO MIO" (44). b)
Por otra parte, - y esto es lo m�s penoso -, el "corpus" de la
Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana puede hoy repetir la palabra prof�tica:
...... fui herido en casa de mis amigos" (45). �S�! "�DE MIS
AMIGOS!"
Porque ciertas corrientes de pensamiento, generalmente aceptadas hoy d�a en la
mayor�a de los C�rculos Cristianos Fundamentales en la Fe [4]sostienen
diversos criterios que, sin que se lo advierta, reducen o parcializan la
Doctrina. Por
ejemplo: Algunos
enfatizan de tal modo los aspectos subjetivos de la Unidad del Esp�ritu, -
tambi�n
llamada Unidad Sustancial y Unidad en Cristo -, que, parad�jicamente, reducen
sus debidos alcances o proyecci�n a otras �reas objetivas y pr�cticas, tales
como: Unidad en la Verdad (46) lo cual l�gicamente refiere a Unidad Doctrinal
(47); la plena comuni�n de amor fraternal (48); y la Unidad de Testimonio ante
el mundo (49). Otros
hermanos, que reconocen que la Oraci�n del Se�or junto con la Unidad
Sustancial
incluye Unidad en la Verdad o en la Palabra, sin embargo, parad�jicamente
reducen
a �sta �ltima a los as� llamados "Fundamentales de la Fe". Y en
cuanto a las otras doctrinas B�blicas sobre las que existen discrepancias
entre las distintas Denominaciones, las dejan libradas a la interpretaci�n
particular de cada confesi�n, o las declaran "secundarias" o
"periferiales" o "no vitales". Como
resultado: al redactarse las declaraciones doctrinales de Iglesias, Misiones,
Escuelas de Teolog�a, Convenciones, Comuniones o Concilios de Iglesias
Fundamentales, se ha dejado muchas veces sin menci�n alguna, a la Doctrina
B�blica de la Unidad Cristiana. En otros casos se la confunde err�neamente con
uni�n ecum�nica. Y en otros casos se la menciona S�lo en parte o parcializada y
esa "parte" es presentada como si fuera el "todo" de la
Doctrina, sin serlo! Y consecuentemente, queda afectada la manifestaci�n plena
de la Unidad entre los hijos de Dios! �S�! ES HORA DE CONFESAR CON
ARREPENTIMIENTO Y HUMILLACION (50): NO HEMOS PODIDO VELAR CON CRISTO UNA
HORA! Por
eso, el Se�or nos ha tra�do una carga y ha levantado un Testimonio� �� Porque el tiempo es llegado para que despertemos del sue�o y entendamos
cu�l sea la buena voluntad del Se�or! (51). El tiempo es llegado para que
volviendo al Se�or y a Su Santa Palabra, restauremos entre nosotros la Doctrina
B�blica de la Unidad Cristiana y la pongamos por pr�ctica! NO HAY ALTERNATIVA!,
si es que el Se�or ha de hallar a sus peque�os reba�os (52) en su ya tan cercana venida
para arrebatar a Su Iglesia, tal como El lo quiso cuando or� diciendo:-�QUE
SEAN UNA COSA... OH PADRE... ������������������ COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA.�(53).
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(1)
Is.26:2 He.13:1 2
P 1:1,2 (2)
Tit.2:11-13 Act.4:12 (3)
Sal.23 Jn.101l1-16 1 P.2:25 (4)
1 Co.3:11 1 P.2:4-8 (5) Ef.l.22; 5:23 (6)
Jn.20:28 (7)
He.2:17-3:1; 4:15; 5:10; 7:26 (8)
1 Jn.2:1,2 Ro.8:34 (9)
Ro.14:10 1
Co. 3:8-15 2 Co.5:10 Ap.22:12 (10)
Jn.3:27-31 2 Co.11:2 Ap.19:7 (11)
Col.2 :2, 3, 9, 10 (12) Act.20:28 (13)
Cant.8:6,7 Jer.31:3 Ef.3:18,19 (14)
Sal.141:2 Ap.5:8; 8:3 (15)
Jn.17:22 Jn.l0:30 (16)
Job 11:7 Ro.11:33-36 (17)
Ex.3:4,5 Jos.5 :13-15 (18)
Sal.95:6 Prov.15:33 1 P.5:5,6 He.4:16 (19)
.1 Co.2:10-14 (20)
Ro.8:26,27 (21)
Jn.14:26 Jn.16:13~15 1 Jn.2:20 (22.)
1 Co.13:9-12 (23)
Dt.29:29 1 Tim.6:16 (24)
Jn.17:21,23 (25) Jn.17:22b, 23b (26)
Jn. 17:20,21a (27)
Jn.20:30,31 Jn.21:24 2 P.3:1,2 (28)
Jn.1 :12,13 Jn.3:1-16 (29)
Ro.8:9; 12:5 1 Co. 12:13 Ef.5:30 (30)
G�l.3:28 E:f.4:4 (31)
Mt.16:18 (32)
Mt.26:40 (33)
Jn.1:29,33 (34)
Mt.28:20 (35)
Jn.5:39 y 10:35b (36)
Ro.8:34 He.7:24,25 (37)
Is.5:4a (38)
Mt.13:33 y 16:5-12 (39)
Mt.7:15; 24:11 (
40) Col.2:4,8 (41)
Dt.32:31,32 (42)
Ap.17:1 a 1.8:3 (43)
Dt.22:10 (44) Ap.18:4 (45)
ZcJ3:6 (46)
Jn.17:6-8 y vv.14,17,19b, 21,23 (47)
Ef.4:13-16 (48)
Jn. 15:9-13 Jn.17:26 Act.2:42 (49) JnJ7:18 y vv.21,23 comparar Act.17:6 (50)
2 Cr:7:14 Sal.32:1-6 (51)
Ro.13:11-14 (52)
Lc.12:32-40 (53) Jn.17:21,22
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II. LOS FUNDAMENTOS n Prenotandos. n Personas y Elementos de Unidad en la Oraci�n del
Se�or. n Siete Principios Fundamentales. n Los Siete Principios Fundamentales correlacionados
conceptualmente nos dan tres Elementos y Areas de Unidad. n Su relaci�n al Se�or y entre s�. n Su relaci�n a los otros Elementos de Unidad. n Definici�n Sint�tica de los Fundamentos. (1) Prenotandos.Qu� significamos
por: Unidad Cristiana; Doctrina B�blica; los Fundamentos. El Pasaje B�blico
Clave. Por "Unidad
Cristiana" significamos,
obviamente, la Unidad de los Cristianos en todas sus connotaciones de origen,
�reas de relaci�n y manifestaci�n; y, consecuentemente, la Unidad de la Iglesia
Cristiana que ellos integran. Y por "Cristianos", quede claro que
s�lo entendemos por tales, a los renacidos. Por "Doctrina B�blica� de la Unidad Cristiana, significamos su cuadro
B�blico completo: "todo el consejo de Dios" sobre ella, tal como
"escrito est�". Y esto, que es lo mismo para todo asunto B�blico,
requiere l�gicamente dos cosas: la selecci�n cuidadosa de los pasajes B�blicos
relacionados, y su correcta interpretaci�n. Apl�quese para ello, la regla de
oro de la Hermen�utica: "LA BIBLIA, SU PROPIO INTERPRETE", de modo
que toda referencia, deducci�n, inducci�n, implicaci�n, inferencia, etc.,
surjan de las mismas Escrituras, sin contradicci�n. Tan sencillos principios, -
quiz�s por elementales -, suelen pasarse por alto al punto que, en muchos
casos, en lugar de la doctrina en su integridad, se circulan parcializaciones
con serias omisiones y/o con adiciones o tradiciones no B�blicas, que la
tuercen. Por "Fundamentos" significamos al conjunto de los elementos
imprescindibles a la estructura integral de la Doctrina. En otras palabras: no
s�lo a los que com�nmente llamamos "cimiento" sino
tambi�n a los otros elementos co-indispensables. Por ejemplo: para la Unidad
Cristiana es Fundamento inconmovible, la Persona Teantr�pica [5],
el Se�or Jesucristo. Pero es igualmente fundamental la Persona del Esp�ritu
Santo,
V�nculo de la Unidad Cristiana. Y as� otros elementos, como veremos. Y es al
conjunto de esos Elementos imprescindibles, que llamamos
"Fundamentos". El Pasaje B�blico Clave, como ya ha quedado evidenciado en la Introducci�n
General de este estudio, es el capitulo 17 del Evangelio seg�n el Ap�stol Juan,
que registra la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo. Por derecho
propio, ese pasaje es la Carta Constitucional de la Unidad Cristiana, porque
contiene y define, con expl�cita o impl�cita claridad, todas las Personas,
Elementos y �reas de la Unidad. Por tal raz�n comenzaremos anotando
sint�ticamente sus puntos relevantes, para extraer luego las conclusiones o
Principios Fundamentales. (2) Personas, Elementos y �reas de Unidad, revelados en la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo (San Juan cap. 17)1.
Un Padre, el Padre de Nuestro Se�or, que es en el Hijo. (vv., 1, 2, 5, 6, 11,
12, 21, 26). 2.
Un Se�or y Salvador, el Hijo, enviado del Padre: la Persona Teantr�pica, Piedra
Angular de la Unidad Cristiana, el Se�or Jesucristo. (vv. 1, 3, 5, 8, 21, 23,
24, 25). 3.
Un Esp�ritu, el Esp�ritu Santo, nexo vital de Unidad Cristiana. No es
mencionado por nombre, pero satura todas las palabras, y adem�s se halla
implicado y contenido espec�ficamente en dos expresiones del Se�or que
requieren con tal fuerza la Persona y la Obra del Esp�ritu, que, sin ellas,
esas expresiones carecer�an de sentido y realidad. (a)
El significado de la preposici�n "en", precisamente en la
declaraci�n fundamental: "Yo en ellos
y t� en
m�. . . . que tambi�n sean
ellos en
nosotros..." (vv., 21,
23, 26). (b)
El significado de la expresi�n sustantiva "una cosa": "Para que
sean una
cosa como
nosotros somos una cosa" (vv.,
11, 21, 22, 23). Es indubitable que esas expresiones se�alan directamente al
Esp�ritu, porque sin el Esp�ritu, no tendr�amos jam�s Unidad Cristiana.
Adem�s, recu�rdese que la Persona y Obra del Esp�ritu Santo fueron tratados
ampliamente por el Se�or, tal como lo registran los cap�tulos 14, 15 y 16 del
Evangelio del Ap�stol Juan. 4.
Un cuerpo, es a saber, la Iglesia de Cristo. Formada por el Se�or y los
Ap�stoles y cuantos creen en el Se�or por la palabra de su testimonio. Aqu�
tenemos otro caso en que, sin mencionarse por su nombre, se define sin embargo
impl�citamente clara, otra realidad: la Iglesia. (vv., 2, 6, 8, 11 a 18, 20,
21, 23, 26). 5.
Una Vida: Vida Eterna. (vv., 2, 3). 6.
Una Palabra: la Palabra de Dios. (vv., 6, 8, 14, 17). 7.
Una Verdad: la Verdad de la Palabra. (v.17). 8.
Una Fe. (vv., 6,8). 9.
Una experiencia de Unidad Sustancial: "Una cosa". Como ya se ha
dicho, ello implica la Persona y Obra del Esp�ritu Santo. Y respecto del
creyente, tambi�n implica la experiencia del nuevo nacimiento; pues en esa
experiencia somos hechos "una cosa" con Cristo, con el Padre, con el
Esp�ritu y con los otros renacidos. (vv., 11, 21, 23, 26, 22). 10.
Una Santificaci�n. (vv., 11, 14, 15, 16, 17). 11.
Un Gozo: el Gozo del Se�or. (v.13). 12.
Un Amor: el Amor Eterno. (vv., 23, 24, 26). 13.
Un Crecimiento: en el conocimiento de Dios y en la experiencia . (vv., 3. 7,
26). 14.
Una Misi�n: enviados al mundo incr�dulo. (v., 18). 15.
Un Testimonio: testigos del Se�or y Su Palabra. (vv., 20, 21, 23). 16.
Una Gloria. (vv., 22, 24). Nos
maravilla la riqueza de Elementos de Unidad y sus distintos aspectos y �reas
involucradas, que se nos revelan en la Oraci�n del Se�or. Y es muy evidente el
Principio rector de todo ello: Singularidad asociada armoniosamente
con pluralidad, diversidad y
unanimidad. Porque UNA es la Unidad (singularidad), pero MUCHOS participan de
ella (pluralidad) y DIVERSAS son las Areas de relaci�n y manifestaci�n
(diversidad)
pero siempre en plena y total UNANIMIDAD. No
hay all� lugar alguno para incongruencias, ni contradicciones, ni
discrepancias. Por lo tanto, - anticipando conceptos -, digamos aqu� que el
"status" interconfesional del d�a presente no soporta esta prueba,
porque sus parcializaciones y discrepancias lo declaran falto al ser
confrontado seriamente con la Oraci�n del Se�or Jesucristo. Obs�rvese,
adem�s, que los �nicos elementos contradictorios mencionados por el Se�or, son: -"el
hijo de perdici�n" (v.12) Judas Iscariote; y -"el mundo", o la
esfera de acci�n diab�lica, el sistema ("kosmos") ordenado seg�n el
hombre ca�do bajo el "pr�ncipe de este mundo" Satan�s; el
"mundo" que aborrece al Se�or y a la Palabra del Se�or y a los que
son del Se�or (vv., 14 y 16). Es obvio, que el Iscariote y el "mundo"
se hallan completamente excluidos de la Unidad Cristiana. (3) Los Siete Principios Fundamentales de la Unidad."La
sabidur�a edific� su casa, labr� sus siete columnas." (Prov. 9:1). De
cuanto hemos tratado hasta aqu�, podemos extraer siete conclusiones que, por
su importancia, bien se califican como Principios Fundamentales. 1. La Carta Constitucional de la Unidad
Cristiana, es el Cap�tulo 17 del Evangelio seg�n el Ap�stol Juan, que registra
la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo. Porque,
como ya se ha dicho, contiene y define, expl�cita o impl�citamente claros,
todos los Elementos, aspectos y �reas de relaci�n y manifestaci�n de la
Unidad. 2. La Unidad Cristiana, esencialmente, se
define como Unidad Sustancial o Unidad del Esp�ritu. Porque
reconoce a la Unidad Sustancial de la Sant�sima Trinidad, como la Eterna
Fuente, Corriente y Dechado de Unidad; y porque requiere a la Persona y Obra
del Esp�ritu Santo para su realizaci�n. -"Como
t�, oh Padre en m� y yo en ti, que tambi�n ellos sean en nosotros una
cosa." (v.21). -"...
que sean una cosa como tambi�n nosotros somos una cosa." (vv., 11, 21,
22, 23). 3.
La Unidad Cristiana es Cristo-c�ntrica: el
Se�or, como Persona Teantr�pica, es su Piedra Basal Angular; como Redentor es
su autor y consumador; y como Testigo la manifest�, proclam� y propag�. Rige
aqu�, con toda su fuerza, el precepto Apost�lico: -"Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que est� puesto, el cual es Jesucristo" (1
Co.3 :11). (a)
Como Persona Teantr�pica es la concreci�n personal de la Unidad, la Piedra
Basal Angular que debe ser plantada en el coraz�n del creyente. "Yo en ellos" (vv. 23, 26). (b)
Como Redentor obtuvo del Padre la promesa del Esp�ritu Santo, al cual envi� a
sus disc�pulos, estableciendo as� la Unidad Sustancial con, en, y de ellos.
..... he acabado la obra que me diste que hiciese" (v., 4, comparar con
Act.2 :22 a 24, 32,33). (c)
Como Testigo Fiel y Verdadero (Ap.1 :5; 3:14; 1.9:11), El Manifest�, proclam� y
propag� la Unidad. "Yo te he glorificado en la tierra" (v.4). "He
manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran y me los
diste y guardaron tu palabra" (v.6). 4. El Vinculo Esencial de la Unidad
Cristiana, es la Persona del Esp�ritu Santo. (a)
Porque el Esp�ritu Santo es el nexo de intercomuni�n Trinitaria y nexo vital
de Unidad e intercomuni�n entre la Persona Teantr�pica y los renacidos y de
�stos entre s�. (b)
Porque es por el Esp�ritu Santo que la Piedra Basal es plantada en los
creyentes; es por el Esp�ritu que Cristo mora en ellos. (Comparar las palabras del Se�or "en"
y "una cosa", que se hallan en vv.. 11, 21.22, 23.26 con 1 Jn. 3:24). 5. La Unidad Cristiana se concreta vital y
sustancialmente en los creyentes, en la experiencia del Nuevo Nacimiento. (Principio vinculado �ntimamente al anterior). (a)
Es en esa experiencia que somos "hechos participantes de la naturaleza
divina" (2 P.1 :4), o sea. del V�nculo Sustancial de la Unidad Cristiana:
el Esp�ritu Santo. (b)
Es en el nuevo nacimiento que las palabras del Se�or "Yo en ellos" se
cumplen sustancialmente. (vv.. 23.26 compararlos con Col.1 :27c). 6. La Unidad Cristiana, por ser esencialmente
Unidad Sustancial o del Esp�ritu, incluye Unidad en la Verdad o en la Palabra
Inspirada por ese mismo Esp�ritu; o sea: incluye la Unidad Doctrinal de los
Cristianos. "Las palabras que me
diste les he dado; y ellos las recibieron" (v.8). �...y guardaron tu
palabra" (v.6). (a) Producida la Revelaci�n Cristiana y siendo que el
mismo Esp�ritu que nos dio la Biblia Inspirada e Inerrable es el que mora en
los renacidos, la �nica cosa l�gicamente concebible es la Unidad de �stos en
todo asunto o doctrina B�blicos. Adem�s,
est� el hecho que por Inspiradas e inerrables, las Santas Escrituras son la
Unica Autoridad en doctrinas y pr�cticas. (b)
"Santif�calos en tu verdad; tu palabra es verdad" (v.17). Esto
confirma lo anterior. Porque las implicaciones de la "santificaci�n en la
verdad" no permiten que, simult�neamente con esa experiencia se perpet�en
discrepancias respecto de "la palabra de verdad" entre los que se
santifican. 7. La Unidad Cristiana se manifiesta,
proclama y propaga, por el Testimonio Cristiano, que glorifica a Dios. "Yo te he glorificado en
la tierra" (v.4). "He manifestado tu nombre" (v.6). "Como t� me enviaste al
mundo, tambi�n los he enviado al mundo" (v.18). "Mas no ruego solamente
por �stos sino por los que han de creer en m� por la palabra de ellos, para que
todos sean una cosa... para que el mundo crea que t� me enviaste." (vv.,
20, 21). (a) La Unidad Cristiana debe glorificar al Padre y al
Hijo por el Esp�ritu Santo, manifest�ndose o proyect�ndose desde sus planos
subjetivos a los planos objetivos. Involucra, pues: al Se�or, a la Palabra, al
Esp�ritu y a los renacidos. Y eclesi�sticamente: a las Iglesias locales y a la
esfera �nter-Iglesias. (b)
El instrumento manifestador, proclamador y propagador, es el Testimonio
Cristiano, iniciado por el Se�or Jesucristo y continuado por el Esp�ritu Santo
a trav�s de los renacidos. El Testimonio es la acci�n testificante, misional,
de Cristianos e Iglesias Cristianas en y al mundo. (4) Los Siete Principios Fundamentales, correlacionados conceptualmente nos dan tres Elementos y Areas de UnidadLos Siete Principios Fundamentales,
correlacionados conceptualmente
(seg�n su concepto b�sico), permiten concluir que el Se�or Jesucristo, para la
consumaci�n de la Unidad con los suyos, se acompa�a necesariamente del
Esp�ritu
Santo, la Palabra y el Testimonio. Estos, a su vez, nos dan las tres Areas de
Unidad Cristiana: n Unidad en el Esp�ritu o Unidad Sustancial [6] n Unidad en la Palabra o Unidad Doctrinal n Unidad en el Testimonio o Unidad Misional. (a)
Correlaci�n Conceptual de los
Siete Principios Fundamentales. Los
Principios segundo, tercero, cuarto y quinto, refieren primordialmente a lo
esencialmente Espiritual o Sustancial en cada �rea y relaci�n, sea en la
Sant�sima Trinidad como en la Persona Teantr�pica y en los renacidos. El
Elemento de Unidad es, pues, el Esp�ritu; y el Area: Unidad del Esp�ritu o
Unidad Sustancial. Los
Principios primero y sexto, refieren a la Palabra. A la palabra del Padre dada
al Hijo, por el Hijo a los Ap�stoles y por �stos a todos verbalmente y por
escrito, lo cual ha quedado perpetuado en el Nuevo Testamento. El Elemento de
Unidad es, pues, la Palabra; y el Area: Unidad en la Verdad de la Palabra o
Unidad Doctrinal. � El
Principio s�ptimo refiere expl�citamente a Testimonio, siendo el Area: Unidad
en el Testimonio o Unidad Misional. (b) El Esp�ritu, la Palabra y el
Testimonio, son imprescindibles a la Piedra Basal Angular: el Se�or Jesucristo;
y entre s�. Tanto
as�, que, hablando en t�rminos absolutos, aunque hipot�ticamente: � Si
prescindi�ramos de la Persona Teantr�pica, el Se�or Jesucristo, no tendr�amos
Piedra Basal ni Unidad Cristiana posibles. � Si
prescindi�ramos del Esp�ritu Santo, no tendr�amos nexo vital entre el Se�or
Jesucristo y los disc�pulos, ni en consecuencia Unidad Sustancial. El Se�or no
podr�a ser establecido en los creyentes; y la Palabra y el Testimonio quedar�an
sin prop�sito ni concreci�n vital. � Si
prescindi�ramos de la Palabra, dejar�amos al Se�or y al Esp�ritu Santo sin el
medio para impartirnos el conocimiento de la Verdad y por lo tanto sin la
experiencia de la Unidad Sustancial ni Doctrinal; y el Testimonio quedar�a
nulo: realmente no habr�a Testimonio alguno. � Y si
prescindi�ramos del Testimonio, dejar�amos al Se�or, al Esp�ritu Santo y a la
Palabra, sin el instrumento para manifestar, proclamar y propagar la Unidad
Cristiana, que ser�a desconocida e incognoscible. Queda
pues demostrado: la Piedra Basal el Se�or Jesucristo, la Persona del Esp�ritu
Santo, la Palabra y el Testimonio, son realmente imprescindibles el uno al
otro, a los efectos de la realizaci�n de la Unidad Cristiana. Confirm�moslo
a�n, por otra relaci�n. (5) Su relaci�n a los otros Elementos de Unidad.ESP�RITU, PALABRA Y
TESTIMONIO, guardan adem�s tan estrecha relaci�n con las Personas y Elementos
de Unidad de la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or, que, pr�cticamente, los
polarizan. Examinemos,
aunque sint�ticamente, esa relaci�n polarizante y, adicionalmente,
confirm�mosla tambi�n con otras Escrituras. 1.
ESPIRITU. Relacionado
vitalmente: � Al Padre y
al Hijo, con quienes �ntegra la Sant�sima Trinidad; y a quienes representa y
glorifica en la tierra. (1) � A la
Iglesia, a la que va integrando con los renacidos, en quienes mora. (2) � A la Vida
Eterna, que por Su Deidad posee y da a los creyentes. (3) � A la
Palabra (4) y a la Verdad (5), a las que inspira y revela. � A la Fe
(6), Unidad (7), Santificaci�n (8) y Gozo (9), que produce y realiza. � Al Amor,
que derrama en nuestros corazones. (10) � Al
Crecimiento, por el conocimiento que imparte y el poder que da; fructific�ndolo
y galardon�ndolo. (11) � A la Misi�n
y al Testimonio, a los que faculta y fructifica. (12) � A la
Gloria, que tiene y concede. (13) 2.
PALABRA. Relacionada
vitalmente: � A la
Sant�sima Trinidad, que la posee, inspira e ilumina y de quien testifica. (14). � A la
Iglesia, a cuyos miembros gana con su mensaje; e instruye, corrige y capacita.
Iglesia que es "columna y apoyo de la Verdad" (la verdad de la
Palabra). (15). � A la Vida
Eterna, que por ser Palabra de Dios tiene y da al que la acepta. (16) � A la Verdad,
que ella es y que nutre su doctrina (17); y a la Fe, que viene por el o�r la
Palabra de Dios. (18) � A la
Unidad, que requiere a la Palabra para el nuevo nacimiento (Unidad Sustancial)
y para la ense�anza (Unidad Doctrinal). (19) � A la
Santificaci�n: limpieza interior del creyente que Dios realiza con la Palabra;
y a la separaci�n del mundo que la Palabra discierne y manda. (20) � Al Gozo que
da al creyente; y que de Cristo y por el Esp�ritu viene al que la guarda.
(21) � Al Amor de
Dios, que en la Palabra se hace inteligible; y que de la Verdad de la Palabra
se huelga. (22) � Al
Crecimiento, que viene por conocerla, entenderla y experimentarla. (23) � A la Misi�n
y al Testimonio, a los que califica y nutre con su mensaje y doctrina; y que
difunden la Palabra. (24) � A la
Gloria, que garante a los renacidos declar�ndolos herederos de Dios y
coherederos
de Cristo. (25). 3.
TESTIMONIO. Relacionado
vitalmente: � A la
Sant�sima Trinidad; porque de Dios es ordenado, de Dios testifica, Dios lo
acompa�a con su poder. (26) � A la
Iglesia de renacidos, que es un Cuerpo para Testimonio. (27) � A la Vida
Eterna (28) que ofrece por la Palabra (29) y la Verdad (30) que anuncia y la
Fe (31) a la cual invita al alma. � A la
Unidad, que por el Testimonio se manifiesta, proclama y propaga. (32) � A la
Santificaci�n, que dignifica al Testimonio y que glorifica al Dios Santo en y
ante el mundo. (33) � Al Gozo,
que el Esp�ritu da a los que testifican (34); y al Amor, que hace al Testimonio
esforzado, valiente y fiel (35). � Al Crecimiento, que da la experiencia en testificar. (36) � A la Misi�n, que por el Testimonio es cumplida. (37) � A la Gloria, a la cual el Testimonio se extiende, y que en la Gloria encuentra su galard�n. (38). (6) Conclusi�n. Definici�n del Fundamento. El
Fundamento de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, revelado en la
Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo -(5. Juan cap. 17, CARTA
CONSTITUCIONAL de la Unidad Cristiana)-, reconoce como la Eterna Fuente,
Corriente y Dechado de Unidad a la SANT�SIMA TRINIDAD; y puede definirse como
una UNIDAD COMPUESTA, integrada por: q
La Piedra
Basal Angular: EL SE�OR JESUCRISTO. �l
es la Persona Teantr�pica, concreci�n Personal de la Unidad, la Piedra Viva que
debe ser plantada en el coraz�n del creyente. q
EL v�nculo
de Unidad: LA PERSONA DEL ESPIRITU SANTO. Nexo
Vital de Unidad y comuni�n entre el Se�or y los creyentes y de �stos entre s�.
Quien planta al Se�or en el coraz�n del creyente, d�ndonos as� UNIDAD
SUSTANCIAL
en la experiencia del NUEVO NACIMIENTO. q
La Autoridad
Doctrinal: LA PALABRA DE DIOS o SANTAS ESCRITURAS. Inspiradas
por el mismo Esp�ritu Santo. En ellas, el Se�or nos ha dado el Mensaje que pone
a nuestro alcance la experiencia de la UNIDAD SUSTANCIAL, y la Ense�anza que
pone a nuestro alcance la bendici�n de la UNIDAD DOCTRINAL. q
El
Instrumento Misional: EL TESTIMONIO CRISTIANO. Iniciado por el mismo Se�or Jesucristo y continuado por el Esp�ritu Santo a trav�s de Ap�stoles y disc�pulos, el Testimonio Cristiano manifiesta, proclama y propaga la unidad.
|
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(1)
Jn.14:26 Jn.15:26 1
Co.2 : 10,11 2 Co.3:16,17 comparar Lc.3 :22 (2)
Act. 2 :38-42 Ro.8.15,16 (3)
Ez.37:14 (4)
Ef.6:17 2
Tim.3:16 2 P .1 :21 (5)
Jn.14:17 Jn.16:13 Ef.5:9 1
Jn.2 :27 1 Jn.4 :6 (6)
1 Co.12:9 2 .Co.4:13 G�l.5 :22 (7)
Ef.4:3,4 (8)
Ro.l:4; 8:13 G�l.5:16-25 2 Co.3:18 1 P. 1:2 (9)
Ro.14:17-19 G�l.5 :22 compa.rar Sal.45 :7 Act.13 :52 (10)
Ro.5:5 (11)
G�l.5:22a (12)
Act.1:8; 5:32 y 9:31 (14)
Sal.68:11 y 119.89, 140 Mt.4:4 Jn.5 :39 He.4:12 (15)
Prov.6:23 1 Ts. 2:13 (16)
Jn.6 :63-68 (17)
Sal.119:160 (18) Ro.10:8,17 (19)
Stg.1 :18 (20)
Prov. 30:5 Jn.15 :3 Jn.17:17 (21)
Sal.19:8 Sal.119
: 1l1 (22)
Ro. 8:38,39 (23)
Ef.4:13-16 (25)
Ro.2:6-10 (26)
Mt.28:18-20 Jn.17-18 (28)
1 Jn.5:11,12 comparar (29)
Act.2:40.41 (30)
Act.26:25 (31)
Act.3:16 y 17:31 (32)
Mt.12 :25 (33)
Col. 2:5 (34)
Act. 5: 41,42 (35)
Fil. 1:14-17 (36)1
Co. 15:58 (37)
Act.20:18-24 (38)
2 Tim.2 :5 ; 2 Tim.4:7 |
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III. SU DIMENSION ESCRITURAL � Definici�n � Detalle � Desarrollo � Conclusi�n (1) Definici�n.Por
"Dimensi�n Escritural" de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana,
significamos la suma de la ense�anza de la Palabra de Dios respecto de las tres
Areas de Unidad ya discernidas: ESPIRITU (Unidad Sustancial); PALABRA DE DIOS
o SANTAS ESCRITURAS (Unidad Doctrinal); y TESTIMONIO (Unidad Misional); porque
cubren todos los aspectos y connotaciones de origen, relaci�n y manifestaci�n
de la Unidad. (2) Detalle de la Dimensi�n Escritural.A. En relaci�n al ESPIRITU SANTO (o Sustancia de
Unidad), la Unidad Cristiana es de Naturaleza Espiritual, Divina. Su Dimensi�n
Escritural, abarca: 1. Con fuerza de prerrequisito, para
satisfacer connotaciones de origen: la Unidad en la Naturaleza misma de la
Deidad, es a saber, en el Esp�ritu. Y la Unidad en la Sant�sima Trinidad, que
es la Eter-Fuente, Corriente y Dechado de Unidad. 2. La Unidad en la Persona
Teantr�pica, el Se�or Jesucristo, Piedra Basal Angular de la Unidad Cristiana. 3. La Unidad Sustancial de los
Cristianos, en la experiencia personal y entre si. B. En relaci�n a la PALABRA DE DIOS o SANTAS
ESCRITURAS,
la Unidad Cristiana es de Naturaleza Doctrinal, B�blica. Su Dimensi�n
Escritural, abarca: 1. La Relaci�n entre Esp�ritu y
Doctrina y, consecuentemente, la relaci�n entre Unidad del Esp�ritu (o Unidad
Sustancial) y Unidad Doctrinal. Y la Unidad entre el Esp�ritu y las Escrituras,
es a saber, la Inspiraci�n, que hace a la Biblia la Unica Autoridad en
Doctrina y Pr�cticas para los renacidos. 2. La Unidad del
"corpus-doctrinae", o sea, del "Cuerpo de Doctrinas" de la
Palabra de Dios; la Unidad de las Doctrinas entre s�; sin omisiones,
minimizaciones
ni desarmon�as. 3. La Unidad Doctrinal de los
Cristianos; o la Unidad de la Fe en toda doctrina y pr�ctica B�blicas, de los
hijos de Dios. C.
En relaci�n al TESTIMONIO, la Unidad Cristiana es de Naturaleza Corporal (u
Org�nica), y Misional; porque tiene que ver con la Iglesia como el Cuerpo de
Cristo: Un Cuerpo para Testimonio. Su Dimensi�n Escritural, abarca: 1. La Unidad de la Iglesia local. 2. La Unidad inter-Iglesias; o la Unidad manifestada
en relaciones fraternales entre las Iglesias locales. 3. La Unidad Misional; o la Unidad manifestada en el
cumplimiento de la Misi�n y Testimonio de la Iglesia en y al
mundo: la manifestaci�n y proclamaci�n de la Unidad Cristiana ante los
incr�dulos, y la propagaci�n de la Unidad en aquellos que aceptan el Testimonio
de todo coraz�n. (3) Desarrollo de la Dimensi�n Escritural.A. EN RELACION AL
ESPIRITU SANTO, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA ESPIRITUAL, DIVINA.
Gracias
a Dios, esto es reconocido por todo int�rprete fiel a la Palabra: la Unidad por
la cual el Se�or or� es esencialmente Espiritual, Divina, porque reconoce su
origen en la Unidad Sustancial de la Sant�sima Trinidad y porque requiere a la
Persona del Esp�ritu Santo para realizarse. PERO: �Cu�nto
significan e implican tan solemnes hechos para la Unidad Cristiana? �C�mo la
califican y definen y de cu�nta riqueza de relaci�n y comuni�n la han dotado? Sorprende,
y mucho, que estos asuntos no tengan toda la piadosa consideraci�n que su
importancia exige; y que no sean motivo especial de oraci�n, ni estudio
B�blico, ni pr�ctica adecuada entre los hijos de Dios, el Pueblo de la Unidad!
Abundan art�culos y a�n libros y conferencias especiales contra el
"ecumenismo" porque es la falsa doctrina, la doctrina "modernista"
de la Unidad. Pero no abundan estudios Escriturales en pro de la verdadera Unidad Cristiana. Como resultado, hay
mucha confusi�n. La hora es, pues, propicia; el tiempo es llegado para reabrir
la Santa Palabra con estos prop�sitos: escudri�ar�a y dejar que ella nos
informe, nos hable y cautive el coraz�n con Su Mensaje de Unidad. Lo que sigue,
puede ser de ayuda, especialmente para los humildes. 1. PRERREQUISITO. CONSIDERACI�N DE LA UNIDAD EN LA
SUSTANCIA
DE LA DEIDAD: EL ESPIRITU.
(a)
"Dios
es Esp�ritu" (1) En
esas palabras de Nuestro Se�or, tenemos una revelaci�n autoritativa, de
car�cter
absoluto, que nos muestra cu�l, qu� y c�mo es, la Naturaleza de Dios. 1.
Cu�l es, o Designaci�n de la Sustancia. Obviamente, el Se�or revel� cu�l es,
cuando dijo: "ESPIRITU". La Sustancia, Esencia o Naturaleza de
Dios, es, pues, ESPIRITU. [7] 2.
Qu� es, o Integraci�n de la Sustancia. Siendo que Dios ES Esp�ritu, luego
TODA
Su Naturaleza lo es. Dios es solo y puro Esp�ritu. Cuantitativa y
cualitativamente Una Sustancia. Cuantitativa o num�ricamente, es Una. Cualitativa
o integralmente, es decir, en su calidad singular de Una, en el estado del Ser,
tambi�n es Una; porque el Esp�ritu carece de diversidad constitucional: es
entidad simple, no compuesta, no tiene partes, es indiviso e indivisible. (2) 3.
C�mo es o Perfecci�n de la Sustancia en relaci�n a sus Atributos. Ahora
pasamos de lo simple o singular, a lo complejo. La singularidad, en la Sustancia
de la Deidad, no excluye asociaci�n con pluralidad y diversidad; porque la
Sustancia
Una posee propiedades, virtudes, capacidades intr�nsecas que le son
inmanentes; en una palabra: ATRIBUTOS. La Sustancia es Una pero posee
m�ltiples Atributos. Estos no son "partes" de la Sustancia porque la
Sustancia no tiene partes. Son "propiedades" y es por esas propiedades
que
la Sustancia se manifiesta. Sin Atributos, la Sustancia Divina ser�a
desconocida y desconocible. (3) Necesitamos
referirnos, aunque muy ligeramente, a esos Atributos, pues ello nos ayudar� a
obtener la noci�n de la Unidad en sus mismos veneros eternos. ATRIBUTOS.
Lo
primero que naturalmente es sugerido por Esp�ritu, es: Espiritualidad.
El Esp�ritu es Inmaterial,
es decir, no es materia (4); y no tiene ni requiere conexi�n ni dependencia
alguna con materia, para ser, existir ni subsistir (5).[8]
Y es Invisible.
(6) Autosuficiencia. Posee vida y existencia propia. Dios es el Dios
Viviente (7). Esto no significa mera subsistencia, sino vida perfecta, vida
organizada, vida de Personalidad. "Yo soy el que soy�. (8) Por
ser vitalmente autosuficiente, es Inmortal (9)
e Incorruptible
(10); y por lo tanto todas
las propiedades del Esp�ritu, son, como el mismo Esp�ritu, Eternas (11). Y
todo ello en Perfecci�n
(12), que requiere Verdad (13), Santidad (14)
y Amor
(15); con sus acompa�antes: Veracidad (16) Fidelidad (17)
Justicia
(18) y Rectitud (19); Misericordia (20) y Bondad (21)
que es decir Gracia
(22). Finalmente:
Omnisciencia
(23) Presciencia
(24) Sabidur�a (25) Omnipotencia (26)
y Omnipresencia
(27). Todos,
por supuesto, relacionados entre s�. �
Y qu� deducimos de ello? (b) La
Unidad maravillosa de la singularidad de la Naturaleza y la pluralidad de sus
Atributos; y su interrelaci�n e interacci�n armoniosa y un�nime. La sustancia Una tiene tal cohesi�n con sus Atributos
m�ltiples, que se expresa siempre plena en todos y cada uno de ellos. Los
Atributos, a su vez, se expresan siempre plenos en la Sustancia y siempre
armoniosa
y un�nimemente entre s�. Por eso leemos: -"Dios es Amor" (28);
"Yo soy Santo" (29); "Yo soy Todopoderoso" (30); todas ellas
declaraciones absolutas. No puede decirse: Dios es "en parte" Amor y
"en parte" Santo y "en parte" Todopoderoso � NO! Tal cosa
dividir�a la Sustancia y quebrantar�a su Unidad intr�nseca e integral, lo que
es imposible. Finalmente,
tenemos el hecho de la Unidad maravillosa de los Atributos entre si. Hay
perfecto equilibrio entre ellos. Ninguno es superior a otro. Ninguno puede
ejercerse de modo que eluda, minimice, reduzca, contradiga, ni anule, a ning�n
otro. No puede haber discrepancias ni contradicciones ni conflictos! (31) "Las
Escrituras no exaltan un Atributo de Dios a expensas de otros pero los
representan
como existiendo en perfecta armon�a en la Divina Naturaleza." [9] "Nunca
magnifica El uno de sus Atributos a costa de otro�.[10] "Conflicto
de Atributos es imposible... nunca necesitar�n reconciliaci�n el uno con el
otro." [11] "Dios
no es Dios de disensi�n, sino de paz", tambi�n se aplica a Dios mismo: no
hay en El conflictos! (32). (c)
La
Unidad Inmanente en la Divina Esencia. Resumiendo:
la integraci�n y Perfecci�n de la Divina Naturaleza nos revela que su
Unidad-Base, Inmanente, se define como Unidad en pluralidad y diversidad:
porque Una es la Sustancia y m�ltiples Sus Atributos; sin que la Sustancia
pueda ser dividida entre sus Atributos y sin que los Atributos puedan ser
confundidos; expres�ndose siempre cohesionada, ecu�nime y un�nimemente. Adem�s:
la Unidad en la Sustancia de la Deidad, tiene base y vocaci�n trina porque
cubre tres �reas; Sustancia; Sustancia-Atributos; Atributos entre s�; es a
saber: SUSTANCIA: La Unidad de la Sustancia como tal, en s� misma, como
Una; solo y puro Esp�ritu; indivisa e indivisible; esto es: UNIDAD en
SINGULARIDAD. SUSTANCIA-ATRIBUTOS: La Unidad de la Sustancia Una y sus Atributos m�ltiples;
esto es: UNIDAD EN DIVERSIDAD. ATRIBUTOS ENTRE S�: La Unidad inter-Atributos; UNIDAD EN UNANIMIDAD. (d)
Conclusi�n
axiom�tica. "Dios
es Esp�ritu" y la Una Sustancia que Dios es, solo puede comunicar o
manifestar la Unidad que le es propia: UNIDAD EN SINGULARIDAD, EN DIVERSIDAD Y
UNANIMIDAD! Esa es la Unidad-Base, de fondo, la Unidad en la Sustancia. No
tiene lugar alguno para incongruencias, contradicciones ni discrepancias. �ESA
ES LA UNIDAD QUE EL SE�OR TUVO EN MENTE CUANDO ORO POR LA UNIDAD DE LOS SUYOS! 2. LA UNIDAD EN LA SANT�SIMA TRINIDAD.
��... como t�, oh Padre en m� y yo en ti que
sean una cosa como tambi�n nosotros somos una cosa.� (1) "Santo,
Santo, Santo!, te adoro reverente: Dios en Tres Personas, Bendita
Trinidad!", cantan los Cristianos. (2) El Misterio es inescrutable, m�s
all� de toda capacidad de comprensi�n (3) y de toda representaci�n adecuada que
lo ilustre por falta de analog�as precisas (4). Pero la Bondad de Dios ha
puesto a nuestro alcance, en las Santas Escrituras, la medida de revelaci�n
suficiente para suplir las exigencias del conocimiento y la necesaria bendici�n
a nuestras almas anhelantes. Y al ocuparnos de lo que est� revelado en la Santa
Palabra, focalizaremos los aspectos m�s directamente vinculados a nuestro
estudio sobre la Unidad Cristiana. �(a)
Una la Esencia, Tres las Personas;[12]
la Unidad en el Dios Trino, se manifiesta como Tri-Unidad. -"Dios
es Esp�ritu. (5) Luego, la Divina Esencia de la Santa Trinidad' es UNA,
indivisa e indivisible: ESPIRITU; y TRES las Personas: Padre, Hijo y Esp�ritu
Santo (6); y esa Santa Trinidad es UN SOLO DIOS VERDADERO! (7) 1.
Necesitamos recordar aqu� que, en la Sustancia Divina, discernimos la
Unidad-Base como Tri-Unidad: Sustancia: Sustancia-Atributos y Atributos entre
s�. Esta impronta, de Unidad Trina o Tri-Unidad, la hallamos doquiera el
Esp�ritu act�e en funci�n de V�nculo Sustancial. Y por lo tanto, est� presente
en la Sant�sima Trinidad, cuya Unidad abarca tres Areas: Sustancia en s�
misma; Sustancia-Personas, o sea: la Cohesi�n, relaci�n y acci�n entre la Una
Sustancia y las Tres Personas; y Personas entre s�: su armon�a, ecuanimidad y
unanimidad. Rige
id�ntico Principio de Unidad. Trina o Tri-Unidad; pero aqu� se observa que
"PERSONAS" figura en el lugar de "ATRIBUTOS". Esto no
significa que las Personas desplazan o reemplazan a los Atributos, sino que
los poseen. Son las Tres Personas en la Una Sustancia, las que poseen y ejercen
los Atributos; sin que por eso la Sustancia Una pueda ser dividida entre las
Personas ni que tampoco los Atributos puedan ser repartidos entre ellas. No
podemos decir: El Padre ejerce unos Atributos s� y otros no, y lo mismo ocurre
con el Hijo y con el Esp�ritu Santo; � NO! Las Tres Personas poseen y ejercen
todos los Atributos pues tienen Una sustancia y son Un solo Dios. Como lo dijo
el Se�or: -"Como el Padre levanta a los muertos y les da vida, as� tambi�n
el Hijo a los que quiere da vida." (8). 2.
Lo mismo ocurre con la Sustancia, que es Una y sin embargo se expresa plenamente
en las Tres Personas. Esa es una capacidad exclusiva de la Naturaleza Divina
que: .....
se distingue de la humana, en que puede subsistir total e indivisiblemente en
m�s de una Persona." [13]
Un vislumbre de tan grande misterio nos es dado en el gran texto Hebreo:
-"Oye, Israel: Jehov� nuestro Dios -(Elohim, plural)-, Jehov� uno
es." (9). Y m�s claramente lo hallamos en el Nuevo Testamento: -"En
�l - (en Cristo) - habita toda la plenitud de la divinidad
corporalmente." (10). 3.
Esa Una Sustancia, subsistiendo plenamente en las Personas, no afecta por eso
la libertad de cada una, aunque las tres Voluntades, consustanciadas,
concuerdan en un todo. -"Por
eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me
la quita, mas yo la pongo de m� mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder
para volverla a tomar." (11). Esa declaraci�n del Se�or Jesucristo prueba
su libertad personal dentro de la Naturaleza Divina. Y que esa voluntad
concuerda con la del Padre se prueba por lo que sigue: "Este mandamiento
recib� de mi Padre." Hay libertad y a la vez plena concordancia. Lo mismo
se evidencia en esta otra Escritura: -"El
Se�or es el Esp�ritu, y donde hay el Esp�ritu del Se�or all� hay
libertad." (12). Son
tres Voluntades que, a la vez que ecu�nimemente, o sea, guard�ndose todas las
consideraciones individuales propias de su libertad, sienten al un�sono,
concuerdan absolutamente en el querer y el hacer, expres�ndose plena y
un�nimemente como participantes plenos de la Sustancia plena. 4.
Tan excelsa Unidad, Eternamente inmanente en la Santa Trinidad, permanece
inalterable en la revelaci�n de la econom�a de la Salvaci�n. Por eso el Hijo,
Verbo encarnado (13), dijo: -"Yo y el Padre una cosa somos" (14), lo
que prueba la Unidad Sustancial Trinitaria. Y luego vemos la Trinidad de
Personas en esta otra declaraci�n: -"Mas
el Consolador, el Esp�ritu Santo, al cual el Padre enviar�
en mi
nombre -(el nombre
del Hijo, una Persona)-, �l os ense�ar� todas las cosas y os recordar� todas
las cosas que os he dicho." (15). -"Os es necesario que yo vaya, porque si yo no fuere el
Consolador no vendr�a a
vosotros." (16); "todo lo que tiene el Padre, m�o es." (17). La ense�anza
del Se�or es clara: Hay Unidad Sustancial en Diversidad de Personas y
Unanimidad total. La Unidad Trinitaria tiene ese sello maravilloso de Unidad
Trina o Tri-Unidad, es a saber: Sustancia en s� misma; Sustancia-Personas; y Personas entre s�. (b)
La
Unidad Trinitaria en la Prelaci�n o Procesi�n dentro de la igualdad de las
Divinas Personas. 1.
Las Escrituras nos presentan, adem�s, a la Unidad Trinitaria en un orden en el
cual el Padre es primero; el Hijo segundo, y el Esp�ritu Santo es tercero. El
Se�or dijo: -"El
Padre mayor es que yo" (18), lo cual revela la prioridad del Padre.
L�gicamente, al Padre sigue el Hijo y por eso leemos: -"Sal�
del Padre" (19); "A Dios nadie le vio jam�s; el unig�nito Hijo que
est� en el seno del Padre �l le declar�" (20). Finalmente, la revelaci�n
en cuanto a la Persona tercera en el orden: ..... . el Consolador, el cual yo
os enviar� del Padre, el Esp�ritu de verdad, el cual procede del Padre..."
(21). 2.
Ese Orden, no implica cambio alguno en la Igualdad y Unidad Sustancial
Trinitaria;
ni implica desigualdad entre las Divinas Personas. Tanto
as�, que, -repit�moslo- ni el hecho de la Encarnaci�n del Verbo alter� tales
condiciones. Por eso leemos: -"Yo y el Padre una cosa somos... el Padre
est� en m� y yo en el Padre" (22); "el que me ha visto a m� ha visto
al Padre" (23); "porque el Se�or es el Esp�ritu" (24). Esas
Escrituras son terminantes: identificaci�n del Ser y de Presencia, prueban que
la Igualdad y Unidad Sustancial est�n all�. Por id�ntica raz�n, ese Orden no
implica desigualdad alguna entre las Personas Trinitarias: la Palabra las
presenta coiguales en Deidad y Dignidad, con iguales derechos de recibir culto
y adoraci�n (25), iguales en Gloria y Poder (26), Eternidad (27), y en todas
cosas. 3.
El Orden de Eterna Prioridad, entre Iguales, implica un Estado de Eterna
Subordinaci�n. Siendo
que las Escrituras revelan: la Una e Inmutable Sustancia Eterna en Trinidad de
Personas, o sea, que la Sant�sima Trinidad "no lleg� a ser" (28)
sino que por siempre "era, es y ser�" (29); y adem�s revelan que
existe un Orden de Personalidad en el cual el Padre es mayor: -�Qu� inducimos
de ello? La
respuesta es solo una: Que en la Eterna Naturaleza de la Deidad existe de toda
Eternidad un Estado de Eterna Subordinaci�n del Hijo y del Esp�ritu Santo, al
Padre; sin que ello afecte su coigualdad con el Padre como Personas
Trinitarias, ni su Igualdad y Unidad Sustancial. Las
Escrituras revelan ese estado diciendo: -"... el unig�nito Hijo, seno
del Padre" (30);
"...el Consolador
el cual� yo os enviar� del Padre... el
cual procede del Padre" (31);
al mismo tiempo que revelan que el Hijo y el Esp�ritu Santo son tan Personales
como el mismo Padre lo es (32); y que el Hijo dice: "El Padre mayor es que
yo" (33). Por
lo tanto, nuestra inducci�n es correcta: coiguales con el Padre como Personas
Trinitarias, el Hijo y el Esp�ritu Santo son Eternamente Subordinados al Padre;
no en cuanto a Naturaleza; s� en cuanto a un Orden de Personalidad. 4.
Razones de esa Eterna subordinaci�n. Ya hemos visto -al tratar los Atributos-
que la Vida de Personalidad es vida organizada, no mera subsistencia. Ahora vemos la reflexi�n magna
de ese Principio. As� que, respetada la distinci�n entre el concepto de un Dios
Personal y la realidad de las Tres Distinciones Personales de la Deidad Una,[14]
la vida organizada se traduce en t�rminos Trinitarios como Orden Vital de
Personalidad, o sea, Orden de Procesi�n o Prelaci�n de las Personas, con sus
acompa�antes impl�citos: el necesario Orden de Oficios y Orden de Operaciones
Personales. En otras palabras: Orden del Ser y Quehacer de las Personas
Trinitarias � Dios es Dios de Orden! 5.
Explicaci�n de los Ordenes: EL
ORDEN DE PERSONALIDAD, indica la Prelaci�n o Procesi�n de las Personas: el
Orden Personal -no cronol�gico- con que se distinguen en la Deidad, y act�an. EL
ORDEN DE OFICIOS, tiene que ver con el quehacer de las Personas: indica qu�
hacen, cu�l es la funci�n de cada Persona de acuerdo con el Orden de
Personalidad. EL
ORDEN DE OPERACIONES, completa al de Oficios desde el punto de vista del
procedimiento o modo de actuar de las Personas; c�mo ejercen sus funciones. (a)
Orden de Personalidad; o Procesi�n o Prelaci�n. -�Por
qu� el Padre es la Primera Persona? La respuesta debe buscarse en el hecho de
que el Hijo y el Esp�ritu Santo, son revelados en las Escrituras como coeternos
con
el Padre (34) al mismo tiempo
que coeternos en el
Padre (35) No por eso deben ser considerados como "derivaciones" ni
"modos de ser" del Padre, ni como teniendo un momento del tiempo en
que comenzaron a ser o existir. � NO! [15]
No hay un "comienzo" del Hijo en el seno de la Deidad, porque el
Hijo es eterno (36). Sin embargo, ES Hijo: "el unig�nito Hijo que est� en
el seno del Padre" (37); es decir: EL ETERNAMENTE HIJO EN EL SENO DEL
ETERNAMENTE PADRE! Pero: -� Por qu� la Escritura dice �unig�nito�? � No habla
eso de "generaci�n" o "engendraci�n"? Contestamos.
Respetada la aplicaci�n del significado de �unig�nito� a los momentos
hist�ricos de Nazareth (38) y Bel�n (39), o sea, al nacimiento virginal de
Jesucristo; debemos tener en mente que aqu� confrontamos otra connotaci�n de
la palabra que no puede ser ligada a una fecha-calendario porque es un hecho
eterno. Aqu� confrontamos el hecho de la ETERNA FILIACION.
"Generaci�n", "engendraci�n", "unig�nito",
referidos al seno eterno de la Deidad, no tienen aplicaci�n id�ntica a la que
tienen en la esfera humana finita. En lo humano, se�alan un instante del
tiempo; pero en la esfera de la Eterna Deidad, no. La �nica manera en que puede
expresarlo el lenguaje humano es: "LA ETERNA GENERACION DEL HIJO ETERNO".
En otras palabras: el
Hijo est� eternamente vinculado al Padre en una relaci�n de eterna Filiaci�n
(40). "Unig�nito", en dimensi�n de eternidad, se presenta a nuestra
finita comprensi�n se�alando el hecho que la eterna Filialidad del Hijo es
coeterna con la eterna Paternidad del Padre, sin confundir las Personas ni
reducir
su coeternidad! Lo
mismo es con el Esp�ritu Santo, co-igual en Eternidad al Padre y al Hijo (41),
no obstante lo cual se nos dice: "procede del Padre" (42). Tambi�n,
que el Padre lo env�a (43); que el Hijo "bautiza con Esp�ritu Santo"
(44) y que el Hijo lo env�a del Padre (45), de modo que la Procedencia viene
del Padre POR el Hijo. El Padre, vemos, es siempre Primero. Se observa, adem�s,
que la Escritura no habla del Esp�ritu Santo en sentido de ''Filiaci�n'' sino
de "Procedencia": no se dice "unig�nito"; se dice
"procede" del Padre. Este
es el lugar para decir que el "modo" de tal Filiaci�n y Procedencia
Eternas, no est� revelado ni es dado a criatura alguna: est� vedado a toda mente
Sub-Trinitaria. Los llamados "Credos" de la Iglesia, como el Niceno,
por ejemplo, se esfuerzan por expresar lo inexpresable, diciendo: "DIOS
DE DIOS, VERDADERO DIOS DE VERDADERO DIOS, ENGENDRADO, NO CREADO", y
as�. Y si el pensamiento l�gico requiere confesar que hay un modo, nuestra
l�gica limitaci�n requiere confesar que nos est� vedado conocerlo. Es �ste, un
grande y Santo Misterio inescrutable e inexpresable. Pero el hecho est�
revelado en la Palabra y hasta donde las Escrituras hablan, es l�cito
escudri�arlas. Otro
hecho debe ser notado, bien se�alado por Strong [16]:
el Orden dado en las Escrituras no permite decir que el Padre
"procede" ni es enviado" del Hijo y del Esp�ritu Santo. El
Padre es, pues, la Primera Persona de la Sant�sima Trinidad. Y en cuanto al uso
de las palabras "unig�nito" para el Hijo y "procede" para
el Esp�ritu Santo, adem�s de su significaci�n literal, quiz� podamos ver en
ello, tambi�n, una implicaci�n del Orden de Prelaci�n: el Hijo, por "unig�nito"
del Padre, lo cual lo relaciona directa y naturalmente al Padre, es la Segunda
Persona. Y el Esp�ritu Santo, por proceder del Padre POR el Hijo, es la
Tercera Persona. Cada t�rmino indicar�a un lugar en el Orden: pero jam�s se
olvide que no se trata de orden cronol�gico o de tiempo de existencia, pues son
coiguales en Eternidad. Adem�s, el Padre es necesariamente el Primero en el
Orden tambi�n necesario, porque las tres Personas no son tres distintas y
separadas Eternidades, pues en tal caso ser�an tres Sustancias y tres Dioses
independientes. La Sant�sima Trinidad no son "tres Dioses", como nos
acusan los "modalistas" y los "unitarios". La Trinidad no
es de Sustancias ni de Dioses sino de Personas: es Un solo y �nico Dios en Tres
Personas. El
Padre es oficialmente la Primera Persona en el sublime Misterio de la
Cosubsistencia
Eterna. Y que en su seno est� el "unig�nito Hijo" y que de El (del
Padre) procede"
el Esp�ritu Santo, nos revela que ese UN DIOS, de toda Eternidad, primeramente
ES Padre. Por ser Padre, consustanciado con El y en El, segundo en el Orden
pero coeterno en el Ser y existir Personal en la Una Sustancia Eterna, es el
Hijo: o sea: Dios ES Padre E Hijo. Y finalmente, procediendo del Padre e Hijo,
la Tercera Persona en el Orden aunque igualmente coeterna en su Ser y existir
Personal en la Una Eterna Sustancia, el Esp�ritu Santo; o
sea: DIOS ES PADRE E HIJO
Y
ESPIRITU SANTO. UNA Y ETERNA
SUSTANCIA : TRES COETERNAS PERSONAS! INESCRUTABLE.
EXCELSO, GLORIOSO DIOS NUESTRO! ANTE EL GRAN MISTERIO, NOS POSTRAMOS REVERENTES
PARA ADORAR: "AL SOLO DIOS EN TRINIDAD Y A LA TRINIDAD EN UNIDAD; SIN
CONFUNDIR LAS PERSONAS Y SIN DIVIDIR LA SUSTANCIA." [17] (b)
Orden de Oficios. El
Orden de Oficios acompa�a, a la vez que pone en evidencia, al Orden de
Prelaci�n.
Oficios, son las funciones de las Divinas Personas; su misi�n en el seno de la
Trinidad, sea Inmanente, que Econ�mica o Dispensacional.[18] Esos
Oficios o Funciones, manifiestan la plenitud de la Sustancia y Atributos de
Dios; y son ejercidos por las Divinas Personas en un Orden correlacionado al
de Prelaci�n, o sea: el Padre, como Primera Persona: el Hijo como Segunda
Persona; y el Esp�ritu Santo, como Tercera Persona. Por
ejemplo. "Dios es Amor" (46), y este Atributo, como todos los
Atributos de Dios, se halla y realiza pleno en la Sustancia y en todas y cada
una de las Personas. Pero seg�n el Orden de Prelaci�n y de Oficios, el Amor
tiene en el Padre la Eterna Fuente (47), en el Hijo la Eterna Revelaci�n (48),
y en el Esp�ritu Santo la Eterna Corriente (49). Un
ejemplo Escritural cl�sico, lo hallamos en Efesios cap�tulo primero, que nos
da precisamente el Ordenamiento correlacionado de Oficios en la Trinidad tanto
Inmanente como Econ�mica. El Padre, la Eterna Fuente, concibe el Plan Redentor
(50); el Hijo, Eterno Revelador, lo saca a luz y lo ejecuta como Mediador
Redentor (51); y el Esp�ritu Santo, Eterna Corriente, lo aplica y establece
experimentalmente en los que creen (52). (c)
Orden de Operaciones. Finalmente,
las Escrituras revelan la correlaci�n del modo de operar de las Divinas
Personas. El Padre, como Primera Persona, obra u opera a trav�s o por medio del
Hijo (53). El Padre y el Hijo, a trav�s o por medio del Esp�ritu Santo (54). Y
aunque el Esp�ritu Santo llena al Hijo, es el Hijo el que obra por medio de esa
Plenitud (55). Y siempre en un�sono sentir, pues lo que piensa el Padre, eso
piensa el Hijo y el Esp�ritu Santo; lo que el Padre dice, quiere y hace,
tambi�n (56). Y todo ello sin afectar en lo m�s m�nimo su libertad Personal
(57); y siempre glorific�ndose mutuamente uno a otro (58). 6.
La Unidad en la Triple Area de Orden (Prelaci�n; Oficios; Operaciones),
definida. Discernimos
tambi�n aqu�, el sello de Unidad Trina o Tri-Unidad, o sea: Unidad Sustancial,
en Diversidad de Areas de Orden (sin afectar la Sustancia, ni las Personas, ni
los Atributos), en plena Unanimidad. El
Orden es: SUSTANCIA-DIVERSIDAD DE AREAS DE ORDEN-UNANIMIDAD! (c)
La Unidad en la Sant�sima Trinidad. Sinopsis; Conclusi�n. La
evidencia B�blica permite afirmar que la Unidad en la Sant�sima Trinidad es
revelada en las Escrituras como Tri-Unidad, pues abarca tres Areas: (1)
Singularidad de Sustancia, (2) Diversidad de Relaciones y (3) Unanimidad de
Manifestaci�n; y puede definirse sumariamente as�: UNICIDAD [19]
EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD. UNICIDAD,
refiere a la Naturaleza Divina o Sustancia de la Deidad, el ESPIRITU, en su
Singularidad Esencial y Unidad intr�nseca e inmanente. Es decir:
DIVERSIDAD,
refiere a esa Unicidad del Esp�ritu en su maravillosa asociaci�n Esencial con
Pluralidad y Diversidad de Relaciones, en tres Areas:
UNANIMIDAD,
refiere a la Manifestaci�n de la Unidad, en, entre y a trav�s de las Areas de
Relaci�n (Personas; Atributos; Ordenes), o sea: la manifestaci�n de la Unidad
de las Divinas Personas, en su:
�CONCLUSION. La Unidad de la Santa Trinidad es
revelada en la Palabra de Dios como Tri-Unidad, o sea: UNICIDAD EN DIVERSIDAD
Y UNANIMIDAD; lo cual implica: Unicidad de sustancia:
Esp�ritu; en Diversidad de Relaciones: (1) Trinidad de Personas: Padre, Hijo y Esp�ritu
Santo, (2) Pluralidad de Atributos: Espiritualidad, Santidad, Amor, entre
otros, (3) Triple Orden Trinitario: Prelaci�n de Personalidad, Oficios (O
Funciones) y Operaciones o modo de actuar Trinitario; y Unanimidad
de Manifestaci�n: en
maravillosa
precisi�n, balance y perfecci�n; sin dividir ni afectar la Sustancia, sin
confundir ni afectar las Personas, sin afectar los Atributos ni dividirlos
inter-Personas. El Padre, el Hijo y el Esp�ritu Santo, Quienes poseen la Una
Sustancia y ejercen la Pluralidad de Atributos, act�an siempre en plena Unidad
de Pensamiento, Voluntad, Palabra y Obra; glorific�ndose mutuamente en su
interrelaci�n, intercomuni�n e interacci�n, siempre en plena Unidad,
Ecuanimidad y Unanimidad! ESA
ES LA MARAVILLOSA UNIDAD QUE NUESTRO MARAVILLOSO SE�OR Y SALVADOR TENIA EN SU
CORAZON Y MENTE., CUANDO LEVANTADOS LOS OJOS
AL CIELO, ORO POR NOSOTROS DICIENDO: �...
QUE SEAN UNA COSA... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA.� 3. LA UNANIMIDAD EN LA PERSONA TEANTR�PICA, EL SE�OR
JESUCRISTO: PIEDRA BASAL ANGULAR DE LA UNIDAD CRISTIANA.
-�....
como t�, oh Padre en m� y yo en ti.."(1) -"Yo
en ellos..." (2) Tres
hechos reclaman nuestra consideraci�n: �
La Persona
Teantr�pica y su Propia Unidad. �
El tiempo o
momento; y modo en que or�. �
Las
implicaciones que para su propia Persona, ten�a su Oraci�n Sumo Pontifical. (A)
La
Persona Teantr�pica y su Propia Unidad. El
Se�or or� en su car�cter de Persona Teantr�pica; es a saber: Verdadero Dios y
Verdadero Hombre (3); Verbo Eterno Encarnado (4). De modo que cuando �l ora al
Padre y dice: "como t� oh Padre en mi y yo en ti...,' (5); �l , como Hijo,
queda discernido como una experiencia de Unidad absolutamente nueva y
exclusiva en el Universo. En otras palabras: Su Persona es Una, Unica,
irreproducible: no hay ni podr�a haber otro Se�or Jesucristo! La
raz�n se encuentra en el hecho que el Se�or re�ne en S� mismo, una triple
experiencia
de Unidad (en �l hallamos ese sello de Unidad-Trina o Tri-Unidad), que s�lo �l
puede reunir: 1� La Unidad Trinitaria que el Se�or integra por Su
Deidad Esencial y Propia; 2�.
La Unidad Trinitaria-Teantr�pica, o sea la Unidad entre la Deidad y la
Humanidad Perfecta del Se�or aparejada por la Virtud del Esp�ritu Santo en
Mar�a virgen; 3� La Unidad Teantr�pica considerada en S� misma, es
decir, la Unidad de la Propia Individualidad del Se�or. Ve�moslo en su orden. 1�.
La Unidad Trinitaria que el Se�or integra por Su Deidad Esencial y Propia. Es
obvio que esta �rea corresponde a la Unidad en la Santa Trinidad, que ya ha
sido
tratada. Pero debemos enfatizar aqu�, el hecho que esa Unidad permanece intacta
en la Encarnaci�n. (7) El Se�or, en su "anonadamiento" (8), no
afect� Su Deidad Esencial, ni por lo tanto tampoco afect� a la inherente
Unidad Sustancial Trinitaria. Por eso El dijo: -"Nadie subi� al cielo sino
el que baj� del cielo, el Hijo del Hombre que est� en
el cielo." (9). Su anonadamiento tiene que ver con la "forma"
pero no con la Esencia Divina; es decir: El se vaci� de su forma de gloria para
habitar la forma de siervo, la condici�n de Hombre (10). Algunos
cuestionan la Encarnaci�n del Verbo porque, -ellos dicen-, es imposible que el
Infinito pueda ser contenido en los l�mites finitos; es decir: es imposible que
Dios pueda ser contenido en Humanidad. Digamos en respuesta que, aunque
impresiva,
no hay argumento en la frase, porque omite considerar las Infinitas
posibilidades y alcances de las Virtudes del Infinito. Por ej.: la Sabidur�a,
la Presciencia, Omnisciencia, Omnipotencia y Omnipresencia de Dios. La sola
menci�n de esas y otras Virtudes del Alt�simo, hace v�vida a nuestro coraz�n y
mente la palabra del �ngel Gabriel a Mar�a: -"Ninguna cosa es imposible
para Dios" (11). Cuidado pues, con los que van detr�s de "filosof�as
y vanas sutilezas... y no seg�n Cristo" (12). El
que todo lo sabe y todo lo puede, seria hallado falto si careciera de la
Sabidur�a y capacidad para anonadarse. Dios sabe y puede. Y lo ha hecho. Por
tanto, a�n en esa forma "sin aquella gloria que ten�a cerca del Padre
antes que el mundo fuese", en esa forma "un poco menor que los
�ngeles" (13), es decir, en humanidad, la Deidad del Se�or permanece
esencialmente intangible. "Porque en �l habita toda la plenitud de la
divinidad corporalmente" (14). Consecuentemente, la Unidad Trinitaria que
el Se�or integra por Su Deidad Esencial y Propia, queda tambi�n intocada. 2�
La Unidad Trinitaria-Teantr�pica; o la Unidad entre la Deidad y la Humanidad
Perfecta del Se�or. Evidentemente,
aqu� nos referimos al hecho hist�rico de la uni�n de la Naturaleza Divina del
Se�or -integrante de la Unidad Trinitaria- y la Naturaleza Humana y Perfecta
del Se�or aparejada por la Virtud del Esp�ritu Santo en Mar�a virgen. Y a esas
DOS Naturalezas, constituyendo UNA Persona. Este es el hecho maravilloso: NO
DOS PERSONAS, sino DOS NATURALEZAS EN UNA PERSONA: EL VERBO HECHO CARNE! (15.).
Tal hecho ha sido y sigue siendo el blanco de muchos ataques, lo cual no debe
sorprender pues cumple predicciones prof�ticas sobre las apostas�as de la fe.
('16) Y el obrero "que traza bien la palabra de verdad" (17), har�
bien en discernir las profundidades de Satan�s (18) y sus cada vez m�s sutiles
enga�os. No podemos aqu� analizar las m�ltiples formas de negaci�n; pero al
menos damos una lista de ellas con sus denominadores comunes, en nota al pie.* -"Pero
el fundamento de Dios est� firme" (20). El
Se�or Jesucristo es Perfecto en su Naturaleza Divina y Perfecto en su
Naturaleza
Humana. Verdadero Dios, el Verbo, el Hijo Eterno; y Verdadero Hombre: cuerpo,
alma y esp�ritu (21); santo, inocente, limpio, sin mancha ni contaminaci�n!
(22) Siendo
Verdaderas ambas Naturalezas, son separables en el concepto pero no en la
realidad hist�rica de la Una Persona Teantr�pica. El Se�or no es
"dos" Personas: es "dos Naturalezas en Una Persona". En el
Se�or Jesucristo se ha realizado la Unidad Trinitaria-Teantr�pica; es a saber:
por el Verbo, la Deidad ha unido a la Naturaleza Humana. La palabra final,
autoritativa del mismo Se�or, lo prueba, diciendo" Como t�, oh Padre en mi y yo en
ti" (23), porque en ese enf�tico "m�", en ese "yo",
est� contenida �ntegramente la Persona Teantr�pica: las dos Naturalezas en una
Persona. Y al decir: "t�, oh Padre en m�", queda manifiesto que el
Padre, a trav�s de la Unidad Sustancial Trinitaria inmutable "en" el
Hijo y "a trav�s" del Hijo, se ha unido y ha unido a S� mismo, a la
naturaleza humana del Verbo. Si desde la esfera humana el Se�or es
"Emmanuel" -"Con nosotros Dios"- (24), desde la esfera
Divina es: -Con
Dios el Hombre! Precisamente por eso, el esp�ritu de la profec�a que es el
"testimonio de Jes�s" (25), hablando de la Persona Teantr�pica con
referencia a la Cruz, dijo: "Lev�ntate, oh espada sobre el pastor y sobre el hombre
compa�ero m�o, -lit.,
"el hombre de mi uni�n" **-,
dice Jehov�...� (26). 3�
La Unidad Teantr�pica en S� misma, o la Unidad Individual Propia del Se�or
Jesucristo. Es
tambi�n de car�cter trino o Tri-Unidad: (a)
Por la plena cohesi�n de ambas Naturalezas; (b) Por
su distinci�n y relaci�n; (c)
Por
su manifestaci�n un�nime, un�sona, sea en S� mismo como con el Padre y el
Esp�ritu Santo. (a) Plena cohesi�n de ambas Naturalezas. Esto
refiere directamente a la uni�n hipost�tica en la una Persona: plena, �ntima
Unidad Esencial, naturalmente indivisible. Separable del cuerpo f�sico por la
muerte sobre la Cruz, es inseparable del cuerpo glorificado en la resurrecci�n,
que no puede m�s morir. (27). (b)
Distinci�n y relaci�n de ambas Naturalezas. Esto
refiere al gran misterio de esa Unidad. Se trata de Unidad en Diversidad: una
Persona y dos Naturalezas, sin dividir la integridad de la Persona y -al tiempo
que unidas-, sin confundir las Naturalezas. Estas, indivisibles por su plena
cohesi�n, son a la vez inconfundibles por su clara distinci�n y relaci�n.
Escrituralmente, nos es revelado que sin afectar la una Persona, hay clara
distinci�n de Naturalezas e �ntima relaci�n, dentro mismo de la plena cohesi�n
de �stas. Por ejemplo: cuando se nos habla del necesario desarrollo y
crecimiento humano: "Y Jes�s crec�a en sabidur�a, y en edad, y en gracia
para con Dios y los hombres". (28). Recordamos
tambi�n los cl�sicos contrastes que muestran la clara distinci�n v a la vez
relaci�n: Como hombre, siente hambre, pero como Dios multiplica panes y
peces(29). Como hombre se cansa del camino y pide de beber junto al pozo de
Jacob, pero como Dios es el dador del agua de la vida eterna (30). Como hombre
llora ante la tumba de L�zaro, pero como Dios lo resucita de los muertos (31).
Como hombre duerme sobre un cabezal en la fr�gil barca batida por la
tempestad, pero como Dios se levanta y calma los elementos desatados (32).
Zorras y aves tienen cuevas y nidos, pero �l es pobre y no tiene donde reclinar
su cabeza, pero va a preparar lugar en la Casa de su Padre para los que en �l
conf�an y est� sentado sobre su Trono de Gloria (33). Y los ejemplos pueden
multiplicarse (34). Vemos:
Unidad en Diversidad: sin dividir la integridad de la Persona, sin confundir
las Naturalezas; plena cohesi�n y clara distinci�n y relaci�n; indivisible e
inconfundible. �
MARAVILLOSO SE�OR JESUCRISTO! Otro
hecho concurre a la Unidad en Diversidad de la Persona Teantr�pica: es el
delicado y debatido punto de las dos voluntades. Aqu� surge de nuevo el as�
llamado "Problema Cristol�gico". Los "Monothelitas" (Siglo
VII) y los que creen como ellos, contienden que existe una sola voluntad. Pero
no pueden dar respuesta correcta al dilema que eso les plantea: -�De cu�l
Naturaleza?
Si de la Divina, se da t�citamente por imperfecta a la naturaleza humana del
Se�or y, como consecuencia, poco real pod�a ser la tentaci�n, cosa que
contradice a las Escrituras (35). Si de la humana, se da entonces por
imperfecta a la Naturaleza Divina, lo cual es absurdo. Se equivocaban y
equivocan, pues, los monothelitas.[20] Muy
reverentemente, debe reconocerse que si la una Persona posee dos Naturalezas
verdaderas y perfectas -la Divina y la humana- no puede carecer de las
respectivas voluntades. PERO: aunque separables en la formulaci�n del concepto,
son realmente inseparables en la realidad de la una Persona Teantr�pica; sin
que ello minimice ni subordine a la Divina ni tampoco que �sta asimile o haga
desaparecer a la humana. No
son independientes sino unificadas: sin que su unificaci�n sea una mezcla de
ambas pues en tal caso perder�a cada parte; y sin que su unificaci�n les prive
de distinci�n. El sublime misterio se expresa y contiene en el hecho de que la
humanidad del Se�or no tiene existencia aparte o independiente de la Naturaleza
Divina del Se�or, porque no son dos "Personas" o "dos Hijos de
Dios": la Escritura define solamente UNA PERSONA:
EL HIJO, EL UNIGENITO HIJO DE DIOS (36). (c)
Su manifestaci�n un�sona, un�nime: sea en S� mismo, como con el Padre y el
Esp�ritu Santo. Esto
prueba y confirma todo lo dicho anteriormente. Las declaraciones Escriturales
son terminantes. La Unidad Esencial se manifiesta en plena unidad en el Se�or mismo, y con el
Padre y el Esp�ritu Santo. El mismo Se�or, en su ministerio p�blico, lo declar�
expl�citamente, cubriendo tres Areas de Unidad bien definidas: Voluntad,
Ense�anza
o Doctrina, y Obras. 1.
Unidad en el Area de la Voluntad. Esto
conjuga la unidad interior Teantr�pica-Trinitaria, en el querer y el hacer:
"No puede el Hijo hacer nada de s� mismo sino lo que viere hacer al Padre:
porque lo que �l hace esto tambi�n hace el Hijo juntamente" (37).
"Mi comida y mi bebida es que haga la voluntad del que me envi� (38).
"Porque he descendido del cielo no para hacer mi voluntad sino la
voluntad del que me envi� (39). Vemos: las voluntades se unifican como un todo
monol�tico, pero a la vez se distinguen inconfundiblemente. 2.
Unidad en el Area de la Doctrina, o Ense�anza de la Santa Palabra. "Mi
doctrina no es m�a sino de aquel que me envi�... las palabras que me diste les
he dado" (40). 3.
Unidad en el Area de las Obras. "Mi
Padre hasta ahora obra y yo obro" (41). "Convi�neme obrar las obras
del que me envi�..." (42). Y lo mismo hace el Esp�ritu Santo, tomando de
Cristo y d�ndolo a nosotros (43). (d)
La Unidad en la Persona Teantr�pica. Conclusi�n. Como
en la Santa Trinidad, decimos otra vez: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD!
Porque Una y Unica es la Persona, y Dos las Naturalezas: Verdadero Dios y Verdadero
Hombre, subsistiendo la Humana en virtud de su Unidad con la Divina. Sin
dividir la integridad de la Persona y sin confundir las Naturalezas;
expres�ndose
siempre en plena cohesi�n. La Unidad del Se�or con el Padre y el Esp�ritu
Santo, permanece intacta, manifest�ndose en tres Areas definidas: Voluntad,
Doctrina y Obras. MARAVILLOSA UNIDAD EN UN MARAVILLOSO SE�OR! (e)
La Persona Teantr�pica, Piedra Basal de la Unidad Cristiana. El
Se�or es la concreci�n Personal, como Persona Teantr�pica, de la Unidad; tanto
por lo que El es en S� mismo como por lo que El ha hecho -Redentor, Bautizador
con Esp�ritu Santo y establecedor del Testimonio-, El es la Piedra Basal de la
Unidad Cristiana.[21]
Por esta raz�n El dijo: "Yo en ellos" (44). El debe ser plantado y formado en nosotros
(45). Son pertinentes aqu�, las palabras: .... para que en todo tenga el
primado" (46). Y
tambi�n es pertinente esta pregunta: �QUE
HEMOS SOBREEDIFICADO SOBRE TAN MARAVILLOSO FUNDAMENTO DE UNIDAD? -Confesamos
avergonzados: Sobre la Unidad... nuestra desunidad! Es hora de reconocerlo.
Es hora de recordar que Cristo no est� dividido! (47). Es hora de discernir
aquella Unidad maravillosa que nuestro maravilloso Se�or y Salvador ten�a en
su coraz�n y mente, cuando levantados los ojos al Cielo, or� por nosotros
diciendo: ..... . como t�, oh Padre en m� y yo en ti...". -"YO
EN ELLOS" (48). (B)
El
tiempo o momento, y modo en que el Se�or or�: la Unidad en la Oraci�n. Era
antes del Calvario y, por lo tanto, antes de Resurrecci�n y Pentecost�s. Los
disc�pulos no ten�an en ese preciso momento, la experiencia perfecta de la
Unidad
Sustancial con Cristo. El Se�or or�, pues, para que pudieran tenerla. Debemos
se�alar aqu� un hecho singular: Dios
ten�a preparado el Plan de la Redenci�n desde antes de la fundaci�n del mundo
y en ese Plan estaba previsto el hacer part�cipe al creyente de la
Dispensaci�n de la Gracia, de esa bendita Unidad Sustancial. (49)
Sin embargo, el Se�or or� al Padre por ella. � POR QUE? La
respuesta la hallamos en el significado de la Oraci�n en relaci�n con la
Unidad. Ella es un medio por excelencia para experimentar la Unidad y
Unanimidad con la Voluntad de Dios. As� el Hijo, que conoc�a la Voluntad del
Padre, se identifica, como Persona Teantr�pica, con esa Voluntad. Y al pedir lo
que sabe que el Padre quiere obrar, el Hijo expresa su plena conformidad con
la Voluntad del Padre: expresa el profundo anhelo de su coraz�n de que esa Voluntad
se cumpla como algo muy deseado! Nada
interfiere la plena identificaci�n. Es una identificaci�n saturada de amor al
Padre y, en cuanto ruega por nosotros, de amor por nosotros. Es la Voz de la
Persona Teantr�pica, que habl� por el Salmista, diciendo: -"El hacer tu
voluntad, Dios m�o, hame agradado y tu ley est� en medio de mis entra�as."
(50). El
coraz�n se derrama; la intercesi�n sube como un suave perfume (51); el �ntimo
sentir del Hijo se expresa al un�sono, como Persona Teantr�pica, con el �ntimo
anhelo del Padre y del Esp�ritu Santo! Es un momento en la ininterrumpida y
preciosa comuni�n inter-Trinitaria, manifest�ndose en y por la Oraci�n! Es la
Unidad Sustancial, manifest�ndose y expres�ndose plenamente, en santo amor y
dulce comuni�n en la Oraci�n Sumo Pontifical. � BENDITA, SANTA ORACION! (C)
Las
Implicaciones que para su propia Persona, tenia su Oraci�n Sumo Pontifical. Esas
implicaciones adquieren proporciones gigantescas de il�mite amor sacrificial,
al medirlas con la Vara de la Cruz! Porque
la Persona que ora, sabe que para cumplirse lo que pide, el Plan Redentor ha
previsto que El sea clavado vivo sobre una Cruz! (52); y que su sangre preciosa
sea vertida en expiaci�n por el pecado! (53). Sabe que su lengua que ahora
suplica, quedar� pegada a su paladar! (54). Que su amante coraz�n ser� como
cera desli�ndose en medio de sus entra�as! (55). Que su rostro sereno de mirar
profundo ser� golpeado, escupido, y desfigurado; y su frente abatida bajo el
espino cruel! (56). Y sabe que el Padre le ocultar� el amado Rostro Eterno!
(57). La
Cruz debe agotar su demanda: -"todas tus ondas y tus olas pasaron sobre
m�" (58). "Mirad y ved si hay dolor cual mi dolor" (59).
"Dios m�o, Dios m�o, �por qu� me has desamparado?" (60). "�CONSUMADO
ES! (61). �
ESE ES EL DURO PRECIO! Pero s�lo as�
habr� resurrecci�n, ascensi�n, PENTECOSTES! Y �l obtendr� y derramar� la Promesa
del Esp�ritu de Unidad sobre Su Pueblo! (62). ��L
LO SABE! POR ESO �L ORA: -"QUE
SEAN UNA COSA... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA" (63). �
BENDITO, ADORABLE REDENTOR NUESTRO! � PERDONA TU PUEBLO! 4.
LA UNIDAD ESENCIAL o UNIDAD SUSTANCIAL EN LOS CRISTIANOS. Queda
dicho, al nombrar Pentecost�s, que el Esp�ritu Santo es a los Cristianos, el
V�nculo Esencial o Sustancial de la Unidad. Es por la participaci�n del
Esp�ritu Santo (1), que la Unidad Sustancial es establecida en los creyentes. La Piedra Basal Viviente, el Se�or
Jesucristo, es plantada en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo. Cuando el
Se�or dijo: -"No
os dejar� hu�rfanos, vendr� a vosotros" (2), refer�a precisamente a Su Morada
en Esp�ritu en los suyos (3). Y esa participaci�n del Esp�ritu, nos es dada
�nicamente y una vez para siempre, en el nuevo nacimiento.[22] Se
requiere esa experiencia o no habr� "participaci�n del Esp�ritu";
porque el "sello" (5), el "arras" (6), la "prenda"
(7), del Esp�ritu, nos son dados en el nuevo nacimiento y s�lo en �l. S�, nos
es necesario nacer otra vez. Quebranta
el coraz�n pensar en la mir�ada de personas que se llaman a s� mismas
cristianas y profesan adhesi�n a Iglesias llamadas Cristianas, pero que no han
nacido de nuevo! (8). Deteng�monos
pues, un poco aqu� para considerar los hechos imprescindibles para satisfacer
esta necesidad; porque, como est� escrito: -"En Cristo Jes�s ni la
circunscisi�n vale nada ni la incircuncisi�n, sino la nueva criatura."
(9). En
el nuevo nacimiento, el Esp�ritu de Dios se une y une a S�, al esp�ritu
"imagen de Dios" que es el hombre (10). Sin ser "participantes
de la naturaleza divina", como lo expresa el ap�stol Pedro (11), no
podremos
conocer la bendici�n contenida en la expresi�n Paulina: -"El Esp�ritu da
testimonio a nuestro esp�ritu que somos hijos de Dios." (12). Y para que
tal hecho sea una realidad, se requiere la acci�n de Dios y la acci�n-respuesta
del hombre. 1.
Acci�n de Dios. La
Trinidad Inmanente act�a en funci�n de Trinidad Econ�mica: el Padre dando a su
Hijo unig�nito (13); el Hijo d�ndose a S� mismo en "ofrenda y sacrificio a
Dios en olor suave" (14); y el Esp�ritu Santo viniendo para regenerarnos,
morar en el creyente y formar la imagen de Cristo en nosotros! (15). El
Esp�ritu Santo toma la iniciativa: redarguye y convence de pecado (16) guiando
luego al alma convicta y confesa al arrepentimiento de pecados para con Dios y
a la sola fe en el Salvador Cristo Jes�s (17). Una vez alcanzados esos
objetivos, el Esp�ritu Santo engendra un hijo de Dios en esa alma lavada en la
sangre del Se�or! 2.
Acci�n-respuesta del hombre. Todo
pecador es enfrentado a la acci�n del Esp�ritu Santo al o�r el mensaje del
Evangelio que el Se�or orden� predicar a toda criatura (18). Y las condiciones
del nuevo nacimiento llaman a su conciencia: arrepentimiento de sus pecados
para con Dios y pura y sola fe en la Persona y Obra del Se�or Jesucristo como
su Salvador personal y �nico. (19). Si
no paga ese precio no tendr� experiencia del nuevo nacimiento y por lo tanto
no ser� salvo ni participar� de la naturaleza divina ni poseer� Unidad
Sustancial con el Se�or; y s�lo le espera eterna condenaci�n!(20). Si
paga el precio, si recibe al Salvador con arrepentimiento y fe: es engendrado,
nacido de Dios, hecho hijo de Dios, hecho participante del Esp�ritu Santo y con
ello la Unidad Sustancial con el Se�or es establecida en su coraz�n! -"Mas
a todos los que le recibieron, di�les potestad de ser hechos hijos de Dios, a
los que creen en su nombre: los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de var�n, mas de Dios." (21). -"Todo
aquel que cree que Jes�s es el Cristo es nacido de Dios." (22). desde que
cre�steis, fuisteis sella dos con el Esp�ritu Santo..." (23). ... y en
esto sabemos que �l (Cristo) permanece en nosotros, por el Esp�ritu que nos ha
dado." (24). Con
todo, esa acci�n-respuesta del hombre, a pesar de ser imprescindible pues sin
ella no hay posibilidad de ser nacido de Dios, NO ES computable como m�rito
alguno
para salvaci�n: porque la salvaci�n es una d�diva de pura y sola Gracia y los
m�ritos son exclusivos del Se�or Jesucristo; porque la misma acci�n-respuesta
humana es promovida por la iniciativa del Esp�ritu Santo; y finalmente porque
esa acci�n-respuesta comienza por la humillaci�n del hombre. (25) 3.
Conclusi�n sobre el Nuevo Nacimiento. S�lo
en los renacidos, se cumple la oraci�n del Se�or en cuanto a la Unidad
Sustancial,
por la fundamental raz�n de que reciben la participaci�n del Esp�ritu Santo.
Quien no posee esa experiencia no es Cristiano en sentido B�blico, porque
escrito est�: -"Y si alguno no tiene el Esp�ritu de Cristo, el tal no es de
�l." (26). (b)
La
Unidad Sustancial en el creyente renacido. Por
la participaci�n del Esp�ritu Santo, se establece en el creyente la Unidad
Sustancial.
Y entonces, el creyente debe realizar que esa Unidad es tambi�n de car�cter
Trino o Tri-Unidad, porque cubre tres �reas: 1.
La Unidad Sustancial entre el Se�or y el renacido. 2.
La Unidad Sustancial en la persona misma del renacido. 3.
La Unidad Sustancial entre un renacido y los dem�s renacidos. Y
en las tres �reas, rige el mismo Principio que hemos discernido en los
cap�tulos anteriores, que es: Unicidad en Diversidad y Unanimidad. Una
es la Sustancia en Diversidad de Personas y �reas de relaci�n, en plena
cohesi�n, ecuanimidad y unanimidad. Lo
veremos en detalle. 1.
La Unidad Sustancial entre el Se�or y el renacido. Es
de car�cter indisoluble, pues escrito est�: "El que se junta con el Se�or
UN Esp�ritu es." (27). Pero: ello no implica anulaci�n ni asimilaci�n
del esp�ritu humano del creyente, porque la identificaci�n Sustancial no hace
perder la distinci�n individual. Las Escrituras revelan tanto la plena
cohesi�n como la clara distinci�n: "Porque
el mismo Esp�ritu da testimonio a nuestro esp�ritu." (28). "Y el
Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro esp�ritu y alma y cuerpo
sea guardado entero" (29). "Porque la palabra de Dios... alcanza a
partir el alma y a�n el esp�ritu y las coyunturas y tu�tanos y discierne los
pensamientos y las intenciones del coraz�n" (30). Es
muy evidente que en el renacido se realiza una maravillosa Unidad que es
indivisible
e inconfundible a la vez, es decir: el
Esp�ritu Santo se unifica con nuestro esp�ritu y al mismo tiempo guarda
relaci�n con �l. No hay divisi�n, pero no hay confusi�n. Hay cohesi�n y hay
ecu�nime relaci�n. Pero,
adem�s, la Unidad se expresa o manifiesta por la Unanimidad. Habiendo recibido
el Esp�ritu, ahora debemos andar en el Esp�ritu (31). Mas, por causa del
antagonismo
de la "carne" o del "viejo hombre" (32), la Unanimidad no
ser� manifestada si no media el sacrificio vivo del creyente para que pueda
experimentar la voluntad de Dios (33). Y esto nos trae al punto siguiente. 2.
La Unidad Sustancial en la persona misma del renacido. Obviamente,
esto se relaciona �ntimamente con lo anterior, porque abarca todas las
relaciones interiores y sicosom�ticas, o sea, toda la personalidad del creyente:
esp�ritu, y alma, y cuerpo.[23]
El Esp�ritu Santo, viene a vivificar nuestro esp�ritu y a morar en �l para
irradiar toda nuestra alma y gobernar nuestro cuerpo, para que el hombre
espiritual
sea establecido (34). La Unidad Sustancial plantada en nosotros por el Esp�ritu
Santo, nos hace "posesi�n adquirida para alabanza de su gloria" (35).
"�O ignor�is que vuestro cuerpo es templo del Esp�ritu Santo, el cual
est� en vosotros, el cual ten�is de Dios y que no sois vuestros? Porque
comprados sois por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro esp�ritu, los cuales son de Dios." (36). Mayor claridad,
imposible. Triste
es confesarlo, pero suelen pasar a�os antes que el creyente (sea por falta de
ense�anza correcta o por carecer de entendimiento o por falta de sumisi�n y
obediencia al Se�or) encare las implicaciones de la Palabra en cuanto a la
Unidad Sustancial. No debiera ser as�, pero suele serlo. R�pidos para muchas
cosas, somos tard�os para realizar los DERECHOS DEL SE�OR en nosotros, las
realidades de la Presencia del Esp�ritu y Sus prop�sitos. Es por eso que la
Palabra de Dios nos manda: -"Y
no contrist�is al Esp�ritu Santo de Dios, con el cual est�is sellados..."
(37). Y tambi�n: -"No apagu�is el Esp�ritu" (38). Y es por estas
cosas que somos reprendidos, castigados y a�n azotados por el Se�or (39). No
es cosa liviana, ciertamente, ser hijos de Dios! (40). Y
ser� en la medida que la Unidad Sustancial sea experimentada, que el creyente
conocer� cu�n real, profundo e indisoluble es el v�nculo; cu�n llena de
consideraci�n la ecu�nime relaci�n e �ntima comuni�n; y cu�n fruct�fera la
unanimidad! 3.
La Unidad Sustancial entre un renacido y los dem�s renacidos. El
Un Esp�ritu nos hace Uno con el Se�or y con los hermanos: -"Porque por un
Esp�ritu, somos todos bautizados en un cuerpo... y todos hemos bebido de un
mismo
Esp�ritu." (41). Esto
es reconocido con alabanzas y acci�n de gracias. Pero: -�Qu� de la
Unanimidad?
� Cu�nto ejercicio de coraz�n, humildad, tolerancia y amor fraternal son
necesarios! (42). Y ello, tanto en la Iglesia local, como en las relaciones,
comuni�n, cooperaci�n y armon�a inter-Iglesias; siempre hablando de Iglesias
B�blicas, de creyentes Fundamentales, o sea, no "modernistas'.[24] �
Y qu� en cuanto a la Unanimidad Doctrinal? Porque tarde o temprano, lo queramos
o no, aflorar�n las tensiones subyacentes entre nosotros por causa de
diferencias en doctrina y pr�cticas B�blicas. Este es el momento de reconocer
que la Unidad Sustancial no puede rendirse ni capitular por pasiva o
indiferente, ante las incongruencias, contradicciones o discrepancias entre
renacidos. Las razones son vistas en cap�tulos siguientes; pero quede aqu�
claro que los herederos y depositarios de toda la riqueza contenida en la Unidad
Sustancial, somos hallados faltos puestos sobre la balanza del significado de
la Oraci�n del Se�or. Tristemente,
la �nica conclusi�n que exprese la realidad de nuestras diferencias
doctrinales o de doctrina y pr�cticas, puede ser esta: UNICIDAD EN DIVERSIDAD...
Y DESUNIDAD! Que el Se�or nos abra el sentido para entenderlo, la conciencia
para reconocerlo y el coraz�n para que busquemos en El y Su Palabra, Su
Voluntad! Cu�n
necesario nos es, en estos respectos, o�r de nuevo Su Santa Oraci�n: -�...
que sean una cosa... oh Padre... como nosotros somos una cosa.� B. EN RELACION A LA
PALABRA DE DIOS O SANTAS ESCRITURAS, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA
DOCTRINAL, BIBLICA.
1.
Relaci�n entre Esp�ritu y Doctrina y, consecuentemente, entre Unidad Sustancial
y Unidad Doctrinal. Mucho
mal ha sido tra�do a la Iglesia por no haberse reconocido o recordado la
relaci�n entre lo Sustancial y lo Doctrinal. La raz�n de esa relaci�n consiste
en que: Dado un hecho o una realidad, -f�sica o metaf�sica; material o
espiritual;
visible o invisible-, habr� una doctrina que lo anuncie, interprete o explique. Por
tal causa, toda Doctrina B�blica, se refiera o no a Dios, es una realidad o un
hecho puestos o declarados en palabras; sean esas palabras dadas antes de los
hechos, como en los casos prof�ticos (1); o despu�s de los hechos mismos.
Doquiera
pues, que obre o se manifieste el Esp�ritu de Dios, habr� una doctrina; m�s
a�n; el mismo Esp�ritu proveer� la Doctrina que declare su obra, o la obra del
Se�or Jesucristo, o la obra del Padre, o todo aquello que el Esp�ritu desee
revelar (2). Yendo
al fondo del asunto, discernimos que entre Esp�ritu y Doctrina B�blica existe
una relaci�n vital; algo as� como la relaci�n existente entre esp�ritu y
palabra, as� que la palabra fuere s�lo concebida en el mero pensamiento o bien
hablada o escrita. De modo que si el mismo Esp�ritu Santo que nos da la Unidad
Sustancial es el que nos da la Doctrina, con �sta nos da potencialmente Unidad
Doctrinal. Como l�gica consecuencia, Unidad Sustancial y Unidad Doctrinal
guardan relaci�n vital. Veremos m�s de esto, en los puntos siguientes. 2.
La Unidad Sustancial Cristiana requiere, y se proyecta a la vez, a la Unidad
Doctrinal. (a)
La requiere, porque sin doctrina no hay acceso a la Unidad Sustancial. El
nuevo nacimiento lo prueba. Ya hemos visto que en el nuevo nacimiento recibimos
la participaci�n del Esp�ritu Santo y con ello, la Unidad Sustancial. Pero:
para renacer se requiere PREVIAMENTE, que los hechos salvadores sean presentados
al alma. Un mensaje debe serle dado y ese mensaje ser� necesariamente
Doctrinal! As� que al pecador se le diga solamente que el Se�or muri� y
resucit� para salvarlo y que debe arrepentirse y aceptar a Cristo para ser
salvo: ese "m�nimum" se apoya y deduce de una larga serie de hechos
antecedentes que cubren amplio campo Doctrinal: Antropolog�a,
Hamartiolog�a, Soteriolog�a, etc., sin cuya realidad, aquellas sencillas y
breves palabras carecer�an de valor. Ese breve mensaje, lo sepa o no quien lo
recibe y a�n quien lo da, es en s� mismo un compendio de Unidad Doctrinal, sin
lo cual el pecador no conocer�a la Salvaci�n y por lo tanto no recibir�a la
participaci�n del Esp�ritu y carecer�a de Unidad Sustancial. (b)
Pero: la Unidad Sustancial, una vez establecida, se proyecta a la Unidad
Doctrinal de los creyentes. Y
la raz�n puede llamarse: LA RAZON ESCRITURAL, EL HECHO QUE TENEMOS UNA BIBLIA.
Porque con, en, y por las Escrituras, el Esp�ritu Santo nos ha dado: la
"buena doctrina" (3); la "sana doctrina" (4);
"doctrina del Esp�ritu" (5); "la doctrina de nuestro Salvador
Dios" (6); "toda... doctrina" (7). La doctrina es el alimento
del renacido y, asimismo, es todo cuanto la Iglesia necesita y debe creer y
practicar. La Unidad del Esp�ritu requiere y se proyecta, pues, a la Unidad
Doctrinal y �sta nos es dada por el mismo Esp�ritu: primero
en las Escrituras y luego, en el ministerio de ense�anza, para que sea
manifestada
en la medida de nuestra sumisi�n. 3.
Unidad entre el Esp�ritu Santo y las Santas Escrituras. Necesitamos
recordar aqu� que el Esp�ritu Santo, que es el V�nculo Sustancial de la Unidad
Cristiana, es el Inspirador de las Santas Escrituras: -"Los santos hombres
de Dios hablaron siendo inspirados del Esp�ritu Santo" (8); "Toda
Escritura es inspirada divinamente..." (9). La Inspiraci�n Divina es,
pues, el V�nculo de Unidad entre el Esp�ritu y la Biblia, a la cual por eso
llamamos Santa y confesamos la Inspirada e Inerrable Palabra de Dios. En ese
v�nculo, -la Inspiraci�n-, reside asimismo la Autoridad Divina de las
Escrituras que las hace la Unica Autoridad en doctrina y pr�cticas para los
hijos de Dios (10). Todos los santos lo saben. Pero no siempre se aperciben de
cuanto implica, o no siempre lo recuerdan... especialmente respecto de dos
�reas de Unidad: la Unidad inter-Doctrinas y la Unidad Doctrinal inter-Cristianos. 4.
Unidad inter-Doctrinas. Obviamente,
se trata de la Unidad de las doctrinas entre s�, del Cuerpo de Doctrinas
B�blicas como un todo, sin omitir ni minimizar ninguna y sin contradicci�n
entre ellas. Siendo que las Escrituras son Inspiradas y por ello Inerrables,
luego: todas sus Doctrinas tambi�n lo son. Y la Unidad inter-Doctrinas es el
resultado. Todo es cohesi�n, armon�a, unanimidad. Tal es la evidencia interna
del "corpus doctrinae", una de las pruebas m�s preciosas de su
Inspiraci�n:
su inter-Unidad! (11). En esta conexi�n, la Doctrina de la Unidad no es
meramente
una doctrina entre muchas, sino LA Doctrina que las abarca a todas. Puede
llamarse: La Doctrina de la Unidad de las doctrinas. Por lo mismo, no admite
parcializaciones, ni jerarqu�as de "vitales y no vitales", ni
adiciones Si es Doctrina B�blica es de Dios, por ende debe ser guardada porque
es Inspirada del Esp�ritu Santo!(12). 5.
Unidad Doctrinal inter-Cristianos. El
V�nculo Sustancial -el Esp�ritu Santo- por su doble conexi�n: con la
Escritura
por la Inspiraci�n y con los Cristianos por el nuevo nacimiento; establece
l�gicamente la tri-Unidad: Esp�ritu-Escritura-Cristianos. Doquiera el Esp�ritu
Santo more, se manifieste o act�e, lo har� entonces en total acuerdo con la
Escritura por El Inspirada. Y morando, como mora, en los renacidos, guiar� a
�stos por la misma regla: doquiera los renacidos se hallen y act�en bajo la gu�a
�del Esp�ritu Santo, obrar�n siempre en total acuerdo con las
Escrituras. Esto es axiom�tico. Y que tal hecho establece la Unidad Doctrinal
inter-renacidos, tambi�n lo es! Cuantos est�n de acuerdo con las Escrituras
estar�n de acuerdo en toda doctrina y pr�ctica; y por contrario imperio:
quienes desacuerden entre s� lo ser� porque algunos -sino todos- no estar�n
de acuerdo con las Escrituras. Es obvio: LA DOCTRINA B�BLICA UNE; EL ERROR O
LA FALSA DOCTRINA ES LA QUE DIVIDE A LOS HIJOS DE DIOS!(13). Que
tal realidad declara INJUSTIFICABLES, tanto Espiritual como Escrituralmente,
las discrepancias doctrinales entre los hijos de Dios es tan evidente, que
asombra
hasta el espanto, que se lo pase por alto como si tal cosa hoy d�a. Pero el
Se�or no lo ha pasado por alto, ciertamente! Es hora de reconocerlo y de
proceder sin demora alguna a corregir tan grave falta! 6.
Unanimidad Doctrinal para aqu� y para ahora. La
raz�n es obvia: -Porque participamos de Un Se�or y Un Esp�ritu y ese
Esp�ritu
nos ha dado Una Escritura. (14) Cristo no est� dividido! (15). El Esp�ritu
Santo
y las Escrituras no est�n divididos! (16) � POR QUE hemos de estar divididos
los Cristianos, nacidos del Esp�ritu, que amamos la Palabra de Dios? Se
requerir�an varios "Cristos" y "Esp�ritus" con varias y
contradictorias "Escrituras"... para justificar el mantenimiento de
discrepancias. Pero: si los renacidos son los sujetos propios de la Unidad
Cristiana porque tienen Un Se�or y Un Esp�ritu y Una Escritura Inspirada e
Inerrable, no hay forma honesta de eludir esta conclusi�n forzosa: Los
renacidos son los sujetos propios de la Unidad Doctrinal para aqu� y para
ahora! Adem�s:
el Se�or Jesucristo es la Verdad (17), el Esp�ritu es Verdad (18) y la Palabra
es Verdad (19); y los tres: el Se�or, el Esp�ritu y la Palabra, est�n con
nosotros
para siempre! (20). Cristo Jes�s es la concreci�n de la Unidad Cristiana; el
Esp�ritu Santo, la concreci�n de la Unidad Sustancial; y la Palabra de Dios, la
concreci�n de la Unidad Doctrinal! Finalmente,
el Se�or or� al Padre: "Santif�calos en tu verdad. Tu Palabra es verdad"
(21), y esto, en toda connotaci�n posible, habla de limpieza en la verdad y
significa impl�citamente liberaci�n del error.(22). 7.
La Unanimidad Doctrinal nos restringe, por lo tanto, a lo estrictamente
B�blico:
"SOLA SCRIPTURA", es la Regla Cristiana. Por
eso leemos: "Si alguno habla, hable conforme a la Palabra de Dios"
(23).el que ense�a, en doctrina" (24); y "doctrina", entre
Cristianos, significa una sola cosa: DOCTRINA B�BLICA! -"ESCRITO
ESTA" (25) y "ERRAIS, IGNORANDO LAS ESCRITURAS..."(26), son
declaraciones autoritativas, absolutas, del Se�or. El
Ap�stol Pablo tambi�n dice: .... para que en nosotros aprend�is a no saber m�s
de lo que est� escrito" (27). "Retened la doctrina que hab�is
aprendido sea por palabra o por carta nuestra" (28): esta referencia une
la ense�anza doctrinal verbal Apost�lica a su ense�anza doctrinal escrita y
con ello, establece a las Escrituras como nuestra Autoridad Doctrinal. "Toda
Escritura es divinamente inspirada y �til para ense�ar, rearg�ir, corregir..."
(29) es igualmente autoritativo y sujeta todo a la ense�anza y correcci�n
Escritural. "SOLA
SCRIPTURA" es, pues, la Regla ![25]
Pero ello no significa que los Fundamentalistas tenemos un "Papa de
papel", como tan irreverentemente mal dijera Karl Barth, el cual negaba la
Inspiraci�n Verbal y Plenaria de las Escrituras. Esto significa -entre
muchas otras cosas- que las "Sagradas Escrituras" como tan
reverentemente las llama el Ap�stol Pablo, nos han sido dadas por el Esp�ritu
Santo para que en tal manera, la "sana doctrina" (31) quedara a salvo
de las tergiversaciones y digitaciones de "falsos profetas y falsos
doctores", que tanto han proliferado en estos postreros tiempos de cruda y
osada apostas�a (32). 8.
Unanimidad Doctrinal es sin�nimo de "Unidad de la Fe". -"Hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un var�n perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo."
(33). Esta
Escritura nos habla de realizaci�n y progreso en el conocimiento de la verdad y
en la vida espiritual. Y hace muy claro que "Unidad de la Fe" incluye
la Unidad Doctrinal, por dos razones: (a) Porque es una palabra escrita especialmente para
creyentes que, por serlo, ya ten�an fe en sentido de salvaci�n; de modo que
"fe" tal como usada aqu�, tiene un sentido amplio que abarca a todo
el cuerpo de verdades o doctrinas B�blicas (34). (b) Porque su claro contexto exhorta a creyentes en dos
�reas netamente doctrinales: -"Que ya no seamos ni�os fluctuantes
llevados por doquiera de todo viento de doctrina por estratagema de hombres que
para enga�ar emplean con astucia los artificios del error: Antes siguiendo la
verdad en amor crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber.
Cristo." (35). All� tenemos juzgado para siempre el caso: los Cristianos
deben tener unanimidad doctrinal. Para ello, deben evitar los errores de las
falsas sectas; y por otra parte, deben "seguir la verdad en amor" lo
cual, junto con la afirmaci�n positiva, implica liberaci�n del error que
impide el crecimiento en Cristo. "UNANIMES
ENTRE VOSOTROS" (36),
apunta en la misma direcci�n con claridad meridiana. Y su contexto a�ade luz: -"no
altivos, mas acomod�ndoos a los humildes"-, que allana dificultades por
causa de temperamento o car�cter personal; -"no
se�is sabios en vuestra opini�n"-, que refiere a conocimientos y sugiere,
junto con la mesura, modestia y humildad, la necesidad de procurar verdadera
Sabidur�a. 9.
� Pagaremos el Precio? El
Se�or or� por la Unidad; nos dio Su Presencia, Su Esp�ritu, Su palabra,
Unidad
Sustancial. � No son �stas suficientes razones para entender que debemos poseer
Unidad Doctrinal? Acaso: lo que el Esp�ritu Santo pudo hacer en y por los
santos escritores por El Inspirados para darnos una Biblia Inerrable, sin
contradicciones, con plena Unidad inter-Doctrinas; � no podr� hacerlo por
renacidos que a� �L se sometan y por �l
Iluminados para darles Unidad Doctrinal sin incongruencias, contra-dicciones y
discrepancias de ninguna especie? (37). PERO:
-� Querremos pagar el precio de nuestra sumisi�n para hacer Su Voluntad en esto
tambi�n? -�Estaremos
dispuestos a sufrir un poco por amor de la Iglesia de Cristo? (38). ESCUCHEMOSLE
OTRA VEZ: .....
QUE SEAN UNA COSA...OH PADRE. COMO
NOSOTROS SOMOS UNA COSA."! C. EN RELACION AL
TESTIMONIO, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA CORPORAL, U ORGANICA, Y
MISIONAL.
La
raz�n es: Porque tiene que ver con la Iglesia del Se�or Jesucristo, � UN
CUERPO PARA TESTIMONIO! 1.
UN ESP�RITU, nos hace miembros del UN CUERPO, del UN SE�OR. (1). Es
decir, miembros de la Iglesia Cristiana. "Mi Iglesia" (2), dijo el
Se�or. Iglesia Una y Santa, que se integra con todos los redimidos de la
presente Edad de la Gracia, y que comprende: a los renacidos que ya
han partido para estar con el Se�or (3), y a los renacidos que todav�a estamos
sobre la tierra y a los que a�n han de renacer aqu� en oyendo la palabra del
Evangelio en esta Dispensaci�n, hasta que el n�mero s�lo conocido por Dios
"desde antes de la fundaci�n del mundo" (4) sea completado. Esa
Una y Santa Iglesia, como Asamblea General de Cristianos ser� reunida solamente por el Se�or Jesucristo a S� mismo, en el d�a del
arrebatamiento, antes que se desate la Tribulaci�n. (5) Mientras
llega ese anhelado d�a, la expresi�n visible de LA Iglesia en la tierra, son
LAS Iglesias locales -NO las "Denominaciones Eclesi�sticas" (6). Por
lo tanto es aqu� y ahora, que la Unidad Cristiana en relaci�n al Testimonio
tiene vigencia. Y esa Unidad se relaciona con tres �reas de manifestaci�n: la
Iglesia local; la relaci�n inter-Iglesias y el Testimonio al mundo. 2.
La Unidad y Testimonio de la Iglesia local. La
Asamblea local de creyentes, es decir, la Iglesia que se re�ne al Nombre del
Se�or en un lugar determinado, sea en un templo o en una casa de familia (7),
es el primer campo de concreci�n y manifestaci�n colectiva de la Unidad
Cristiana. Parecer�a innecesario decir que toda Iglesia local debe creer y
practicar las mismas doctrinas
y ordenanzas (8); mantener vivo el esp�ritu de amor fraterno (9) y un vigoroso
testimonio de predicaci�n del Evangelio a las almas perdidas (10) a la par que
defender el Evangelio frente a toda apostas�a (11) y confirmarlo por la
ense�anza y edificaci�n de los creyentes (12). Sin embargo, no s�lo debe ser
dicho, sino muy enfatizado! Porque en muchas iglesias locales faltan unas u
otras de esas notas distintivas de una Iglesia B�blica y militante. Contrista
el esp�ritu ver templos enormes y lujosos llenos de gente espiritualmente m�s
que pobre, indigente(13). Y
a�n en Iglesias fieles surgidas por obediencia al mandato B�blico de la
separaci�n de apostas�as (14), suelen hallarse disparidades de criterio sobre
doctrinas y pr�cticas. (Por ejemplo: la coexistencia de dos modos de bautismo
seg�n el deseo del bautizando; falta de convicciones sobre forma de gobierno
eclesi�stico; admisi�n de miembros e invitaci�n a la mesa del Se�or
indiscriminadas, etc�tera). Por
otra parte, nuevos "ismos" amenazan la Unidad de las Iglesias. Entre
ellos, el as� llamado "Neo-Evangelicalismo" con su prurito de
"intelectualismo" y una ant�-Biblica reacci�n para con los
Fundamentalistas, al tiempo que se inclina m�s y m�s hacia el ala liberal
modernista y ecum�nica del Protestantismo ap�stata! Movimiento que va cediendo
terreno en �reas tan delicadas como la Inspiraci�n Plenaria y Verbal de las
Escrituras y su Inerrabilidad; y que va detr�s de los "argumentos de la
falsamente llamada ciencia" (15) aceptando esa traslaci�n religiosa del
"Neo-evolucionismo" que ha dado en llamarse
"Evoluci�n-Te�sta". Y finalmente, imponiendo por todo el mundo esa
nueva "escuela" de evangelismo ecum�nico con su yugo desigual de
fieles e infieles modernistas y con el "Neo-Pentecostalismo" y su
"glosolalia" y "sanidades" masivas, etc. Todo ello atenta
contra la Unidad de la Iglesia local pues est� dividiendo a la hermandad en
much�simos casos. � Cu�nta necesidad de Estudio B�blico adecuado que ponga en
claro tantas sutiles formas de desviaci�n de los creyentes y les confirme en la
Verdad de Dios! Asimismo,
cu�n necesario es que el pueblo del Se�or sea instruido en todo lo que abarca
la Experiencia Cristiana: comenzando desde el mero nuevo nacimiento (16) y
siguiendo luego paso a paso con el crecimiento espiritual de la nueva criatura
(17); la santificaci�n (18) y la necesaria separaci�n del mundo, dentro y
fuera de los templos (19); el fruto del Esp�ritu Santo plantado en el car�cter
de los creyentes (20); los dones del Esp�ritu Santo para ser ejercidos por cada
hijo de Dios (21); la "palabra de la Cruz" en toda su profundidad e
implicaciones para las personas y la obra de cada siervo, sea misionero,
pastor, doctorado o "doctorando"... y cada Cristiano (22); la
preparaci�n
de los renacidos para la tan cercana venida del Se�or por nosotros (23); la
vida de oraci�n (24); la mayordom�a sacrificial de los bienes (25); el
testimonio digno (26) y tantas bendiciones m�s: �ntima comuni�n, sabidur�a y
espiritual conocimiento, el habitual "andar en el Esp�ritu", el
conocer y obedecer la Voluntad del Se�or, etc., etc.! (27). Todas esas cosas,
santas y valiosas, promover�an la manifestaci�n espiritual de la Unidad
Cristiana en la Iglesia local; y har�a realidad que cada Iglesia fiel fuese un
ejemplo para las otras, como Pablo dijo de los Tesalonicenses (28). �
Ese es el desaf�o! La Palabra de Dios abierta por siervos fieles ante el
coraz�n abierto, anhelante y adorante de los hermanos! Benditos los siervos
que oran, sufren y trabajan denodadamente obedeciendo la Voluntad de su Se�or y
dando a Su familia el alimento en saz�n y a tiempo! (29). Unidad del Esp�ritu!
Unidad de la Palabra! Unidad del Testimonio! EN LA IGLESIA LOCAL: AQUI Y
AHORA! 3.
La Unidad �nter-Iglesias. Doctrinalmente
hablando, ella es la proyecci�n l�gica de la Unidad de la Iglesia local. Y
as� debiera serlo en la pr�ctica! Y sea hecho tan claro como la luz del
mediod�a: la Unidad �nter-Iglesias, NO significa en ning�n sentido la
promoci�n "ecum�nica" de una Super-Iglesia Mundial. NO significa
tampoco la organizaci�n de un sistema eclesi�stico monstruo de gobierno tipo
"Papal" o centralizado, ni colegiado, ni federativo, ni Conciliar, �
NO! Porque todo eso es Anti-B�blico! Sea hecho claro como la luz del mediod�a,
que el Nuevo Testamento establece la INDEPENDENCIA de la Iglesia local en
gobierno, disciplina y administraci�n, respondiendo cada Asamblea directamente
a la UNICA
CABEZA: EL SE�OR JESUCRISTO! (30). PERO: la Independencia de la Iglesia local,
NO significa su aislamiento de las otras porque tal cosa afectar�a la
manifestaci�n
de la Unidad Sustancial del UN CUERPO
DE CRISTO. El
Nuevo Testamento, que legisla la independencia, tambi�n establece, por mandato
y ejemplo Apost�licos, la fraternal relaci�n, comuni�n, asistencia y
cooperaci�n ENTRE IGLESIAS. Y todo ello, sin distinci�n de raza, pa�s, sexo ni
condici�n social de los hijos de Dios! (31). Por
ejemplo: �
Salutaciones fraternales (32). � Amor
fraternal en acci�n (33). � Socorro en
las necesidades (34). � Intercambio
y viaje de obreros; y asistencia a sus necesidades (35). � Oraciones
mutuas, y por los misioneros (36). � Informaci�n
sobre la marcha de la obra (37) � Intercamhio
de cartas de ense�anza apost�lica (38). � Reuni�n
internacional conjunta, -Antioqu�a-Jerusalem para resolver discrepancias en
doctrina y pr�cticas! (39). CRISTO
NO ESTA DIVIDIDO! (40). LAS
IGLESIAS DE CRISTO TAMPOCO DEBEN ESTAR DIVIDIDAS NI AISLADAS; SINO EN PLENA
COMUNION Y COOPERACION FRATERNAL, BUSCANDO, Y PERSEVERANDO EN: LA UNIDAD
DOCTRINAL, EL AMOR FRATERNAL Y EL TESTIMONIO UNIDO! 4.
Car�cter Misional de la Unidad: "Para que el mundo crea..." (41). Finalmente,
tenemos la Oraci�n del Se�or: "Para
que el mundo crea que t� me enviaste... y que los has amado como tambi�n a m�
me has amado." (41). Tan
expl�citas palabras del Se�or cierran nuestro caso. Todo cuanto significa
Unidad Cristiana debe tener manifestaci�n reconocible EN ESTE MUNDO! La Unidad
Sustancial o del Esp�ritu, subjetiva e invisible de por s�, se hace objetiva a
los ojos del mundo por la Unanimidad de los Cristianos en doctrina, pr�cticas,
ense�anzas y testimonio. Y
ello posibilitar� que el mundo crea y conozca que Dios ha enviado al Se�or; que
nos am� como am� a Cristo y como Cristo nos am�! Por supuesto, todo ello no
significa que el mundo entero se har� creyente ni ser� renacido, pues sabemos
que muchos son los que rechazan el testimonio y se perder�n (42). Pero la
Unidad manifestada ser� un Testimonio que mostrar� al mundo que el Se�or de
los creyentes no es de este mundo; y ello ayudar� a que nuevas almas sientan
el deseo de conocer al Salvador. "Para que el mundo crea", es un a
expresi�n en la cual la palabra "mundo" ("kosmos") es usada
por sin�cdoque, es decir: una figura del lenguaje en la cual el "todo"
es puesto para significar la "parte" o viceversa (43). El
Testimonio unido de los hijos de Dios, manifestando la Unidad Sustancial, la
Presencia del Se�or Jesucristo en ellos, la Presencia y manifestaci�n del
Esp�ritu Santo, la Unidad Doctrinal sin doctrinas ni pr�cticas en
contradicci�n de una Iglesia con otra, y la Unidad Misional que proclame,
manifieste
y propague la Unidad Cristiana para la Gloria del Se�or, har�n sin duda un
impacto
en muchos corazones todav�a; a�n en estos d�as de multiplicaci�n de maldad y
resfriamiento de la caridad de la mayor�a! (44). El
centuri�n, al pie de la Cruz, viendo c�mo el Se�or hab�a expirado, tuvo que
decir, 'Verdaderamente
este hombre era el Hijo de Dios." (45). El testimonio de los Ap�stoles
hizo que el pueblo glorificara a Dios y que a�n las autoridades incr�dulas
tuvieran que decir que "ellos hab�an estado con Jes�s" (46). Nosotros
estamos llamados a mostrar y anunciar las virtudes del Se�or y a manifestar el
santo amor de Cristo los unos a los otros para que sea notorio que somos Sus
disc�pulos (47), y que guardamos Su Palabra! (48). Caso contrario, ser�a
realmente muy triste que el nombre del Se�or fuera blasfemado por causa de mal
testimonio (49). �LEJOS SEA! Antes
bien: Andemos "como es digno de la vocaci�n con que sois llamados; con
toda humildad y mansedumbre, con paciencia soport�ndoos los unos a los otros
en amor; sol�citos a guardar la unidad del Esp�ritu en el v�nculo de la paz.
Un cuerpo y Un Esp�ritu... Un Se�or, Una fe, Un bautismo, Un Dios y Padre de
todos, el cual es sobre todas las cosas y por todas las cosas, y en todos
vosotros"
(50). "A El sea gloria en la Iglesia por Cristo Jes�s, por todas edades
del siglo de los siglos. Am�n." (51). Que
las palabras del Se�or nos hablen al coraz�n. Ante ellas, no es posible aceptar
ni "ecumenismos" ni "aislamientos" ni "caminos del
medio". Tampoco es posible conformarse a "status" que hacen
factible la coexistencia de verdad y error sin que se haga nada para resolver
B�blicamente tal incongruencia, contradicci�n y discrepancia entre los
renacidos, el Pueblo de la Unidad! Veremos de esto en el cap�tulo siguiente. 5.
Conclusi�n sobre la Unidad en relaci�n al Testimonio. Puede
sintetizarse en las mismas palabras que a trav�s de este estudio hemos
discernido en cada �rea de Unidad: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD. Porque
UNA es la Iglesia de Cristo, que se expresa visiblemente en la tierra en
DIVERSIDAD de Iglesias locales, que deben guardar plena UNANIMIDAD en doctrina,
pr�cticas y testimonio al mundo! Esa
es la ense�anza de la Palabra de Dios! Por eso el Se�or or� por nosotros
diciendo: "QUE SEAN UNA ... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA
COSA". (4) CONCLUSION. Tesis Sint�tica sobre la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana La
Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, puede definirse como una UNIDAD
COMPUESTA, que se integra de SIETE PRINCIPIOS FUNDAMENTALES, que, para la
realizaci�n experimental y pr�ctica de la Unidad, se concretan en UNA PIEDRA
BASAL y TRES ACOMPA�ANTES IMPRESCINDIBLES. Ellos son: (a)
Siete
Principios Fundamentales. 1.
Su Carta Constitucional: la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo. (San
Juan cap. 17). 2.
Su Eterna Fuente, Corriente y Dechado: la Unidad de la Sant�sima Trinidad. 3.
Su Piedra Basal Angular: la Persona Teantr�pica, es a saber, el Se�or
Jesucristo. 4.
Su V�nculo Esencial: la Persona del Esp�ritu Santo. 5.
Su V�nculo Experimental, o sea, su concreci�n vital en los creyentes: la
experiencia del nuevo nacimiento. 6.
Su V�nculo y Autoridad Doctrinal: la Inspirada e Inerrable Palabra de Dios,
las Santas Escrituras. 7.
Su V�nculo e Instrumento Misional: el Testimonio Cristiano. (b)
La
Piedra Basal y los Tres Acompa�antes Imprescindibles. La
Piedra Basal, el Se�or Jesucristo, que es la concreci�n Personal de la Unidad
Cristiana, para poder ser plantada en los creyentes, requiere tres Acompa�antes
imprescindibles, que, a su vez, establecen las tres Areas de Unidad Cristiana: 1.
EL ESP�RITU SANTO. V�nculo Esencial, del cual somos hechos participantes en el
nuevo nacimiento, que nos hace una cosa con el Se�or y los otros renacidos. El
Area es: UNIDAD SUSTANCIAL. 2.
LA PALABRA DE DIOS o SANTAS ESCRITURAS. Inspiradas
por el mismo Esp�ritu y por lo tanto Inerrables y �nica Autoridad en doctrina y
pr�cticas; cuyo mensaje nos da acceso y pone a nuestro alcance la experiencia
del nuevo nacimiento y con ello a la Unidad Sustancial; y cuya ense�anza nos
provee de Unidad de la Fe. El Area es: UNIDAD EN LA VERDAD o UNIDAD DOCTRINAL. 3.
EL TESTIMONIO CRISTIANO. V�nculo e Instrumento Misional. Iniciado por el mismo
Se�or Jesucristo y continuado por el Esp�ritu Santo a trav�s de los Ap�stoles
y disc�pulos -o sea de renacidos-; tiene que ver con la Iglesia del Se�or como
UN CUERPO, UN CUERPO PARA TESTIMONIO. Manifiesta y proclama la Unidad en y al
mundo incr�dulo y la propaga mediante la Palabra y el Esp�ritu en todos cuantos
vienen al conocimiento del Salvador y le reciben. El Area es: UNIDAD MISIONAL. CONCLUSION. La
S�ntesis Final de la Unidad Cristiana, puede expresarse en la siguiente
declaraci�n sumaria: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS
EN LA IGLESIA DE CRISTO! "UN CUERPO, UN ESP�RITU, UN SE�OR, UNA FE, UN
BAUTISMO, UN DIOS Y PADRE DE TODOS". �BENDITA UNIDAD CRISTIANA!
|
|||||||||||
(1)
Jn.4:24 (2)
Comparar 1 Co.12:11a,13 (3) Ro 1:12 (4) Lc.24:37-39 (5)
Is.40:18-25 (6)
Dt.4:12,15; Job 919; (7)
Sal.42 :2 Mt.16:16 1 Ts.l :9 1
Tim.3:15 comparar Jn.5:26 (8)
Ex.3:14 (9)
1 Tim.l:17b 1
Tim.6 : 16a (10) Ro.l:23 (11)
Ro.1 :20a,b 2 Co.4:18 He.9 :14 (12)
Job 11:7 (13)
Dt.32:4c Jer.10:10a (14)
Ex.15:11b Ro.l:4 (15)
1 Jn.4:8 Jud., v.21 (16)
N�m.23:19 Tit.l :2 1
Jn.2 :27 (17)
Dt.7:9 2
Cor.l:18 (18) Sal.11 :7 Sal.111
:3b Is.48:1 (19)
Dt.32 :4 Sal.92 : 15 Sal.99:4b Is.26:7b (20)
Sal.36 :5,7 Ef.2:4 (21)
Ro.11:22 Tit.3 :4 (22) 1 P.5:10a (23)
Dn.2:22 (24) Act.15:18 1 P.l:2 (25)
Dn.2:20 Ro.ll :33,34 (26)
G�n.35:11 Job 39:35 (27) SaI.139:7-12 (28) 1 Jn.4 :8 (29) 1 P.l:16 (30)
G�n.17:1 (31)
Sal.85 :10 (32)
1 Co.14:33 comparar Job 25:2
(1)
Jn.17:21,22 (2)
Comp�rese 15.6: 1-3 (3)
Job 11;7 Ro.1l ;33-36 ( 4) 15.40 :25,28
(5) Jn.4 :24 (6)
Mt.28:19 2.Co.13:13 (7)
Jn.17 :3 (8)
Jn.5:21 (9)
Dt.6 :4 (10)
Col. .2:9 comparar Jn.l:16 (11)
Jn.10:15, 17,18 (12) 2 Co.3:17 (13)
Jn.1:1-4, 14, 18 (14)
Jn.10:30 (15)
Jn.14:26 (16)
Jn.16:7 (17)
Jn.16:15 comparar Act. 2 :35 Act.5 :30-32 (18)
Jn.14 :28c (19) Jn.16:27c,28
(20)
Jn.1:14,18 (21)
Jn.15:26 (22)
Jn.10 :80,88 (23)
Jn.14:9 (24)
2 Co.3:17a (25)
Mt.28 :19 Jn.5:18,23
Jn.20:28 Fil.2:5-11 Ap.4:11 Ap.1l:16.17 (26)
Mt.16:27 Mt.28:18 Jn.17:5 Ef.1:17 (27)
Is.9:6 Jn.1:1.2 He.1:8; 9:14 (28)
Por ej. : Jn.5:21,26 Jn.16:15 (29)
He.13 :8 Ap.1:4.8 (30)
Jn.1:18 (31)
Jn.15 :26 (32)
.1 .Co.12:3-6 (33)
Jn.14:28c
(34)
Jn.1 :1,2 y 1 Jn.1 :1.2 Is.11 :2 y Ap. 1:4. Comparar G�n.1:2 y Mt3:16 (35)
Jn.14:10 Mt.10:20 comparar 1 Co.2:10 (36)
Sal.45 :6 He.1:8
(37) Jn.1 :14.18 Jn.3 :16,18 (38) Lc.1:26-38 (39)
Lc.2:1-20 (40)
Mt.11:27 Jn.17:5,8,24 (41)
Is.57:15,16 comparar Act.2:3,4. Ro.8 :2,9.16 comparar He.9 : 14 (42)
Jn.15:26 (43)
Jn.14:16, 17,26 G�l.4 :6 (44)
Jn.1:33; 20:22 (45) Jn.15:26; 16:7
(46) 1 Jn.4:8 (47)
Lc.1:78 Ef.6:23 1
Jn.2:15, 3:1,4:9-11 (48)
Jn.15:9,10 Jn.17:24 (49)
Ro.5:5 Ef.2 : 18 Fil.2 : 1 Col.1 :8 (50)
Ef.1:3-6 (51)
Ef.1:7-12 (
52) Ef.1 : 13,14 (53)
Jn.5:17,19 Jn.14:10 (54)
Jn;16:13 Ro.8:11 (55)
Le.4:1,14 Act.10:38 comparar Mt. 12 :28 (56)
Jn.5:17-19 Jn.7:16,17 Jn.8:29 (57)
Lc.22:22a (58)
Jn.8:54 |
|||||||||||
(1)
Jn.17:21 (2)
Jn.17:23 ( 3)
Jn. 1:1,2 (4) Jn.
1:14,18 (5) Jn.
17:21 (7) He.
1:8,9 (8) Fil.
2:6-8 (9) Jn.
3.13 (10) Fil. 2:7,8a (11) Lc. 1:37 (12) Col. 2:8 (13) Jn. 17:5 (14) Col.
2:9 (15) Jn.
1:14 (16) 1
Tim. 4:1 (17) 2
Tim. 2:15
(18) Sal.
64:6 (19) Jn.
8:44 (20) 2
Tim. 2:19a (21) Mt.
26:37.38 (22)
He. 7:26b (23) Jn.
17:21 (24) Is.
7:14 (25) Ap.
19:10 (26) Zc.
13:7 (27) Ro.
6:9,10
(28) Lc. 2:52
(30) Jn. 4:6-14 (31) Jn. 11:32-45 (32) Mr. 4:35-41 (33) Lc. 9:58
(34) Mt. 24:36 (35) Mt. 4:1-11
(36) Jn. 1:14,18 (37) Jn. 5:19 (38) Jn. 4:34 (39) Jn. 6:38 (40) Jn. 7:16,17 (41) Jn. 5:17-19 (42) Jn. 9:4 (43) Jn. 15:26
(44)
Jn.17:23a (45) Ro. 8:28-30 (48) Jn. 17:21,23a
(49) Efesios cap. 1 y 3:5-12 (51) Ap. 8:3,4 (52) Sal. 22:16 (53) Mt. 26:18 (54) Sal. 22:15 (55) Sal. 22:14 (56) Is. 50:5,6 (57) Is.53:3 (58) Sal. 42:7 (59) Lm. 1:12 (60) Sal. 22:1
Mr. 15:34 (61) Jn. 19:30 (62) Jn. 16:5-7 (63) Jn. 17:21,22 (64) Dn. 9:19
|
|||||||||||
(1) 2 Co. 13:13 (2) Jn. 14:18 (3) Jn. 14:16,20 (4)
Jn. 3:7 (5)
Ef. 1:13 (6) Ef.
1:14 (7) 2 Co.
1:22 (8) Comp�rese
Ap. 3:17 (9) G�l.
6:15 (10) G�n.
1:27 y 2:7 (11) 2 P.
1:4 (12) Ro.
8:16 (13) Jn.
3:16 (14) Ef.
5:2 (15) Ro.
8:29,30 (16) Jn.
16:7-11 (17)
Ro. 2:4 (18)
Mr. 16:15 (19)
Act. 20:20,21 (20) Jn.
3:16-19 y vv. 31-36 (21)
Jn. 1:12,13 (22)
1 Jn. 5:1 (23) Ef.
1:13 (24) 1 Jn.
3:24 (25)
Ef. 2:1-10 (26) Ro.
8:9
|
|||||||||||
(27) 1 Co.
6:17 (28)
Ro. 8:16 (29) 1 Ts.
5:23 (30) He.
4:12 (31) G�l.
5:16a (32) Ro.
6:6 (33) Ro.
12:1,2 (34)
1 Co. 2:12-16 (35) Ef.
1:14 ( 36) 1 Co.
6:19,20 (37) Ef.
4:30 (38) 1 Ts.
5:19 (39) He.
12:5,6 (40) He.
12:7-16 (41) 1 Co.
12:13,27 (42) Mt.
11:29
|
|||||||||||
(1) Dn.
12:8,9 (2) Jn.
14:26
(3) 1 Tim.
4:6 (4) 2 Tim.
4:2,3 (5) 1 Co.
2:13 (6) Tit. 2:10 (7) 2 Tim.
4:2 (8) 2 P.
1:19-21 (9)
2 Tim. 3:16 (10) Sal.
12:6; 33:4 y 119:89,140 (11) Jn.
10:34,35 (12) 1 Co.
2:12,13 (13) Ro.
16:17-19 y vv. 25-27 (14)
Ef. 4:1-6 (15) 1 Co.
1:13a (16) Jn.
10:35 (17) Jn.
14:6 (18) Jn.
15:26; 16:13 (19) Jn.
17:17 (20) Mt.
28:20b
(21) Jn.
17:17 (22) Sal.
19:12 (23) 1 P.
4 :11a (24) Ro.
12:7b (25) Mt.
4:4,7,10 (26) Mt.
22:29 (27) 1 Co.
4:6 (28) 2 Ts.
2:15 (29) 2
Tim. 3:16 (30) Mr.
7:9 (31) Tit.
1:9 (32) Mt.
7:15,16 y vv. 20-23 (33) Ef.
4:13 (34) Ver
en tal sentido: Lc. 18:8b (35) Ef.
4:14,15
(36) Ro.
12:16 (37) 2 S.
22:23 y vv. 29,31 (38) Jn.
7:17
|
|||||||||||
(1) 1 Co.
12:13 (2) Mt.
16:18 (3) 2 Co.
5:6-9 (4) Ef.
1:3-6 (5) Jn.
14:1-3 (6) Act.
9:31 (7) Ro.
16:5 (8)
Mt. 28:20 (9) He.
13:1 (10) Mr.
16:15 (11) Fil.
1:7,17,27-30 (12) Ef.
4:7-12 (13)
Comparar Ap. 3:17 (14) Ro.
16:17,19
(15) 1
Tim. 6:20,21 (16)
Jn. 3:3, 5-8 y siguientes (17) 1 P.
2:1-5 (18) 1 Ts.
4:1-7 (19) 1 Jn.
2:12-17 (20) G�l.
5:22,23 (21) Ro.
12:3-9 (22) G�l.
2:20 (23) 1 Jn.
3:1-3 (24) 1 Ts.
5:17 (25) Fil.
4:13-19 (26) Ef.
4:1-3 y v.17 a 5 :21 (27) Ef.
1:15-20 (28) 1 Ts.
1:6-10 (29)
Mt. 24:45-47 (30)
Ef. 1:19-23 (31) G�l.
3:26-28 (32) Ro.
16:16 (33) 1
Tes. 4:9,10 (34) Act.
11:27-30 (35) Ro.
16:1,2 (36) Ro.
15:30-32 (37) Ef. 6 :21,22 (38) Col.
4:12-16 (39) Act.
15:1-32 (40) 1 Co.
1:13 y 3:1-9, 21,23 (41) Jn.
17:21,23 (42) Mt.
7:13,14 y 21-23 (43) Ver,
en tal sentido: (44)
Mt. 24:12-14 (45) Mr.
15:37-39 (46) Act.
4:13-22 (47) Jn.
13:34,35 (48) Jn.
14:23,24 (49) Comp�rese
Ro. 2:24 (50) Ef.
4:1-6 (51) Ef. 3:20,21
|
|||||||||||
IV. SU VINDICACION � Un "status" parcializante. � Un Testimonio por "todo el consejo de
Dios"! 1. La Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, sustituida por un "statu quo" parcializante, bajo el signo de la "cooperaci�n". Aqu�
tratamos de la realidad Cristiana contempor�nea. Y reiteramos que al decir
"Cristianos" s�lo tenemos en mente lo que el Nuevo Testamento
discierne como tales, es a saber: los renacidos. Se trata, pues, de penetrar la
cruda realidad eclesi�stica entre los hijos de Dios, confrontada por la
Doctrina B�blica de la Unidad. En otras palabras, discutiremos la realidad
entre hermanos Fundamentales en la Fe, entre los santos de Dios. Y
afirmamos que la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, ha sido sustituida
por un "status" parcializante, que agita el signo de la
"Cooperaci�n Cristiana". Lejos
de nosotros el disminuir un �pice de la necesidad e importancia de la comuni�n
y cooperaci�n entre hermanos. Ella es deseable y preciosa y manifiesta, sin
duda alguna, la Unidad espiritual de los hijos de Dios. (1) Pero los niveles
B�blicos de la Unidad Cristiana, no se satisfacen en la actual cooperaci�n
inter-Confesiones, porque �sta ha sido predeterminada por acuerdos
parcializantes que t�cnicamente pueden definirse como "statu quo". De
hecho: por "com�n acuerdo", representantes de distintas
Denominaciones preestablecen: a) Por una parte, qu� doctrinas comunes a todos
servir�n de base y ser�n sostenidas y/o defendidas, y qu� l�mites cooperativos
permiten. b)
Por otra parte, concuerdan en que las discrepancias interconfesionales
existentes respecto de otras doctrinas, (cosa que no permite ir m�s all� en la
comuni�n y cooperaci�n)-, queden como hasta aqu�: libradas a la interpretaci�n
tradicional de cada sector... y cort�smente no tratadas ni discutidas en
predicaciones ni Estudios B�blicos, ni en otras actividades conjuntas. A
tales acuerdos, expl�citos o t�citos, que son la realidad del d�a, llamamos
aqu� "STATU QUO". Y OBSERVESE: deja sin tocar lo que deber�a tocar,
es a saber: las discrepancias. Y toca lo que no debi� tocar jam�s: a la
Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, sea que lo haga conciente o
inconcientemente, al reducir sus niveles Novotestamentarios. Lo
m�s triste es que tal "status" queda impuesto como si fuera el
"summum" de la Unidad, cuando realmente es un sustituto de ella que,
para hacer posible la cooperaci�n pactada, paga el precio de reducir las
exigencias de la Doctrina B�blica de la Unidad, cubriendo las discrepancias
bajo apariencias de respetabilidad. Bien ha sido dicho, que ello equivale a un
"acuerdo en estar en desacuerdo", lo cual, creemos, es contrario a
la Palabra de Dios. Que el Se�or hable paz a Su puehlo y a Sus santos para que
no se conviertan a la locura! (2). B�blicamente
hablando, la Cooperaci�n Cristiana debe manifestar: amor de Dios, amor
fraternal (3), amor a la paz, juntamente con amor a la verdad y de la verdad
(4), pues escrito est�: "LA CARIDAD... SE HUELGA DE LA VERDAD" (5). Sin
embargo, algunos hermanos arguyen que las discrepancias pertenecen al campo de
las "diferencias leg�timas de opini�n" que caben dentro de la
"libertad Cristiana" y que se deben sobrellevar con esp�ritu de
"tolerancia y caridad". Pero no advierten que tales generalizaciones
en el decir, permiten: a)
Minimizar indebidamente la delicadeza de las doctrinas contradictas, que no son
de ninguna manera leves ni livianas. [26] b)
Pasar por alto el hecho de que "libertad, tolerancia y caridad", son
LAS TRES, "FRUTO DEL ESPIRITU SANTO" (6) y, por serlo, no pueden ser
alienadas de la Verdad porque el Esp�ritu Santo es Esp�ritu de Verdad (7) que
no tolera ni encubre el error, sino que est� aqu� para redarg�irlo y librarnos
de �l por la Palabra de Verdad (8). La
perpetuaci�n de errores debe buscar otros mantos para cubrirse, pero jam�s
podr�
hacerlo poni�ndose al amparo del Esp�ritu de Verdad, pues tal cosa: 1.
Afectar�a la Unidad y Naturaleza misma del Esp�ritu; y afectar�a la Unidad
Espiritual Cristiana que se nos manda expl�citamente guardar (9). 2.
Afectar�a la Autoridad B�blica, que se nos manda acatar (10). 3.
Contristar�a y apagar�a, es decir: impedir�a obrar y darnos Su Luz, al
Esp�ritu
Santo, lo cual se nos ordena no hacer (11). PERO:
-se dir�- es que debemos terminar con la cooperaci�n? RESPONDAMOS
ENFATICAMENTE: � NO! � EN NINGUNA MANERA! Debemos terminar con el
"status", NO con la cooperaci�n! En otras palabras: debemos reconocer
que nos hemos dado acuerdos que nos estancan; y que es necesario romper de una
vez por todas con esas ataduras, alargar las cuerdas, reforzar las estacas y
dejar de estar estrechos dentro de nosotros mismos. (13). -Por
qu� no se ampl�an los actuales prop�sitos de las Organizaciones
Fundamentalistas Inter-Denominacionales existentes (Asociaciones
Ministeriales; Asociaciones de Misiones; Comuniones y Concilios de Iglesias;
Asociaciones Teol�gicas; etc.), de modo que permitan el tratamiento fraternal y
B�blico de tantas cosas que hasta ahora han sido "tab�" por causa del
"status"? -Por
qu� no es posible realizar Congresos, Conferencias y Convenciones
Inter-Denominacionales, especialmente convocados para que nuestros hermanos
mejor dotados puedan con toda LIBERTAD tratar con la altura y dignidad que la
TOLERANCIA Y CARIDAD CRISTIANAS, FRUTO DEL ESP�RITU SANTO otorgan a los
santos, temas tales como: � La doctrina
B�blica de la Unidad Cristiana y nuestras discrepancias inter-Confesionales. � La Iglesia
seg�n el Nuevo Testamento y nuestras organizaciones
"Denominacionalistas". � Las
Misiones modernas y su relaci�n a las Iglesias y los M�todos misioneros
Novotestamentarios y a la Unidad Cristiana. �
Restauraci�n de la Doctrina y de la pr�ctica de la Unidad Cristiana entre los
renacidos. Etc.,
etc., etc.? Acaso
no se tratan: "modernismo antiguo y contempor�neo",
"ecumenismo", "Neo-Evangelicalismo", "Evangelismo
ecum�nico", "Neo-Romanismo", "Neo-Pentecostalismo":
glosolalia y sanidades masivas, "Comunismo",
"Evolucionismo", y tantos otros "ismos"? Es
�tico y honesto ocultar y no tratar nuestros propios "ismos"? Somos
tan pundonorosos y espirituales "caballeros Cristianos" como para
decidir respetar nuestras llamadas "diferencias"... y
no ni tan caballeros ni tan espirituales como para traerlas a Estudio B�blico
conjunto sin que corra peligro nuestra cooperaci�n y a�n nuestra amistad? Somos
capaces de organizar Concilios Interdenominacionales para unirnos en la lucha
contra las apostas�as y no somos capaces de encarar la constituci�n de comit�s
de consulta para tratar el estudio en amor fraternal de nuestros mutuos
errores? Somos
capaces de orar y obrar juntos por la salvaci�n de los perdidos, pero no somos
capaces de orar y obrar juntos para que nosotros los salvados lleguemos a la
Unidad B�blica en doctrinas y pr�cticas, cooperaci�n y asistencia y
testimonio, y desaparezca as� el esc�ndalo de nuestras contradicciones,
discrepancias
y ego�smos provincialistas? "MEDICO,
CURATE A TI MISMO" (14), nos parece que es un refr�n que se nos vuelve en
reproche! Seamos sinceros y honestos para con Dios y con nosotros y
autoexamin�monos.
Confesar juntos que la Biblia es la Inspirada e Inerrable Palabra de Dios (15)
y nuestra Unica Autoridad en doctrina y pr�cticas (16), Y: al mismo tiempo,
discrepar precisamente en muchas doctrinas y pr�cticas que cada
"Denominaci�n" refiri�ndose a las suyas propias llama
"B�blicas", (lo que impl�citamente declara no B�blicas a las de las
otras), QUE ES, SINO OBVIA INCONGRUENCIA Y FLAGRANTE CONTRADICCl�N? Un
observador competente pronto descubre que tal cosa equivale a negar en los
hechos lo que los Fundamentalistas confesamos en nuestras Declaraciones
conjuntas. Por
otra parte, es muy penoso comprobar nuestra falta de acuerdo sobre cu�les sean
los Principios B�blicos normativos de nuestro Testimonio cooperativo, en �reas
tales como: a)
Significado y aplicaci�n de la Doctrina B�blica de la separaci�n de
apostas�as.
(17) b)
Etica y m�todos B�blicos en la defensa del Evangelio. (18) c) Doctrina y
pr�ctica de la Unidad Cristiana. (19) Y
todo ello contradice de plano a nuestra mutua confesada Autoridad, la Palabra
de Dios, que nos manda ser UNANIMES! (20) Por
lo tanto, si no se modifica radicalmente el actual "status", �ste no
podr� evitar que su "libertad, etc.", caigan bajo sospecha de
"cobertura de malicia" (21), pues tiene cabida
para cuantos errores quepan en las �reas de desacuerdo, sin que nadie se sienta
inquietado ni exhortado B�blicamente en modo alguno. Y esto contradice a la
Autoridad de la Palabra, que nos revela la actitud Correcta en la oraci�n del
Salmista: "Los errores, �qui�n los entender�? L�brame de los que me son
ocultos." (22). Como
resultado, la cooperaci�n, atada al "status", queda marcada por �ste
con el estigma de un esc�ndalo y de una verg�enza: a)
el esc�ndalo de servir de amparo y perpetuaci�n de contradicciones y
discrepancias
y por lo tanto errores; y b)
la verg�enza de carecer de vocaci�n para llamar al pueblo de Dios a la
oraci�n
y a la humillaci�n delante de Dios (23) ni para separar a hombres de Dios para
la tarea de restauraci�n de los niveles Novotestamentarios de la Doctrina
B�blica de la Unidad Cristiana entre nosotros, los Fundamentalistas. Finalmente,
lo m�s sorprendente y doloroso, es que pareci�ramos carecer de capacidad de
reacci�n y voluntad de acci�n para tomar alguna iniciativa espiritual que ayude
a la soluci�n B�blica del problema. El sopor de un sue�o pesado nos ha
invadido. (24). Y con esto, la cooperaci�n interdenominacional Fundamentalista
queda defraudada y sin esperanza de vindicarse ni liberarse de un
"status" que no puede ser ya el instrumento de bendici�n que la
Hermandad cooperante necesita en tantas �reas que exigen, perentoriamente,
Unidad! El
silencio se cierne sobre los hechos "tab�" y el callar a�n acerca de
lo bueno, es decir, de la Verdad B�blica, es m�s estimado hoy d�a (25). Como
resultado, algunos hermanos, que se aperciben del problema, caen en un
aislamiento total y otros, que no se apartan as�, se encierran en una especie
de ostracismo interior en medio de la multitud, que mal oculta un sentimiento
de frustraci�n o exceso de fatiga moral o de temor, que se reflejan en una
actitud pesimista, tipo fatalista, que les inhibe. Tales
y parecidos s�ntomas, componen en muchos casos un s�ndrome que quiz� revela un
conflicto de conciencia a�n no resuelto en la c�mara secreta de la propia
subjetividad tremante o vacilante, necesitada con urgencia de orar la oraci�n
que la Palabra nos ense�a diciendo: "CONSOLIDA MI CORAZON PARA QUE TEMA
TU NOMBRE" (26) y no a ning�n "status"! Y
si alguna voz se oye, espor�dica: su t�nica es incierta, vacilante, incompleta
en su mensaje, que llega expresado en t�rminos tales que parecen pedir perd�n
por el atrevimiento o temer exceder la estricta etiqueta diplom�tica, o que la
palabra trascienda m�s all� del propio provincialismo o c�rculo �ntimo en que
fue hablada. Queda
as� alienado u oculto, el mensaje B�blico claro, prof�tico, redarg�idor,
exhortador,
fraterno, que TODOS necesitamos en esta hora crucial de la Historia de la
Iglesia y tambi�n del mundo. Y
el pecado de omisi�n, de quienes debieran dar la Voz y no lo hacen (27), se
agrava ante la expl�cita constancia de la Palabra de Dios que encarece la
actitud de los valientes por la Verdad que no encubren la Palabra, al costo
de todos los costos! (28). Algunas
otras voces: o abogan fuertemente por el mantenimiento del "statu
quo", [27] o
yendo al otro extremo de la l�nea se pronuncian fuera y a�n contra de �l pero
sin la m�s m�nima consideraci�n de la Verdad B�blica de la Unidad Cristiana. Y
no faltan quienes ofrecen como la �nica soluci�n, "olvidar" las
discrepancias... sin la m�s m�nima insinuaci�n de buscar la soluci�n
B�blica! Que
todo eso desagrada a Dios, es evidente. Por
eso el Se�or ha levantado un Testimonio! Pero
esto merece cap�tulo aparte. 2. Un Testimonio por "TODO EL CONSEJO DE DIOS". Eso es el Testimonio
"PHILADELPHIA" (Amor
Fraternal) -"Has
dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad" (1). ...Dios...
no se dej� a S� mismo sin Testimonio" (2). Su Santo Esp�ritu, que
"sopla donde quiere" (3), soplando desde "lo �ltimo de la
tierra" (4), env�a un clamor, una carga a las Iglesias (5), identificada
como el Testimonio "PHILADELPHIA" (AMOR FRATERNAL). No es exclusivo
de ninguna Iglesia ni de ninguna compa��a de creyentes en particular, sino que
identifica a TODAS las Iglesias Fundamentales sobre la faz de la tierra que, de
rodillas ante el Trono de la Gracia y de pie frente a las apostas�as postreras,
concuerdan en testificar juntas una firme y santa protestaci�n por "TODO
EL CONSEJO DE DIOS" sin parcializaciones ni transacciones! (6). Testimonio
que integra la marcha triunfal. de la proyecci�n Hist�rico-Prof�tica del
testimonio
de aquella peque�a Iglesia en "Filadelfia", a la cual el Se�or dijo:
"Has guardado mi Palabra y no has negado mi Nombre", y a la cual
prometi� victoria sobre "la sinagoga de Satan�s" (apostas�a) y
liberaci�n
"DE la hora de tentaci�n" mundial (la Tribulaci�n) (7) "Filadelfia"
no tuvo reproche del Se�or, pero s� prevenci�n: -"He aqu� yo vengo presto;
ret�n lo que tienes, para que ninguno tome tu corona" (8). Prof�ticamente
discernida, esta prevenci�n nos advierte de cu�l es el peligro latente y cu�l
el blanco del ataque diab�lico sobre el pueblo fiel -especialmente en las
v�speras de la venida del Se�or-:
SACAR A LAS IGLESIAS DE SU POSICION B�BLICA CORRECTA! Y
es necesario decirlo: el actual "status" discutido en el subtitulo
anterior, contiene el vivo germen de ese peligro latente!, pues atrae a las
Iglesias Denominacionalistas a estar juntas "por la verdad", sin
inquietar ni pedir a ninguna, que promueva la soluci�n B�blica de los
"ismos" anti-B�blicos, en los que subyacen los errores que las
dividen. Por
lo tanto: toda Iglesia que se precie de Fundamentalista en estos d�as postreros
de la Edad de la Iglesia, debe sin demora re-examinar su Testimonio en la luz
de la prevenci�n de su Se�or; y en el punto preciso si retiene o no una
posici�n clara, de presencia, voz y acci�n, en cuanto a la pureza de la
Iglesia en doctrinas, pr�cticas, vida y testimonio a la Palabra y al Nombre
del Se�or! BASTA
YA DE PARCIALIZACIONES Y DE "STATU QUO"'! Es hora de hablar y obrar
para que de esa cooperaci�n comprometida, se pase a una cooperaci�n plena a la
Verdad! (9). El Se�or desea que recibamos galard�n cumplido! (10). Hay
urgencia en la carga! Porque la Venida del Se�or est� cerca! Las "se�ales
de los tiempos" (11) se multiplican ante nuestros ojos. Las cumbres
prof�ticas de la Palabra de Dios se erizan de arreboles y los destellos
iluminan la Historia. Haremos bien en no subestimar ni desatender sus or�culos!
(12). a)
El "mundo" o "kosmos" organizado seg�n el "pr�ncipe
de este mundo", Satan�s (13), se prepara a ritmo alucinante para el d�a
del Anticristo (14) y la aflicci�n sin paralelo de la Tribulaci�n "LA
GRANDE"(15). prada dog clothes gucci ecommerce prada tropico nights of the pufflings story gucxi fake prada necklace beard size chart chloe bags outlet prada sizing factory outlet shopping online chatgpt limit fake prada necklace guccia prada prz sunglasses prada platform oxfords banning chatgpt new prada size comprar instagram followers prada pitbull story prada thongs underwear prada employee discount chatgpt api pricing prada zipper adodas outlet prada vest women's prada pumps sale prada loafers style prada running shoes gucci comprar followers instagram digital offset press fried and williams iko nordic colors prada shies scrape instagram followers prada sunglasse aeropostal shop online www mix co instagram non followers instagram followers co prada bandoliera instagram followers co in the ghetto lisa marie and elvis itunes followers gratis instagram emilio pucci outlet prada jeans womens prada paintings wears prada instant instagram followers prada cat collar fiverr instagram followers 300 followers instagram chatgpt install gucci solde prada brasil cheap prada sunglasses prada shoelaces sabrina designs vancouver riots kissing bags prada prada lingerie gucci deutschland prada chess set large cork board prada ala moana prada outlet sawgrass instagram reset followers prada bracelet women's chatgpt investment prada leather handbags prada loafter prada 08ys sunglasses chicken francise diabo veste prada prada pet carrier yacht caps prada green sneakers prada chrome sunglasses online outlet usa walela amazing grace manage followers instagram premium outless makeup fx gucci fr fake prada bags prada hexagon sunglasses prada rossa gucci clothing online gucci store bag prada facemask airbrush effects prada taschen prada authenticity forbo bulletin boards legit instagram followers chatgpt ban prada beverly center women's prada necklace cleaning instagram followers doug dunham williams chicken fort worth tx harvest sensations prada butterfly sunglass can you use eyelash glue for fake mustache price prada shoes prada dog backpack prada t shirts rosemont bar tamagotchi lululemon prada dupe prada glasses sale b)
La Iglesia del Se�or Jesucristo, que NO pasar� tal aflicci�n porque Su Redentor
vendr� a arrebatar�a de "oikoumene" (tierra habitada) (16), ANTES de
sus horrores (17): NO
HABRA DE PREPARARSE PARA RECIBIR DIGNAMENTE A SU CELESTIAL ESPOSO EN LOS
AIRES? La "manada peque�a" que vela ya su �ltima vigilia (18) y que
"ama y espera Su venida" (19): NO HONRARA LA PALABRA QUE DICE: "Y
CUALQUIERA QUE TIENE ESTA ESPERANZA EN EL SE PURIFICA, COMO EL TAMBIEN ES
LIMPIO"? (20). POR CIERTO QUE SI! Los renacidos y las Iglesias
Fundamentales que ellos integran, que confiesan no s�lo en los credos sino con
lo profundo de su coraz�n "la esperanza bienaventurada", SE
SANTIFICARAN! (21). Pero
cabe aqu� una pregunta l�gica: Qu� implicancia, qu� aplicaci�n tienen la
purificaci�n
y santificaci�n prenupciales de la Iglesia en lo que concierne a la Doctrina
B�blica de la Unidad Cristiana? La respuesta brota espont�nea: -EN
LA IGLESIA LOCAL, la purificaci�n requiere la consolidaci�n de su Unidad
interna, mediante el Estudio B�blico y la oraci�n, a fin de eliminar todo
cuanto fuere hallado contrario a las Santas Escrituras, en sus doctrinas,
pr�cticas, vida y testimonio. -Y
EN LA RELACION INTER-IGLESIAS, la purificaci�n exige consolidar la Unidad
Cristiana, mediante el mismo procedimiento de Estudio B�blico y oraci�n,
buscan-do fraternal y conjuntamente la soluci�n de la Palabra de Dios a las
discrepancias interconfesionales que constituyen nuestros "ismos". "TODO
EL CONSEJO DE DIOS" (22) es bandera, escudo, camino y meta en esta tarea.
Terminemos con las parcializaciones de un "status" en las que,
ADMITAMOSLO!, subyace, junto con su err�neo amparo, la sutil intenci�n de
"justificar" lo injustificable: nuestras incongruencias,
contradicciones y discrepancias! Que
"la Palabra de Dios corra y sea glorificada" (23) entre nosotros,
108 Fundamentalistas, sea nuestra oraci�n y exhortaci�n mutuas. Que
en nuestras "Declaraciones de Fe" sea restaurada, en toda su
Dimensi�n Novo-testamentaria, la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana. Que
la actual cooperaci�n salga de una vez del pantano del "status" y se
transforme en marcha din�mica y triunfal que permita recorrer a paso de carga, -porque
el tiempo apremia- el camino que a�n falta para el logro del gran objetivo: LA
UNIDAD EN DOCTRINA, PRACTICAS Y TESTIMONIO, DE LOS QUE CONFESAMOS QUE LA
SANTA BIBLIA ES NUESTRA UNICA AUTORIDAD EN DOCTRINA Y PRACTICAS! Y
esto, que parece lo m�ximo y a�n para algunos un ideal inalcanzable, un sue�o
ut�pico: ES LO MINIMO que debiera exigirnos nuestra conciencia Cristiana, porque
nuestro profesado FUNDAMENTALISMO NOS OBLIGA MORAL Y ESPIRITUALMENTE A
AJUSTARNOS EN TODAS LAS COSAS A LA SANTA PALABRA DE DIOS! Ha
llegado la hora hist�rica, en que la Iglesia debe marchar otra vez por la ruta
ANTIOQUIA-JERUSALEM (24) que, iluminada por el Esp�ritu Santo y se�alada con
las marcas de los Ap�stoles, recorrieron nuestros hermanos del Siglo Primero!
Su santo ejemplo, lleno de Gracia, debe ser seguido sin dilaci�n por nosotros,
que vivimos ya la hora und�cima de la Iglesia aqu� y que, como ellos: hemos
sido lavados por la misma Preciosa Sangre del Cordero de Dios y engendrados
por el mismo Esp�ritu Santo (25); y tambi�n necesitamos reunirnos para
conciliar
doctrinas y pr�cticas, ajust�ndolas SOLAMENTE a lo estatuido en las SANTAS
ESCRITURAS! El
tiempo es venido, de sacrificar un consumado sacrificio vivo de plena sumisi�n
al Se�or (26) y de pleno acatamiento a Su Palabra (27). La
Cruz nos sale al encuentro y tomarla o dejarla es el dilema y juicio sobre
nosotros hoy (28) en cuanto concierne a la negaci�n de nosotros mismos y a la
aceptaci�n de Su Voluntad Soberana. AL SE�OR, DEL TODO! A LA BIBLIA, EN
TODO! �Volvamos al Se�or en plena sumisi�n! Volvamos
a Su Palabra en plena obediencia. Que a los pies del Amado nos encontremos los
hermanos en Cristo Jes�s! Esta es la hora de la Doctrina B�blica de la Unidad
Cristiana. Es la hora de llamar a reuniones conjuntas de oraci�n por la Unidad
plena de la Iglesia de Cristo. Para que sea el Se�or mismo quien nos gu�e en
cada paso a tomar. Para que El env�e "Su Luz y Su Verdad" (29) e
"incline nuestro coraz�n a sus testimonios" (30). Para que El
"enderece nuestro coraz�n en el amor de Dios y en la paciencia de
Cristo" (31). Es
la hora de presentarnos a �l como instrumentos de justicia (32) para que El
pueda obrar por nosotros Su buena Voluntad, agradable
y perfecta! S�lo, s�lo as�, recibiremos las fuerzas y las capacidades para
sobrellevarnos en santo amor y exhortarnos fraternalmente los unos a los otros
(33), mientras recorremos juntos el Camino de la Unidad que a�n nos falta
andar, siguiendo las santas pisadas del Cordero de Dios! (34). NO
HAY ALTERNATIVA!, si es que el Se�or ha de hallarnos en Su venida
"por" nosotros, tal como El lo quiso, cuando: -aparejado
ya para subir la cumbre del dolor sin igual (35); -cerni�ndose
sobre su alma la noche de los siglos en el mediod�a de su soledad (36); -pronto
a dar su cuerpo a los clavos y a la cruz que la tierra provee, ingrata, aunque
quiz� intuitivamente sabia en su ignorancia (37); -listo
para ser traspasado por la Espada flam�gera de la Justicia m�s Alta (38); -y
antes que su lengua se pegara a su paladar y su coraz�n se desliera como cera
en medio de sus entra�as; antes que fuera horadado, descoyuntado, desfigurado,
sangrante (39), ofrecido en ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave por todos
nosotros (40); OH
BENDITO CORDERO DE DIOS, SUBLIME REDENTOR NUESTRO!, Te hiciste tiempo para
levantar al Cielo el mirar de tus ojos profundos; y viendo lo que s�lo T�
pod�as ver a trav�s de espacios infinitos, estrellas rutilantes y nubes de
gloria: pensaste en las humildes ovejitas y corderitos de tus peque�os
reba�os, y lleno de amor y compasi�n Oraste por ellos cual nadie or�: -
... QUE SEAN UNA COSA... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA... CONSUMADAMENTE
UNA COSA." (41). HERMANO EN CRISTO
QUE LEES ESTAS PAGINAS: �NO LO SIENTES TU
AS�? �
No hay carga alguna en tu coraz�n por la Unidad que a�n falta al Pueblo de
Dios? �No oyes ya el clamor? � No te apercibes que �l viene pronto y que urge
que los renacidos nos preparemos, as� como las Iglesias que integramos? � No
realizas que un incipiente di�logo ante la Biblia abierta se insin�a? �Di�logo
de oraci�n y estudio B�blico buscando en todo la Voluntad de Dios? El
Amor Eterno, derramado en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo, brota en
ferviente Amor Fraternal. El Se�or est� a la puerta y nos llama! �SEGURO QUE NO NOS NEGAREMOS, VERDAD?
Notas: (puede hacer click sobre el n�mero de referencia para regresar al texto) |
(1) Sal.
133
(2) Sal.
85:8 (3) Jn.
13:34,35 (4) Zc.
8:16-19 (5) 1 Co.
13:6 (6)
2 Co. 3:17 (7) Jn.
14:17; 15:26 y 16:13 (8) Jn.
16:8-14 (9) Ef.
4:3 (10) Dt.
4:2 (11) Ef.
4:29,30 (12) 1 Tim.
4:16 (13)
Is. 54:2
(14) Lc.
4:23a (15) Sal.
111:7,8 (16) Sal.
119:4 (17) Ro. 16:17,18 (18)
Fil. 1:7,17 (19)
G�l. 3:26-28 (20)
Ro. 12:16 (21)
G�l. 5:13 (22)
Sal. 19 :7-14 (23)
J1. 2 :15-18 (24)
Comp�rese Mt. 25:5 (25)
V�ase Sal. 39:2 (26)
Sal. 86:11c (27) Stg. 4:17 (28) Sal. 40:8-11 |
||||||||||
(1) Sal. 60:4 (2) Act. 14:17 (3) Ez. 37:9 (4) Is. 24:16a (5) Ap. 3:22 (6) Act. 20:27 (7) Ap. 3:7-13 (8) Ap. 3:11 (9) 2 Co. 13:8 (10) 2 Jn., v.8 (11) Mt. 16:3 (12)
Lc. 21:28-36 (13)
Mt. 4:8,9 (14) Dn. 9:26,27 y 11:31-45 (15)
Mt. 24:15-22 (16)
Mr. 13:32-37 (17) 1 Ts. 1:10 y 5:9,10 (18)
Lc. 12:32-40 (19)
2 Tim. 4:8 (20) 1 Jn. 3:1-3 (21)
2 Co. 7:1 (22)
Act. 20:27 (23)
2 Ts. 2:13-17 (24)
Act. 15:1-33 (25)
Ro. 3:25 y 5:9 (26)
Sal. 50 :5 (27)
Jn. 14 :21-26 (28)
Mt. 10:37,38 (29)
Sal. 43:3 (30)
Sal. 119:33-40 (31)
2 Ts. 3:5 (32)
Ro. 6:13 (33) Ro. 15:4-7 (34)
Ef. 4:13-16 (35)
Sal. 42:7 (36)
Mr. 15:33,34 (37)
Jn. 11:47-53 (38)
G�n. 3:24 (39)
Sal. 22:1-21 (40) Ef. 5:2 (41) Jn. 17:1 y vv. 21-23
|
[1] Pastor por m�s de 32 a�os de la Iglesia Cristiana Evang�lica y Director de la Escuela B�blica de Teolog�a "A.L.E.R.T.A.", en Buenos Aires, Argentina.
[2] MODERNISMO. Variedad de escuelas de pensamiento liberal mal llamado teol�gico, que niegan los Fundamentos de la Fe Cristiana. Participan de un sinn�mero de filosof�as y teor�as, tales como: racionalismo, naturalismo, positivismo, relativismo, humanismo, existencialismo, neo-evolucionismo, neo-pante�smo, neo-universalismo, sincretismo, etc. (V�ase trabajo del autor: "Antiguo y Nuevo Modernismo". Ediciones "Alfa y Omega", Gral. Mart�nez 889, Buenos Aires, Argentina).
[3]
ECUMENISMO. Distintas corrientes eclesi�sticas
infiltradas de "modernismo"y que tergiversando Juan 17:21, etc., y
sin discernir ni definir B�blicamente qu� es la Iglesia de Cristo, trabajan
por unir Protestantes-Romanistas-Ortodoxos Orientales en una Super Iglesia
Mundial.
Al mismo tiempo, buscan dialogar con otras religiones mundiales y con la
sociedad secular, con miras al ut�pico sueno "modernista" de un
pseudo "reino de Dios sobre la tierra" por reformas y final fusi�n
eclesi�stico-social-mundana-universal.
[4] FUNDAMENTALISMO. Movimiento espiritual y/o firme
posici�n de creyentes en la Biblia, levantados desde principios de siglo por
testimonio a los llamados "Fundamentales de la Fe": Inspiraci�n e
inerrabilidad de las Santas Escrituras; la Deidad del Se�or Jesucristo, su
nacimiento virginal, su muerte expiatoria y vicaria, su resurrecci�n y
ascensi�n corporal y su segunda venida. Se opone por lo tanto al
"modernismo", "ecumenismo" y materialismo secular
filos�fico o dial�ctico, etc.
[5] TEANTROPICA. De "Theos", Dios; y
"Anthropos", hombre. Define as�, a quien es a la vez verdadero Dios y
verdadero hombre; quien posee las dos naturalezas, la Divina y la humana, en
UNA PERSONA: �EL SE�OR JESUCRISTO!
[6] SUSTANCIAL. Deriva de "Sustancia" lo que da idea de "materia", cosa que el Esp�ritu no es ni tiene. Sin embargo usamos aqu� la palabra (a falta de otra mejor), para referir a la Unidad "del Esp�ritu", ya que el V�nculo Esencial de la Unidad Cristiana - la Persona del Esp�ritu Santo - viene a ser la "Sustancia" de la Unidad para los renacidos. (V�ase otra distinci�n, al pi� de p�g. 20).
[7] ESPIRITU. Necesitamos notar aqu�, la distinci�n
conceptual entre Esp�ritu como Sustancia y Esp�ritu como Persona. Esa
distinci�n nos es impuesta por el hecho de que tanto la Sustancia como la
Tercera Persona de la Deidad se llaman del mismo nombre: ESPIRITU. Esto nos
obliga a tener en mente que, aunque Sustancia y Persona son una realidad
inseparable e indivisible, sin embargo deben distinguirse; porque la Sustancia
no hace desaparecer a la Persona ni viceversa, pues en tal caso, junto con la
realidad de la Persona o de la Sustancia, desaparecer�a la realidad Trinitaria,
y Dios ser�a Bi-Unidad y no Trinidad. Por lo tanto: hay distinci�n, pero no
divisi�n; hay identificaci�n, pero no confusi�n.
Pero:
�Por qu� se llaman del mismo nombre? Sugerimos que tal hecho es como un �ndice
que se�ala la similitud de prop�sito entre la cualidad de la Sustancia y
la vocaci�n
de la Persona, que es: servir de nexo. As� como la Sustancia
tiene la cualidad
de ser el V�nculo Esencial de Unidad "Natural" de la
Deidad, as� la Persona tiene la vocaci�n de ser el Vinculo Esencial de
intercomuni�n Trinitaria y Teantr�pica y de Unidad y Comuni�n Cristiana.
[8] El "Pante�smo", que confunde espintu-materia asimil�ndolos y que por lo tanto es "monista", resulta, pues, falso.
[9] Berkhof. "Systematic Theology", p�g. 42.
[10] Moule. "Bosquejos de Doctrina Cristiana", p�g. 37.
[11] Clarke. "Christian Theology", p�gs. 83, 92. Citado por Strong en "Systematic Theology", p�g. 295.
[12] PERSONAS. Aunque hay peligros en el uso de esta palabra en� relaci�n a la Trinidad, por causa de su natural sentido antropom�rfico, Sin embargo, ese peligro desaparece si se tiene en mente que la Personalidad de las Personas de la Deidad es infinitamente superior y distinta del concepto de personalidad humana, pues esta �ltima es separada totalmente de uno a otro individuo, pero en la Deidad es perfectamente unida en Esencia o en la Sustancia UNA, aunque tienen al mismo tiempo distinci�n y relaci�n.
[13] Berkhof. "Systematic Theology", p�g. 88.
[14] La sana doctrina exige esa distinci�n. Por ej.:
Cuando decimos "Dios es un Dios Personal", afirmamos la Personalidad
de la Deidad como un hecho opuesto al error inmanentista del Pante�smo o Monismo.
Pero debemos tener presente que la realidad del Dios Personal es una realidad
TRINITARIA, con lo cual evitaremos caer en el error "Unipersonalista"
que dice que Dios es solo una Persona y no Tres.
[15] GNOSTICOS (2a. mitad Siglo I), y MANIQUEOS (fines
Siglo III), entre otros errores, hablaban de "emanaciones" entre las
cuales refer�an a Cristo y al Esp�ritu Santo.
SABELIO
(fines Siglo II) sostuvo la herej�a "Monarquista" tambi�n llamada
"Modalismo" y "Patripassianismo", que niega la Trinidad de
Personas y afirma que Dios es una sola Persona, siendo Padre, Hijo y Esp�ritu
Santo, "modos" de automanifestaci�n.
ARRIO
(por A. D. 321-36) negaba la eternidad del Hijo atribuy�ndole existencia
anterior a la Creaci�n pero no eterna: una "Criatura superior" con poderes
creativos. Sus seguidores afirmaban que el Esp�ritu Santo lleg� a existir por
voluntad de Cristo.
STRONG A. H., en su cl�sica obra "SYSTEMATIC THEOLOGY" (24� edici�n, 1965, p�g. 329), record� que LUTERO, aludiendo a Juan 1:1, dijo: "LA PALABRA ERA DIOS, ES CONTRA ARRIO; LA PALABRA ERA CON DIOS, ES CONTRA SABELIO". �AMEN� HOY DIA: Los Unitarios; los seguidores de Swedenborg (1688-1772); y "Testigos de Jehov�", niegan la Trinidad. Asimismo "Barthistas" y "Neo-Ortodoxos" no pueden evitar caer en el "Modalismo". Finalmente los as� llamados "Ateos Cristianos" (Altizer T. J., Hamilton W., etc.), con su falsa "teolog�a de la muerte de Dios", con sus distintos momentos y modos: "Dios muri�", dicen, cuando encarn� en Cristo y volvi� a morir cuando Cristo muri� para luego "encarnar" en todos en una as� llamada "resurrecci�n". (!)
[16] STRONG.
"Systematic Theology", p�g. 333.
[17] Del llamado
"Credo Atanasiano", aunque Atanasio no lo haya escrito. Atanasio,
como es sabido, fue el campe�n de la Santa Doctrina Trinitaria frente a la
herej�a Arriana.
[18] INMANENTE,
designa a la Santa Trinidad considerada en la relaci�n de las Personas en el
seno Eterno de la Deidad.
ECONOMICA o DISPENSACIONAL, designa a la Santa Trinidad en la relaci�n de las Personas con sus criaturas, sea en la Creaci�n, como en la Redenci�n, etc.
[19] UNICIDAD. Usamos aqu� esta palabra por la riqueza de su etimolog�a que incluye la significaci�n de "UNO" y "UNICO". Es, creemos, la mejor palabra para calificar la Unidad del Esp�ritu (tanto la Trinitaria como la Cristiana) como UNA y UNIGA y que, por tal raz�n, repele toda "ecumenicidad" o mezcla inclusivista ecum�nica.
* �Por v�a de ejemplo: Gn�sticos, Docetistas,
los seguidores de Cerd�n, Apeles y Marci�n, los Ebionitas, Adopcionistas,
Maniqueos, Arrianos, Apolinaristas, Nestorianos, Monofisitas, Modalistas,
Modernistas, NeoOrtodoxos, Te�logos Existencialistas, ciertos Kenotistas,
Ateos-Cristianos: -negando o reduciendo una u otra naturaleza, o alegorizando
o mitologiz�ndolas para luego "demitologizar"... etc., total o
parcialmente y a veces un poco de cada cosa-, van sumando "f�siles y
eslabones"
en los estratos polifac�ticos de la logomaquia ancestral del "padre de
mentiras" (19). E] �nico campo en que la falsa teor�a de la
"evoluci�n" puede encontrar toda la gama de eslabones intermedios...
es en el campo de las HEREJIAS. Satan�s tiene algo en su cr�dito:
una tozuda constancia dial�ctica apuntando a un
solo blanco: ENGA�O!
** Nota de Jamienson, Fausset� y Brown, comentando el texto
[20] En Constantinopla (A.D.680/81), el "Monothelisnio" fue rechazado.
[21] V�ase en p�ginas 10 y 11, el Tercer Principio Fundainental de la Unidad.
[22] V�ase en p�ginas 10 y 11 los Principios Fundamentales segundo, cuarto y quinto.
[23]
Esp�ritu humano: distinguese por
capacidad de juicio o conciencia sentido de intuici�n y capacidad de adoraci�n.
Alma: distinguese
por la inteligencia, pensamientos, sentimientos y voluntad. Pero, aunque hay
distinci�n, son indivisibles. S�lo la Palabra de Dios, como se ha visto, puede
penetrarlos.
[24] "Modernistas". V�ase en p�g. 4, la primera nota al pie.
[25] Los Romanistas, al dar a la "tradici�n" -que en muchos casos contradice a las Santas Escritura- igual autoridad que a �stas, contradicen la clara ense�anza del Se�or Jesucristo y de los Ap�stoles. La Biblia es el Juez de las "tradiciones"; �nunca viceversa! (30).
[26] DISCREPANCIAS. (Breve detalle, no exhaustivo). Algunos aspectos Cristol�gicos. Predestinaci�n o libre albedr�o; Seguridad de la Salvaci�n o ca�da de la Gracia; Entendimiento de la Tegeneraci�n y nuevo nacimiento. Erradicaci�n del pecado o Santificaci�n progresiva. Escatolog�a: Arrebatamiento de la Iglesia (Pre, Medio o Postrihulacionismo); Pre, Post, o A-milenialismo. Dispensacionalismo o Teolog�a del Pacto. La Iglesia y su integraci�n y expresi�n; Nombres Denominacionalistas. Lugar y� Acci�n de las hermanus en la Iglesia. Alcance y uplicaci�n de la Doctrina de la separaci�n; Etica y M�todos en la Defensa del Evangelio. Rociar o no p�rvulos y su significado, Inmersi�n o aspersi�n de creyentes y significado. Gobierno de la Iglesia. Cena del Seflor y su significado. Misiones modernas y su relaci�n a Iglesias y M�todos Novotestamentarios. Doctrina y pr�ctica de la Unidad Cristianu; etc. Todas son cuestiones de fondo que tienen que ver con la Fe y Testimonio y determinan posiciones y aspectos vitales para la Fe, Predicaci�n, Vida, Obras, Ense�anza, Etica y Esperanza Cristianas. �CUIDADO! (12).
[27] Por v�a de
ejemplo, transcribimos traducido del Ingl�s, un p�rrafo tomado del
".Christian Beacon" del 20 de Febrero de 1969, p�g. 6, en el cual el
Dr. Carl Mc Intire (Presbiteriano) contestando una carta del Dr. Robert Ketcham
(Buutista), dice:
<<.... . En este asunto de la regeneraci�n bautismal, bautismo infantil, el Catecismo Mayor, y otros por el estilo, debemos reconocer que estas son �reas que no est�n dentro del escopo de la actividad del Concilio Americano. Usted es un Bautista, y que Dios le bendiga en ello. D�jeme ser Presbiteriano, y que Dios me bendiga en ello. Pero seamos los dos Cristianos, pues fue sobre esta base que todos �ramos creyentes que el Concilio Americano y el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas fueron levantados simplemente como agencias limitadas y bien definidas para la cooperaci�n y no para la realizaci�n de administraciones o funciones de Iglesia o eclesi�sticas. �Estamos olvidando todo esto? Ustedes de la GARBC est�n formulando cuestiones e impulsando asuntos en este punto que destruyen la misma composici�n del Concilio, haciendo imposible que sean parte de �l los Episcopales y Luteranos y hasta los Presbiterianos, pues lo que ha dicho acerca del bautismo infantil con relaci�n al Obispo Dees se aplica plenamente a las ense�anzas de la Confesi�n de Westminster y a las formas que hun desarrollado en la historia Presbiteriana en la administraci�n del bautismo infantil. Por favor, Bob, por favor dejemos que estas cosas queden donde originalmente las pusimos cuando se form� el Concilio. Todos estamos a favor de la fuente carmesi y ning�n agua puede salvar o ayudar a alg�n alma por quien Cristo muri�.>> Esto es una clara prueba de lo que nosotros llamamos "STATU QUO".