LA DOCTRINA BIBLICA DE LA

UNIDAD CRISTIANA

 

Por Armando Di Pardo [1]

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 "Estas cosas habl� Jes�s, y levantados los ojos al cielo, dijo: ... que todos sean una cosa; como t�, oh Padre,
 en m�, y yo en ti, que tambi�n ellos sean en nosotros una cosa; 
para que el mundo crea que t� me enviaste.". (Jn. 17:1,21)

 

CONTENIDOS

I. INTRODUCCION GENERAL 

II. LOS FUNDAMENTOS 

(1) Prenotandos.

(2) Personas, Elementos y �reas de Unidad, revelados en la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo (San Juan cap. 17)

(3) Los Siete Principios Fundamentales de la Unidad.

(4) Los Siete Principios Fundamentales, correlacionados conceptualmente nos dan tres Elementos y Areas de Unidad 

(5) Su relaci�n a los otros Elementos de Unidad.

(6) Conclusi�n. Definici�n del Fundamento.

III. SU DIMENSION ESCRITURAL

(1) Definici�n.

(2) Detalle de la Dimensi�n Escritural.

(3) Desarrollo de la Dimensi�n Escritural. 

A. EN RELACION AL ESPIRITU SANTO, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA ESPIRITUAL, DIVINA.

B. EN RELACION A LA PALABRA DE DIOS O SANTAS ESCRITURAS, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA DOCTRINAL, BIBLICA.

C. EN RELACION AL TESTIMONIO, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA CORPORAL, U ORGANICA, Y MISIONAL.

(4) CONCLUSION. Tesis Sint�tica sobre la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana

IV. SU VINDICACION

1. La Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, sustituida por un "statu quo" parcializante, bajo el signo de la "cooperaci�n". 

2. Un Testimonio por "TODO EL CONSEJO DE DIOS".

 

 

I. INTRODUCCION GENERAL

 

Que es tambi�n puerta abierta a la esperanza de un di�logo en amor fraterno, entre los de "fe igualmente preciosa". (1)

 

El "gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo" (2), "gran pastor de las ovejas" (3), y �nico:

Fundamento (4)

Cabeza (5)

Se�or (6)

Pont�fice (7)

Abogado (8)

Galardonador (9)

Esposo (10)

y m�s a�n (11), de La Iglesia que El "gan� por su sangre" (12):

�No orar�a por Su Unidad?

�S�! �El or�!

 

La ardiente llama de su amor eterno (13), sacrific� el vivo incienso de su Filial ruego (14): "que sean una cosa... oh Padre... como nosotros somos una cosa." (15). Esas palabras profundas, definitorias, nos revelan que la Unidad Cristiana tiene su Eterna Fuente, Corriente y Dechado, en el V�nculo y relaciones de la Unidad de la Sant�sima Trinidad. �Y qui�n explorar� tal inmensidad? �Qu� mente, de hombre o de �ngel, podr�n jam�s abarcarla y explicarla? (16).

 

Como Mois�s y Josu�, quitemos el calzado de nuestros pies peregrinos: el terreno es muy santo! (17).

Postr�monos, pues, ante el Trono de la Gracia (18) y roguemos que "el Esp�ritu que todo lo escudri�a, aun lo profundo de Dios" (19), ayude nuestra flaqueza (20) y glorifique al Se�or tomando de lo suyo y haci�ndonoslo saber (21). S�lo as� conoceremos, -y a�n as� s�lo en parte (22)-, lo que a Dios ha placido hacer cognoscible, en la revelaci�n de las Santas Escrituras, de su incognoscibilidad! (23). �SI! ��L OR�! Por la Unidad de sus disc�pulos a S� mismo y al Padre: "Yo en ellos y t� en m�, para que sean en nosotros una cosa" (24). Esto es: la Unidad con los suyos, que establece a su vez, la Unidad de los suyos, como �l lo dijo: -�para que sean consumadamente una cosa" (25) Esa bidimensi�n - verticalidad y horizontalidad -, de la Unidad, define la Unidad Cristiana, que es decir la Unidad de la Iglesia. Esta, la Iglesia, aunque no fue mencionada expl�citamente, se halla incuestionablemente contenida en la clara referencia del Se�or:

"Mas no ruego solamente por �stos, sino tambi�n por los que han de creer en m� por la palabra de ellos" (26).

Es obvio que s�lo a la Iglesia se aplican esas palabras porque: � Qui�nes la integran sino los Ap�stoles y cu�ntos desde Pentecost�s han aceptado al Salvador por el testimonio de ellos que ha quedado perpetuado en el Nuevo Testamento? (27).

 

� S�! All� se define la Unidad de la Iglesia de Cristo, la Unidad de los renacidos (28) quienes son los �nicos "miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos" (29); es decir: de La Iglesia Una y Santa (30) contra la cual "las puertas del infierno no prevalecer�n"! (31).

� EL OR�!

� Y los �mbitos de los siglos repitieron los ecos de su ruego! PERO: �AY!, junto con ellos, repitieron tambi�n los ecos de otras palabras que, por analog�a, bien se nos aplican a nosotros, Cristianos Siglo XX, redarguyendo nuestras conciencias con su nota admonitoria, llena de nost�lgica y amorosa solicitud: "�NO HABEIS PODIDO VELAR CONMIGO UNA HORA?" (32).

Nuestro Se�or, que or�, tambi�n vel� y obr� por la Unidad de los suyos:

Su muerte expiatoria y vicaria; su resurrecci�n corporal y su ascensi�n al Cielo: hicieron posible que �l recibiera "del Padre la promesa del Esp�ritu Santo", el Esp�ritu de Unidad, con el cual bautiz� a sus disc�pulos (33).

Orden� guardar y ense�ar que fuesen guardadas todas las cosas que El mand�; y prometi� estar con los suyos todos los d�as hasta el fin (34).

Provey�, por medio del Esp�ritu Santo, que la sana doctrina quedara a buen recaudo, intangible, inquebrantable, en las Santas Escrituras (35). Y vive siempre para interceder por Su pueblo (36).

 

Ciertamente, bien puede El decirnos:

"�QUE MAS SE Hab�a DE HACER A MI VI�A QUE YO NO HAYA HECHO EN ELLA?" (37). �PERO NOSOTROS NO HEMOS VELADO CON �L! Esa es la triste verdad en muchas cosas y, entre ellas, respecto de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, que ha sufrido por ello. a) Por una parte, "doctores ap�statas" introdujeron la "levadura" o doctrinas (38) del "modernismo" (39) [2] cuyas filosof�as mundanas (40) han puesto en marcha ese intento sincretista que han dado en llamar "ecumenismo". [3] De tal "ecumenismo", que por ser una mezcla inclusivista de elementos heterog�neos (41) no tiene nada que ver con la Unidad Cristiana B�blica-, s�lo podr� emerger el sistema religioso-pol�tico-mundano-diab�lico, que las Escrituras prof�ticas han discernido como "BABILONIA LA GRANDE" (42). A nuestros hermanos en Cristo que, sea por confusi�n o indecisi�n, a�n se hallan envueltos en "yugo desigual" (43) en Denominaciones y Concilios modernistas-ecum�nicos, les recordamos que el Se�or manda: "SALID DE ELLA PUEBLO MIO" (44).

 

b) Por otra parte, - y esto es lo m�s penoso -, el "corpus" de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana puede hoy repetir la palabra prof�tica: ...... fui herido en casa de mis amigos" (45). �S�! "�DE MIS AMIGOS!" Porque ciertas corrientes de pensamiento, generalmente aceptadas hoy d�a en la mayor�a de los C�rculos Cristianos Fundamentales en la Fe [4]sostienen diversos criterios que, sin que se lo advierta, reducen o parcializan la Doctrina.

Por ejemplo:

Algunos enfatizan de tal modo los aspectos subjetivos de la Unidad del Esp�ritu, - tambi�n llamada Unidad Sustancial y Unidad en Cristo -, que, parad�jicamente, reducen sus debidos alcances o proyecci�n a otras �reas objetivas y pr�cticas, tales como: Unidad en la Verdad (46) lo cual l�gicamente refiere a Unidad Doctrinal (47); la plena comuni�n de amor fraternal (48); y la Unidad de Testimonio ante el mundo (49).

Otros hermanos, que reconocen que la Oraci�n del Se�or junto con la Unidad Sustancial incluye Unidad en la Verdad o en la Palabra, sin embargo, parad�jicamente reducen a �sta �ltima a los as� llamados "Fundamentales de la Fe". Y en cuanto a las otras doctrinas B�blicas sobre las que existen discrepancias entre las distintas Denominaciones, las dejan libradas a la interpretaci�n particular de cada confesi�n, o las declaran "secundarias" o "periferiales" o "no vitales".

Como resultado: al redactarse las declaraciones doctrinales de Iglesias, Misiones, Escuelas de Teolog�a, Convenciones, Comuniones o Concilios de Iglesias Fundamentales, se ha dejado muchas veces sin menci�n alguna, a la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana. En otros casos se la confunde err�neamente con uni�n ecum�nica. Y en otros casos se la menciona S�lo en parte o parcializada y esa "parte" es presentada como si fuera el "todo" de la Doctrina, sin serlo! Y consecuentemente, queda afectada la manifestaci�n plena de la Unidad entre los hijos de Dios!

 

S�! ES HORA DE CONFESAR CON ARREPENTIMIENTO Y HUMILLACION

(50): NO HEMOS PODIDO VELAR CON CRISTO UNA HORA!

Por eso, el Se�or nos ha tra�do una carga y ha levantado un TestimonioPorque el tiempo es llegado para que despertemos del sue�o y entendamos cu�l sea la buena voluntad del Se�or! (51). El tiempo es llegado para que volviendo al Se�or y a Su Santa Palabra, restauremos entre nosotros la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana y la pongamos por pr�ctica! NO HAY ALTERNATIVA!, si es que el Se�or ha de hallar a sus peque�os reba�os

(52) en su ya tan cercana venida para arrebatar a Su Iglesia, tal como El lo quiso cuando or� diciendo:-�QUE SEAN UNA COSA... OH PADRE...

������������������ COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA.�(53).

 

(1) Is.26:2 He.13:1

2 P 1:1,2

(2) Tit.2:11-13 Act.4:12

(3) Sal.23 Jn.101l1-16 1 P.2:25

(4) 1 Co.3:11 1 P.2:4-8

(5) Ef.l.22; 5:23 

(6) Jn.20:28 
Fil.2:11

(7) He.2:17-3:1; 4:15; 5:10; 7:26

(8) 1 Jn.2:1,2 Ro.8:34

(9) Ro.14:10

1 Co. 3:8-15 2 Co.5:10 Ap.22:12

(10) Jn.3:27-31 2 Co.11:2 Ap.19:7

(11) Col.2 :2, 3, 9, 10

(12) Act.20:28

(13) Cant.8:6,7 Jer.31:3 Ef.3:18,19

(14) Sal.141:2 Ap.5:8; 8:3

(15) Jn.17:22 Jn.l0:30

(16) Job 11:7 Ro.11:33-36

(17) Ex.3:4,5 Jos.5 :13-15

(18) Sal.95:6 Prov.15:33 1 P.5:5,6  He.4:16  

(19) .1 Co.2:10-14

 (20) Ro.8:26,27

 (21) Jn.14:26 Jn.16:13~15 1 Jn.2:20

 (22.) 1 Co.13:9-12

 (23) Dt.29:29    1 Tim.6:16

 (24) Jn.17:21,23

 (25) Jn.17:22b, 23b

(26) Jn. 17:20,21a  

(27) Jn.20:30,31 Jn.21:24 2 P.3:1,2
1 Jn.1:1-4

(28) Jn.1 :12,13 Jn.3:1-16 
1 P.1:23-25 1 Jn.5:1

(29) Ro.8:9; 12:5 1 Co. 12:13 Ef.5:30

(30) G�l.3:28 E:f.4:4 
Ef.5 :25b-27

(31) Mt.16:18

(32) Mt.26:40

(33) Jn.1:29,33 
Jn.7:38,39 Act.2:32-38 Ef.4:3,4 1 Ts.4:8

(34) Mt.28:20

(35) Jn.5:39 y 10:35b 
2 Tim.3 : 15-17 

2 P.3:15-18

(36) Ro.8:34 He.7:24,25

(37) Is.5:4a

(38) Mt.13:33 y 16:5-12

(39) Mt.7:15; 24:11 
1 Tim.4:1;2 
2 Tim.4:3,4 
2 P.2:1,2
2 Jn., vv.9-11 Jud.,vv.3,4

( 40) Col.2:4,8

(41) Dt.32:31,32 
Is.5:18-21 

Ez.22:26-28

(42) Ap.17:1 a 1.8:3

(43) Dt.22:10 
2 Co.6:14,15

(44) Ap.18:4

(45) ZcJ3:6

(46) Jn.17:6-8 y vv.14,17,19b, 21,23

(47) Ef.4:13-16

(48) Jn. 15:9-13 Jn.17:26 Act.2:42 
1 JnJ:3; 4:7

(49) JnJ7:18 y vv.21,23 comparar Act.17:6

(50) 2 Cr:7:14 Sal.32:1-6
Prov.28:13
1 Jn.l:9

(51) Ro.13:11-14
Ef.5:14-21

(52) Lc.12:32-40

(53) Jn.17:21,22

 

 

 

II. LOS FUNDAMENTOS

 

n     Prenotandos.

n     Personas y Elementos de Unidad en la Oraci�n del Se�or.

n     Siete Principios Fundamentales.

n     Los Siete Principios Fundamentales correlacionados conceptualmente nos dan tres Elementos y Areas de Unidad.

n     Su relaci�n al Se�or y entre s�.

n     Su relaci�n a los otros Elementos de Unidad.

n     Definici�n Sint�tica de los Fundamentos.

 

(1) Prenotandos.

Qu� significamos por: Unidad Cristiana; Doctrina B�blica; los Fundamentos. El Pasaje B�blico Clave.

 

Por "Unidad Cristiana" significamos, obviamente, la Unidad de los Cristianos en todas sus connotaciones de origen, �reas de relaci�n y manifestaci�n; y, consecuentemente, la Unidad de la Iglesia Cristiana que ellos integran. Y por "Cristianos", quede claro que s�lo entendemos por tales, a los renacidos.

 

Por "Doctrina B�blica� de la Unidad Cristiana, significamos su cuadro B�blico completo: "todo el consejo de Dios" sobre ella, tal como "escrito est�". Y esto, que es lo mismo para todo asunto B�blico, requiere l�gicamente dos cosas: la selecci�n cuidadosa de los pasajes B�blicos relacionados, y su correcta interpretaci�n. Apl�quese para ello, la regla de oro de la Hermen�utica: "LA BIBLIA, SU PROPIO INTERPRETE", de modo que toda referencia, deducci�n, inducci�n, implicaci�n, inferencia, etc., surjan de las mismas Escrituras, sin contradicci�n. Tan sencillos principios, - quiz�s por elementales -, suelen pasarse por alto al punto que, en muchos casos, en lugar de la doctrina en su integridad, se circulan parcializaciones con serias omisiones y/o con adiciones o tradiciones no B�blicas, que la tuercen.

Por "Fundamentos" significamos al conjunto de los elementos imprescindibles a la estructura integral de la Doctrina. En otras palabras: no s�lo a los que com�nmente llamamos "cimiento" sino tambi�n a los otros elementos co-indispensables. Por ejemplo: para la Unidad Cristiana es Fundamento inconmovible, la Persona Teantr�pica [5], el Se�or Jesucristo. Pero es igualmente fundamental la Persona del Esp�ritu Santo, V�nculo de la Unidad Cristiana. Y as� otros elementos, como veremos. Y es al conjunto de esos Elementos imprescindibles, que llamamos "Fundamentos".

El Pasaje B�blico Clave, como ya ha quedado evidenciado en la Introducci�n General de este estudio, es el capitulo 17 del Evangelio seg�n el Ap�stol Juan, que registra la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo. Por derecho propio, ese pasaje es la Carta Constitucional de la Unidad Cristiana, porque contiene y define, con expl�cita o impl�cita claridad, todas las Personas, Elementos y �reas de la Unidad. Por tal raz�n comenzaremos anotando sint�ticamente sus puntos relevantes, para extraer luego las conclusiones o Principios Fundamentales.

 

(2) Personas, Elementos y �reas de Unidad, revelados en la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo (San Juan cap. 17)

1. Un Padre, el Padre de Nuestro Se�or, que es en el Hijo. (vv., 1, 2, 5, 6, 11, 12, 21, 26).

2. Un Se�or y Salvador, el Hijo, enviado del Padre: la Persona Teantr�pica, Piedra Angular de la Unidad Cristiana, el Se�or Jesucristo. (vv. 1, 3, 5, 8, 21, 23, 24, 25).

3. Un Esp�ritu, el Esp�ritu Santo, nexo vital de Unidad Cristiana. No es mencionado por nombre, pero satura todas las palabras, y adem�s se halla implicado y contenido espec�ficamente en dos expresiones del Se�or que requieren con tal fuerza la Persona y la Obra del Esp�ritu, que, sin ellas, esas expresiones carecer�an de sentido y realidad.

(a) El significado de la preposici�n "en", precisamente en la declaraci�n fundamental: "Yo en ellos y t� en m�. . . . que tambi�n sean ellos en nosotros..." (vv., 21, 23, 26).

(b) El significado de la expresi�n sustantiva "una cosa": "Para que sean una cosa como nosotros somos una cosa" (vv., 11, 21, 22, 23).

Es indubitable que esas expresiones se�alan directamente al Esp�ritu, porque sin el Esp�ritu, no tendr�amos jam�s Unidad Cristiana. Adem�s, recu�rdese que la Persona y Obra del Esp�ritu Santo fueron tratados ampliamente por el Se�or, tal como lo registran los cap�tulos 14, 15 y 16 del Evangelio del Ap�stol Juan.

4. Un cuerpo, es a saber, la Iglesia de Cristo. Formada por el Se�or y los Ap�stoles y cuantos creen en el Se�or por la palabra de su testimonio. Aqu� tenemos otro caso en que, sin mencionarse por su nombre, se define sin embargo impl�citamente clara, otra realidad: la Iglesia. (vv., 2, 6, 8, 11 a 18, 20, 21, 23, 26).

5. Una Vida: Vida Eterna. (vv., 2, 3).

6. Una Palabra: la Palabra de Dios. (vv., 6, 8, 14, 17).

7. Una Verdad: la Verdad de la Palabra. (v.17).

8. Una Fe. (vv., 6,8).

9. Una experiencia de Unidad Sustancial: "Una cosa". Como ya se ha dicho, ello implica la Persona y Obra del Esp�ritu Santo. Y respecto del creyente, tambi�n implica la experiencia del nuevo nacimiento; pues en esa experiencia somos hechos "una cosa" con Cristo, con el Padre, con el Esp�ritu y con los otros renacidos. (vv., 11, 21, 23, 26, 22).

10. Una Santificaci�n. (vv., 11, 14, 15, 16, 17).

11. Un Gozo: el Gozo del Se�or. (v.13).

12. Un Amor: el Amor Eterno. (vv., 23, 24, 26).

13. Un Crecimiento: en el conocimiento de Dios y en la experiencia . (vv., 3. 7, 26).

14. Una Misi�n: enviados al mundo incr�dulo. (v., 18).

15. Un Testimonio: testigos del Se�or y Su Palabra. (vv., 20, 21, 23).

16. Una Gloria. (vv., 22, 24).

Nos maravilla la riqueza de Elementos de Unidad y sus distintos aspectos y �reas involucradas, que se nos revelan en la Oraci�n del Se�or. Y es muy evidente el Principio rector de todo ello: Singularidad asociada armoniosamente con pluralidad, diversidad y unanimidad. Porque UNA es la Unidad (singularidad), pero MUCHOS participan de ella (pluralidad) y DIVERSAS son las Areas de relaci�n y manifestaci�n (diversidad) pero siempre en plena y total UNANIMIDAD.

No hay all� lugar alguno para incongruencias, ni contradicciones, ni discrepancias. Por lo tanto, - anticipando conceptos -, digamos aqu� que el "status" interconfesional del d�a presente no soporta esta prueba, porque sus parcializaciones y discrepancias lo declaran falto al ser confrontado seriamente con la Oraci�n del Se�or Jesucristo.

Obs�rvese, adem�s, que los �nicos elementos contradictorios mencionados por el Se�or, son:

-"el hijo de perdici�n" (v.12) Judas Iscariote; y -"el mundo", o la esfera de acci�n diab�lica, el sistema ("kosmos") ordenado seg�n el hombre ca�do bajo el "pr�ncipe de este mundo" Satan�s; el "mundo" que aborrece al Se�or y a la Palabra del Se�or y a los que son del Se�or (vv., 14 y 16). Es obvio, que el Iscariote y el "mundo" se hallan completamente excluidos de la Unidad Cristiana.

(3) Los Siete Principios Fundamentales de la Unidad.

"La sabidur�a edific� su casa, labr� sus siete columnas." (Prov. 9:1).

De cuanto hemos tratado hasta aqu�, podemos extraer siete conclusiones que, por su importancia, bien se califican como Principios Fundamentales.

1. La Carta Constitucional de la Unidad Cristiana, es el Cap�tulo 17 del Evangelio seg�n el Ap�stol Juan, que registra la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo.

Porque, como ya se ha dicho, contiene y define, expl�cita o impl�citamente claros, todos los Elementos, aspectos y �reas de relaci�n y manifestaci�n de la Unidad.

2. La Unidad Cristiana, esencialmente, se define como Unidad Sustancial o Unidad del Esp�ritu.

Porque reconoce a la Unidad Sustancial de la Sant�sima Trinidad, como la Eterna Fuente, Corriente y Dechado de Unidad; y porque requiere a la Persona y Obra del Esp�ritu Santo para su realizaci�n.

-"Como t�, oh Padre en m� y yo en ti, que tambi�n ellos sean en nosotros una cosa." (v.21).

-"... que sean una cosa como tambi�n nosotros somos una cosa." (vv., 11, 21, 22, 23).

3. La Unidad Cristiana es Cristo-c�ntrica: el Se�or, como Persona Teantr�pica, es su Piedra Basal Angular; como Redentor es su autor y consumador; y como Testigo la manifest�, proclam� y propag�.

Rige aqu�, con toda su fuerza, el precepto Apost�lico:

-"Porque nadie puede poner otro fundamento que el que est� puesto, el cual es Jesucristo"

(1 Co.3 :11).

(a) Como Persona Teantr�pica es la concreci�n personal de la Unidad, la Piedra Basal Angular que debe ser plantada en el coraz�n del creyente. "Yo en ellos" (vv. 23, 26).

(b) Como Redentor obtuvo del Padre la promesa del Esp�ritu Santo, al cual envi� a sus disc�pulos, estableciendo as� la Unidad Sustancial con, en, y de ellos. ..... he acabado la obra que me diste que hiciese" (v., 4, comparar con Act.2 :22 a 24, 32,33).

(c) Como Testigo Fiel y Verdadero (Ap.1 :5; 3:14; 1.9:11), El Manifest�, proclam� y propag� la Unidad. "Yo te he glorificado en la tierra" (v.4).

"He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran y me los diste y guardaron tu palabra" (v.6).

4. El Vinculo Esencial de la Unidad Cristiana, es la Persona del Esp�ritu Santo.

(a) Porque el Esp�ritu Santo es el nexo de intercomuni�n Trinitaria y nexo vital de Unidad e intercomuni�n entre la Persona Teantr�pica y los renacidos y de �stos entre s�.

(b) Porque es por el Esp�ritu Santo que la Piedra Basal es plantada en los creyentes; es por el Esp�ritu que Cristo mora en ellos. (Comparar las palabras del Se�or "en" y "una cosa", que se hallan en vv.. 11, 21.22, 23.26 con 1 Jn. 3:24).

5. La Unidad Cristiana se concreta vital y sustancialmente en los creyentes, en la experiencia del Nuevo Nacimiento. (Principio vinculado �ntimamente al anterior).

(a) Es en esa experiencia que somos "hechos participantes de la naturaleza divina" (2 P.1 :4), o sea. del V�nculo Sustancial de la Unidad Cristiana: el Esp�ritu Santo.

(b) Es en el nuevo nacimiento que las palabras del Se�or "Yo en ellos" se cumplen sustancialmente. (vv.. 23.26 compararlos con Col.1 :27c).

6. La Unidad Cristiana, por ser esencialmente Unidad Sustancial o del Esp�ritu, incluye Unidad en la Verdad o en la Palabra Inspirada por ese mismo Esp�ritu; o sea: incluye la Unidad Doctrinal de los Cristianos.

"Las palabras que me diste les he dado; y ellos las recibieron" (v.8).

�...y guardaron tu palabra" (v.6).

(a) Producida la Revelaci�n Cristiana y siendo que el mismo Esp�ritu que nos dio la Biblia Inspirada e Inerrable es el que mora en los renacidos, la �nica cosa l�gicamente concebible es la Unidad de �stos en todo asunto o doctrina B�blicos.

Adem�s, est� el hecho que por Inspiradas e inerrables, las Santas Escrituras son la Unica Autoridad en doctrinas y pr�cticas.

(b) "Santif�calos en tu verdad; tu palabra es verdad" (v.17).

Esto confirma lo anterior. Porque las implicaciones de la "santificaci�n en la verdad" no permiten que, simult�neamente con esa experiencia se perpet�en discrepancias respecto de "la palabra de verdad" entre los que se santifican.

7. La Unidad Cristiana se manifiesta, proclama y propaga, por el Testimonio Cristiano, que glorifica a Dios.

"Yo te he glorificado en la tierra" (v.4). "He manifestado tu nombre" (v.6).

"Como t� me enviaste al mundo, tambi�n los he enviado al mundo" (v.18).

"Mas no ruego solamente por �stos sino por los que han de creer en m� por la palabra de ellos, para que todos sean una cosa... para que el mundo crea que t� me enviaste." (vv., 20, 21).

(a) La Unidad Cristiana debe glorificar al Padre y al Hijo por el Esp�ritu Santo, manifest�ndose o proyect�ndose desde sus planos subjetivos a los planos objetivos. Involucra, pues: al Se�or, a la Palabra, al Esp�ritu y a los renacidos. Y eclesi�sticamente: a las Iglesias locales y a la esfera �nter-Iglesias.

(b) El instrumento manifestador, proclamador y propagador, es el Testimonio Cristiano, iniciado por el Se�or Jesucristo y continuado por el Esp�ritu Santo a trav�s de los renacidos. El Testimonio es la acci�n testificante, misional, de Cristianos e Iglesias Cristianas en y al mundo.

 

(4) Los Siete Principios Fundamentales, correlacionados conceptualmente nos dan tres Elementos y Areas de Unidad

Los Siete Principios Fundamentales, correlacionados conceptualmente (seg�n su concepto b�sico), permiten concluir que el Se�or Jesucristo, para la consumaci�n de la Unidad con los suyos, se acompa�a necesariamente del Esp�ritu Santo, la Palabra y el Testimonio. Estos, a su vez, nos dan las tres Areas de Unidad Cristiana:

n     Unidad en el Esp�ritu o Unidad Sustancial [6]

n     Unidad en la Palabra o Unidad Doctrinal

n     Unidad en el Testimonio o Unidad Misional.

(a) Correlaci�n Conceptual de los Siete Principios Fundamentales.

Los Principios segundo, tercero, cuarto y quinto, refieren primordialmente a lo esencialmente Espiritual o Sustancial en cada �rea y relaci�n, sea en la Sant�sima Trinidad como en la Persona Teantr�pica y en los renacidos. El Elemento de Unidad es, pues, el Esp�ritu; y el Area: Unidad del Esp�ritu o Unidad Sustancial.

Los Principios primero y sexto, refieren a la Palabra. A la palabra del Padre dada al Hijo, por el Hijo a los Ap�stoles y por �stos a todos verbalmente y por escrito, lo cual ha quedado perpetuado en el Nuevo Testamento. El Elemento de Unidad es, pues, la Palabra; y el Area: Unidad en la Verdad de la Palabra o Unidad Doctrinal.

El Principio s�ptimo refiere expl�citamente a Testimonio, siendo el Area: Unidad en el Testimonio o Unidad Misional.

(b) El Esp�ritu, la Palabra y el Testimonio, son imprescindibles a la Piedra Basal Angular: el Se�or Jesucristo; y entre s�.

Tanto as�, que, hablando en t�rminos absolutos, aunque hipot�ticamente:

Si prescindi�ramos de la Persona Teantr�pica, el Se�or Jesucristo, no tendr�amos Piedra Basal ni Unidad Cristiana posibles.

Si prescindi�ramos del Esp�ritu Santo, no tendr�amos nexo vital entre el Se�or Jesucristo y los disc�pulos, ni en consecuencia Unidad Sustancial. El Se�or no podr�a ser establecido en los creyentes; y la Palabra y el Testimonio quedar�an sin prop�sito ni concreci�n vital.

Si prescindi�ramos de la Palabra, dejar�amos al Se�or y al Esp�ritu Santo sin el medio para impartirnos el conocimiento de la Verdad y por lo tanto sin la experiencia de la Unidad Sustancial ni Doctrinal; y el Testimonio quedar�a nulo: realmente no habr�a Testimonio alguno.

Y si prescindi�ramos del Testimonio, dejar�amos al Se�or, al Esp�ritu Santo y a la Palabra, sin el instrumento para manifestar, proclamar y propagar la Unidad Cristiana, que ser�a desconocida e incognoscible.

Queda pues demostrado: la Piedra Basal el Se�or Jesucristo, la Persona del Esp�ritu Santo, la Palabra y el Testimonio, son realmente imprescindibles el uno al otro, a los efectos de la realizaci�n de la Unidad Cristiana. Confirm�moslo a�n, por otra relaci�n.

(5) Su relaci�n a los otros Elementos de Unidad.

ESP�RITU, PALABRA Y TESTIMONIO, guardan adem�s tan estrecha relaci�n con las Personas y Elementos de Unidad de la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or, que, pr�cticamente, los polarizan.

 

Examinemos, aunque sint�ticamente, esa relaci�n polarizante y, adicionalmente, confirm�mosla tambi�n con otras Escrituras.

 

1. ESPIRITU.

 

Relacionado vitalmente:

Al Padre y al Hijo, con quienes �ntegra la Sant�sima Trinidad; y a quienes representa y glorifica en la tierra. (1)

A la Iglesia, a la que va integrando con los renacidos, en quienes mora. (2)

A la Vida Eterna, que por Su Deidad posee y da a los creyentes. (3)

A la Palabra (4) y a la Verdad (5), a las que inspira y revela.

A la Fe (6), Unidad (7), Santificaci�n (8) y Gozo (9), que produce y realiza.

Al Amor, que derrama en nuestros corazones. (10)

Al Crecimiento, por el conocimiento que imparte y el poder que da; fructific�ndolo y galardon�ndolo. (11)

A la Misi�n y al Testimonio, a los que faculta y fructifica. (12)

A la Gloria, que tiene y concede. (13)

 

2. PALABRA.

Relacionada vitalmente:

A la Sant�sima Trinidad, que la posee, inspira e ilumina y de quien testifica. (14).

A la Iglesia, a cuyos miembros gana con su mensaje; e instruye, corrige y capacita. Iglesia que es "columna y apoyo de la Verdad" (la verdad de la Palabra). (15).

A la Vida Eterna, que por ser Palabra de Dios tiene y da al que la acepta. (16)

A la Verdad, que ella es y que nutre su doctrina (17); y a la Fe, que viene por el o�r la Palabra de Dios. (18)

A la Unidad, que requiere a la Palabra para el nuevo nacimiento (Unidad Sustancial) y para la ense�anza (Unidad Doctrinal). (19)

A la Santificaci�n: limpieza interior del creyente que Dios realiza con la Palabra; y a la separaci�n del mundo que la Palabra discierne y manda. (20)

Al Gozo que da al creyente; y que de Cristo y por el Esp�ritu viene al que la guarda. (21)

Al Amor de Dios, que en la Palabra se hace inteligible; y que de la Verdad de la Palabra se huelga. (22)

Al Crecimiento, que viene por conocerla, entenderla y experimentarla. (23)

A la Misi�n y al Testimonio, a los que califica y nutre con su mensaje y doctrina; y que difunden la Palabra. (24)

A la Gloria, que garante a los renacidos declar�ndolos herederos de Dios y coherederos de Cristo. (25).

 

 

3. TESTIMONIO.

Relacionado vitalmente:

A la Sant�sima Trinidad; porque de Dios es ordenado, de Dios testifica, Dios lo acompa�a con su poder. (26)

A la Iglesia de renacidos, que es un Cuerpo para Testimonio. (27)

A la Vida Eterna (28) que ofrece por la Palabra (29) y la Verdad (30) que anuncia y la Fe (31) a la cual invita al alma.

A la Unidad, que por el Testimonio se manifiesta, proclama y propaga. (32)

A la Santificaci�n, que dignifica al Testimonio y que glorifica al Dios Santo en y ante el mundo. (33)

Al Gozo, que el Esp�ritu da a los que testifican (34); y al Amor, que hace al Testimonio esforzado, valiente y fiel (35).

Al Crecimiento, que da la experiencia en testificar. (36) A la Misi�n, que por el Testimonio es cumplida. (37) A la Gloria, a la cual el Testimonio se extiende, y que en la Gloria encuentra su galard�n. (38). 

(6) Conclusi�n. Definici�n del Fundamento.

 

El Fundamento de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, revelado en la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo -(5. Juan cap. 17, CARTA CONSTITUCIONAL de la Unidad Cristiana)-, reconoce como la Eterna Fuente, Corriente y Dechado de Unidad a la SANT�SIMA TRINIDAD; y puede definirse como una UNIDAD COMPUESTA, integrada por:

 

q       La Piedra Basal Angular: EL SE�OR JESUCRISTO.

 

�l es la Persona Teantr�pica, concreci�n Personal de la Unidad, la Piedra Viva que debe ser plantada en el coraz�n del creyente.

 

q       EL v�nculo de Unidad: LA PERSONA DEL ESPIRITU SANTO.

 

Nexo Vital de Unidad y comuni�n entre el Se�or y los creyentes y de �stos entre s�. Quien planta al Se�or en el coraz�n del creyente, d�ndonos as� UNIDAD SUSTANCIAL en la experiencia del NUEVO NACIMIENTO.

 

q       La Autoridad Doctrinal: LA PALABRA DE DIOS o SANTAS ESCRITURAS.

 

Inspiradas por el mismo Esp�ritu Santo. En ellas, el Se�or nos ha dado el Mensaje que pone a nuestro alcance la experiencia de la UNIDAD SUSTANCIAL, y la Ense�anza que pone a nuestro alcance la bendici�n de la UNIDAD DOCTRINAL.

 

q       El Instrumento Misional: EL TESTIMONIO CRISTIANO.

 

Iniciado por el mismo Se�or Jesucristo y continuado por el Esp�ritu Santo a trav�s de Ap�stoles y disc�pulos, el Testimonio Cristiano manifiesta, proclama y propaga la unidad.

 

(1) Jn.14:26 Jn.15:26

1 Co.2 : 10,11 2 Co.3:16,17 comparar Lc.3 :22 
1 Jn. 5:7

(2) Act. 2 :38-42 Ro.8.15,16 
1 Co.12:13 - Ef.2:18-22

(3) Ez.37:14 
Jn.4:14;6:63a y 7:37-39
Ro.8:2,6
2 Co.3:3-6
Gal 6:8

(4) Ef.6:17

2 Tim.3:16 2 P .1 :21

(5) Jn.14:17 Jn.16:13 Ef.5:9

1 Jn.2 :27 1 Jn.4 :6

(6) 1 Co.12:9 2 .Co.4:13 G�l.5 :22

(7) Ef.4:3,4

(8) Ro.l:4; 8:13 G�l.5:16-25 2 Co.3:18 1 P. 1:2

(9) Ro.14:17-19 G�l.5 :22 compa.rar Sal.45 :7 Act.13 :52

(10) Ro.5:5

(11) G�l.5:22a
 2 Ts.1:3
1 Co.2:12-15
Ef.1:17-20
Ef.2:18-22
Col. 2 : 18,19
2 P.1:2-11

(12) Act.1:8; 5:32 y 9:31
1 Jn.5:6-8
comparar
Lc.12:11,12
Ap.. 22:16,17

(13) Ro.8:11-18
2 Co. 3:7-9, 18
G�l. 5: 1-5

(14) Sal.68:11 y 119.89, 140 Mt.4:4 Jn.5 :39 He.4:12

(15) Prov.6:23 1 Ts. 2:13 
2 Tim. 3:16, 17 
1 Tim.3:15

(16) Jn.6 :63-68 
Act.7 :38;  Fil.2:16 
1 P.1 :23-25

(17) Sal.119:160
Jn.17:17b;  Ef.1:13a

(18) Ro.10:8,17 

(19) Stg.1 :18 
1 P.1:23 
Col.3 : 15,16 comparar Mt.28 :20

(20) Prov. 30:5 Jn.15 :3 Jn.17:17 
Ef.5 :25-27 
1 Jn.2:14-17

(21) Sal.19:8

Sal.119 : 1l1
 Jn.15 :10.11
 Ro.14:17 
3 Jn., vv. 3.4

(22) Ro. 8:38,39 
1 Co.13 :6 ; 1 Jn.4 :8-21

 (23) Ef.4:13-16 
2 Tim. 3:15- 17
1 P. 2:2 (24) Act.8:4
Act.10 :42.43 Act.13 :46-49
Col.1 :25-29 ; Col.4 :3-6
2 Tim.4:2-5

(25) Ro.2:6-10
Ro.8:14-18
2 Co.4:17-18
Col. 3:4
Jud. vv. 24,25

(26) Mt.28:18-20 Jn.17-18
Act.1 :8 He.2:1-4

(27) Jn.15:27
Act.1 :8
Act.5 :32
Ef.1 :22,23;  Ef.3 :10.21;
Fil.2 : 15
1 P.2:9

(28) 1 Jn.5:11,12 comparar
Act.11 : 12-18

(29) Act.2:40.41 
Act.4 :31

(30) Act.26:25
2 Co.4 :2
2.Co.6:7.8

(31) Act.3:16 y 17:31 
Ro.1:8
Ro.10 :8-10
Ef.2 :8-10

(32) Mt.12 :25
1 Co. 1:13
1 Co. 3:1, 3
y vv. 21,23
Fil.1 :27

(33) Col. 2:5
2 Tim. 2:19-21
1 P. 1:15,16
1 P. 2:9-12
1 P. 4: 1-7 y vv. 14-19

(34) Act. 5: 41,42
Act. 20:24

(35) Fil. 1:14-17
2 Tim. 2:10

(36)1 Co. 15:58
2 Ts. 1:11,12
1 Tim. 3:13
1 Tim. 4:15

(37) Act.20:18-24
1 Co.4:1,2 
2 Ts: 1 :10 
2 Tim.4:1-5 y v.17

(38) 2 Tim.2 :5 ; 2 Tim.4:7
 y vv., 8,18
2 P.3:11-14 Ap.2:10
comparar Ap.22:12 y 20  

III. SU DIMENSION ESCRITURAL

 

Definici�n

Detalle

Desarrollo

Conclusi�n

 

(1) Definici�n.

Por "Dimensi�n Escritural" de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, significamos la suma de la ense�anza de la Palabra de Dios respecto de las tres Areas de Unidad ya discernidas: ESPIRITU (Unidad Sustancial); PALABRA DE DIOS o SANTAS ESCRITURAS (Unidad Doctrinal); y TESTIMONIO (Unidad Misional); porque cubren todos los aspectos y connotaciones de origen, relaci�n y manifestaci�n de la Unidad.

 

(2) Detalle de la Dimensi�n Escritural.

A. En relaci�n al ESPIRITU SANTO (o Sustancia de Unidad), la Unidad Cristiana es de Naturaleza Espiritual, Divina. Su Dimensi�n Escritural, abarca:

1. Con fuerza de prerrequisito, para satisfacer connotaciones de origen: la Unidad en la Naturaleza misma de la Deidad, es a saber, en el Esp�ritu. Y la Unidad en la Sant�sima Trinidad, que es la Eter-Fuente, Corriente y Dechado de Unidad.

2. La Unidad en la Persona Teantr�pica, el Se�or Jesucristo, Piedra Basal Angular de la Unidad Cristiana.

3. La Unidad Sustancial de los Cristianos, en la experiencia personal y entre si.

 

B. En relaci�n a la PALABRA DE DIOS o SANTAS ESCRITURAS, la Unidad Cristiana es de Naturaleza Doctrinal, B�blica. Su Dimensi�n Escritural, abarca:

1. La Relaci�n entre Esp�ritu y Doctrina y, consecuentemente, la relaci�n entre Unidad del Esp�ritu (o Unidad Sustancial) y Unidad Doctrinal. Y la Unidad entre el Esp�ritu y las Escrituras, es a saber, la Inspiraci�n, que hace a la Biblia la Unica Autoridad en Doctrina y Pr�cticas para los renacidos.

 

2. La Unidad del "corpus-doctrinae", o sea, del "Cuerpo de Doctrinas" de la Palabra de Dios; la Unidad de las Doctrinas entre s�; sin omisiones, minimizaciones ni desarmon�as.

3. La Unidad Doctrinal de los Cristianos; o la Unidad de la Fe en toda doctrina y pr�ctica B�blicas, de los hijos de Dios.

 

C. En relaci�n al TESTIMONIO, la Unidad Cristiana es de Naturaleza Corporal (u Org�nica), y Misional; porque tiene que ver con la Iglesia como el Cuerpo de Cristo: Un Cuerpo para Testimonio. Su Dimensi�n Escritural, abarca:

1. La Unidad de la Iglesia local.

2. La Unidad inter-Iglesias; o la Unidad manifestada en relaciones fraternales entre las Iglesias locales.

3. La Unidad Misional; o la Unidad manifestada en el cumplimiento de la Misi�n y Testimonio de la Iglesia en y al mundo: la manifestaci�n y proclamaci�n de la Unidad Cristiana ante los incr�dulos, y la propagaci�n de la Unidad en aquellos que aceptan el Testimonio de todo coraz�n.

 

(3) Desarrollo de la Dimensi�n Escritural.

A. EN RELACION AL ESPIRITU SANTO, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA ESPIRITUAL, DIVINA.

 

Gracias a Dios, esto es reconocido por todo int�rprete fiel a la Palabra: la Unidad por la cual el Se�or or� es esencialmente Espiritual, Divina, porque reconoce su origen en la Unidad Sustancial de la Sant�sima Trinidad y porque requiere a la Persona del Esp�ritu Santo para realizarse.

 

 

PERO: �Cu�nto significan e implican tan solemnes hechos para la Unidad Cristiana? �C�mo la califican y definen y de cu�nta riqueza de relaci�n y comuni�n la han dotado?

 

Sorprende, y mucho, que estos asuntos no tengan toda la piadosa consideraci�n que su importancia exige; y que no sean motivo especial de oraci�n, ni estudio B�blico, ni pr�ctica adecuada entre los hijos de Dios, el Pueblo de la Unidad! Abundan art�culos y a�n libros y conferencias especiales contra el "ecumenismo" porque es la falsa doctrina, la doctrina "modernista" de la Unidad. Pero no abundan estudios Escriturales en pro de la verdadera Unidad Cristiana. Como resultado, hay mucha confusi�n. La hora es, pues, propicia; el tiempo es llegado para reabrir la Santa Palabra con estos prop�sitos: escudri�ar�a y dejar que ella nos informe, nos hable y cautive el coraz�n con Su Mensaje de Unidad. Lo que sigue, puede ser de ayuda, especialmente para los humildes.

 

1. PRERREQUISITO. CONSIDERACI�N DE LA UNIDAD EN LA SUSTANCIA DE LA DEIDAD: EL ESPIRITU.

 

 

(a) "Dios es Esp�ritu" (1)

 

En esas palabras de Nuestro Se�or, tenemos una revelaci�n autoritativa, de car�cter absoluto, que nos muestra cu�l, qu� y c�mo es, la Naturaleza de Dios. 

1. Cu�l es, o Designaci�n de la Sustancia. Obviamente, el Se�or revel� cu�l es, cuando dijo: "ESPIRITU". La Sustancia, Esencia o Naturaleza de Dios, es, pues, ESPIRITU. [7] 

2. Qu� es, o Integraci�n de la Sustancia. Siendo que Dios ES Esp�ritu, luego TODA Su Naturaleza lo es. Dios es solo y puro Esp�ritu. Cuantitativa y cualitativamente Una Sustancia. Cuantitativa o num�ricamente, es Una. Cualitativa o integralmente, es decir, en su calidad singular de Una, en el estado del Ser, tambi�n es Una; porque el Esp�ritu carece de diversidad constitucional: es entidad simple, no compuesta, no tiene partes, es indiviso e indivisible. (2) 

3. C�mo es o Perfecci�n de la Sustancia en relaci�n a sus Atributos.

Ahora pasamos de lo simple o singular, a lo complejo. La singularidad, en la Sustancia de la Deidad, no excluye asociaci�n con pluralidad y diversidad; porque la Sustancia Una posee propiedades, virtudes, capacidades intr�nsecas que le son inmanentes; en una palabra: ATRIBUTOS. La Sustancia es Una pero posee m�ltiples Atributos. Estos no son "partes" de la Sustancia porque la Sustancia no tiene partes. Son "propiedades" y es por esas propiedades que la Sustancia se manifiesta. Sin Atributos, la Sustancia Divina ser�a desconocida y desconocible. (3)

Necesitamos referirnos, aunque muy ligeramente, a esos Atributos, pues ello nos ayudar� a obtener la noci�n de la Unidad en sus mismos veneros eternos.

 

ATRIBUTOS.

 

Lo primero que naturalmente es sugerido por Esp�ritu, es: Espiritualidad. El Esp�ritu es Inmaterial, es decir, no es materia (4); y no tiene ni requiere conexi�n ni dependencia alguna con materia, para ser, existir ni subsistir (5).[8] Y es Invisible. (6) 

Autosuficiencia. Posee vida y existencia propia. Dios es el Dios Viviente (7). Esto no significa mera subsistencia, sino vida perfecta, vida organizada, vida de Personalidad. "Yo soy el que soy�. (8) 

Por ser vitalmente autosuficiente, es Inmortal (9) e Incorruptible (10); y por lo tanto todas las propiedades del Esp�ritu, son, como el mismo Esp�ritu, Eternas (11).

 Y todo ello en Perfecci�n (12), que requiere Verdad (13), Santidad (14) y Amor (15); con sus acompa�antes: Veracidad (16) Fidelidad (17) Justicia (18) y Rectitud (19); Misericordia (20) y Bondad (21) que es decir Gracia (22).

 Finalmente: Omnisciencia (23) Presciencia (24) Sabidur�a (25) Omnipotencia (26) y Omnipresencia (27).

Todos, por supuesto, relacionados entre s�.

� Y qu� deducimos de ello?

 (b) La Unidad maravillosa de la singularidad de la Naturaleza y la pluralidad de sus Atributos; y su interrelaci�n e interacci�n armoniosa y un�nime.

La sustancia Una tiene tal cohesi�n con sus Atributos m�ltiples, que se expresa siempre plena en todos y cada uno de ellos. Los Atributos, a su vez, se expresan siempre plenos en la Sustancia y siempre armoniosa y un�nimemente entre s�. Por eso leemos: -"Dios es Amor" (28); "Yo soy Santo" (29); "Yo soy Todopoderoso" (30); todas ellas declaraciones absolutas. No puede decirse: Dios es "en parte" Amor y "en parte" Santo y "en parte" Todopoderoso � NO! Tal cosa dividir�a la Sustancia y quebrantar�a su Unidad intr�nseca e integral, lo que es imposible.

Finalmente, tenemos el hecho de la Unidad maravillosa de los Atributos entre si. Hay perfecto equilibrio entre ellos. Ninguno es superior a otro. Ninguno puede ejercerse de modo que eluda, minimice, reduzca, contradiga, ni anule, a ning�n otro. No puede haber discrepancias ni contradicciones ni conflictos! (31)

"Las Escrituras no exaltan un Atributo de Dios a expensas de otros pero los representan como existiendo en perfecta armon�a en la Divina Naturaleza." [9]

"Nunca magnifica El uno de sus Atributos a costa de otro�.[10]

"Conflicto de Atributos es imposible... nunca necesitar�n reconciliaci�n el uno con el otro." [11]

"Dios no es Dios de disensi�n, sino de paz", tambi�n se aplica a Dios mismo: no hay en El conflictos! (32).

 

(c) La Unidad Inmanente en la Divina Esencia.

Resumiendo: la integraci�n y Perfecci�n de la Divina Naturaleza nos revela que su Unidad-Base, Inmanente, se define como Unidad en pluralidad y diversidad: porque Una es la Sustancia y m�ltiples Sus Atributos; sin que la Sustancia pueda ser dividida entre sus Atributos y sin que los Atributos puedan ser confundidos; expres�ndose siempre cohesionada, ecu�nime y un�nimemente. Adem�s: la Unidad en la Sustancia de la Deidad, tiene base y vocaci�n trina porque cubre tres �reas; Sustancia; Sustancia-Atributos; Atributos entre s�; es a saber:

SUSTANCIA: La Unidad de la Sustancia como tal, en s� misma, como Una; solo y puro Esp�ritu; indivisa e indivisible; esto es: UNIDAD en SINGULARIDAD.

 

SUSTANCIA-ATRIBUTOS: La Unidad de la Sustancia Una y sus Atributos m�ltiples; esto es: UNIDAD EN DIVERSIDAD.

 

ATRIBUTOS ENTRE S�: La Unidad inter-Atributos; UNIDAD EN UNANIMIDAD.

 

(d) Conclusi�n axiom�tica.

"Dios es Esp�ritu" y la Una Sustancia que Dios es, solo puede comunicar o manifestar la Unidad que le es propia: UNIDAD EN SINGULARIDAD, EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD! Esa es la Unidad-Base, de fondo, la Unidad en la Sustancia. No tiene lugar alguno para incongruencias, contradicciones ni discrepancias. �ESA ES LA UNIDAD QUE EL SE�OR TUVO EN MENTE CUANDO ORO POR LA UNIDAD DE LOS SUYOS!

 

2. LA UNIDAD EN LA SANT�SIMA TRINIDAD.

 

�... como t�, oh Padre en m� y yo en ti que sean una cosa como tambi�n nosotros somos una cosa.� (1)

"Santo, Santo, Santo!, te adoro reverente: Dios en Tres Personas, Bendita Trinidad!", cantan los Cristianos. (2) El Misterio es inescrutable, m�s all� de toda capacidad de comprensi�n (3) y de toda representaci�n adecuada que lo ilustre por falta de analog�as precisas (4). Pero la Bondad de Dios ha puesto a nuestro alcance, en las Santas Escrituras, la medida de revelaci�n suficiente para suplir las exigencias del conocimiento y la necesaria bendici�n a nuestras almas anhelantes. Y al ocuparnos de lo que est� revelado en la Santa Palabra, focalizaremos los aspectos m�s directamente vinculados a nuestro estudio sobre la Unidad Cristiana.

�(a) Una la Esencia, Tres las Personas;[12] la Unidad en el Dios Trino, se manifiesta como Tri-Unidad.

-"Dios es Esp�ritu. (5) Luego, la Divina Esencia de la Santa Trinidad' es UNA, indivisa e indivisible: ESPIRITU; y TRES las Personas: Padre, Hijo y Esp�ritu Santo (6); y esa Santa Trinidad es UN SOLO DIOS VERDADERO! (7)

 

1. Necesitamos recordar aqu� que, en la Sustancia Divina, discernimos la Unidad-Base como Tri-Unidad: Sustancia: Sustancia-Atributos y Atributos entre s�. Esta impronta, de Unidad Trina o Tri-Unidad, la hallamos doquiera el Esp�ritu act�e en funci�n de V�nculo Sustancial. Y por lo tanto, est� presente en la Sant�sima Trinidad, cuya Unidad abarca tres Areas: Sustancia en s� misma; Sustancia-Personas, o sea: la Cohesi�n, relaci�n y acci�n entre la Una Sustancia y las Tres Personas; y Personas entre s�: su armon�a, ecuanimidad y unanimidad.

 

Rige id�ntico Principio de Unidad. Trina o Tri-Unidad; pero aqu� se observa que "PERSONAS" figura en el lugar de "ATRIBUTOS". Esto no significa que las Personas desplazan o reemplazan a los Atributos, sino que los poseen. Son las Tres Personas en la Una Sustancia, las que poseen y ejercen los Atributos; sin que por eso la Sustancia Una pueda ser dividida entre las Personas ni que tampoco los Atributos puedan ser repartidos entre ellas. No podemos decir: El Padre ejerce unos Atributos s� y otros no, y lo mismo ocurre con el Hijo y con el Esp�ritu Santo; � NO! Las Tres Personas poseen y ejercen todos los Atributos pues tienen Una sustancia y son Un solo Dios. Como lo dijo el Se�or: -"Como el Padre levanta a los muertos y les da vida, as� tambi�n el Hijo a los que quiere da vida." (8).

 

2. Lo mismo ocurre con la Sustancia, que es Una y sin embargo se expresa plenamente en las Tres Personas. Esa es una capacidad exclusiva de la Naturaleza Divina que:

..... se distingue de la humana, en que puede subsistir total e indivisiblemente en m�s de una Persona." [13] Un vislumbre de tan grande misterio nos es dado en el gran texto Hebreo: -"Oye, Israel: Jehov� nuestro Dios -(Elohim, plural)-, Jehov� uno es." (9). Y m�s claramente lo hallamos en el Nuevo Testamento: -"En �l - (en Cristo) - habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente." (10).

 

3. Esa Una Sustancia, subsistiendo plenamente en las Personas, no afecta por eso la libertad de cada una, aunque las tres Voluntades, consustanciadas, concuerdan en un todo.

 

-"Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, mas yo la pongo de m� mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar." (11). Esa declaraci�n del Se�or Jesucristo prueba su libertad personal dentro de la Naturaleza Divina. Y que esa voluntad concuerda con la del Padre se prueba por lo que sigue: "Este mandamiento recib� de mi Padre." Hay libertad y a la vez plena concordancia. Lo mismo se evidencia en esta otra Escritura:

-"El Se�or es el Esp�ritu, y donde hay el Esp�ritu del Se�or all� hay libertad." (12).

Son tres Voluntades que, a la vez que ecu�nimemente, o sea, guard�ndose todas las consideraciones individuales propias de su libertad, sienten al un�sono, concuerdan absolutamente en el querer y el hacer, expres�ndose plena y un�nimemente como participantes plenos de la Sustancia plena.

 

4. Tan excelsa Unidad, Eternamente inmanente en la Santa Trinidad, permanece inalterable en la revelaci�n de la econom�a de la Salvaci�n. Por eso el Hijo, Verbo encarnado (13), dijo: -"Yo y el Padre una cosa somos" (14), lo que prueba la Unidad Sustancial Trinitaria. Y luego vemos la Trinidad de Personas en esta otra declaraci�n:

-"Mas el Consolador, el Esp�ritu Santo, al cual el Padre enviar� en mi nombre -(el nombre del Hijo, una Persona)-, �l os ense�ar� todas las cosas y os recordar� todas las cosas que os he dicho." (15). -"Os es necesario que yo vaya, porque si yo no fuere el Consolador no vendr�a a vosotros." (16); "todo lo que tiene el Padre, m�o es." (17). La ense�anza del Se�or es clara: Hay Unidad Sustancial en Diversidad de Personas y Unanimidad total. La Unidad Trinitaria tiene ese sello maravilloso de Unidad Trina o Tri-Unidad, es a saber: Sustancia en s� misma; Sustancia-Personas; y Personas entre s�.

 

(b) La Unidad Trinitaria en la Prelaci�n o Procesi�n dentro de la igualdad de las Divinas Personas.

 

1. Las Escrituras nos presentan, adem�s, a la Unidad Trinitaria en un orden en el cual el Padre es primero; el Hijo segundo, y el Esp�ritu Santo es tercero. El Se�or dijo:

-"El Padre mayor es que yo" (18), lo cual revela la prioridad del Padre. L�gicamente, al Padre sigue el Hijo y por eso leemos:

-"Sal� del Padre" (19); "A Dios nadie le vio jam�s; el unig�nito Hijo que est� en el seno del Padre �l le declar�" (20). Finalmente, la revelaci�n en cuanto a la Persona tercera en el orden: ..... . el Consolador, el cual yo os enviar� del Padre, el Esp�ritu de verdad, el cual procede del Padre..." (21).

2. Ese Orden, no implica cambio alguno en la Igualdad y Unidad Sustancial Trinitaria; ni implica desigualdad entre las Divinas Personas.

 

Tanto as�, que, -repit�moslo- ni el hecho de la Encarnaci�n del Verbo alter� tales condiciones. Por eso leemos: -"Yo y el Padre una cosa somos... el Padre est� en m� y yo en el Padre" (22); "el que me ha visto a m� ha visto al Padre" (23); "porque el Se�or es el Esp�ritu" (24). Esas Escrituras son terminantes: identificaci�n del Ser y de Presencia, prueban que la Igualdad y Unidad Sustancial est�n all�. Por id�ntica raz�n, ese Orden no implica desigualdad alguna entre las Personas Trinitarias: la Palabra las presenta coiguales en Deidad y Dignidad, con iguales derechos de recibir culto y adoraci�n (25), iguales en Gloria y Poder (26), Eternidad (27), y en todas cosas.

 

3. El Orden de Eterna Prioridad, entre Iguales, implica un Estado de Eterna Subordinaci�n.

Siendo que las Escrituras revelan: la Una e Inmutable Sustancia Eterna en Trinidad de Personas, o sea, que la Sant�sima Trinidad "no lleg� a ser" (28) sino que por siempre "era, es y ser�" (29); y adem�s revelan que existe un Orden de Personalidad en el cual el Padre es mayor: -�Qu� inducimos de ello?

La respuesta es solo una: Que en la Eterna Naturaleza de la Deidad existe de toda Eternidad un Estado de Eterna Subordinaci�n del Hijo y del Esp�ritu Santo, al Padre; sin que ello afecte su coigualdad con el Padre como Personas Trinitarias, ni su Igualdad y Unidad Sustancial.

Las Escrituras revelan ese estado diciendo: -"... el unig�nito Hijo, seno del Padre" (30); "...el Consolador el cualyo os enviar� del Padre... el cual procede del Padre" (31); al mismo tiempo que revelan que el Hijo y el Esp�ritu Santo son tan Personales como el mismo Padre lo es (32); y que el Hijo dice: "El Padre mayor es que yo" (33). 

Por lo tanto, nuestra inducci�n es correcta: coiguales con el Padre como Personas Trinitarias, el Hijo y el Esp�ritu Santo son Eternamente Subordinados al Padre; no en cuanto a Naturaleza; s� en cuanto a un Orden de Personalidad. 

4. Razones de esa Eterna subordinaci�n. Ya hemos visto -al tratar los Atributos- que la Vida de Personalidad es vida organizada, no mera subsistencia. Ahora vemos la reflexi�n magna de ese Principio. As� que, respetada la distinci�n entre el concepto de un Dios Personal y la realidad de las Tres Distinciones Personales de la Deidad Una,[14] la vida organizada se traduce en t�rminos Trinitarios como Orden Vital de Personalidad, o sea, Orden de Procesi�n o Prelaci�n de las Personas, con sus acompa�antes impl�citos: el necesario Orden de Oficios y Orden de Operaciones Personales. En otras palabras: Orden del Ser y Quehacer de las Personas Trinitarias � Dios es Dios de Orden!

5. Explicaci�n de los Ordenes:

 EL ORDEN DE PERSONALIDAD, indica la Prelaci�n o Procesi�n de las Personas: el Orden Personal -no cronol�gico- con que se distinguen en la Deidad, y act�an.

 EL ORDEN DE OFICIOS, tiene que ver con el quehacer de las Personas: indica qu� hacen, cu�l es la funci�n de cada Persona de acuerdo con el Orden de Personalidad.

 EL ORDEN DE OPERACIONES, completa al de Oficios desde el punto de vista del procedimiento o modo de actuar de las Personas; c�mo ejercen sus funciones.

 (a) Orden de Personalidad; o Procesi�n o Prelaci�n.

-�Por qu� el Padre es la Primera Persona? La respuesta debe buscarse en el hecho de que el Hijo y el Esp�ritu Santo, son revelados en las Escrituras como coeternos con el Padre (34) al mismo tiempo que coeternos en el Padre (35) No por eso deben ser considerados como "derivaciones" ni "modos de ser" del Padre, ni como teniendo un momento del tiempo en que comenzaron a ser o existir. � NO! [15] No hay un "comienzo" del Hijo en el seno de la Deidad, porque el Hijo es eterno (36). Sin embargo, ES Hijo: "el unig�nito Hijo que est� en el seno del Padre" (37); es decir: EL ETERNAMENTE HIJO EN EL SENO DEL ETERNAMENTE PADRE!

Pero: -� Por qu� la Escritura dice �unig�nito�? � No habla eso de "generaci�n" o "engendraci�n"?

Contestamos. Respetada la aplicaci�n del significado de �unig�nito� a los momentos hist�ricos de Nazareth (38) y Bel�n (39), o sea, al nacimiento virginal de Jesucristo; debemos tener en mente que aqu� confrontamos otra connotaci�n de la palabra que no puede ser ligada a una fecha-calendario porque es un hecho eterno. Aqu� confrontamos el hecho de la ETERNA FILIACION. "Generaci�n", "engendraci�n", "unig�nito", referidos al seno eterno de la Deidad, no tienen aplicaci�n id�ntica a la que tienen en la esfera humana finita. En lo humano, se�alan un instante del tiempo; pero en la esfera de la Eterna Deidad, no. La �nica manera en que puede expresarlo el lenguaje humano es: "LA ETERNA GENERACION DEL HIJO ETERNO". En otras palabras:

el Hijo est� eternamente vinculado al Padre en una relaci�n de eterna Filiaci�n (40). "Unig�nito", en dimensi�n de eternidad, se presenta a nuestra finita comprensi�n se�alando el hecho que la eterna Filialidad del Hijo es coeterna con la eterna Paternidad del Padre, sin confundir las Personas ni reducir su coeternidad!

Lo mismo es con el Esp�ritu Santo, co-igual en Eternidad al Padre y al Hijo (41), no obstante lo cual se nos dice: "procede del Padre" (42). Tambi�n, que el Padre lo env�a (43); que el Hijo "bautiza con Esp�ritu Santo" (44) y que el Hijo lo env�a del Padre (45), de modo que la Procedencia viene del Padre POR el Hijo. El Padre, vemos, es siempre Primero. Se observa, adem�s, que la Escritura no habla del Esp�ritu Santo en sentido de ''Filiaci�n'' sino de "Procedencia": no se dice "unig�nito"; se dice "procede" del Padre.

Este es el lugar para decir que el "modo" de tal Filiaci�n y Procedencia Eternas, no est� revelado ni es dado a criatura alguna: est� vedado a toda mente Sub-Trinitaria. Los llamados "Credos" de la Iglesia, como el Niceno, por ejemplo, se esfuerzan por expresar lo inexpresable, diciendo: "DIOS DE DIOS, VERDADERO DIOS DE VERDADERO DIOS, ENGENDRADO, NO CREADO", y as�. Y si el pensamiento l�gico requiere confesar que hay un modo, nuestra l�gica limitaci�n requiere confesar que nos est� vedado conocerlo. Es �ste, un grande y Santo Misterio inescrutable e inexpresable. Pero el hecho est� revelado en la Palabra y hasta donde las Escrituras hablan, es l�cito escudri�arlas.

 Otro hecho debe ser notado, bien se�alado por Strong [16]: el Orden dado en las Escrituras no permite decir que el Padre "procede" ni es enviado" del Hijo y del Esp�ritu Santo.

El Padre es, pues, la Primera Persona de la Sant�sima Trinidad. Y en cuanto al uso de las palabras "unig�nito" para el Hijo y "procede" para el Esp�ritu Santo, adem�s de su significaci�n literal, quiz� podamos ver en ello, tambi�n, una implicaci�n del Orden de Prelaci�n: el Hijo, por "unig�nito" del Padre, lo cual lo relaciona directa y naturalmente al Padre, es la Segunda Persona. Y el Esp�ritu Santo, por proceder del Padre POR el Hijo, es la Tercera Persona. Cada t�rmino indicar�a un lugar en el Orden: pero jam�s se olvide que no se trata de orden cronol�gico o de tiempo de existencia, pues son coiguales en Eternidad. Adem�s, el Padre es necesariamente el Primero en el Orden tambi�n necesario, porque las tres Personas no son tres distintas y separadas Eternidades, pues en tal caso ser�an tres Sustancias y tres Dioses independientes. La Sant�sima Trinidad no son "tres Dioses", como nos acusan los "modalistas" y los "unitarios". La Trinidad no es de Sustancias ni de Dioses sino de Personas: es Un solo y �nico Dios en Tres Personas.

El Padre es oficialmente la Primera Persona en el sublime Misterio de la Cosubsistencia Eterna. Y que en su seno est� el "unig�nito Hijo" y que de El (del Padre)

procede" el Esp�ritu Santo, nos revela que ese UN DIOS, de toda Eternidad, primeramente ES Padre. Por ser Padre, consustanciado con El y en El, segundo en el Orden pero coeterno en el Ser y existir Personal en la Una Sustancia Eterna, es el Hijo: o sea: Dios ES Padre E Hijo. Y finalmente, procediendo del Padre e Hijo, la Tercera Persona en el Orden aunque igualmente coeterna en su Ser y existir Personal en la Una Eterna Sustancia, el Esp�ritu Santo;

o sea: DIOS ES PADRE E HIJO Y ESPIRITU SANTO. UNA Y ETERNA SUSTANCIA : TRES COETERNAS PERSONAS!

INESCRUTABLE. EXCELSO, GLORIOSO DIOS NUESTRO! ANTE EL GRAN MISTERIO, NOS POSTRAMOS REVERENTES PARA ADORAR: "AL SOLO DIOS EN TRINIDAD Y A LA TRINIDAD EN UNIDAD; SIN CONFUNDIR LAS PERSONAS Y SIN DIVIDIR LA SUSTANCIA." [17]

(b) Orden de Oficios.

El Orden de Oficios acompa�a, a la vez que pone en evidencia, al Orden de Prelaci�n. Oficios, son las funciones de las Divinas Personas; su misi�n en el seno de la Trinidad, sea Inmanente, que Econ�mica o Dispensacional.[18]

Esos Oficios o Funciones, manifiestan la plenitud de la Sustancia y Atributos de Dios; y son ejercidos por las Divinas Personas en un Orden correlacionado al de Prelaci�n, o sea: el Padre, como Primera Persona: el Hijo como Segunda Persona; y el Esp�ritu Santo, como Tercera Persona.

Por ejemplo. "Dios es Amor" (46), y este Atributo, como todos los Atributos de Dios, se halla y realiza pleno en la Sustancia y en todas y cada una de las Personas. Pero seg�n el Orden de Prelaci�n y de Oficios, el Amor tiene en el Padre la Eterna Fuente (47), en el Hijo la Eterna Revelaci�n (48), y en el Esp�ritu Santo la Eterna Corriente (49). 

Un ejemplo Escritural cl�sico, lo hallamos en Efesios cap�tulo primero, que nos da precisamente el Ordenamiento correlacionado de Oficios en la Trinidad tanto Inmanente como Econ�mica. El Padre, la Eterna Fuente, concibe el Plan Redentor (50); el Hijo, Eterno Revelador, lo saca a luz y lo ejecuta como Mediador Redentor (51); y el Esp�ritu Santo, Eterna Corriente, lo aplica y establece experimentalmente en los que creen (52).

(c) Orden de Operaciones. 

Finalmente, las Escrituras revelan la correlaci�n del modo de operar de las Divinas Personas. El Padre, como Primera Persona, obra u opera a trav�s o por medio del Hijo (53). El Padre y el Hijo, a trav�s o por medio del Esp�ritu Santo (54). Y aunque el Esp�ritu Santo llena al Hijo, es el Hijo el que obra por medio de esa Plenitud (55). Y siempre en un�sono sentir, pues lo que piensa el Padre, eso piensa el Hijo y el Esp�ritu Santo; lo que el Padre dice, quiere y hace, tambi�n (56). Y todo ello sin afectar en lo m�s m�nimo su libertad Personal (57); y siempre glorific�ndose mutuamente uno a otro (58).

 

6. La Unidad en la Triple Area de Orden (Prelaci�n; Oficios; Operaciones), definida.

 

Discernimos tambi�n aqu�, el sello de Unidad Trina o Tri-Unidad, o sea: Unidad Sustancial, en Diversidad de Areas de Orden (sin afectar la Sustancia, ni las Personas, ni los Atributos), en plena Unanimidad.

 

El Orden es: SUSTANCIA-DIVERSIDAD DE AREAS DE ORDEN-UNANIMIDAD!

 

(c) La Unidad en la Sant�sima Trinidad. Sinopsis; Conclusi�n.

La evidencia B�blica permite afirmar que la Unidad en la Sant�sima Trinidad es revelada en las Escrituras como Tri-Unidad, pues abarca tres Areas: (1) Singularidad de Sustancia, (2) Diversidad de Relaciones y (3) Unanimidad de Manifestaci�n; y puede definirse sumariamente as�: UNICIDAD [19] EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD.

 

UNICIDAD, refiere a la Naturaleza Divina o Sustancia de la Deidad, el ESPIRITU, en su Singularidad Esencial y Unidad intr�nseca e inmanente. Es decir:

 

Num�rica e Integralmente la Sustancia es Una: ESP�RITU; Indiviso e Indivisible.

Unidad en Singularidad.

Unicidad de Sustancia: Base Viva de Unidad Sustancial

 

DIVERSIDAD, refiere a esa Unicidad del Esp�ritu en su maravillosa asociaci�n Esencial con Pluralidad y Diversidad de Relaciones, en tres Areas:

1. Trinidad de Personas: Padre, Hijo y Esp�ritu Santo.

Unidad en Trinidad. Sin dividir la Sustancia ni confundir las Personas. Un solo Dios en tres Personas.

 

2. Pluralidad de Atributos:

Espiritualidad, Santidad, Amor etc.

 

Unidad en Diversidad. Sin dividir la Sustancia. Sin afectar los Atributos ni dividirlos entre las Personas.

 

 

3. Triple Orden Trinitario: Prelaci�n de Personas; Oficios; Operaciones

 

Unidad en Diversidad. Sin afectar la Sustancia, ni las Personas, ni los Atributos.

 

 

 

UNANIMIDAD, refiere a la Manifestaci�n de la Unidad, en, entre y a trav�s de las Areas de Relaci�n (Personas; Atributos; Ordenes), o sea: la manifestaci�n de la Unidad de las Divinas Personas, en su:

Interrelaci�n,

Intercomuni�n, e

Interacci�n

Unidad en Unanimidad. Mente, Palabra, Voluntad yObra: en Unidad mutua Glorificaci�n de las Personas

 

CONCLUSION. La Unidad de la Santa Trinidad es revelada en la Palabra de Dios como Tri-Unidad, o sea: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD; lo cual implica:

 

Unicidad de sustancia: Esp�ritu; en Diversidad de Relaciones: (1) Trinidad de Personas: Padre, Hijo y Esp�ritu Santo, (2) Pluralidad de Atributos: Espiritualidad, Santidad, Amor, entre otros, (3) Triple Orden Trinitario: Prelaci�n de Personalidad, Oficios (O Funciones) y Operaciones o modo de actuar Trinitario; y Unanimidad de Manifestaci�n: en maravillosa precisi�n, balance y perfecci�n; sin dividir ni afectar la Sustancia, sin confundir ni afectar las Personas, sin afectar los Atributos ni dividirlos inter-Personas. El Padre, el Hijo y el Esp�ritu Santo, Quienes poseen la Una Sustancia y ejercen la Pluralidad de Atributos, act�an siempre en plena Unidad de Pensamiento, Voluntad, Palabra y Obra; glorific�ndose mutuamente en su interrelaci�n, intercomuni�n e interacci�n, siempre en plena Unidad, Ecuanimidad y Unanimidad!

 

ESA ES LA MARAVILLOSA UNIDAD QUE NUESTRO MARAVILLOSO SE�OR Y SALVADOR TENIA EN SU CORAZON Y MENTE., CUANDO LEVANTADOS LOS

OJOS AL CIELO, ORO POR NOSOTROS DICIENDO:

�... QUE SEAN UNA COSA... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA.�

 

 

 

3. LA UNANIMIDAD EN LA PERSONA TEANTR�PICA, EL SE�OR JESUCRISTO: PIEDRA BASAL ANGULAR DE LA UNIDAD CRISTIANA.

 

-�.... como t�, oh Padre en m� y yo en ti.."(1)

-"Yo en ellos..." (2)

Tres hechos reclaman nuestra consideraci�n:

         La Persona Teantr�pica y su Propia Unidad.

         El tiempo o momento; y modo en que or�.

         Las implicaciones que para su propia Persona, ten�a su Oraci�n Sumo Pontifical.

 

(A) La Persona Teantr�pica y su Propia Unidad.

El Se�or or� en su car�cter de Persona Teantr�pica; es a saber: Verdadero Dios y Verdadero Hombre (3); Verbo Eterno Encarnado (4). De modo que cuando �l ora al Padre y dice: "como t� oh Padre en mi y yo en ti...,' (5); �l , como Hijo, queda discernido como una experiencia de Unidad absolutamente nueva y exclusiva en el Universo. En otras palabras: Su Persona es Una, Unica, irreproducible: no hay ni podr�a haber otro Se�or Jesucristo!

La raz�n se encuentra en el hecho que el Se�or re�ne en S� mismo, una triple experiencia de Unidad (en �l hallamos ese sello de Unidad-Trina o Tri-Unidad), que s�lo �l puede reunir:

1� La Unidad Trinitaria que el Se�or integra por Su Deidad Esencial y Propia; 2�. La Unidad Trinitaria-Teantr�pica, o sea la Unidad entre la Deidad y la Humanidad Perfecta del Se�or aparejada por la Virtud del Esp�ritu Santo en Mar�a virgen; 3� La Unidad Teantr�pica considerada en S� misma, es decir, la Unidad de la Propia Individualidad del Se�or. Ve�moslo en su orden.

 

1�. La Unidad Trinitaria que el Se�or integra por Su Deidad Esencial y Propia.

 

Es obvio que esta �rea corresponde a la Unidad en la Santa Trinidad, que ya ha sido tratada. Pero debemos enfatizar aqu�, el hecho que esa Unidad permanece intacta en la Encarnaci�n. (7) El Se�or, en su "anonadamiento" (8), no afect� Su Deidad Esencial, ni por lo tanto tampoco afect� a la inherente Unidad Sustancial Trinitaria. Por eso El dijo: -"Nadie subi� al cielo sino el que baj� del cielo, el Hijo del Hombre que est� en el cielo." (9). Su anonadamiento tiene que ver con la "forma" pero no con la Esencia Divina; es decir: El se vaci� de su forma de gloria para habitar la forma de siervo, la condici�n de Hombre (10).

 

Algunos cuestionan la Encarnaci�n del Verbo porque, -ellos dicen-, es imposible que el Infinito pueda ser contenido en los l�mites finitos; es decir: es imposible que Dios pueda ser contenido en Humanidad. Digamos en respuesta que, aunque impresiva, no hay argumento en la frase, porque omite considerar las Infinitas posibilidades y alcances de las Virtudes del Infinito. Por ej.: la Sabidur�a, la Presciencia, Omnisciencia, Omnipotencia y Omnipresencia de Dios. La sola menci�n de esas y otras Virtudes del Alt�simo, hace v�vida a nuestro coraz�n y mente la palabra del �ngel Gabriel a Mar�a: -"Ninguna cosa es imposible para Dios" (11). Cuidado pues, con los que van detr�s de "filosof�as y vanas sutilezas... y no seg�n Cristo" (12).

El que todo lo sabe y todo lo puede, seria hallado falto si careciera de la Sabidur�a y capacidad para anonadarse. Dios sabe y puede. Y lo ha hecho. Por tanto, a�n en esa forma "sin aquella gloria que ten�a cerca del Padre antes que el mundo fuese", en esa forma "un poco menor que los �ngeles" (13), es decir, en humanidad, la Deidad del Se�or permanece esencialmente intangible. "Porque en �l habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente" (14). Consecuentemente, la Unidad Trinitaria que el Se�or integra por Su Deidad Esencial y Propia, queda tambi�n intocada.

 

2� La Unidad Trinitaria-Teantr�pica; o la Unidad entre la Deidad y la Humanidad Perfecta del Se�or.

Evidentemente, aqu� nos referimos al hecho hist�rico de la uni�n de la Naturaleza Divina del Se�or -integrante de la Unidad Trinitaria- y la Naturaleza Humana y Perfecta del Se�or aparejada por la Virtud del Esp�ritu Santo en Mar�a virgen. Y a esas DOS Naturalezas, constituyendo UNA Persona. Este es el hecho maravilloso: NO DOS PERSONAS, sino DOS NATURALEZAS EN UNA PERSONA: EL VERBO HECHO CARNE! (15.). Tal hecho ha sido y sigue siendo el blanco de muchos ataques, lo cual no debe sorprender pues cumple predicciones prof�ticas sobre las apostas�as de la fe. ('16) Y el obrero "que traza bien la palabra de verdad" (17), har� bien en discernir las profundidades de Satan�s (18) y sus cada vez m�s sutiles enga�os. No podemos aqu� analizar las m�ltiples formas de negaci�n; pero al menos damos una lista de ellas con sus denominadores comunes, en nota al pie.*

 

-"Pero el fundamento de Dios est� firme" (20).

 

El Se�or Jesucristo es Perfecto en su Naturaleza Divina y Perfecto en su Naturaleza Humana. Verdadero Dios, el Verbo, el Hijo Eterno; y Verdadero Hombre: cuerpo, alma y esp�ritu (21); santo, inocente, limpio, sin mancha ni contaminaci�n! (22)

 

Siendo Verdaderas ambas Naturalezas, son separables en el concepto pero no en la realidad hist�rica de la Una Persona Teantr�pica. El Se�or no es "dos" Personas: es "dos Naturalezas en Una Persona". En el Se�or Jesucristo se ha realizado la Unidad Trinitaria-Teantr�pica; es a saber: por el Verbo, la Deidad ha unido a la Naturaleza Humana. La palabra final, autoritativa del mismo Se�or, lo prueba, diciendo" Como t�, oh Padre en mi y yo en ti" (23), porque en ese enf�tico "m�", en ese "yo", est� contenida �ntegramente la Persona Teantr�pica: las dos Naturalezas en una Persona. Y al decir: "t�, oh Padre en m�", queda manifiesto que el Padre, a trav�s de la Unidad Sustancial Trinitaria inmutable "en" el Hijo y "a trav�s" del Hijo, se ha unido y ha unido a S� mismo, a la naturaleza humana del Verbo. Si desde la esfera humana el Se�or es "Emmanuel" -"Con nosotros Dios"- (24), desde la esfera Divina es:

-Con Dios el Hombre! Precisamente por eso, el esp�ritu de la profec�a que es el "testimonio de Jes�s" (25), hablando de la Persona Teantr�pica con referencia a la Cruz, dijo: "Lev�ntate, oh espada sobre el pastor y sobre el hombre compa�ero m�o, -lit., "el hombre de mi uni�n" **-, dice Jehov�...� (26).

 

3� La Unidad Teantr�pica en S� misma, o la Unidad Individual Propia del Se�or Jesucristo.

 

Es tambi�n de car�cter trino o Tri-Unidad: (a) Por la plena cohesi�n de ambas Naturalezas; (b) Por su distinci�n y relaci�n; (c) Por su manifestaci�n un�nime, un�sona, sea en S� mismo como con el Padre y el Esp�ritu Santo.

 

(a) Plena cohesi�n de ambas Naturalezas.

 

Esto refiere directamente a la uni�n hipost�tica en la una Persona: plena, �ntima Unidad Esencial, naturalmente indivisible. Separable del cuerpo f�sico por la muerte sobre la Cruz, es inseparable del cuerpo glorificado en la resurrecci�n, que no puede m�s morir. (27).

 

(b) Distinci�n y relaci�n de ambas Naturalezas.

 

Esto refiere al gran misterio de esa Unidad. Se trata de Unidad en Diversidad: una Persona y dos Naturalezas, sin dividir la integridad de la Persona y -al tiempo que unidas-, sin confundir las Naturalezas. Estas, indivisibles por su plena cohesi�n, son a la vez inconfundibles por su clara distinci�n y relaci�n. Escrituralmente, nos es revelado que sin afectar la una Persona, hay clara distinci�n de Naturalezas e �ntima relaci�n, dentro mismo de la plena cohesi�n de �stas. Por ejemplo: cuando se nos habla del necesario desarrollo y crecimiento humano: "Y Jes�s crec�a en sabidur�a, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres". (28).

Recordamos tambi�n los cl�sicos contrastes que muestran la clara distinci�n v a la vez relaci�n: Como hombre, siente hambre, pero como Dios multiplica panes y peces(29). Como hombre se cansa del camino y pide de beber junto al pozo de Jacob, pero como Dios es el dador del agua de la vida eterna (30). Como hombre llora ante la tumba de L�zaro, pero como Dios lo resucita de los muertos (31). Como hombre duerme sobre un cabezal en la fr�gil barca batida por la tempestad, pero como Dios se levanta y calma los elementos desatados (32). Zorras y aves tienen cuevas y nidos, pero �l es pobre y no tiene donde reclinar su cabeza, pero va a preparar lugar en la Casa de su Padre para los que en �l conf�an y est� sentado sobre su Trono de Gloria (33). Y los ejemplos pueden multiplicarse (34).

Vemos: Unidad en Diversidad: sin dividir la integridad de la Persona, sin confundir las Naturalezas; plena cohesi�n y clara distinci�n y relaci�n; indivisible e inconfundible.

� MARAVILLOSO SE�OR JESUCRISTO!

 

Otro hecho concurre a la Unidad en Diversidad de la Persona Teantr�pica: es el delicado y debatido punto de las dos voluntades. Aqu� surge de nuevo el as� llamado "Problema Cristol�gico". Los "Monothelitas" (Siglo VII) y los que creen como ellos, contienden que existe una sola voluntad. Pero no pueden dar respuesta correcta al dilema que eso les plantea: -�De cu�l Naturaleza? Si de la Divina, se da t�citamente por imperfecta a la naturaleza humana del Se�or y, como consecuencia, poco real pod�a ser la tentaci�n, cosa que contradice a las Escrituras (35). Si de la humana, se da entonces por imperfecta a la Naturaleza Divina, lo cual es absurdo. Se equivocaban y equivocan, pues, los monothelitas.[20]

Muy reverentemente, debe reconocerse que si la una Persona posee dos Naturalezas verdaderas y perfectas -la Divina y la humana- no puede carecer de las respectivas voluntades. PERO: aunque separables en la formulaci�n del concepto, son realmente inseparables en la realidad de la una Persona Teantr�pica; sin que ello minimice ni subordine a la Divina ni tampoco que �sta asimile o haga desaparecer a la humana.

 

No son independientes sino unificadas: sin que su unificaci�n sea una mezcla de ambas pues en tal caso perder�a cada parte; y sin que su unificaci�n les prive de distinci�n. El sublime misterio se expresa y contiene en el hecho de que la humanidad del Se�or no tiene existencia aparte o independiente de la Naturaleza Divina del Se�or, porque no son dos "Personas" o "dos Hijos de Dios": la Escritura define solamente UNA PERSONA: EL HIJO, EL UNIGENITO HIJO DE DIOS (36).

 

(c) Su manifestaci�n un�sona, un�nime: sea en S� mismo, como con el Padre y el Esp�ritu Santo.

 

Esto prueba y confirma todo lo dicho anteriormente. Las declaraciones Escriturales son terminantes. La Unidad Esencial se manifiesta en plena unidad en el Se�or mismo, y con el Padre y el Esp�ritu Santo. El mismo Se�or, en su ministerio p�blico, lo declar� expl�citamente, cubriendo tres Areas de Unidad bien definidas: Voluntad, Ense�anza o Doctrina, y Obras.

 

1. Unidad en el Area de la Voluntad.

 

Esto conjuga la unidad interior Teantr�pica-Trinitaria, en el querer y el hacer: "No puede el Hijo hacer nada de s� mismo sino lo que viere hacer al Padre: porque lo que �l hace esto tambi�n hace el Hijo juntamente" (37). "Mi comida y mi bebida es que haga la voluntad del que me envi� (38). "Porque he descendido del cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envi� (39). Vemos: las voluntades se unifican como un todo monol�tico, pero a la vez se distinguen inconfundiblemente.

 

2. Unidad en el Area de la Doctrina, o Ense�anza de la Santa Palabra.

 

"Mi doctrina no es m�a sino de aquel que me envi�... las palabras que me diste les he dado" (40).

 

3. Unidad en el Area de las Obras.

 

"Mi Padre hasta ahora obra y yo obro" (41). "Convi�neme obrar las obras del que me envi�..." (42). Y lo mismo hace el Esp�ritu Santo, tomando de Cristo y d�ndolo a nosotros (43).

 

(d) La Unidad en la Persona Teantr�pica. Conclusi�n.

 

Como en la Santa Trinidad, decimos otra vez: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD! Porque Una y Unica es la Persona, y Dos las Naturalezas: Verdadero Dios y Verdadero Hombre, subsistiendo la Humana en virtud de su Unidad con la Divina. Sin dividir la integridad de la Persona y sin confundir las Naturalezas; expres�ndose siempre en plena cohesi�n. La Unidad del Se�or con el Padre y el Esp�ritu Santo, permanece intacta, manifest�ndose en tres Areas definidas: Voluntad, Doctrina y Obras. MARAVILLOSA UNIDAD EN UN MARAVILLOSO SE�OR!

 

(e) La Persona Teantr�pica, Piedra Basal de la Unidad Cristiana.

El Se�or es la concreci�n Personal, como Persona Teantr�pica, de la Unidad; tanto por lo que El es en S� mismo como por lo que El ha hecho -Redentor, Bautizador con Esp�ritu Santo y establecedor del Testimonio-, El es la Piedra Basal de la Unidad Cristiana.[21] Por esta raz�n El dijo: "Yo en ellos" (44). El debe ser plantado y formado en nosotros (45). Son pertinentes aqu�, las palabras: .... para que en todo tenga el primado" (46).

Y tambi�n es pertinente esta pregunta:

�QUE HEMOS SOBREEDIFICADO SOBRE TAN MARAVILLOSO FUNDAMENTO DE UNIDAD? -Confesamos avergonzados: Sobre la Unidad... nuestra desunidad! Es hora de reconocerlo. Es hora de recordar que Cristo no est� dividido! (47). Es hora de discernir aquella Unidad maravillosa que nuestro maravilloso Se�or y Salvador ten�a en su coraz�n y mente, cuando levantados los ojos al Cielo, or� por nosotros diciendo: ..... . como t�, oh Padre en m� y yo en ti...".

 

-"YO EN ELLOS" (48).

 

(B) El tiempo o momento, y modo en que el Se�or or�: la Unidad en la Oraci�n.

 

Era antes del Calvario y, por lo tanto, antes de Resurrecci�n y Pentecost�s.

Los disc�pulos no ten�an en ese preciso momento, la experiencia perfecta de la Unidad Sustancial con Cristo. El Se�or or�, pues, para que pudieran tenerla.

Debemos se�alar aqu� un hecho singular:

Dios ten�a preparado el Plan de la Redenci�n desde antes de la fundaci�n del mundo y en ese Plan estaba previsto el hacer part�cipe al creyente de la Dispensaci�n de la Gracia, de esa bendita Unidad Sustancial.

(49) Sin embargo, el Se�or or� al Padre por ella. � POR QUE?

La respuesta la hallamos en el significado de la Oraci�n en relaci�n con la Unidad. Ella es un medio por excelencia para experimentar la Unidad y Unanimidad con la Voluntad de Dios. As� el Hijo, que conoc�a la Voluntad del Padre, se identifica, como Persona Teantr�pica, con esa Voluntad. Y al pedir lo que sabe que el Padre quiere obrar, el Hijo expresa su plena conformidad con la Voluntad del Padre: expresa el profundo anhelo de su coraz�n de que esa

 

Voluntad se cumpla como algo muy deseado!

 

Nada interfiere la plena identificaci�n. Es una identificaci�n saturada de amor al Padre y, en cuanto ruega por nosotros, de amor por nosotros. Es la Voz de la Persona Teantr�pica, que habl� por el Salmista, diciendo: -"El hacer tu voluntad, Dios m�o, hame agradado y tu ley est� en medio de mis entra�as." (50).

 

El coraz�n se derrama; la intercesi�n sube como un suave perfume (51); el �ntimo sentir del Hijo se expresa al un�sono, como Persona Teantr�pica, con el �ntimo anhelo del Padre y del Esp�ritu Santo! Es un momento en la ininterrumpida y preciosa comuni�n inter-Trinitaria, manifest�ndose en y por la Oraci�n! Es la Unidad Sustancial, manifest�ndose y expres�ndose plenamente, en santo amor y dulce comuni�n en la Oraci�n Sumo Pontifical. � BENDITA, SANTA ORACION!

 

(C) Las Implicaciones que para su propia Persona, tenia su Oraci�n Sumo Pontifical.

 

Esas implicaciones adquieren proporciones gigantescas de il�mite amor sacrificial, al medirlas con la Vara de la Cruz!

 

Porque la Persona que ora, sabe que para cumplirse lo que pide, el Plan Redentor ha previsto que El sea clavado vivo sobre una Cruz! (52); y que su sangre preciosa sea vertida en expiaci�n por el pecado! (53). Sabe que su lengua que ahora suplica, quedar� pegada a su paladar! (54). Que su amante coraz�n ser� como cera desli�ndose en medio de sus entra�as! (55). Que su rostro sereno de mirar profundo ser� golpeado, escupido, y desfigurado; y su frente abatida bajo el espino cruel! (56). Y sabe que el Padre le ocultar� el amado Rostro Eterno! (57).

 

La Cruz debe agotar su demanda: -"todas tus ondas y tus olas pasaron sobre m�" (58). "Mirad y ved si hay dolor cual mi dolor" (59). "Dios m�o, Dios m�o, �por qu� me has desamparado?" (60). "�CONSUMADO ES! (61).

 

� ESE ES EL DURO PRECIO! Pero s�lo

as� habr� resurrecci�n, ascensi�n, PENTECOSTES! Y �l obtendr� y derramar� la

Promesa del Esp�ritu de Unidad sobre Su Pueblo! (62).

 

��L LO SABE! POR ESO �L ORA:

-"QUE SEAN UNA COSA... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA" (63). 

� BENDITO, ADORABLE REDENTOR NUESTRO! � PERDONA TU PUEBLO!
� PERDONA NUESTRAS DESUNIDADES, CONTIENDAS Y DIVISIONES!
PERDONANOS SE�OR. Y CONCEDENOS GRACIA PARA PRESENTARNOS EN
SACRIFICIO VIVO RENOVANDO NUESTRO ENTENDIMIENTO. CONCEDENOS
QUE SINTAMOS ARDER NUESTROS CORAZONES CON EL DERRAMAMIENTO DE TU AMOR ETERNO! (64).

 

4. LA UNIDAD ESENCIAL o UNIDAD SUSTANCIAL EN LOS CRISTIANOS.

 

Queda dicho, al nombrar Pentecost�s, que el Esp�ritu Santo es a los Cristianos, el V�nculo Esencial o Sustancial de la Unidad. Es por la participaci�n del Esp�ritu Santo (1), que la Unidad Sustancial es establecida en los creyentes. La Piedra Basal Viviente, el Se�or Jesucristo, es plantada en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo. Cuando el Se�or dijo:

-"No os dejar� hu�rfanos, vendr� a vosotros" (2), refer�a precisamente a Su Morada en Esp�ritu en los suyos (3). Y esa participaci�n del Esp�ritu, nos es dada �nicamente y una vez para siempre, en el nuevo nacimiento.[22]

 

Se requiere esa experiencia o no habr� "participaci�n del Esp�ritu"; porque el "sello" (5), el "arras" (6), la "prenda" (7), del Esp�ritu, nos son dados en el nuevo nacimiento y s�lo en �l. S�, nos es necesario nacer otra vez.

 

Quebranta el coraz�n pensar en la mir�ada de personas que se llaman a s� mismas cristianas y profesan adhesi�n a Iglesias llamadas Cristianas, pero que no han nacido de nuevo! (8).

 

Deteng�monos pues, un poco aqu� para considerar los hechos imprescindibles para satisfacer esta necesidad; porque, como est� escrito: -"En Cristo Jes�s ni la circunscisi�n vale nada ni la incircuncisi�n, sino la nueva criatura." (9).

 

En el nuevo nacimiento, el Esp�ritu de Dios se une y une a S�, al esp�ritu "imagen de Dios" que es el hombre (10). Sin ser "participantes de la naturaleza divina", como lo expresa el ap�stol Pedro (11), no podremos conocer la bendici�n contenida en la expresi�n Paulina: -"El Esp�ritu da testimonio a nuestro esp�ritu que somos hijos de Dios." (12). Y para que tal hecho sea una realidad, se requiere la acci�n de Dios y la acci�n-respuesta del hombre.

1. Acci�n de Dios.

La Trinidad Inmanente act�a en funci�n de Trinidad Econ�mica: el Padre dando a su Hijo unig�nito (13); el Hijo d�ndose a S� mismo en "ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave" (14); y el Esp�ritu Santo viniendo para regenerarnos, morar en el creyente y formar la imagen de Cristo en nosotros! (15).

 

El Esp�ritu Santo toma la iniciativa: redarguye y convence de pecado (16) guiando luego al alma convicta y confesa al arrepentimiento de pecados para con Dios y a la sola fe en el Salvador Cristo Jes�s (17). Una vez alcanzados esos objetivos, el Esp�ritu Santo engendra un hijo de Dios en esa alma lavada en la sangre del Se�or!

2. Acci�n-respuesta del hombre.

Todo pecador es enfrentado a la acci�n del Esp�ritu Santo al o�r el mensaje del Evangelio que el Se�or orden� predicar a toda criatura (18). Y las condiciones del nuevo nacimiento llaman a su conciencia: arrepentimiento de sus pecados para con Dios y pura y sola fe en la Persona y Obra del Se�or Jesucristo como su Salvador personal y �nico. (19).

Si no paga ese precio no tendr� experiencia del nuevo nacimiento y por lo tanto no ser� salvo ni participar� de la naturaleza divina ni poseer� Unidad Sustancial con el Se�or; y s�lo le espera eterna condenaci�n!(20).

 

Si paga el precio, si recibe al Salvador con arrepentimiento y fe: es engendrado, nacido de Dios, hecho hijo de Dios, hecho participante del Esp�ritu Santo y con ello la Unidad Sustancial con el Se�or es establecida en su coraz�n!

-"Mas a todos los que le recibieron, di�les potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre: los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de var�n, mas de Dios." (21).

-"Todo aquel que cree que Jes�s es el Cristo es nacido de Dios." (22). desde que cre�steis, fuisteis sella dos con el Esp�ritu Santo..." (23). ... y en esto sabemos que �l (Cristo) permanece en nosotros, por el Esp�ritu que nos ha dado." (24).

 

Con todo, esa acci�n-respuesta del hombre, a pesar de ser imprescindible pues sin ella no hay posibilidad de ser nacido de Dios, NO ES computable como m�rito alguno para salvaci�n: porque la salvaci�n es una d�diva de pura y sola Gracia y los m�ritos son exclusivos del Se�or Jesucristo; porque la misma acci�n-respuesta humana es promovida por la iniciativa del Esp�ritu Santo; y finalmente porque esa acci�n-respuesta comienza por la humillaci�n del hombre. (25)

 

3. Conclusi�n sobre el Nuevo Nacimiento.

 

S�lo en los renacidos, se cumple la oraci�n del Se�or en cuanto a la Unidad Sustancial, por la fundamental raz�n de que reciben la participaci�n del Esp�ritu Santo. Quien no posee esa experiencia no es Cristiano en sentido B�blico, porque escrito est�: -"Y si alguno no tiene el Esp�ritu de Cristo, el tal no es de �l." (26).

 

(b) La Unidad Sustancial en el creyente renacido.

 

Por la participaci�n del Esp�ritu Santo, se establece en el creyente la Unidad Sustancial. Y entonces, el creyente debe realizar que esa Unidad es tambi�n de car�cter Trino o Tri-Unidad, porque cubre tres �reas:

1. La Unidad Sustancial entre el Se�or y el renacido.

2. La Unidad Sustancial en la persona misma del renacido.

3. La Unidad Sustancial entre un renacido y los dem�s renacidos.

 

Y en las tres �reas, rige el mismo Principio que hemos discernido en los cap�tulos anteriores, que es: Unicidad en Diversidad y Unanimidad.

Una es la Sustancia en Diversidad de Personas y �reas de relaci�n, en plena cohesi�n, ecuanimidad y unanimidad.

Lo veremos en detalle.

 

1. La Unidad Sustancial entre el Se�or y el renacido.

 

Es de car�cter indisoluble, pues escrito est�: "El que se junta con el Se�or UN Esp�ritu es." (27). Pero: ello no implica anulaci�n ni asimilaci�n del esp�ritu humano del creyente, porque la identificaci�n Sustancial no hace perder la distinci�n individual. Las Escrituras revelan tanto la plena cohesi�n como la clara distinci�n:

"Porque el mismo Esp�ritu da testimonio a nuestro esp�ritu." (28). "Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro esp�ritu y alma y cuerpo sea guardado entero" (29). "Porque la palabra de Dios... alcanza a partir el alma y a�n el esp�ritu y las coyunturas y tu�tanos y discierne los pensamientos y las intenciones del coraz�n"

(30).

Es muy evidente que en el renacido se realiza una maravillosa Unidad que es indivisible e inconfundible a la vez, es decir:

el Esp�ritu Santo se unifica con nuestro esp�ritu y al mismo tiempo guarda relaci�n con �l. No hay divisi�n, pero no hay confusi�n. Hay cohesi�n y hay ecu�nime relaci�n.

Pero, adem�s, la Unidad se expresa o manifiesta por la Unanimidad. Habiendo recibido el Esp�ritu, ahora debemos andar en el Esp�ritu (31). Mas, por causa del antagonismo de la "carne" o del "viejo hombre" (32), la Unanimidad no ser� manifestada si no media el sacrificio vivo del creyente para que pueda experimentar la voluntad de Dios (33). Y esto nos trae al punto siguiente.

 

2. La Unidad Sustancial en la persona misma del renacido.

 

Obviamente, esto se relaciona �ntimamente con lo anterior, porque abarca todas las relaciones interiores y sicosom�ticas, o sea, toda la personalidad del creyente: esp�ritu, y alma, y cuerpo.[23] El Esp�ritu Santo, viene a vivificar nuestro esp�ritu y a morar en �l para irradiar toda nuestra alma y gobernar nuestro cuerpo, para que el hombre espiritual sea establecido (34). La Unidad Sustancial plantada en nosotros por el Esp�ritu Santo, nos hace "posesi�n adquirida para alabanza de su gloria" (35). "�O ignor�is que vuestro cuerpo es templo del Esp�ritu Santo, el cual est� en vosotros, el cual ten�is de Dios y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro esp�ritu, los cuales son de Dios." (36). Mayor claridad, imposible.

Triste es confesarlo, pero suelen pasar a�os antes que el creyente (sea por falta de ense�anza correcta o por carecer de entendimiento o por falta de sumisi�n y obediencia al Se�or) encare las implicaciones de la Palabra en cuanto a la Unidad Sustancial. No debiera ser as�, pero suele serlo. R�pidos para muchas cosas, somos tard�os para realizar los DERECHOS DEL SE�OR en nosotros, las realidades de la Presencia del Esp�ritu y Sus prop�sitos. Es por eso que la Palabra de Dios nos manda:

-"Y no contrist�is al Esp�ritu Santo de Dios, con el cual est�is sellados..." (37). Y tambi�n: -"No apagu�is el Esp�ritu" (38). Y es por estas cosas que somos reprendidos, castigados y a�n azotados por el Se�or (39). No es cosa liviana, ciertamente, ser hijos de Dios! (40).

 

Y ser� en la medida que la Unidad Sustancial sea experimentada, que el creyente conocer� cu�n real, profundo e indisoluble es el v�nculo; cu�n llena de consideraci�n la ecu�nime relaci�n e �ntima comuni�n; y cu�n fruct�fera la unanimidad!

 

3. La Unidad Sustancial entre un renacido y los dem�s renacidos.

 

El Un Esp�ritu nos hace Uno con el Se�or y con los hermanos: -"Porque por un Esp�ritu, somos todos bautizados en un cuerpo... y todos hemos bebido de un mismo Esp�ritu." (41).

Esto es reconocido con alabanzas y acci�n de gracias. Pero: -�Qu� de la Unanimidad? � Cu�nto ejercicio de coraz�n, humildad, tolerancia y amor fraternal son necesarios! (42). Y ello, tanto en la Iglesia local, como en las relaciones, comuni�n, cooperaci�n y armon�a inter-Iglesias; siempre hablando de Iglesias B�blicas, de creyentes Fundamentales, o sea, no "modernistas'.[24]

� Y qu� en cuanto a la Unanimidad Doctrinal? Porque tarde o temprano, lo queramos o no, aflorar�n las tensiones subyacentes entre nosotros por causa de diferencias en doctrina y pr�cticas B�blicas. Este es el momento de reconocer que la Unidad Sustancial no puede rendirse ni capitular por pasiva o indiferente, ante las incongruencias, contradicciones o discrepancias entre renacidos. Las razones son vistas en cap�tulos siguientes; pero quede aqu� claro que los herederos y depositarios de toda la riqueza contenida en la Unidad Sustancial, somos hallados faltos puestos sobre la balanza del significado de la Oraci�n del Se�or.

Tristemente, la �nica conclusi�n que exprese la realidad de nuestras diferencias doctrinales o de doctrina y pr�cticas, puede ser esta: UNICIDAD EN DIVERSIDAD... Y DESUNIDAD! Que el Se�or nos abra el sentido para entenderlo, la conciencia para reconocerlo y el coraz�n para que busquemos en El y Su Palabra, Su Voluntad!

 

Cu�n necesario nos es, en estos respectos, o�r de nuevo Su Santa Oraci�n:

-�... que sean una cosa... oh Padre... como nosotros somos una cosa.�

 

B. EN RELACION A LA PALABRA DE DIOS O SANTAS ESCRITURAS, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA DOCTRINAL, BIBLICA.

 

1. Relaci�n entre Esp�ritu y Doctrina y, consecuentemente, entre Unidad Sustancial y Unidad Doctrinal.

 

Mucho mal ha sido tra�do a la Iglesia por no haberse reconocido o recordado la relaci�n entre lo Sustancial y lo Doctrinal. La raz�n de esa relaci�n consiste en que: Dado un hecho o una realidad, -f�sica o metaf�sica; material o espiritual; visible o invisible-, habr� una doctrina que lo anuncie, interprete o explique.

 

Por tal causa, toda Doctrina B�blica, se refiera o no a Dios, es una realidad o un hecho puestos o declarados en palabras; sean esas palabras dadas antes de los hechos, como en los casos prof�ticos (1); o despu�s de los hechos mismos. Doquiera pues, que obre o se manifieste el Esp�ritu de Dios, habr� una doctrina; m�s a�n; el mismo Esp�ritu proveer� la Doctrina que declare su obra, o la obra del Se�or Jesucristo, o la obra del Padre, o todo aquello que el Esp�ritu desee revelar (2).

 

Yendo al fondo del asunto, discernimos que entre Esp�ritu y Doctrina B�blica existe una relaci�n vital; algo as� como la relaci�n existente entre esp�ritu y palabra, as� que la palabra fuere s�lo concebida en el mero pensamiento o bien hablada o escrita. De modo que si el mismo Esp�ritu Santo que nos da la Unidad Sustancial es el que nos da la Doctrina, con �sta nos da potencialmente Unidad Doctrinal. Como l�gica consecuencia, Unidad Sustancial y Unidad Doctrinal guardan relaci�n vital. Veremos m�s de esto, en los puntos siguientes.

 

2. La Unidad Sustancial Cristiana requiere, y se proyecta a la vez, a la Unidad Doctrinal.

 

(a) La requiere, porque sin doctrina no hay acceso a la Unidad Sustancial.

 

El nuevo nacimiento lo prueba. Ya hemos visto que en el nuevo nacimiento recibimos la participaci�n del Esp�ritu Santo y con ello, la Unidad Sustancial. Pero: para renacer se requiere PREVIAMENTE, que los hechos salvadores sean presentados al alma. Un mensaje debe serle dado y ese mensaje ser� necesariamente Doctrinal! As� que al pecador se le diga solamente que el Se�or muri� y resucit� para salvarlo y que debe arrepentirse y aceptar a Cristo para ser salvo: ese "m�nimum" se apoya y deduce de una larga serie de hechos antecedentes que cubren amplio campo Doctrinal:

Antropolog�a, Hamartiolog�a, Soteriolog�a, etc., sin cuya realidad, aquellas sencillas y breves palabras carecer�an de valor. Ese breve mensaje, lo sepa o no quien lo recibe y a�n quien lo da, es en s� mismo un compendio de Unidad Doctrinal, sin lo cual el pecador no conocer�a la Salvaci�n y por lo tanto no recibir�a la participaci�n del Esp�ritu y carecer�a de Unidad Sustancial.

 

 

(b) Pero: la Unidad Sustancial, una vez establecida, se proyecta a la Unidad Doctrinal de los creyentes.

 

Y la raz�n puede llamarse: LA RAZON ESCRITURAL, EL HECHO QUE TENEMOS UNA BIBLIA. Porque con, en, y por las Escrituras, el Esp�ritu Santo nos ha dado: la "buena doctrina" (3); la "sana doctrina" (4); "doctrina del Esp�ritu" (5); "la doctrina de nuestro Salvador Dios" (6); "toda... doctrina" (7). La doctrina es el alimento del renacido y, asimismo, es todo cuanto la Iglesia necesita y debe creer y practicar. La Unidad del Esp�ritu requiere y se proyecta, pues, a la Unidad Doctrinal y �sta nos es dada por el mismo Esp�ritu:

primero en las Escrituras y luego, en el ministerio de ense�anza, para que sea manifestada en la medida de nuestra sumisi�n.

3. Unidad entre el Esp�ritu Santo y las Santas Escrituras.

 

Necesitamos recordar aqu� que el Esp�ritu Santo, que es el V�nculo Sustancial de la Unidad Cristiana, es el Inspirador de las Santas Escrituras: -"Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Esp�ritu Santo" (8); "Toda Escritura es inspirada divinamente..." (9). La Inspiraci�n Divina es, pues, el V�nculo de Unidad entre el Esp�ritu y la Biblia, a la cual por eso llamamos Santa y confesamos la Inspirada e Inerrable Palabra de Dios. En ese v�nculo, -la Inspiraci�n-, reside asimismo la Autoridad Divina de las Escrituras que las hace la Unica Autoridad en doctrina y pr�cticas para los hijos de Dios (10). Todos los santos lo saben. Pero no siempre se aperciben de cuanto implica, o no siempre lo recuerdan... especialmente respecto de dos �reas de Unidad: la Unidad inter-Doctrinas y la Unidad Doctrinal inter-Cristianos.

4. Unidad inter-Doctrinas.

 

Obviamente, se trata de la Unidad de las doctrinas entre s�, del Cuerpo de Doctrinas B�blicas como un todo, sin omitir ni minimizar ninguna y sin contradicci�n entre ellas. Siendo que las Escrituras son Inspiradas y por ello Inerrables, luego: todas sus Doctrinas tambi�n lo son. Y la Unidad inter-Doctrinas es el resultado. Todo es cohesi�n, armon�a, unanimidad. Tal es la evidencia interna del "corpus doctrinae", una de las pruebas m�s preciosas de su Inspiraci�n: su inter-Unidad! (11). En esta conexi�n, la Doctrina de la Unidad no es meramente una doctrina entre muchas, sino LA Doctrina que las abarca a todas. Puede llamarse: La Doctrina de la Unidad de las doctrinas. Por lo mismo, no admite parcializaciones, ni jerarqu�as de "vitales y no vitales", ni adiciones Si es Doctrina B�blica es de Dios, por ende debe ser guardada porque es Inspirada del Esp�ritu Santo!(12).

 

5. Unidad Doctrinal inter-Cristianos.

 

El V�nculo Sustancial -el Esp�ritu Santo- por su doble conexi�n: con la Escritura por la Inspiraci�n y con los Cristianos por el nuevo nacimiento; establece l�gicamente la tri-Unidad: Esp�ritu-Escritura-Cristianos. Doquiera el Esp�ritu Santo more, se manifieste o act�e, lo har� entonces en total acuerdo con la Escritura por El Inspirada. Y morando, como mora, en los renacidos, guiar� a �stos por la misma regla: doquiera los renacidos se hallen y act�en bajo la gu�a del Esp�ritu Santo, obrar�n siempre en total acuerdo con las Escrituras. Esto es axiom�tico. Y que tal hecho establece la Unidad Doctrinal inter-renacidos, tambi�n lo es! Cuantos est�n de acuerdo con las Escrituras estar�n de acuerdo en toda doctrina y pr�ctica; y por contrario imperio: quienes desacuerden entre s� lo ser� porque algunos -sino todos- no estar�n de acuerdo con las Escrituras. Es obvio: LA DOCTRINA B�BLICA UNE; EL ERROR O LA FALSA DOCTRINA ES LA QUE DIVIDE A LOS HIJOS DE DIOS!(13).

 

Que tal realidad declara INJUSTIFICABLES, tanto Espiritual como Escrituralmente, las discrepancias doctrinales entre los hijos de Dios es tan evidente, que asombra hasta el espanto, que se lo pase por alto como si tal cosa hoy d�a. Pero el Se�or no lo ha pasado por alto, ciertamente! Es hora de reconocerlo y de proceder sin demora alguna a corregir tan grave falta!

 

6. Unanimidad Doctrinal para aqu� y para ahora.

 

La raz�n es obvia: -Porque participamos de Un Se�or y Un Esp�ritu y ese Esp�ritu nos ha dado Una Escritura. (14) Cristo no est� dividido! (15). El Esp�ritu Santo y las Escrituras no est�n divididos! (16) � POR QUE hemos de estar divididos los Cristianos, nacidos del Esp�ritu, que amamos la Palabra de Dios?

Se requerir�an varios "Cristos" y "Esp�ritus" con varias y contradictorias "Escrituras"... para justificar el mantenimiento de discrepancias. Pero: si los renacidos son los sujetos propios de la Unidad Cristiana porque tienen Un Se�or y Un Esp�ritu y Una Escritura Inspirada e Inerrable, no hay forma honesta de eludir esta conclusi�n forzosa: Los renacidos son los sujetos propios de la Unidad Doctrinal para aqu� y para ahora!

Adem�s: el Se�or Jesucristo es la Verdad (17), el Esp�ritu es Verdad (18) y la Palabra es Verdad (19); y los tres: el Se�or, el Esp�ritu y la Palabra, est�n con nosotros para siempre! (20). Cristo Jes�s es la concreci�n de la Unidad Cristiana; el Esp�ritu Santo, la concreci�n de la Unidad Sustancial; y la Palabra de Dios, la concreci�n de la Unidad Doctrinal!

 

Finalmente, el Se�or or� al Padre: "Santif�calos en tu verdad. Tu Palabra es verdad" (21), y esto, en toda connotaci�n posible, habla de limpieza en la verdad y significa impl�citamente liberaci�n del error.(22).

 

7. La Unanimidad Doctrinal nos restringe, por lo tanto, a lo estrictamente B�blico: "SOLA SCRIPTURA", es la Regla Cristiana.

 

Por eso leemos: "Si alguno habla, hable conforme a la Palabra de Dios" (23).el que ense�a, en doctrina" (24); y "doctrina", entre Cristianos, significa una sola cosa: DOCTRINA B�BLICA!

-"ESCRITO ESTA" (25) y "ERRAIS, IGNORANDO LAS ESCRITURAS..."(26), son declaraciones autoritativas, absolutas, del Se�or.

 

El Ap�stol Pablo tambi�n dice: .... para que en nosotros aprend�is a no saber m�s de lo que est� escrito" (27). "Retened la doctrina que hab�is aprendido sea por palabra o por carta nuestra" (28): esta referencia une la ense�anza doctrinal verbal Apost�lica a su ense�anza doctrinal escrita y con ello, establece a las Escrituras como nuestra Autoridad Doctrinal.

"Toda Escritura es divinamente inspirada y �til para ense�ar, rearg�ir, corregir..." (29) es igualmente autoritativo y sujeta todo a la ense�anza y correcci�n Escritural.

 

"SOLA SCRIPTURA" es, pues, la Regla ![25] Pero ello no significa que los Fundamentalistas tenemos un "Papa de papel", como tan irreverentemente mal dijera Karl Barth, el cual negaba la Inspiraci�n Verbal y Plenaria de las Escrituras. Esto significa

-entre muchas otras cosas- que las "Sagradas Escrituras" como tan reverentemente las llama el Ap�stol Pablo, nos han sido dadas por el Esp�ritu Santo para que en tal manera, la "sana doctrina" (31) quedara a salvo de las tergiversaciones y digitaciones de "falsos profetas y falsos doctores", que tanto han proliferado en estos postreros tiempos de cruda y osada apostas�a (32).

 

8. Unanimidad Doctrinal es sin�nimo de "Unidad de la Fe".

 

-"Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un var�n perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo." (33).

Esta Escritura nos habla de realizaci�n y progreso en el conocimiento de la verdad y en la vida espiritual. Y hace muy claro que "Unidad de la Fe" incluye la Unidad Doctrinal, por dos razones:

 

(a) Porque es una palabra escrita especialmente para creyentes que, por serlo, ya ten�an fe en sentido de salvaci�n; de modo que "fe" tal como usada aqu�, tiene un sentido amplio que abarca a todo el cuerpo de verdades o doctrinas B�blicas (34).

 

(b) Porque su claro contexto exhorta a creyentes en dos �reas netamente doctrinales: -"Que ya no seamos ni�os fluctuantes llevados por doquiera de todo viento de doctrina por estratagema de hombres que para enga�ar emplean con astucia los artificios del error: Antes siguiendo la verdad en amor crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber. Cristo." (35). All� tenemos juzgado para siempre el caso: los Cristianos deben tener unanimidad doctrinal. Para ello, deben evitar los errores de las falsas sectas; y por otra parte, deben "seguir la verdad en amor" lo cual, junto con la afirmaci�n positiva, implica liberaci�n del error que impide el crecimiento en Cristo.

 

"UNANIMES ENTRE VOSOTROS"

(36), apunta en la misma direcci�n con claridad meridiana. Y su contexto a�ade luz:

-"no altivos, mas acomod�ndoos a los humildes"-, que allana dificultades por causa de temperamento o car�cter personal;

-"no se�is sabios en vuestra opini�n"-, que refiere a conocimientos y sugiere, junto con la mesura, modestia y humildad, la necesidad de procurar verdadera Sabidur�a.

 

9. � Pagaremos el Precio?

 

El Se�or or� por la Unidad; nos dio Su Presencia, Su Esp�ritu, Su palabra, Unidad Sustancial. � No son �stas suficientes razones para entender que debemos poseer Unidad Doctrinal? Acaso: lo que el Esp�ritu Santo pudo hacer en y por los santos escritores por El Inspirados para darnos una Biblia Inerrable, sin contradicciones, con plena Unidad inter-Doctrinas; � no podr� hacerlo por renacidos que a�L se sometan y por �l Iluminados para darles Unidad Doctrinal sin incongruencias, contra-dicciones y discrepancias de ninguna especie? (37).

 

PERO: -� Querremos pagar el precio de nuestra sumisi�n para hacer Su Voluntad en esto tambi�n?

 

-�Estaremos dispuestos a sufrir un poco por amor de la Iglesia de Cristo? (38).

ESCUCHEMOSLE OTRA VEZ:

..... QUE SEAN UNA COSA...OH PADRE.

COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA."!

C. EN RELACION AL TESTIMONIO, LA UNIDAD CRISTIANA ES DE NATURALEZA CORPORAL, U ORGANICA, Y MISIONAL.

 

La raz�n es: Porque tiene que ver con la Iglesia del Se�or Jesucristo, � UN CUERPO PARA TESTIMONIO!

 

1. UN ESP�RITU, nos hace miembros del UN CUERPO, del UN SE�OR. (1).

Es decir, miembros de la Iglesia Cristiana. "Mi Iglesia" (2), dijo el Se�or. Iglesia Una y Santa, que se integra con todos los redimidos de la presente Edad de la Gracia, y que comprende: a los renacidos que

ya han partido para estar con el Se�or (3), y a los renacidos que todav�a estamos sobre la tierra y a los que a�n han de renacer aqu� en oyendo la palabra del Evangelio en esta Dispensaci�n, hasta que el n�mero s�lo conocido por Dios "desde antes de la fundaci�n del mundo" (4) sea completado.

 

Esa Una y Santa Iglesia, como Asamblea General de Cristianos ser� reunida solamente por el Se�or Jesucristo a S� mismo, en el d�a del arrebatamiento, antes que se desate la Tribulaci�n. (5)

 

Mientras llega ese anhelado d�a, la expresi�n visible de LA Iglesia en la tierra, son LAS Iglesias locales -NO las "Denominaciones Eclesi�sticas" (6). Por lo tanto es aqu� y ahora, que la Unidad Cristiana en relaci�n al Testimonio tiene vigencia. Y esa Unidad se relaciona con tres �reas de manifestaci�n: la Iglesia local; la relaci�n inter-Iglesias y el Testimonio al mundo.

 

2. La Unidad y Testimonio de la Iglesia local.

 

La Asamblea local de creyentes, es decir, la Iglesia que se re�ne al Nombre del Se�or en un lugar determinado, sea en un templo o en una casa de familia (7), es el primer campo de concreci�n y manifestaci�n colectiva de la Unidad Cristiana. Parecer�a innecesario decir que toda Iglesia local debe creer y practicar las mismas

doctrinas y ordenanzas (8); mantener vivo el esp�ritu de amor fraterno (9) y un vigoroso testimonio de predicaci�n del Evangelio a las almas perdidas (10) a la par que defender el Evangelio frente a toda apostas�a (11) y confirmarlo por la ense�anza y edificaci�n de los creyentes (12). Sin embargo, no s�lo debe ser dicho, sino muy enfatizado! Porque en muchas iglesias locales faltan unas u otras de esas notas distintivas de una Iglesia B�blica y militante. Contrista el esp�ritu ver templos enormes y lujosos llenos de gente espiritualmente m�s que pobre, indigente(13).

 

Y a�n en Iglesias fieles surgidas por obediencia al mandato B�blico de la separaci�n de apostas�as (14), suelen hallarse disparidades de criterio sobre doctrinas y pr�cticas. (Por ejemplo: la coexistencia de dos modos de bautismo seg�n el deseo del bautizando; falta de convicciones sobre forma de gobierno eclesi�stico; admisi�n de miembros e invitaci�n a la mesa del Se�or indiscriminadas, etc�tera).

 

Por otra parte, nuevos "ismos" amenazan la Unidad de las Iglesias. Entre ellos, el as� llamado "Neo-Evangelicalismo" con su prurito de "intelectualismo" y una ant�-Biblica reacci�n para con los Fundamentalistas, al tiempo que se inclina m�s y m�s hacia el ala liberal modernista y ecum�nica del Protestantismo ap�stata! Movimiento que va cediendo terreno en �reas tan delicadas como la Inspiraci�n Plenaria y Verbal de las Escrituras y su Inerrabilidad; y que va detr�s de los "argumentos de la falsamente llamada ciencia" (15) aceptando esa traslaci�n religiosa del "Neo-evolucionismo" que ha dado en llamarse "Evoluci�n-Te�sta". Y finalmente, imponiendo por todo el mundo esa nueva "escuela" de evangelismo ecum�nico con su yugo desigual de fieles e infieles modernistas y con el "Neo-Pentecostalismo" y su "glosolalia" y "sanidades" masivas, etc. Todo ello atenta contra la Unidad de la Iglesia local pues est� dividiendo a la hermandad en much�simos casos. � Cu�nta necesidad de Estudio B�blico adecuado que ponga en claro tantas sutiles formas de desviaci�n de los creyentes y les confirme en la Verdad de Dios!

 

Asimismo, cu�n necesario es que el pueblo del Se�or sea instruido en todo lo que abarca la Experiencia Cristiana: comenzando desde el mero nuevo nacimiento (16) y siguiendo luego paso a paso con el crecimiento espiritual de la nueva criatura (17); la santificaci�n (18) y la necesaria separaci�n del mundo, dentro y fuera de los templos (19); el fruto del Esp�ritu Santo plantado en el car�cter de los creyentes (20); los dones del Esp�ritu Santo para ser ejercidos por cada hijo de Dios (21); la "palabra de la Cruz" en toda su profundidad e implicaciones para las personas y la obra de cada siervo, sea misionero, pastor, doctorado o "doctorando"... y cada Cristiano (22); la preparaci�n de los renacidos para la tan cercana venida del Se�or por nosotros (23); la vida de oraci�n (24); la mayordom�a sacrificial de los bienes (25); el testimonio digno (26) y tantas bendiciones m�s: �ntima comuni�n, sabidur�a y espiritual conocimiento, el habitual "andar en el Esp�ritu", el conocer y obedecer la Voluntad del Se�or, etc., etc.! (27). Todas esas cosas, santas y valiosas, promover�an la manifestaci�n espiritual de la Unidad Cristiana en la Iglesia local; y har�a realidad que cada Iglesia fiel fuese un ejemplo para las otras, como Pablo dijo de los Tesalonicenses (28).

� Ese es el desaf�o! La Palabra de Dios abierta por siervos fieles ante el coraz�n abierto, anhelante y adorante de los hermanos! Benditos los siervos que oran, sufren y trabajan denodadamente obedeciendo la Voluntad de su Se�or y dando a Su familia el alimento en saz�n y a tiempo! (29). Unidad del Esp�ritu! Unidad de la Palabra! Unidad del Testimonio! EN LA IGLESIA LOCAL: AQUI Y AHORA!

 

3. La Unidad �nter-Iglesias.

 

Doctrinalmente hablando, ella es la proyecci�n l�gica de la Unidad de la Iglesia local. Y as� debiera serlo en la pr�ctica! Y sea hecho tan claro como la luz del mediod�a: la Unidad �nter-Iglesias, NO significa en ning�n sentido la promoci�n "ecum�nica" de una Super-Iglesia Mundial. NO significa tampoco la organizaci�n de un sistema eclesi�stico monstruo de gobierno tipo "Papal" o centralizado, ni colegiado, ni federativo, ni Conciliar, � NO! Porque todo eso es Anti-B�blico! Sea hecho claro como la luz del mediod�a, que el Nuevo Testamento establece la INDEPENDENCIA de la Iglesia local en gobierno, disciplina y administraci�n, respondiendo cada Asamblea directamente a la

UNICA CABEZA: EL SE�OR JESUCRISTO! (30). PERO: la Independencia de la Iglesia local, NO significa su aislamiento de las otras porque tal cosa afectar�a la manifestaci�n de la Unidad Sustancial del UN

CUERPO DE CRISTO.

 

El Nuevo Testamento, que legisla la independencia, tambi�n establece, por mandato y ejemplo Apost�licos, la fraternal relaci�n, comuni�n, asistencia y cooperaci�n ENTRE IGLESIAS. Y todo ello, sin distinci�n de raza, pa�s, sexo ni condici�n social de los hijos de Dios! (31).

 

Por ejemplo:

Salutaciones fraternales (32).

Amor fraternal en acci�n (33).

Socorro en las necesidades (34).

Intercambio y viaje de obreros; y asistencia a sus necesidades (35).

Oraciones mutuas, y por los misioneros (36).

Informaci�n sobre la marcha de la obra (37)

Intercamhio de cartas de ense�anza apost�lica (38).

Reuni�n internacional conjunta, -Antioqu�a-Jerusalem para resolver discrepancias en doctrina y pr�cticas! (39).

 

CRISTO NO ESTA DIVIDIDO! (40).

LAS IGLESIAS DE CRISTO TAMPOCO DEBEN ESTAR DIVIDIDAS NI AISLADAS; SINO EN PLENA COMUNION Y COOPERACION FRATERNAL, BUSCANDO, Y PERSEVERANDO EN: LA UNIDAD DOCTRINAL, EL AMOR FRATERNAL Y EL TESTIMONIO UNIDO!

 

4. Car�cter Misional de la Unidad: "Para que el mundo crea..." (41).

Finalmente, tenemos la Oraci�n del Se�or:

"Para que el mundo crea que t� me enviaste... y que los has amado como tambi�n a m� me has amado." (41).

Tan expl�citas palabras del Se�or cierran nuestro caso. Todo cuanto significa Unidad Cristiana debe tener manifestaci�n reconocible EN ESTE MUNDO! La Unidad Sustancial o del Esp�ritu, subjetiva e invisible de por s�, se hace objetiva a los ojos del mundo por la Unanimidad de los Cristianos en doctrina, pr�cticas, ense�anzas y testimonio.

 

Y ello posibilitar� que el mundo crea y conozca que Dios ha enviado al Se�or; que nos am� como am� a Cristo y como Cristo nos am�! Por supuesto, todo ello no significa que el mundo entero se har� creyente ni ser� renacido, pues sabemos que muchos son los que rechazan el testimonio y se perder�n (42). Pero la Unidad manifestada ser� un Testimonio que mostrar� al mundo que el Se�or de los creyentes no es de este mundo; y ello ayudar� a que nuevas almas sientan el deseo de conocer al Salvador. "Para que el mundo crea", es un a expresi�n en la cual la palabra "mundo" ("kosmos") es usada por sin�cdoque, es decir: una figura del lenguaje en la cual el "todo" es puesto para significar la "parte" o viceversa (43).

El Testimonio unido de los hijos de Dios, manifestando la Unidad Sustancial, la Presencia del Se�or Jesucristo en ellos, la Presencia y manifestaci�n del Esp�ritu Santo, la Unidad Doctrinal sin doctrinas ni pr�cticas en contradicci�n de una Iglesia con otra, y la Unidad Misional que proclame, manifieste y propague la Unidad Cristiana para la Gloria del Se�or, har�n sin duda un impacto en muchos corazones todav�a; a�n en estos d�as de multiplicaci�n de maldad y resfriamiento de la caridad de la mayor�a! (44).

 

El centuri�n, al pie de la Cruz, viendo c�mo el Se�or hab�a expirado, tuvo que decir,

'Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios." (45). El testimonio de los Ap�stoles hizo que el pueblo glorificara a Dios y que a�n las autoridades incr�dulas tuvieran que decir que "ellos hab�an estado con Jes�s" (46).

 

Nosotros estamos llamados a mostrar y anunciar las virtudes del Se�or y a manifestar el santo amor de Cristo los unos a los otros para que sea notorio que somos Sus disc�pulos (47), y que guardamos Su Palabra! (48). Caso contrario, ser�a realmente muy triste que el nombre del Se�or fuera blasfemado por causa de mal testimonio (49). �LEJOS SEA!

 

Antes bien: Andemos "como es digno de la vocaci�n con que sois llamados; con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soport�ndoos los unos a los otros en amor; sol�citos a guardar la unidad del Esp�ritu en el v�nculo de la paz. Un cuerpo y Un Esp�ritu... Un Se�or, Una fe, Un bautismo, Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas y por todas las cosas, y en todos vosotros" (50). "A El sea gloria en la Iglesia por Cristo Jes�s, por todas edades del siglo de los siglos. Am�n." (51).

 

Que las palabras del Se�or nos hablen al coraz�n. Ante ellas, no es posible aceptar ni "ecumenismos" ni "aislamientos" ni "caminos del medio". Tampoco es posible conformarse a "status" que hacen factible la coexistencia de verdad y error sin que se haga nada para resolver B�blicamente tal incongruencia, contradicci�n y discrepancia entre los renacidos, el Pueblo de la Unidad! Veremos de esto en el cap�tulo siguiente.

 

5. Conclusi�n sobre la Unidad en relaci�n al Testimonio.

 

Puede sintetizarse en las mismas palabras que a trav�s de este estudio hemos discernido en cada �rea de Unidad: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD.

 

Porque UNA es la Iglesia de Cristo, que se expresa visiblemente en la tierra en DIVERSIDAD de Iglesias locales, que deben guardar plena UNANIMIDAD en doctrina, pr�cticas y testimonio al mundo!

Esa es la ense�anza de la Palabra de Dios! Por eso el Se�or or� por nosotros diciendo: "QUE SEAN UNA ... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA".

 

(4) CONCLUSION. Tesis Sint�tica sobre la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana

 

La Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, puede definirse como una UNIDAD COMPUESTA, que se integra de SIETE PRINCIPIOS FUNDAMENTALES, que, para la realizaci�n experimental y pr�ctica de la Unidad, se concretan en UNA

PIEDRA BASAL y TRES ACOMPA�ANTES IMPRESCINDIBLES. Ellos son:

 

(a) Siete Principios Fundamentales.

 

1. Su Carta Constitucional: la Oraci�n Sumo Pontifical del Se�or Jesucristo. (San Juan cap. 17).

2. Su Eterna Fuente, Corriente y Dechado: la Unidad de la Sant�sima Trinidad.

3. Su Piedra Basal Angular: la Persona Teantr�pica, es a saber, el Se�or Jesucristo.

4. Su V�nculo Esencial: la Persona del Esp�ritu Santo.

5. Su V�nculo Experimental, o sea, su concreci�n vital en los creyentes: la experiencia del nuevo nacimiento.

6. Su V�nculo y Autoridad Doctrinal: la Inspirada e Inerrable Palabra de Dios, las Santas Escrituras.

7. Su V�nculo e Instrumento Misional: el Testimonio Cristiano.

 

(b) La Piedra Basal y los Tres Acompa�antes Imprescindibles.

 

La Piedra Basal, el Se�or Jesucristo, que es la concreci�n Personal de la Unidad Cristiana, para poder ser plantada en los creyentes, requiere tres Acompa�antes imprescindibles, que, a su vez, establecen las tres Areas de Unidad Cristiana:

 

1. EL ESP�RITU SANTO. V�nculo Esencial, del cual somos hechos participantes en el nuevo nacimiento, que nos hace una cosa con el Se�or y los otros renacidos. El Area es: UNIDAD SUSTANCIAL.

 

2. LA PALABRA DE DIOS o SANTAS ESCRITURAS.

Inspiradas por el mismo Esp�ritu y por lo tanto Inerrables y �nica Autoridad en doctrina y pr�cticas; cuyo mensaje nos da acceso y pone a nuestro alcance la experiencia del nuevo nacimiento y con ello a la Unidad Sustancial; y cuya ense�anza nos provee de Unidad de la Fe. El Area es: UNIDAD EN LA VERDAD o UNIDAD DOCTRINAL.

 

3. EL TESTIMONIO CRISTIANO. V�nculo e Instrumento Misional. Iniciado por el mismo Se�or Jesucristo y continuado por el Esp�ritu Santo a trav�s de los Ap�stoles y disc�pulos -o sea de renacidos-; tiene que ver con la Iglesia del Se�or como UN CUERPO, UN CUERPO PARA TESTIMONIO. Manifiesta y proclama la Unidad en y al mundo incr�dulo y la propaga mediante la Palabra y el Esp�ritu en todos cuantos vienen al conocimiento del Salvador y le reciben. El Area es: UNIDAD MISIONAL.

 

CONCLUSION.

 

La S�ntesis Final de la Unidad Cristiana, puede expresarse en la siguiente declaraci�n sumaria: UNICIDAD EN DIVERSIDAD Y UNANIMIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS EN LA IGLESIA DE CRISTO! "UN CUERPO, UN ESP�RITU, UN SE�OR, UNA FE, UN BAUTISMO, UN DIOS Y PADRE DE TODOS". �BENDITA UNIDAD CRISTIANA!

 

 

 

 

(1) Jn.4:24
comparar Is.40:13
2 Co.3:17

(2) Comparar 1 Co.12:11a,13
Ef.2:18; 4:4a

(3) Ro 1:12

(4) Lc.24:37-39

(5) Is.40:18-25
comparar Act.17:25

(6) Dt.4:12,15; Job 919;
Jn.1:18a
Col.1:15
1 Tim.1:17c

(7) Sal.42 :2 Mt.16:16 1 Ts.l :9

1 Tim.3:15 comparar Jn.5:26

(8) Ex.3:14

(9) 1 Tim.l:17b

1 Tim.6 : 16a (10) Ro.l:23

(11) Ro.1 :20a,b 2 Co.4:18 He.9 :14

(12) Job 11:7

(13) Dt.32:4c Jer.10:10a

(14) Ex.15:11b Ro.l:4

(15) 1 Jn.4:8 Jud., v.21

(16) N�m.23:19 Tit.l :2

1 Jn.2 :27

(17) Dt.7:9

2 Cor.l:18 (18) Sal.11 :7

Sal.111 :3b Is.48:1

(19) Dt.32 :4 Sal.92 : 15 Sal.99:4b Is.26:7b

(20) Sal.36 :5,7 Ef.2:4

(21) Ro.11:22 Tit.3 :4

(22) 1 P.5:10a 

(23) Dn.2:22

(24) Act.15:18 1 P.l:2 

(25) Dn.2:20 Ro.ll :33,34

(26) G�n.35:11 Job 39:35

(27) SaI.139:7-12 

(28) 1 Jn.4 :8 

(29) 1 P.l:16

(30) G�n.17:1

(31) Sal.85 :10
Sal.89:14
 Act.3:14
 Ap.4:8 comparar Sal.146 :5-10

(32) 1 Co.14:33 comparar Job 25:2
Ro.15:33 Fil.4 :7 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) Jn.17:21,22

(2) Comp�rese 15.6: 1-3

(3) Job 11;7 Ro.1l ;33-36

( 4) 15.40 :25,28

 

 

 (5) Jn.4 :24 

(6) Mt.28:19 2.Co.13:13 
2 P..1:17,21 Comparar Mt.3:16,17 Ef.3 :14,16

(7) Jn.17 :3 
1 Jn.5 :20

(8) Jn.5:21
comparar Ro.8:11

(9) Dt.6 :4

(10) Col. .2:9 comparar Jn.l:16

(11) Jn.10:15, 17,18 
comparar He. 9: 14

(12) 2 Co.3:17

(13) Jn.1:1-4, 14, 18

(14) Jn.10:30

(15) Jn.14:26

(16) Jn.16:7

(17) Jn.16:15 comparar Act. 2 :35 Act.5 :30-32  

(18) Jn.14 :28c

(19) Jn.16:27c,28

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(20) Jn.1:14,18

(21) Jn.15:26

(22) Jn.10 :80,88

(23) Jn.14:9

(24) 2 Co.3:17a

(25) Mt.28 :19

Jn.5:18,23 Jn.20:28 Fil.2:5-11 Ap.4:11 Ap.1l:16.17

(26) Mt.16:27 Mt.28:18 Jn.17:5 Ef.1:17 
1 P.4:14; 5:10

(27) Is.9:6 Jn.1:1.2 He.1:8; 9:14

(28) Por ej. : Jn.5:21,26 Jn.16:15 
comparar 1 Co.8 :6

(29) He.13 :8 Ap.1:4.8

(30) Jn.1:18

(31) Jn.15 :26

(32) .1 .Co.12:3-6
 Ef.l :2.3.13 
y 4:3-6  

(33) Jn.14:28c 
comparar 1 Co.15 : 24-28

 

 

 

(34) Jn.1 :1,2 y 1 Jn.1 :1.2 Is.11 :2 y Ap. 1:4. Comparar G�n.1:2 y Mt3:16

(35) Jn.14:10 Mt.10:20 comparar 1 Co.2:10

(36) Sal.45 :6 He.1:8 
Is.9:6 Jn.1:1  

 

 

 

 

(37) Jn.1 :14.18 Jn.3 :16,18 

(38) Lc.1:26-38 

(39) Lc.2:1-20

(40) Mt.11:27 Jn.17:5,8,24

(41) Is.57:15,16 comparar Act.2:3,4. Ro.8 :2,9.16 comparar He.9 : 14

(42) Jn.15:26

(43) Jn.14:16, 17,26 G�l.4 :6

(44) Jn.1:33; 20:22 
Act. 2 :33

(45) Jn.15:26; 16:7 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(46) 1 Jn.4:8 

(47) Lc.1:78 Ef.6:23

1 Jn.2:15, 3:1,4:9-11 
comparar 1 Jn.4:19

(48) Jn.15:9,10 Jn.17:24 
Ef.3 : 19 
1 Jn.4:9,10

(49) Ro.5:5 Ef.2 : 18 Fil.2 : 1 Col.1 :8

(50) Ef.1:3-6

(51) Ef.1:7-12

( 52) Ef.1 : 13,14

(53) Jn.5:17,19 Jn.14:10

(54) Jn;16:13 Ro.8:11 
1 Co.2:10 G�l.3 :5 comparar Jn.14:17, 18,23

(55) Le.4:1,14 Act.10:38 comparar Mt. 12 :28

(56) Jn.5:17-19 Jn.7:16,17 Jn.8:29
Jn.16 : 12-15 

(57) Lc.22:22a
Jn.19:17,8
Act.2:23

(58) Jn.8:54
13:31,32
14:13
16:14

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

(1) Jn.17:21

(2) Jn.17:23

( 3) Jn. 1:1,2
1 Tim.2: 3-5  

(4) Jn. 1:14,18
1. Jn.1:1-3

(5) Jn. 17:21

 (6) Jn. 13:13
1 Co.8:6b
Ef.4:5
Fil. 2:11 comparar
1 Co.12:3  

(7) He. 1:8,9  

(8) Fil. 2:6-8  

(9) Jn. 3.13  

(10) Fil. 2:7,8a  

(11) Lc. 1:37  

(12) Col. 2:8  

(13) Jn. 17:5
   
He. 2:9c 

(14) Col. 2:9

   

(15) Jn. 1:14
 
Ro. 1:3,4a 

 
Ro. 8:3 
G�l. 4:4
 
1 Tim. 2:5

(16) 1 Tim. 4:1 
 
2 Tim. 4:3 
 2 P. 2:1,2 
 
1 Jn. 2:22,23 
 
1 Jn. 4:1-3 
 
Jud., v.4

(17) 2 Tim. 2:15      

(18) Sal. 64:6 
  
Ap. 2:24 
  
comparar  
   2 Tim. 2:16-18

(19) Jn. 8:44

(20) 2 Tim. 2:19a

(21) Mt. 26:37.38
    
y 27:50
    
Lc. 23:46

(22) He. 7:26b
  
1 P. 1:19
  
Jn. 8:46a
   
Jn. 14:30b
  
He. 4:14,15

(23) Jn. 17:21

(24) Is. 7:14
 
Mt. 1:23

(25) Ap. 19:10
  
comparar
  
1 P. 1:10-12

(26) Zc. 13:7
Jn. 10:30   comparar       
He. 2:16,17

 (27) Ro. 6:9,10
    
Ro. 8:34
    1 Co. 15:20-23
   
Fil. 3:20,21
     Col. 3:1

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(28) Lc. 2:52
   
comparar
    
He. 5:7,8

(29) Mt. 4:2
 
Mt. 14:13-21
 
Mt 15:29-38  

(30) Jn. 4:6-14 

(31) Jn. 11:32-45 

(32) Mr. 4:35-41

(33) Lc. 9:58
  
Jn. 14:1-3
   
Col. 3:1
  
Ap. 3:21

 

(34) Mt. 24:36
  
Mt. 28:18-20
 
Jn. 18:1-6   
  
Mt. 26:50-54

(35) Mt. 4:1-11
   
He. 2:18
   
He. 4:15

 

 

 

 

(36) Jn. 1:14,18
  Jn. 16,18

 

 

 

 

 

 

(37) Jn. 5:19

 

(38) Jn. 4:34

 

(39) Jn. 6:38
    
comparar
     
Jn. 5:30

  

(40) Jn. 7:16,17
 
Jn. 17:8,14
  Jn. 14:23,24    comparar
 
Jn. 8:26-28
 
Jn. 12:47-50

(41) Jn. 5:17-19

(42) Jn. 9:4

(43) Jn. 15:26
    Jn. 16:13-15
    
comparar
     
1 Jn. 2:20,27  

 

 

(44) Jn.17:23a

(45) Ro. 8:28-30 
Col. 1:27,28 
comparar 
2 Co. 13:5 
G�l. 4:19

 (46) Col. 1:18,19

 (47) 1 Co. 1:13a  

(48) Jn. 17:21,23a

 

 

 

 

 

 

 

(49) Efesios cap. 1 y 3:5-12

 (50) Sal. 40:8  

(51) Ap. 8:3,4  

(52) Sal. 22:16
   Mt. 16:21  
   Jn. 3:14  
   Jn. 12:32,33

(53) Mt. 26:18  
   1 P. 1:18-20  
   1 Jn. 1:7  
   Ap. 1:5

(54) Sal. 22:15  
   Jn. 19:28

(55) Sal. 22:14

(56) Is. 50:5,6  
  Mt. 26:67  
  Mr. 15:17,19

(57) Is.53:3

(58) Sal. 42:7

(59) Lm. 1:12

(60) Sal. 22:1

        Mr. 15:34

(61) Jn. 19:30

(62) Jn. 16:5-7
   
Act. 2:33
   
comparar
   
Is. 53:10,11

(63) Jn. 17:21,22

 (64) Dn. 9:19
   
Ro. 12:1,2
  
Jer. 31:3
  
Ro. 5:5

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) 2 Co. 13:13

(2) Jn. 14:18

(3) Jn. 14:16,20

 (4) Jn. 3:7

 (5) Ef. 1:13

(6) Ef. 1:14

(7) 2 Co. 1:22
2 Co. 5:5

(8) Comp�rese Ap. 3:17

 

(9) G�l. 6:15

(10) G�n. 1:27 y 2:7
comparar G�n. 9:6

(11) 2 P. 1:4

(12) Ro. 8:16

 

  

(13) Jn. 3:16
1 Jn. 4:9,10

(14) Ef. 5:2
1 Tim. 2:5-7

(15) Ro. 8:29,30
Col. 1:27
Tit. 3:4-6

(16) Jn. 16:7-11

 (17) Ro. 2:4
Act. 20:20,21
Ef. 2:4-10
2 P. 3:9

 (18) Mr. 16:15
Lc. 24:46-48

 (19) Act. 20:20,21
Ro. 3:23-26
Ro. 5:1-5
Ro. 10:8-17

(20) Jn. 3:16-19 y vv. 31-36
Mt. 25:41
Ap. 21:8
comparar
Mt. 5:22
Mr. 9:44,46,48

 (21) Jn. 1:12,13

 (22) 1 Jn. 5:1

(23) Ef. 1:13

(24) 1 Jn. 3:24
comparar
1 Co. 3:16 y 6:17,19,20
G�l. 4:4-7

 (25) Ef. 2:1-10
comparar
Act. 4:12
Ap. 5:6-14

  (26) Ro. 8:9

  

 

(27) 1 Co. 6:17
comparar
Col. 1:27b

 (28) Ro. 8:16
1 Jn. 5:6, 10a

(29) 1 Ts. 5:23
comparar

2 Co. 7:1

(30) He. 4:12

(31) G�l. 5:16a

 (32) Ro. 6:6
G�l. 5:16b,17
Col. 3:5-11

(33) Ro. 12:1,2
G�l. 2:20 y 5:24
Ef. 5:15-20
comparar
Lc. 9:23
Ro. 6:11-23

 (34) 1 Co. 2:12-16
1 Ts. 5:23

comparar
Ro. 8:12-17

(35) Ef. 1:14

36) 1 Co. 6:19,20
comparar
1 Co. 3:16
1 P. 2:9-12 

(37) Ef. 4:30

(38) 1 Ts. 5:19

(39) He. 12:5,6
Ap. 3:19

(40) He. 12:7-16

(41) 1 Co. 12:13,27
Ef. 4:3-6
comparar
1 Co. 10:15-17

(42) Mt. 11:29
Ro. 12:9-16
He. 12:1
 1 P. 4:7-9

 

(1) Dn. 12:8,9 
 
comparar
 1 P. 1:10-12

 

(2) Jn. 14:26
1 Co. 2:6-10 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(3) 1 Tim. 4:6

(4) 2 Tim. 4:2,3

(5) 1 Co. 2:13
 comparar
 1 Tim. 4:16

(6) Tit. 2:10

(7) 2 Tim. 4:2

(8) 2 P. 1:19-21
 1 P. 1:23-25

 (9) 2 Tim. 3:16
 comparar
 Mt. 4:4
 Lc. 1:68,70
 Jn. 16:13

(10) Sal. 12:6; 33:4 y 119:89,140
1 Co. 4:6b
1 Ts. 2:13
He. 4:12
 

(11) Jn. 10:34,35
Act. 15:15
1 Tim. 3:16

 

 

(12) 1 Co. 2:12,13
1 Tim. 6:13,14
Tit. 2:7,8
Ap. 22:18,19
comparar
Nm. 23:19
Dt. 4:1,2,6,10
Lc. 16:17
Stg. 1:17

 

 

(13) Ro. 16:17-19 y vv. 25-27
1 Co. 5:8
Ef. 4:14,15
2 Ts. 2:10a; 3:1,14,15

 (14) Ef. 4:1-6
Ro. 16:24-27

(15) 1 Co. 1:13a

(16) Jn. 10:35
Ef. 4:3

 

(17) Jn. 14:6

(18) Jn. 15:26; 16:13
1 Jn. 5:6

(19) Jn. 17:17

(20) Mt. 28:20b
Jn. 14:16-18
1 P. 1:23-25
comparar
Ro. 15:4

 

 

(21) Jn. 17:17

(22) Sal. 19:12
Ef. 5:26
1 Tes. 5 :23
He. 2 :11

(23) 1 P. 4 :11a

 

 

(24) Ro. 12:7b

(25) Mt. 4:4,7,10

(26) Mt. 22:29

 

(27) 1 Co. 4:6

(28) 2 Ts. 2:15

(29) 2 Tim. 3:16
comparar
Ecc. 12:10

(30) Mr. 7:9
Col. 2:8

 

(31) Tit. 1:9
Tit. 2:1

(32) Mt. 7:15,16 y vv. 20-23
2 Co. 2:17a
2 Co. 4:2
1 Tim. 6:3-5
2 Tim. 3:7-9
2 Tim. 4:1-5
2 P. 2:1-3
1 Tim. 4:1,2
Jud., v.4

(33) Ef. 4:13

 

(34) Ver en tal sentido: Lc. 18:8b
Act. 6:7
Jud., v.3

(35) Ef. 4:14,15

  

 

 

 

(36) Ro. 12:16

 

(37) 2 S. 22:23 y vv. 29,31
Sal. 36:5,7,9
Sal. 119:18
Jer. 33:3
Stg. 1:5
1 Jn. 2:20,27
comparar
Mt. 11:25 y 26
Sal. 43:3

(38) Jn. 7:17
Ro. 12:1,2
Col. 1:24
comparar
Sal. 25:14
Prov. 15:31-33

 

 

 

 

(1) 1 Co. 12:13
 Ef. 4:4-6

(2) Mt. 16:18

 

(3) 2 Co. 5:6-9
 Fil. 1:21-23
 He. 12:23
 2 P. 1:13-15
 
comparar
 Sal. 73:24-26
 Sal. 116:15
 Lc. 16:19-31

(4) Ef. 1:3-6
2 Ts. 2:13,14
Ro. 8:29
 1 P. 1:2

(5) Jn. 14:1-3
Ef. 5:25-27
 1 Ts. 4:13-18
  Ap. 3:10,11

(6) Act. 9:31
Act. 14:23
Ap. 1:4,20
 Ap. 3:13

(7) Ro. 16:5
 
Fil. 1:1

 
Flm., vv.1,2

 (8) Mt. 28:20
 Act. 2:42,46

(9) He. 13:1
 2 P. 1:22

(10) Mr. 16:15
1 Co. 9:16
1 P. 2:9

(11) Fil. 1:7,17,27-30
1 Tim. 1:3,4
Jud.,v.3

(12) Ef. 4:7-12
Col. 2:6,7
Jud.,vv.20-25

(13) Comparar Ap. 3:17

(14) Ro. 16:17,19
2 Co. 6:14-18
2 P. 3:1-3,15-18
2 Jn. 7-12

 

 

 

 

 

 

(15) 1 Tim. 6:20,21

 (16) Jn. 3:3, 5-8 y siguientes

(17) 1 P. 2:1-5

(18) 1 Ts. 4:1-7

(19) 1 Jn. 2:12-17

(20) G�l. 5:22,23
Ef. 5:9 y 10

(21) Ro. 12:3-9
 1 Co. Cps. 12-14
 Ef. 4:7-12
 1 P. 4:10,11

(22) G�l. 2:20
G�l. 6:14
comparar
Fil. 3:7-16

(23) 1 Jn. 3:1-3

(24) 1 Ts. 5:17

(25) Fil. 4:13-19

(26) Ef. 4:1-3 y v.17 a 5 :21

(27) Ef. 1:15-20
Ef. 3:14-21
Ef. 5:14-18
Fil. 4:18

(28) 1 Ts. 1:6-10

 (29) Mt. 24:45-47
1 P. 5:1-4

 (30) Ef. 1:19-23
Ef. 4:15; 5:23
Col. 1:18
comparar
Ap. 1:12-20

 

(31) G�l. 3:26-28

(32) Ro. 16:16
1 Co. 16:19
1 P. 5:13

(33) 1 Tes. 4:9,10

(34) Act. 11:27-30
Ro. 15:24-29
2 Co. Cps. 8 y 9

(35) Ro. 16:1,2
2 Co. 8:16-24
Tit. 3:12-14
comparar
1 Tim. 1 :3
2 Tim. 4 :10b,11

Flm. vv. 14-22
Tit. 1:4,5,13

(36) Ro. 15:30-32
Ef. 6 :18-20
2 Tes. 3 :1,2

(37) Ef. 6 :21,22
Col. 4 :7-9

(38) Col. 4:12-16
1 P. 1:1

 
comparar
 1 Ts. 5:27

(39) Act. 15:1-32

(40) 1 Co. 1:13 y 3:1-9, 21,23

 

(41) Jn. 17:21,23

 

(42) Mt. 7:13,14 y 21-23
Lc. 13:23-31
1 Co. 1:18
Ap. 21:6-8

Ap. 22:11-15

 

(43) Ver, en tal sentido: 
Act. 24:5

 (44) Mt. 24:12-14

 

(45) Mr. 15:37-39

 

(46) Act. 4:13-22

 

(47) Jn. 13:34,35
1 P. 2:9-12

(48) Jn. 14:23,24

(49) Comp�rese Ro. 2:24

 

 

(50) Ef. 4:1-6

 

(51) Ef. 3:20,21

 

 

IV. SU VINDICACION

 

Un "status" parcializante.

Un Testimonio por "todo el consejo de Dios"!

1. La Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, sustituida por un "statu quo" parcializante, bajo el signo de la "cooperaci�n".

 

Aqu� tratamos de la realidad Cristiana contempor�nea. Y reiteramos que al decir "Cristianos" s�lo tenemos en mente lo que el Nuevo Testamento discierne como tales, es a saber: los renacidos. Se trata, pues, de penetrar la cruda realidad eclesi�stica entre los hijos de Dios, confrontada por la Doctrina B�blica de la Unidad. En otras palabras, discutiremos la realidad entre hermanos Fundamentales en la Fe, entre los santos de Dios.

Y afirmamos que la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, ha sido sustituida por un "status" parcializante, que agita el signo de la "Cooperaci�n Cristiana".

Lejos de nosotros el disminuir un �pice de la necesidad e importancia de la comuni�n y cooperaci�n entre hermanos. Ella es deseable y preciosa y manifiesta, sin duda alguna, la Unidad espiritual de los hijos de Dios. (1) Pero los niveles B�blicos de la Unidad Cristiana, no se satisfacen en la actual cooperaci�n inter-Confesiones, porque �sta ha sido predeterminada por acuerdos parcializantes que t�cnicamente pueden definirse como "statu quo".

De hecho: por "com�n acuerdo", representantes de distintas Denominaciones preestablecen:

 

a) Por una parte, qu� doctrinas comunes a todos servir�n de base y ser�n sostenidas y/o defendidas, y qu� l�mites cooperativos permiten.

 

b) Por otra parte, concuerdan en que las discrepancias interconfesionales existentes respecto de otras doctrinas, (cosa que no permite ir m�s all� en la comuni�n y cooperaci�n)-, queden como hasta aqu�: libradas a la interpretaci�n tradicional de cada sector... y cort�smente no tratadas ni discutidas en predicaciones ni Estudios B�blicos, ni en otras actividades conjuntas.

 

A tales acuerdos, expl�citos o t�citos, que son la realidad del d�a, llamamos aqu� "STATU QUO". Y OBSERVESE: deja sin tocar lo que deber�a tocar, es a saber: las discrepancias. Y toca lo que no debi� tocar jam�s: a la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana, sea que lo haga conciente o inconcientemente, al reducir sus niveles Novotestamentarios.

 

Lo m�s triste es que tal "status" queda impuesto como si fuera el "summum" de la Unidad, cuando realmente es un sustituto de ella que, para hacer posible la cooperaci�n pactada, paga el precio de reducir las exigencias de la Doctrina B�blica de la Unidad, cubriendo las discrepancias bajo apariencias de respetabilidad. Bien ha sido dicho, que ello equivale a un "acuerdo en estar en desacuerdo", lo cual, creemos, es contrario a la Palabra de Dios. Que el Se�or hable paz a Su puehlo y a Sus santos para que no se conviertan a la locura! (2).

B�blicamente hablando, la Cooperaci�n Cristiana debe manifestar: amor de Dios, amor fraternal (3), amor a la paz, juntamente con amor a la verdad y de la verdad (4), pues escrito est�: "LA CARIDAD... SE HUELGA DE LA VERDAD" (5).

 

 

Sin embargo, algunos hermanos arguyen que las discrepancias pertenecen al campo de las "diferencias leg�timas de opini�n" que caben dentro de la "libertad Cristiana" y que se deben sobrellevar con esp�ritu de "tolerancia y caridad". Pero no advierten que tales generalizaciones en el decir, permiten:

a) Minimizar indebidamente la delicadeza de las doctrinas contradictas, que no son de ninguna manera leves ni livianas. [26]

b) Pasar por alto el hecho de que "libertad, tolerancia y caridad", son LAS TRES, "FRUTO DEL ESPIRITU SANTO" (6) y, por serlo, no pueden ser alienadas de la Verdad porque el Esp�ritu Santo es Esp�ritu de Verdad (7) que no tolera ni encubre el error, sino que est� aqu� para redarg�irlo y librarnos de �l por la Palabra de Verdad (8).

 

La perpetuaci�n de errores debe buscar otros mantos para cubrirse, pero jam�s podr� hacerlo poni�ndose al amparo del Esp�ritu de Verdad, pues tal cosa:

 

1. Afectar�a la Unidad y Naturaleza misma del Esp�ritu; y afectar�a la Unidad Espiritual Cristiana que se nos manda expl�citamente guardar (9).

 

2. Afectar�a la Autoridad B�blica, que se nos manda acatar (10).

 

3. Contristar�a y apagar�a, es decir: impedir�a obrar y darnos Su Luz, al Esp�ritu Santo, lo cual se nos ordena no hacer (11).

 

PERO: -se dir�- es que debemos terminar con la cooperaci�n? RESPONDAMOS ENFATICAMENTE: � NO! � EN NINGUNA MANERA! Debemos terminar con el "status", NO con la cooperaci�n! En otras palabras: debemos reconocer que nos hemos dado acuerdos que nos estancan; y que es necesario romper de una vez por todas con esas ataduras, alargar las cuerdas, reforzar las estacas y dejar de estar estrechos dentro de nosotros mismos. (13).

-Por qu� no se ampl�an los actuales prop�sitos de las Organizaciones Fundamentalistas Inter-Denominacionales existentes (Asociaciones Ministeriales; Asociaciones de Misiones; Comuniones y Concilios de Iglesias; Asociaciones Teol�gicas; etc.), de modo que permitan el tratamiento fraternal y B�blico de tantas cosas que hasta ahora han sido "tab�" por causa del "status"?

 

-Por qu� no es posible realizar Congresos, Conferencias y Convenciones Inter-Denominacionales, especialmente convocados para que nuestros hermanos mejor dotados puedan con toda LIBERTAD tratar con la altura y dignidad que la TOLERANCIA Y CARIDAD CRISTIANAS, FRUTO DEL ESP�RITU SANTO otorgan a los santos, temas tales como:

 

La doctrina B�blica de la Unidad Cristiana y nuestras discrepancias inter-Confesionales.

 

La Iglesia seg�n el Nuevo Testamento y nuestras organizaciones "Denominacionalistas".

 

Las Misiones modernas y su relaci�n a las Iglesias y los M�todos misioneros Novotestamentarios y a la Unidad Cristiana.

Restauraci�n de la Doctrina y de la pr�ctica de la Unidad Cristiana entre los renacidos.

Etc., etc., etc.?

Acaso no se tratan: "modernismo antiguo y contempor�neo", "ecumenismo", "Neo-Evangelicalismo", "Evangelismo ecum�nico", "Neo-Romanismo", "Neo-Pentecostalismo": glosolalia y sanidades masivas, "Comunismo", "Evolucionismo", y tantos otros "ismos"?

Es �tico y honesto ocultar y no tratar nuestros propios "ismos"?

 

Somos tan pundonorosos y espirituales "caballeros Cristianos" como para decidir respetar nuestras llamadas "diferencias"...

 

y no ni tan caballeros ni tan espirituales como para traerlas a Estudio B�blico conjunto sin que corra peligro nuestra cooperaci�n y a�n nuestra amistad?

 

Somos capaces de organizar Concilios Interdenominacionales para unirnos en la lucha contra las apostas�as y no somos capaces de encarar la constituci�n de comit�s de consulta para tratar el estudio en amor fraternal de nuestros mutuos errores?

 

Somos capaces de orar y obrar juntos por la salvaci�n de los perdidos, pero no somos capaces de orar y obrar juntos para que nosotros los salvados lleguemos a la Unidad B�blica en doctrinas y pr�cticas, cooperaci�n y asistencia y testimonio, y desaparezca as� el esc�ndalo de nuestras contradicciones, discrepancias y ego�smos provincialistas?

 

"MEDICO, CURATE A TI MISMO" (14), nos parece que es un refr�n que se nos vuelve en reproche! Seamos sinceros y honestos para con Dios y con nosotros y autoexamin�monos. Confesar juntos que la Biblia es la Inspirada e Inerrable Palabra de Dios (15) y nuestra Unica Autoridad en doctrina y pr�cticas (16), Y: al mismo tiempo, discrepar precisamente en muchas doctrinas y pr�cticas que cada "Denominaci�n" refiri�ndose a las suyas propias llama "B�blicas", (lo que impl�citamente declara no B�blicas a las de las otras), QUE ES, SINO OBVIA INCONGRUENCIA Y FLAGRANTE CONTRADICCl�N? Un observador competente pronto descubre que tal cosa equivale a negar en los hechos lo que los Fundamentalistas confesamos en nuestras Declaraciones conjuntas.

Por otra parte, es muy penoso comprobar nuestra falta de acuerdo sobre cu�les sean los Principios B�blicos normativos de nuestro Testimonio cooperativo, en �reas tales como:

 

a) Significado y aplicaci�n de la Doctrina B�blica de la separaci�n de apostas�as. (17)

b) Etica y m�todos B�blicos en la defensa del Evangelio. (18) c) Doctrina y pr�ctica de la Unidad Cristiana. (19)

Y todo ello contradice de plano a nuestra mutua confesada Autoridad, la Palabra de Dios, que nos manda ser UNANIMES! (20)

Por lo tanto, si no se modifica radicalmente el actual "status", �ste no podr� evitar que su "libertad, etc.", caigan bajo sospecha de "cobertura de malicia" (21), pues tiene

cabida para cuantos errores quepan en las �reas de desacuerdo, sin que nadie se sienta inquietado ni exhortado B�blicamente en modo alguno. Y esto contradice a la Autoridad de la Palabra, que nos revela la actitud Correcta en la oraci�n del Salmista: "Los errores, �qui�n los entender�? L�brame de los que me son ocultos." (22).

Como resultado, la cooperaci�n, atada al "status", queda marcada por �ste con el estigma de un esc�ndalo y de una verg�enza:

 

a) el esc�ndalo de servir de amparo y perpetuaci�n de contradicciones y discrepancias y por lo tanto errores; y

 

b) la verg�enza de carecer de vocaci�n para llamar al pueblo de Dios a la oraci�n y a la humillaci�n delante de Dios (23) ni para separar a hombres de Dios para la tarea de restauraci�n de los niveles Novotestamentarios de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana entre nosotros, los Fundamentalistas.

Finalmente, lo m�s sorprendente y doloroso, es que pareci�ramos carecer de capacidad de reacci�n y voluntad de acci�n para tomar alguna iniciativa espiritual que ayude a la soluci�n B�blica del problema. El sopor de un sue�o pesado nos ha invadido. (24). Y con esto, la cooperaci�n interdenominacional Fundamentalista queda defraudada y sin esperanza de vindicarse ni liberarse de un "status" que no puede ser ya el instrumento de bendici�n que la Hermandad cooperante necesita en tantas �reas que exigen, perentoriamente, Unidad!

 

El silencio se cierne sobre los hechos "tab�" y el callar a�n acerca de lo bueno, es decir, de la Verdad B�blica, es m�s estimado hoy d�a (25). Como resultado, algunos hermanos, que se aperciben del problema, caen en un aislamiento total y otros, que no se apartan as�, se encierran en una especie de ostracismo interior en medio de la multitud, que mal oculta un sentimiento de frustraci�n o exceso de fatiga moral o de temor, que se reflejan en una actitud pesimista, tipo fatalista, que les inhibe.

 

Tales y parecidos s�ntomas, componen en muchos casos un s�ndrome que quiz� revela un conflicto de conciencia a�n no resuelto en la c�mara secreta de la propia subjetividad tremante o vacilante, necesitada con urgencia de orar la oraci�n que la Palabra nos ense�a diciendo: "CONSOLIDA MI CORAZON PARA QUE TEMA TU NOMBRE" (26) y no a ning�n "status"!

Y si alguna voz se oye, espor�dica: su t�nica es incierta, vacilante, incompleta en su mensaje, que llega expresado en t�rminos tales que parecen pedir perd�n por el atrevimiento o temer exceder la estricta etiqueta diplom�tica, o que la palabra trascienda m�s all� del propio provincialismo o c�rculo �ntimo en que fue hablada.

 

Queda as� alienado u oculto, el mensaje B�blico claro, prof�tico, redarg�idor, exhortador, fraterno, que TODOS necesitamos en esta hora crucial de la Historia de la Iglesia y tambi�n del mundo.

 

Y el pecado de omisi�n, de quienes debieran dar la Voz y no lo hacen (27), se agrava ante la expl�cita constancia de la Palabra de Dios que encarece la actitud de los valientes por la Verdad que no encubren la Palabra, al costo de todos los costos! (28).

Algunas otras voces: o abogan fuertemente por el mantenimiento del "statu quo", [27] o yendo al otro extremo de la l�nea se pronuncian fuera y a�n contra de �l pero sin la m�s m�nima consideraci�n de la Verdad B�blica de la Unidad Cristiana. Y no faltan quienes ofrecen como la �nica soluci�n, "olvidar" las discrepancias... sin la m�s m�nima insinuaci�n de buscar la soluci�n B�blica!

Que todo eso desagrada a Dios, es evidente.

Por eso el Se�or ha levantado un Testimonio!

Pero esto merece cap�tulo aparte.

 

2. Un Testimonio por "TODO EL CONSEJO DE DIOS".

 

Eso es el Testimonio "PHILADELPHIA" (Amor Fraternal)

 

-"Has dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad" (1).

...Dios... no se dej� a S� mismo sin Testimonio" (2). Su Santo Esp�ritu, que "sopla donde quiere" (3), soplando desde "lo �ltimo de la tierra" (4), env�a un clamor, una carga a las Iglesias (5), identificada como el Testimonio "PHILADELPHIA" (AMOR FRATERNAL). No es exclusivo de ninguna Iglesia ni de ninguna compa��a de creyentes en particular, sino que identifica a TODAS las Iglesias Fundamentales sobre la faz de la tierra que, de rodillas ante el Trono de la Gracia y de pie frente a las apostas�as postreras, concuerdan en testificar juntas una firme y santa protestaci�n por "TODO EL CONSEJO DE DIOS" sin parcializaciones ni transacciones! (6).

 

Testimonio que integra la marcha triunfal. de la proyecci�n Hist�rico-Prof�tica del testimonio de aquella peque�a Iglesia en "Filadelfia", a la cual el Se�or dijo: "Has guardado mi Palabra y no has negado mi Nombre", y a la cual prometi� victoria sobre "la sinagoga de Satan�s" (apostas�a) y liberaci�n "DE la hora de tentaci�n" mundial (la Tribulaci�n) (7)

 

"Filadelfia" no tuvo reproche del Se�or, pero s� prevenci�n: -"He aqu� yo vengo presto; ret�n lo que tienes, para que ninguno tome tu corona" (8). Prof�ticamente discernida, esta prevenci�n nos advierte de cu�l es el peligro latente y cu�l el blanco del ataque diab�lico sobre el pueblo fiel -especialmente en las v�speras de la venida del

Se�or-: SACAR A LAS IGLESIAS DE SU POSICION B�BLICA CORRECTA!

Y es necesario decirlo: el actual "status" discutido en el subtitulo anterior, contiene el vivo germen de ese peligro latente!, pues atrae a las Iglesias Denominacionalistas a estar juntas "por la verdad", sin inquietar ni pedir a ninguna, que promueva la soluci�n B�blica de los "ismos" anti-B�blicos, en los que subyacen los errores que las dividen.

Por lo tanto: toda Iglesia que se precie de Fundamentalista en estos d�as postreros de la Edad de la Iglesia, debe sin demora re-examinar su Testimonio en la luz de la prevenci�n de su Se�or; y en el punto preciso si retiene o no una posici�n clara, de presencia, voz y acci�n, en cuanto a la pureza de la Iglesia en doctrinas, pr�cticas, vida y testimonio a la Palabra y al Nombre del Se�or!

BASTA YA DE PARCIALIZACIONES Y DE "STATU QUO"'! Es hora de hablar y obrar para que de esa cooperaci�n comprometida, se pase a una cooperaci�n plena a la Verdad! (9). El Se�or desea que recibamos galard�n cumplido! (10).

 

Hay urgencia en la carga! Porque la Venida del Se�or est� cerca! Las "se�ales de los tiempos" (11) se multiplican ante nuestros ojos. Las cumbres prof�ticas de la Palabra de Dios se erizan de arreboles y los destellos iluminan la Historia. Haremos bien en no subestimar ni desatender sus or�culos! (12).

a) El "mundo" o "kosmos" organizado seg�n el "pr�ncipe de este mundo", Satan�s (13), se prepara a ritmo alucinante para el d�a del Anticristo (14) y la aflicci�n sin paralelo de la Tribulaci�n "LA GRANDE"(15).

 

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b) La Iglesia del Se�or Jesucristo, que NO pasar� tal aflicci�n porque Su Redentor vendr� a arrebatar�a de "oikoumene" (tierra habitada) (16), ANTES de sus horrores (17):

NO HABRA DE PREPARARSE PARA RECIBIR DIGNAMENTE A SU CELESTIAL ESPOSO EN LOS AIRES? La "manada peque�a" que vela ya su �ltima vigilia (18) y que "ama y espera Su venida" (19): NO HONRARA LA PALABRA QUE DICE:

"Y CUALQUIERA QUE TIENE ESTA ESPERANZA EN EL SE PURIFICA, COMO EL TAMBIEN ES LIMPIO"? (20). POR CIERTO QUE SI! Los renacidos y las Iglesias Fundamentales que ellos integran, que confiesan no s�lo en los credos sino con lo profundo de su coraz�n "la esperanza bienaventurada", SE SANTIFICARAN! (21).

 

Pero cabe aqu� una pregunta l�gica: Qu� implicancia, qu� aplicaci�n tienen la purificaci�n y santificaci�n prenupciales de la Iglesia en lo que concierne a la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana? La respuesta brota espont�nea:

-EN LA IGLESIA LOCAL, la purificaci�n requiere la consolidaci�n de su Unidad interna, mediante el Estudio B�blico y la oraci�n, a fin de eliminar todo cuanto fuere hallado contrario a las Santas Escrituras, en sus doctrinas, pr�cticas, vida y testimonio.

-Y EN LA RELACION INTER-IGLESIAS, la purificaci�n exige consolidar la Unidad Cristiana, mediante el mismo procedimiento de Estudio B�blico y oraci�n, buscan-do fraternal y conjuntamente la soluci�n de la Palabra de Dios a las discrepancias interconfesionales que constituyen nuestros "ismos".

"TODO EL CONSEJO DE DIOS" (22) es bandera, escudo, camino y meta en esta tarea. Terminemos con las parcializaciones de un "status" en las que, ADMITAMOSLO!, subyace, junto con su err�neo amparo, la sutil intenci�n de "justificar" lo injustificable: nuestras incongruencias, contradicciones y discrepancias!

Que "la Palabra de Dios corra y sea glorificada" (23) entre nosotros, 108 Fundamentalistas, sea nuestra oraci�n y exhortaci�n mutuas.

 

Que en nuestras "Declaraciones de Fe" sea restaurada, en toda su Dimensi�n Novo-testamentaria, la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana. Que la actual cooperaci�n salga de una vez del pantano del "status" y se transforme en marcha din�mica y triunfal que permita recorrer a paso de carga,

-porque el tiempo apremia- el camino que a�n falta para el logro del gran objetivo:

LA UNIDAD EN DOCTRINA, PRACTICAS Y TESTIMONIO, DE LOS QUE CONFESAMOS QUE LA SANTA BIBLIA ES NUESTRA UNICA AUTORIDAD EN DOCTRINA Y PRACTICAS!

 

Y esto, que parece lo m�ximo y a�n para algunos un ideal inalcanzable, un sue�o ut�pico: ES LO MINIMO que debiera exigirnos nuestra conciencia Cristiana, porque nuestro profesado FUNDAMENTALISMO NOS OBLIGA MORAL Y ESPIRITUALMENTE A AJUSTARNOS EN TODAS LAS COSAS A LA SANTA PALABRA DE DIOS!

Ha llegado la hora hist�rica, en que la Iglesia debe marchar otra vez por la ruta ANTIOQUIA-JERUSALEM (24) que, iluminada por el Esp�ritu Santo y se�alada con las marcas de los Ap�stoles, recorrieron nuestros hermanos del Siglo Primero! Su santo ejemplo, lleno de Gracia, debe ser seguido sin dilaci�n por nosotros, que vivimos ya la hora und�cima de la Iglesia aqu� y que, como ellos: hemos sido lavados por la misma Preciosa Sangre del Cordero de Dios y engendrados por el mismo Esp�ritu Santo (25); y tambi�n necesitamos reunirnos para conciliar doctrinas y pr�cticas, ajust�ndolas SOLAMENTE a lo estatuido en las SANTAS ESCRITURAS!

 

El tiempo es venido, de sacrificar un consumado sacrificio vivo de plena sumisi�n al Se�or (26) y de pleno acatamiento a Su Palabra (27).

 

La Cruz nos sale al encuentro y tomarla o dejarla es el dilema y juicio sobre nosotros hoy (28) en cuanto concierne a la negaci�n de nosotros mismos y a la aceptaci�n de Su Voluntad Soberana.

 

AL SE�OR, DEL TODO!

A LA BIBLIA, EN TODO!

 

Volvamos al Se�or en plena sumisi�n! Volvamos a Su Palabra en plena obediencia. Que a los pies del Amado nos encontremos los hermanos en Cristo Jes�s! Esta es la hora de la Doctrina B�blica de la Unidad Cristiana. Es la hora de llamar a reuniones conjuntas de oraci�n por la Unidad plena de la Iglesia de Cristo. Para que sea el Se�or mismo quien nos gu�e en cada paso a tomar. Para que El env�e "Su Luz y Su Verdad" (29) e "incline nuestro coraz�n a sus testimonios" (30). Para que El "enderece nuestro coraz�n en el amor de Dios y en la paciencia de Cristo" (31).

 

Es la hora de presentarnos a �l como instrumentos de justicia (32) para que El pueda obrar por nosotros Su buena Voluntad, agradable y perfecta! S�lo, s�lo as�, recibiremos las fuerzas y las capacidades para sobrellevarnos en santo amor y exhortarnos fraternalmente los unos a los otros (33), mientras recorremos juntos el Camino de la Unidad que a�n nos falta andar, siguiendo las santas pisadas del Cordero de Dios! (34).

NO HAY ALTERNATIVA!, si es que el Se�or ha de hallarnos en Su venida "por" nosotros, tal como El lo quiso, cuando:

-aparejado ya para subir la cumbre del dolor sin igual (35);

-cerni�ndose sobre su alma la noche de los siglos en el mediod�a de su soledad (36);

-pronto a dar su cuerpo a los clavos y a la cruz que la tierra provee, ingrata, aunque quiz� intuitivamente sabia en su ignorancia (37);

-listo para ser traspasado por la Espada flam�gera de la Justicia m�s Alta (38);

-y antes que su lengua se pegara a su paladar y su coraz�n se desliera como cera en medio de sus entra�as; antes que fuera horadado, descoyuntado, desfigurado, sangrante (39), ofrecido en ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave por todos nosotros (40);

OH BENDITO CORDERO DE DIOS, SUBLIME REDENTOR NUESTRO!, Te hiciste tiempo para levantar al Cielo el mirar de tus ojos profundos; y viendo lo que s�lo T� pod�as ver a trav�s de espacios infinitos, estrellas rutilantes y nubes de gloria: pensaste en las humildes ovejitas y corderitos de tus peque�os reba�os, y lleno de amor y compasi�n Oraste por ellos cual nadie or�:

- ... QUE SEAN UNA COSA... OH PADRE... COMO NOSOTROS SOMOS UNA COSA... CONSUMADAMENTE UNA COSA." (41).

 

HERMANO EN CRISTO QUE LEES ESTAS PAGINAS:

�NO LO SIENTES TU AS�?

� No hay carga alguna en tu coraz�n por la Unidad que a�n falta al Pueblo de Dios? �No oyes ya el clamor? � No te apercibes que �l viene pronto y que urge que los renacidos nos preparemos, as� como las Iglesias que integramos? � No realizas que un incipiente di�logo ante la Biblia abierta se insin�a? �Di�logo de oraci�n y estudio B�blico buscando en todo la Voluntad de Dios?

El Amor Eterno, derramado en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo, brota en ferviente Amor Fraternal. El Se�or est� a la puerta y nos llama!

�SEGURO QUE NO NOS NEGAREMOS, VERDAD?

 

 

Notas: (puede hacer click sobre el n�mero de referencia para regresar al texto)

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) Sal. 133
1 P. 2:17b

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(2) Sal. 85:8

 

(3) Jn. 13:34,35
2 p. 1:5-8
Jud.,vv. 20,21

(4) Zc. 8:16-19
Sal. 119:165
2 Ts. 2:10b

(5) 1 Co. 13:6
 comparar
 
1 Jn. 2:5

 (6) 2 Co. 3:17
 G�l. 5:22

(7) Jn. 14:17; 15:26 y 16:13

(8) Jn. 16:8-14
Jn. 15:3
Ef. 5:26; 6:17
He. 4:12

comparar
 
Stg. 1:16

 

(9) Ef. 4:3
Ro. 12:16a
 
Fil. 2:1,2
 
Col. 3:15

(10) Dt. 4:2
1 Co. 4:6
2 Ts. 2:15
Col. 4:16
1 Ts. 5:27

(11) Ef. 4:29,30
1 Tes. 5:19

 

(12) 1 Tim. 4:16
2 tim. 1:13,14 y 2:2

Tit. 1:9

 (13) Is. 54:2
2 Co. 6:12,13

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(14) Lc. 4:23a

 

(15) Sal. 111:7,8
Lc. 24:44-48
2 Tim. 3:15-17
1 P. 1:1-12 y vv. 23-25

(16) Sal. 119:4
Lc. 1:1-4
1 Co. 4:6

  

(17) Ro. 16:17,18
2 Co. 6:14-18
2 Tim. 2:16-21

(18) Fil. 1:7,17

(19) G�l. 3:26-28
Ef. 4:1-16

(20) Ro. 12:16
Ro. 15:4-6 y vv. 7-14
2 Co. 13:11
Fil. 2:2
Tit. 2:7,8

(21) G�l. 5:13
1 P. 2:16

 

(22) Sal. 19 :7-14

 (23) J1. 2 :15-18
Stg. 4 :9,10 y 5 :16
comparar
2 Cr. 7:12-16

 

 

(24) Comp�rese Mt. 25:5

 

 

 

 

 

 

(25) V�ase Sal. 39:2

  

(26) Sal. 86:11c
comparar

Is. 66:5

 

 

(27) Stg. 4:17

 

 

(28) Sal. 40:8-11
2 Tim. 1:7,8
2 Tim. 4:2

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) Sal. 60:4

(2) Act. 14:17

(3) Ez. 37:9
    Jn. 3:8

(4) Is. 24:16a
      Act. 1:8

(5) Ap. 3:22
      comparar
     
Ap. 22:16

 

(6) Act. 20:27

(7) Ap. 3:7-13

 

 

 

 

(8) Ap. 3:11

(9) 2 Co. 13:8
      comparar
      3 Jn. vv. 1-8

(10) 2 Jn., v.8

(11) Mt. 16:3

(12) Lc. 21:28-36
1 Ts. 5:20
2 P. 1:19-21
comparar
2 P. 3:1-3
Ap. 22:7

(13) Mt. 4:8,9
Jn. 12:31b
Jn. 14:30
1 Jn. 2:15-17

(14) Dn. 9:26,27 y 11:31-45
2 Ts. 2:6-12
1 Jn. 2:18
Ap. cp. 13

(15) Mt. 24:15-22
Ap. 7:14
Ap. cps. 11 al 18

(16) Mr. 13:32-37
 Jn. 14:1-3
 1 Ts. 4:15-18

(17) 1 Ts. 1:10 y 5:9,10
Ap. 3:10

(18) Lc. 12:32-40

(19) 2 Tim. 4:8

(20) 1 Jn. 3:1-3  
comparar
Stg. 5:7,8

2 P. 3:8-14
Jud., vv.20,21

(21) 2 Co. 7:1
1 Ts. 4:3-7
Tit. 2:11-14

 (22) Act. 20:27

  

(23) 2 Ts. 2:13-17
2 Ts. 3:1 y vv. 3-5

 

 

 

 

 

 

 

(24) Act. 15:1-33

(25) Ro. 3:25 y 5:9
Ef. 1:7
1 P. 1:2,19
1 Jn. 1:7
Ap. 1:5
Jn. 12,13
1 Jn. 5 :1 y v. 18b

(26) Sal. 50 :5
Ro. 12 :1,2
1 P. 5 :6-10

(27) Jn. 14 :21-26
Stg. 1 :18-25
1 Jn. 2 :5

(28) Mt. 10:37,38
Mt. 11:6
Mt. 16:24,25
Lc. 9:23
Lc. 14:25-27 y vv. 33-35
Ro. 6:6
G�l. 5:24,25
G�l. 6:14

 

 (29) Sal. 43:3
Sal. 143:10

(30) Sal. 119:33-40

(31) 2 Ts. 3:5

 (32) Ro. 6:13
Stg. 4:6,7
 1 P. 5:5-11

 (33) Ro. 15:4-7
Col. 3:13-17

(34) Ef. 4:13-16
comparar
Stg. 1:1-6
1 P. 4:7-11
1 P. 2:21,25

(35) Sal. 42:7
Lm. 1:12,13

(36) Mr. 15:33,34

(37) Jn. 11:47-53
Jn. 18:13,14
Jn. 19:1-19

(38) G�n. 3:24
Zc. 13:7

(39) Sal. 22:1-21
Is. cp. 53

(40) Ef. 5:2
1 Jn. 2:2

 

(41) Jn. 17:1 y vv. 21-23

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] Pastor por m�s de 32 a�os de la Iglesia Cristiana Evang�lica y Director de la Escuela B�blica de Teolog�a "A.L.E.R.T.A.", en Buenos Aires, Argentina.

[2] MODERNISMO. Variedad de escuelas de pensamiento liberal mal llamado teol�gico, que niegan los Fundamentos de la Fe Cristiana. Participan de un sinn�mero de filosof�as y teor�as, tales como: racionalismo, naturalismo, positivismo, relativismo, humanismo, existencialismo, neo-evolucionismo, neo-pante�smo, neo-universalismo, sincretismo, etc. (V�ase trabajo del autor: "Antiguo y Nuevo Modernismo". Ediciones "Alfa y Omega", Gral. Mart�nez 889, Buenos Aires, Argentina).

[3] ECUMENISMO. Distintas corrientes eclesi�sticas infiltradas de "modernismo"y que tergiversando Juan 17:21, etc., y sin discernir ni definir B�blicamente qu� es la Iglesia de Cristo, trabajan por unir Protestantes-Romanistas-Ortodoxos Orientales en una Super Iglesia Mundial. Al mismo tiempo, buscan dialogar con otras religiones mundiales y con la sociedad secular, con miras al ut�pico sueno "modernista" de un pseudo "reino de Dios sobre la tierra" por reformas y final fusi�n eclesi�stico-social-mundana-universal.

[4] FUNDAMENTALISMO. Movimiento espiritual y/o firme posici�n de creyentes en la Biblia, levantados desde principios de siglo por testimonio a los llamados "Fundamentales de la Fe": Inspiraci�n e inerrabilidad de las Santas Escrituras; la Deidad del Se�or Jesucristo, su nacimiento virginal, su muerte expiatoria y vicaria, su resurrecci�n y ascensi�n corporal y su segunda venida. Se opone por lo tanto al "modernismo", "ecumenismo" y materialismo secular filos�fico o dial�ctico, etc.

[5] TEANTROPICA. De "Theos", Dios; y "Anthropos", hombre. Define as�, a quien es a la vez verdadero Dios y verdadero hombre; quien posee las dos naturalezas, la Divina y la humana, en UNA PERSONA: �EL SE�OR JESUCRISTO!

 

[6] SUSTANCIAL. Deriva de "Sustancia" lo que da idea de "materia", cosa que el Esp�ritu no es ni tiene. Sin embargo usamos aqu� la palabra (a falta de otra mejor), para referir a la Unidad "del Esp�ritu", ya que el V�nculo Esencial de la Unidad Cristiana - la Persona del Esp�ritu Santo - viene a ser la "Sustancia" de la Unidad para los renacidos. (V�ase otra distinci�n, al pi� de p�g. 20).

[7] ESPIRITU. Necesitamos notar aqu�, la distinci�n conceptual entre Esp�ritu como Sustancia y Esp�ritu como Persona. Esa distinci�n nos es impuesta por el hecho de que tanto la Sustancia como la Tercera Persona de la Deidad se llaman del mismo nombre: ESPIRITU. Esto nos obliga a tener en mente que, aunque Sustancia y Persona son una realidad inseparable e indivisible, sin embargo deben distinguirse; porque la Sustancia no hace desaparecer a la Persona ni viceversa, pues en tal caso, junto con la realidad de la Persona o de la Sustancia, desaparecer�a la realidad Trinitaria, y Dios ser�a Bi-Unidad y no Trinidad. Por lo tanto: hay distinci�n, pero no divisi�n; hay identificaci�n, pero no confusi�n.

Pero: �Por qu� se llaman del mismo nombre? Sugerimos que tal hecho es como un �ndice que se�ala la similitud de prop�sito entre la cualidad de la Sustancia y la vocaci�n de la Persona, que es: servir de nexo. As� como la Sustancia tiene la cualidad de ser el V�nculo Esencial de Unidad "Natural" de la Deidad, as� la Persona tiene la vocaci�n de ser el Vinculo Esencial de intercomuni�n Trinitaria y Teantr�pica y de Unidad y Comuni�n Cristiana.

 

[8] El "Pante�smo", que confunde espintu-materia asimil�ndolos y que por lo tanto es "monista", resulta, pues, falso.

[9] Berkhof. "Systematic Theology", p�g. 42.

[10] Moule. "Bosquejos de Doctrina Cristiana", p�g. 37.

[11] Clarke. "Christian Theology", p�gs. 83, 92. Citado por Strong en "Systematic Theology", p�g. 295.

[12] PERSONAS. Aunque hay peligros en el uso de esta palabra enrelaci�n a la Trinidad, por causa de su natural sentido antropom�rfico, Sin embargo, ese peligro desaparece si se tiene en mente que la Personalidad de las Personas de la Deidad es infinitamente superior y distinta del concepto de personalidad humana, pues esta �ltima es separada totalmente de uno a otro individuo, pero en la Deidad es perfectamente unida en Esencia o en la Sustancia UNA, aunque tienen al mismo tiempo distinci�n y relaci�n.

[13] Berkhof. "Systematic Theology", p�g. 88.

[14] La sana doctrina exige esa distinci�n. Por ej.: Cuando decimos "Dios es un Dios Personal", afirmamos la Personalidad de la Deidad como un hecho opuesto al error inmanentista del Pante�smo o Monismo. Pero debemos tener presente que la realidad del Dios Personal es una realidad TRINITARIA, con lo cual evitaremos caer en el error "Unipersonalista" que dice que Dios es solo una Persona y no Tres.

[15] GNOSTICOS (2a. mitad Siglo I), y MANIQUEOS (fines Siglo III), entre otros errores, hablaban de "emanaciones" entre las cuales refer�an a Cristo y al Esp�ritu Santo.

SABELIO (fines Siglo II) sostuvo la herej�a "Monarquista" tambi�n llamada "Modalismo" y "Patripassianismo", que niega la Trinidad de Personas y afirma que Dios es una sola Persona, siendo Padre, Hijo y Esp�ritu Santo, "modos" de automanifestaci�n.

ARRIO (por A. D. 321-36) negaba la eternidad del Hijo atribuy�ndole existencia anterior a la Creaci�n pero no eterna: una "Criatura superior" con poderes creativos. Sus seguidores afirmaban que el Esp�ritu Santo lleg� a existir por voluntad de Cristo.

STRONG A. H., en su cl�sica obra "SYSTEMATIC THEOLOGY" (24� edici�n, 1965, p�g. 329), record� que LUTERO, aludiendo a Juan 1:1, dijo: "LA PALABRA ERA DIOS, ES CONTRA ARRIO; LA PALABRA ERA CON DIOS, ES CONTRA SABELIO". �AMEN� HOY DIA: Los Unitarios; los seguidores de Swedenborg (1688-1772); y "Testigos de Jehov�", niegan la Trinidad. Asimismo "Barthistas" y "Neo-Ortodoxos" no pueden evitar caer en el "Modalismo". Finalmente los as� llamados "Ateos Cristianos" (Altizer T. J., Hamilton W., etc.), con su falsa "teolog�a de la muerte de Dios", con sus distintos momentos y modos: "Dios muri�", dicen, cuando encarn� en Cristo y volvi� a morir cuando Cristo muri� para luego "encarnar" en todos en una as� llamada "resurrecci�n". (!)

[16] STRONG. "Systematic Theology", p�g. 333.

[17] Del llamado "Credo Atanasiano", aunque Atanasio no lo haya escrito. Atanasio, como es sabido, fue el campe�n de la Santa Doctrina Trinitaria frente a la herej�a Arriana.

[18] INMANENTE, designa a la Santa Trinidad considerada en la relaci�n de las Personas en el seno Eterno de la Deidad.

ECONOMICA o DISPENSACIONAL, designa a la Santa Trinidad en la relaci�n de las Personas con sus criaturas, sea en la Creaci�n, como en la Redenci�n, etc.

[19] UNICIDAD. Usamos aqu� esta palabra por la riqueza de su etimolog�a que incluye la significaci�n de "UNO" y "UNICO". Es, creemos, la mejor palabra para calificar la Unidad del Esp�ritu (tanto la Trinitaria como la Cristiana) como UNA y UNIGA y que, por tal raz�n, repele toda "ecumenicidad" o mezcla inclusivista ecum�nica.

* Por v�a de ejemplo: Gn�sticos, Docetistas, los seguidores de Cerd�n, Apeles y Marci�n, los Ebionitas, Adopcionistas, Maniqueos, Arrianos, Apolinaristas, Nestorianos, Monofisitas, Modalistas, Modernistas, NeoOrtodoxos, Te�logos Existencialistas, ciertos Kenotistas, Ateos-Cristianos: -negando o reduciendo una u otra naturaleza, o alegorizando o mitologiz�ndolas para luego "demitologizar"... etc., total o parcialmente y a veces un poco de cada cosa-, van sumando "f�siles y eslabones" en los estratos polifac�ticos de la logomaquia ancestral del "padre de mentiras" (19). E] �nico campo en que la falsa teor�a de la "evoluci�n" puede encontrar toda la gama de eslabones intermedios... es en el campo de las HEREJIAS. Satan�s tiene algo en su cr�dito:

una tozuda constancia dial�ctica apuntando a un solo blanco: ENGA�O!

 

** Nota de Jamienson, Faussety Brown, comentando el texto

[20] En Constantinopla (A.D.680/81), el "Monothelisnio" fue rechazado.

[21] V�ase en p�ginas 10 y 11, el Tercer Principio Fundainental de la Unidad.

[22] V�ase en p�ginas 10 y 11 los Principios Fundamentales segundo, cuarto y quinto.

[23] Esp�ritu humano: distinguese por capacidad de juicio o conciencia sentido de intuici�n y capacidad de adoraci�n. Alma: distinguese por la inteligencia, pensamientos, sentimientos y voluntad. Pero, aunque hay distinci�n, son indivisibles. S�lo la Palabra de Dios, como se ha visto, puede penetrarlos.

[24] "Modernistas". V�ase en p�g. 4, la primera nota al pie.

[25] Los Romanistas, al dar a la "tradici�n" -que en muchos casos contradice a las Santas Escritura- igual autoridad que a �stas, contradicen la clara ense�anza del Se�or Jesucristo y de los Ap�stoles. La Biblia es el Juez de las "tradiciones"; �nunca viceversa! (30).

[26] DISCREPANCIAS. (Breve detalle, no exhaustivo). Algunos aspectos Cristol�gicos. Predestinaci�n o libre albedr�o; Seguridad de la Salvaci�n o ca�da de la Gracia; Entendimiento de la Tegeneraci�n y nuevo nacimiento. Erradicaci�n del pecado o Santificaci�n progresiva. Escatolog�a: Arrebatamiento de la Iglesia (Pre, Medio o Postrihulacionismo); Pre, Post, o A-milenialismo. Dispensacionalismo o Teolog�a del Pacto. La Iglesia y su integraci�n y expresi�n; Nombres Denominacionalistas. Lugar yAcci�n de las hermanus en la Iglesia. Alcance y uplicaci�n de la Doctrina de la separaci�n; Etica y M�todos en la Defensa del Evangelio. Rociar o no p�rvulos y su significado, Inmersi�n o aspersi�n de creyentes y significado. Gobierno de la Iglesia. Cena del Seflor y su significado. Misiones modernas y su relaci�n a Iglesias y M�todos Novotestamentarios. Doctrina y pr�ctica de la Unidad Cristianu; etc. Todas son cuestiones de fondo que tienen que ver con la Fe y Testimonio y determinan posiciones y aspectos vitales para la Fe, Predicaci�n, Vida, Obras, Ense�anza, Etica y Esperanza Cristianas. �CUIDADO! (12).

[27] Por v�a de ejemplo, transcribimos traducido del Ingl�s, un p�rrafo tomado del ".Christian Beacon" del 20 de Febrero de 1969, p�g. 6, en el cual el Dr. Carl Mc Intire (Presbiteriano) contestando una carta del Dr. Robert Ketcham (Buutista), dice:

<<.... . En este asunto de la regeneraci�n bautismal, bautismo infantil, el Catecismo Mayor, y otros por el estilo, debemos reconocer que estas son �reas que no est�n dentro del escopo de la actividad del Concilio Americano. Usted es un Bautista, y que Dios le bendiga en ello. D�jeme ser Presbiteriano, y que Dios me bendiga en ello. Pero seamos los dos Cristianos, pues fue sobre esta base que todos �ramos creyentes que el Concilio Americano y el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas fueron levantados simplemente como agencias limitadas y bien definidas para la cooperaci�n y no para la realizaci�n de administraciones o funciones de Iglesia o eclesi�sticas. �Estamos olvidando todo esto? Ustedes de la GARBC est�n formulando cuestiones e impulsando asuntos en este punto que destruyen la misma composici�n del Concilio, haciendo imposible que sean parte de �l los Episcopales y Luteranos y hasta los Presbiterianos, pues lo que ha dicho acerca del bautismo infantil con relaci�n al Obispo Dees se aplica plenamente a las ense�anzas de la Confesi�n de Westminster y a las formas que hun desarrollado en la historia Presbiteriana en la administraci�n del bautismo infantil. Por favor, Bob, por favor dejemos que estas cosas queden donde originalmente las pusimos cuando se form� el Concilio. Todos estamos a favor de la fuente carmesi y ning�n agua puede salvar o ayudar a alg�n alma por quien Cristo muri�.>> Esto es una clara prueba de lo que nosotros llamamos "STATU QUO".