BASE BIBLICA DEL TESTIMONIO "PHILADELPHIA" (AMOR FRATERNAL)
por Armando Di Pardo
©
Copyright 2002, Adelphia.
Gral.
E. Martínez 889, (C1426BBM) Buenos Aires, Argentina. www.philadelphos.org
INDICE
I. La Palabra de Dios requiere la existencia del Testimonio "PHILADELPHIA"
II. Nombre del Testimonio; propósitos y método para lograrlos
III. El Espíritu Santo ha despertado y puesto en marcha al Testimonio "Philadelphia"
"Y escribe al ángel de la iglesia en
FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de
David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus
obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede
cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has
negado mi nombre..."(Ap.3:7-8)
Hermanos: Al
declarar solemnemente que el Testimonio "PHILADELPHIA" tiene
Base Bíblica, no sólo significamos que lo que el testimonio dice es Bíblico,
sino que vamos más profundo para aseverar:
1.
La Palabra de Dios requiere la existencia del
Testimonio "PHILADELPHIA"; señala el tiempo de la
historia en el cual debe ser dado, e indica las causas por las cuales
testificará.
2.
Establece su nombre y propósitos, y da el método para
alcanzarlos.
A
tales piadosas consideraciones somos requeridos. La regla para ello será:
"Sola Scriptura" y nos la señalan aquellos nobles hermanos de Berea,
que "recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día
las Escrituras, si estas cosas eran así". (Hechos 17:10,11) .
Hagámoslo también nosotros.
1.
La Palabra de Dios requiere la existencia del Testimonio
"PHILADELPHIA" (Amor Fraternal); señala el tiempo de su aparición, e
indica las causas por las cuales testificará.
En
Ap.3:8, el Señor Jesucristo, dice a la Iglesia en Filadelfia: "has
guardado mi palabra y no has negado mi nombre..."
Aunque
dirigidas a una determinada Iglesia local, esas palabras poseen la fuerza de un
principio fundamental válido para toda Asamblea de Cristianos en
todos los tiempos. Ese Principio es: guardar la Palabra y no negar el
Nombre del Señor.
Confirmémoslo con otras Escrituras. En Juan 14:23,
leemos: "El
que me ama mi Palabra guardará". Y en
Mateo 10:32,33: "Y
cualquiera que me confesare delante de los hombres, le confesaré... delante de
mi Padre... y cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo
también delante de mi Padre que está en los cielos" (comp. Ro.10:9,10;
2°Ti.2:12).
Tales declaraciones del Señor, anteriores en alrededor de 60 años en el
tiempo a la de Apocalipsis 3:8, son definitorias e indican:
a)
Que el mismo Señor estableció el Principio y luego
confirmó su vigencia y reconoció su cumplimiento en aquella pequeña Iglesia
local de fines del Siglo I, existente en la ciudad del Asia Proconsular llamada
"Philadelphia". Por lo tanto, ninguna exégesis puede ignorar que la
expresa Voluntad del Señor es que se guarde Su Palabra y se confiese Su Nombre.
Luego: ese Principio, establecido por el mismo Señor, vale hoy como ayer: guarda
mi Palabra y no niegues mi Nombre, dice el Señor.
b)
Que la vigencia de ese Principio Fundamental,
requiere la presencia de grupos identificables, en los cuales se evidencia el
Principio mismo.
En
el Nuevo Testamento
Hallamos testimonio de la presencia de esos grupos
durante el Siglo I. Así leemos que desde el principio de la Edad de la Iglesia,
los discípulos "perseveraban
en la doctrina de los apóstoles... alabando a Dios y teniendo gracia con todo
el pueblo"
(Hechos 2:42-47). Leemos de la reunión conjunta de carácter internacional
para restaurar la unidad de la doctrina y testimonio amenazada por el legalismo
(Hechos 15:1-31). De Efeso leemos que el Apóstol les dio "todo el consejo de
Dios" (Hechos 20:27) previniendo a los Ancianos respecto de la futura
aparición de perturbadores y lobos rapaces (v.28-30). En 2°Juan 4, leemos: "Mucho me he gozado
porque he hallado que tus hijos andan en verdad, como nosotros hemos recibido
el mandamiento del Padre". En 3°Juan vs. 3 y 4, leemos: "Ciertamente me gocé mucho
cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, así como tú
andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan
en la verdad". De la
Iglesia en SMIRNA, sólo leemos aprobación del Señor (Ap.2:8-11). De FILADELFIA,
leemos del expreso reconocimiento del Principio en labios del mismo Señor
(Ap.3:8-11). Además, las Epístolas fueron escritas para la enseñanza y
preservación del Principio (Fil.1:27-30; Col. 4:12; 2°Tes.2:15-17) y de la
reprobación de los transgresores (Rom.16:17,18; 1°Co.11:19; Gál.1:6-9, 5:1-12;
Ef.5:11; Col.2:8; 2°Ts.2:6; 2°Ti.4:3-5;Tito 3:10,11; Stgo.4:4; 2°P.2:1-3;
2°Jn.9-11; 3°Jn.9-11; Jud.3,4,19). Y leemos que Evangelistas Misioneros fueron
puestos en Efeso y en Creta para que el Principio fuera preservado (1°Ti.1:3;
3:16; 2°Ti.2:1,2; Tito 1:5-11, 2:1,7-13 ).
El
correr de los Siglos
Los
registros y el veredicto de la Historia Eclesiástica, cuentan de los desvíos y
los esfuerzos por corregirlos que no siempre tuvieron éxito. Los llamados
"Concilios", que a veces transitaron la buena senda en la
desaprobación de los errores, lamentablemente en otras cayeron ellos mismos en
errores. Se fueron estableciendo escuelas y corrientes teológicas y
eclesiásticas en conflicto, que finalmente dieron origen a distintos Cuerpos y
Organizaciones. Para abreviar focalizaremos esas corrientes, mencionando
ciertos desarrollos a través de la Historia, de errores peculiares de las
Iglesias en Efeso, Pérgamo, Tiatira, Sardis, y Laodicea, y ciertos desarrollos
de virtudes encomiables en Efeso, Smirna y Filadelfia. (Algunos de los
conceptos siguientes, los tomamos del libro "Notas Sobre El
Apocalipsis" del Dr. H.A. Ironside; y de Notas De La Biblia Scofield, del
Dr. C.I. Scofield, de la edición original en Inglés).
Efeso
Efeso
significa "Deseable", lo que señala la prístina pureza y fidelidad de
la Iglesia primitiva. La pérdida del primer amor en Efeso (Ap.2:4), ha
desarrollado históricamente en el enfriamiento de la caridad de la mayoría
(comp. Mt.24:12); aún en muchos que, como Efeso, pueden ostentar fidelidad en
muchas áreas de doctrina ortodoxa y de reprobación de la heterodoxia.
Fundamentalista en su creencias, Efeso falló en la real manifestación del amor
primero y cayó. Lo triste es que a pesar de la amonestación del Señor, su
candelero, su Testimonio, finalmente fue quitado de su lugar. La lección nos
viene muy clara: "GUARDAR LA PALABRA" significa más que adhesión a un
credo y aún ciertas obras ortodoxas: se demuestra y vale en ojos del Señor,
tanto por la sana doctrina como por la manifestación del fruto del Espíritu
Santo en la vida y testimonio de los suyos. El amor al Señor y a Su Palabra, a
Su Persona y Obra, a Su Venida; el Amor de Dios derramado en el corazón por el
Espíritu Santo; el Amor fraternal entre el pueblo de Dios; y el amor a las
almas: son marcas que el Señor encarece, sin las cuales el Testimonio sería
hallado falto, pobre en autenticidad espiritual o –en extremos– aún carente de
ésta.
Smirna
(Ap.2:8-11)
Smirna
("Mirra") representa la Iglesia bajo persecución y martirio,
machacada cual la "mirra" para dar su suave olor. Durante dos Siglos,
las Iglesias sufrieron 10 edictos de persecución romana pagana, desde Nerón
hasta Dioclesiano, "sé fiel hasta la muerte", dice allí
el Señor. A tal precio llega el costo de guardar la palabra y no negar el
nombre; allí también se cumple "has guardado la palabra de
mi paciencia" (Ap.3:10). Santo ejemplo de mártires, de los cuales
el mundo no era digno (He.11:38), brotando del amor del corazón derramado en la
abundancia de testimonio y efusión de sangre generosa. Pero "la
sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia" (S. Agustín).
Pergamo
y Tiatira
Sus
errores se desarrollaron en el sistema eclesiástico del Romanismo; y los de SARDIS
y LAODICEA, en el Protestantismo formalista y apóstata con sus
"modernismos" y "ecumenismos". Veamos un poco en detalle
estos hechos: PERGAMO (Ap.2:12-17), significando "ENLACE"
y "ELEVACIÓN", simboliza la unión de la Iglesia y Estado en
sentido de poder político, lo cual ocurrió desde el año 312 con la así llamada
"conversión" del Emperador Constantino. Luego de la muerte de
Dioclesiano y Galerio, Constantino y Maxencio contendieron por el trono del
Imperio. Se dice que Constantino tuvo una visión de una cruz de fuego y que oyó
una voz que decía: "EN ESTE SIGNO VENCE". Entonces
llamó a Obispos Cristianos, aceptó la nueva doctrina y se declaró ser su
"patrón" señalado por Dios. Ganó la batalla contra Maxencio y
conquistó el trono. Uno de sus primeros actos fue libertar a los Cristianos y
cesar toda persecución. Concedió grandes honores a los obispos que se sentaron
sobre tronos con los nobles del Imperio. Tal cosa hizo que la verdad de la
venida del Señor fuera abandonada pues se creía que ya la Iglesia estaba
reinando. Así siguióse hasta la Reforma (Siglo XVI) en que la luz volvió a
brillar. Junto con Poder Político, derivó Poder Jerárquico "Los hechos y
la doctrina de los Nicolaítas" (de Nicolaos: "regidores de las
gentes"). El llamado "clero", viene de allí. Además, leemos de
la "doctrina de Balaam" (comp. Núm.25:1-9) que enseñó a poner
tropiezo: "fornicación", que, entendida espiritualmente, es la
mezcla de Iglesia y Mundo: Cristianismo y Paganismo. Vemos esto, aún más
declarado en "TIATIRA" (Ap.2:18-29), nombre difícil de
traducir, pues proviene de dos palabras: una significando "un
sacrificio" y la otra significando "continuamente", así que
sugiere "CONTINUO SACRIFICIO", una alusión muy notable
al llamado "sacrificio de la misa". Fue además en el Siglo VII que el
obispo de Roma fue reconocido como "vicario de Cristo" y "cabeza
visible de la Iglesia". Leemos además, que Jezabel (que significa
"intacta") es nombrada, y esto nos recuerda a la impía mujer del Rey
Achab que buscó la síntesis Judaísmo-Fenicia, una mezcla sincretista. Que todo
esto señala a Roma es obvio y hace actuales las palabras de A.J. GORDON:
"El Romanismo hizo de sus sacramentos una red para recoger naciones
enteras de un golpe y encerrarlas en la Iglesia; y el resultado de sus misiones
ha sido que al cristianizar a los paganos, ha vuelto pagano al
Cristianismo". (Del libro "El Espiritu Santo en las Misiones",
pag.26).
Y
en nada cambia la situación, el tan decantado "aggiornamento" del
ecumenismo Neo-Romanista surgido del Concilio Vaticano II, pues su
"acercamiento" a lo Bíblico es pura apariencia, ya que los
tradicionales "dogmas" y "sacramentos" no Bíblicos, quedan
confesados como intocables. Además, su "ecumenismo" tiene el
invariable signo de "vuelta a Roma"...
Sardis
Significa
un "Residuo" y representa a la incompleta Reforma del siglo XVI, así
leemos que el Señor "no halló sus obras perfectas delante de Dios"
(Ap.3:2). Tales obras imperfectas, juntamente con otros errores posteriores han
desarrollado en las distintas variantes de "modernismo" que han
minado las mismas bases de sus cuerpos denominacionales a través de aquellos
que tienen nombre que viven y están muertos (3:1) lo cual marcha
al lado de la falsa profesión de LAODICEA ("los derechos de
las gentes"), carente de la vida del Espíritu Santo (3:17). Además, esos
"modernismos" o apostasías doctrinales y éticas, han desarrollado
conceptos "ecuménicos" que por una parte marchan hacia Roma y por la
otra hacia el mundo, canalizados en corrientes de tipo
"neo-Universalistas" que hacen de actualidad estas otras expresiones
del ya citado A.J. GORDON:
"El
racionalismo, con su dicho de que la Iglesia es coextensiva con la raza humana,
ha repudiado prácticamente la Gran Comisión, sacando por conclusión lógica que
es tarea superflua procurar meter en el redil a los que no están realmente
fuera de él". (Obra citada, Pág.26) .
Y
nadie piense que exageramos, pues la filosofía sincretista y el
neouniversalismo han sido tan conspicuos dentro del conglomerado del Concilio
Mundial de Iglesias, que, en Marzo del año 1970, provocó la reacción de un ala
evangélica desde Frankfurt, Alemania, canalizada en una Declaración que
denuncia tales tendencias y se pronuncia por un Evangelismo Bíblico como la
Misión de la Iglesia. Lamentablemente, en la "Declaración Frankfurt"
no ha sido contemplada la obediencia a la doctrina Bíblica de la separación de
las apostasías, y sus redactores aún quedaron allí. Quiera el Señor que sus
ojos sean abiertos plenamente. Por nuestra parte, estamos estableciendo
contactos con los líderes de esa reacción, desde nuestra Oficina en los Estados
Unidos.
¿Y
qué de las virtudes de "Philadelphia"? (Ap.5:7-13). ¿No han de tener
ninguna proyección ni identidad reconocible en estos postreros tiempos?
La
respuesta es: SI! Porque escrito está que el Señor "no se dejó a sí mismo
sin testimonio" (Hechos 14:17 ). Y también está escrito: "Has dado a los que te
temen bandera que alcen por la verdad" (Salmo 60:4). Y además
"Juntadme
mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio" (Salmo 50:5 ). Veámoslo.
Quienes,
en qué tiempo y en qué forma representan "FILADELFIA";
y por cuáles causas testificarán?
Estas
preguntas requieren tratamiento en detalle.
a)
Quiénes, en qué tiempo de la Historia y en qué forma representan
"Philadelphia"
En
Ap.3:10, leemos: "Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo
(oikoumene), para probar a los que moran en la tierra (geo)".
Esta
escritura contiene una notable revelación, que debiera ser muy clara para
cuantos tienen la vista Dispensacional de la Palabra de Dios; y que expresamos
así:
"PHILADELPHIA", identifica a un número de
creyentes, quienes, por el carácter de la palabra que guardan "la
palabra de mi paciencia", y de la promesa que reciben por ello "te
libraré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo": necesariamente
incluye más que a los miembros renacidos de una sola Iglesia local.
Porque:
tanto la "palabra de mi paciencia" como la Promesa
"te libraré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el
mundo...", refieren directamente a la Venida del Señor para
arrebatar a SU Iglesia antes de la Tribulación.
Y
"SU IGLESIA", no se integra solamente con los renacidos
de una particular Iglesia local, sino con TODOS los renacidos a
través de la Historia de la Iglesia, junto con los miembros renacidos de TODAS
LAS IGLESIAS LOCALES que existan sobre la faz de la tierra, en el
preciso momento de Su Venida "por" ellos. (Véase Jn.14:1-3; 1°Co.15:23, 51; 58; 1°Ts.1:9,10, 4:13-18,
5:9; 2°Ts.2:1-12).
Tres
hechos se nos hacen ahora muy claros:
Primero. Si el
Señor prometió a aquella particular Iglesia en "FILADELFIA",
librarla de la Tribulación, luego, esa Iglesia deberá estar en alguna manera
presente sobre la tierra en el momento del cumplimiento de la Promesa.
Segundo. Ese
momento, lógicamente, acaecerá durante el tiempo previo a la Tribulación, o
sea, durante el tiempo previo al arrebatamiento de la Iglesia. Y si las
"señales de los tiempos" nos dicen que ésta es la época de la
Historia que marcha a ritmo acelerado hacia esos desenlaces, luego: este
es el tiempo en que "Filadelfia" debe estar presente sobre la tierra.
Tercero. Pero: ¿en
qué forma lo estará? Pues como esa "presencia" no puede
recaer sobre las mismas personas de aquella "Filadelfia" del Siglo I
las cuales están con el Señor, de necesidad se sigue que esa
"presencia" deberá asumir otra forma.- ¿Y CUAL FORMA? La única
respuesta lógica es: otros la representarán, otros renacidos, miembros de
todas las iglesias locales que darán el mismo Testimonio de aquella primera
"Filadelfia": guardar la Palabra, no negar el Nombre del Señor,
guardar la palabra de su paciencia. Y necesariamente, esa forma será la forma
de un Testimonio!
Considerada
desde esta luz, aquella primera "Filadelfia" histórica, adquiere el
carácter de un tipo, representativo y profético, de la aparición en estos
postreros días de Iglesias locales fieles en la fe, que, unidas en la comunión
del Espíritu, testificarán, sin parcializaciones ni omisiones, por
la Palabra y el Nombre del Señor, en el tiempo previo al arrebatamiento, frente
a las apóstatas "Sardis" y "Laodicea" que junto con
"Pérgamo y Tiatira" marchan irremisiblemente desarrollándose en la
Babilonia que sufrirá en la Gran Tribulación.
Como
lo dijera el Dr. C.I. SCOFIELD: "Filadelfia representa a
todos aquellos que dan un claro Testimonio de la Palabra y el Nombre, en un
tiempo descripto por Laodicea y que se caracteriza por la satisfacción propia
en aquella forma de profesión religiosa que no pasa de ser externa". (Nota
original sobre Ap.1:20, tomada de la Biblia Scofield Edición Inglesa Original y
Versión Castellana).
b)
Por cuáles causas testificarán?
Si
penetramos inductiva y subjetivamente la expresión del Señor: "has
guardado la palabra de mi paciencia", discerniremos que la
"paciencia" del Señor tiene vigencia en dos áreas: (1) en permitir
que Su Iglesia soporte las condiciones de un mundo hostil (Jn.16:33 ); y (2) en
la espera "por" Su Iglesia durante los siglos y experiencias
necesarios para su formación y completamiento hasta el día y hora determinados
por el Padre para que El la tome a Sí mismo, presentándosela gloriosa para Sí,
UNA Iglesia santa y sin mancha (Véase Ef.5:27; 1°Ts.3:10; 2° Ts.3:5; comp. He.
10:36,37 y Stgo.5:7,8; 2°P.3:4,9; Mt.24:36,42).
Esa
longánime tolerancia y paciente espera del Señor, así como la de los que son
del Señor, y que incluye la formación, completamiento y manifestación de la
Iglesia, abarca por lo tanto, la consumación de todo el "misterio de
Cristo" (Ef.3:1-12), para cuya develación y claro entendimiento concurre
todo el Cuerpo Bíblico Doctrinal, ya que el misterio de la Iglesia se remonta a
la elección en Cristo desde antes de la fundación del mundo (Ef.1) y se
extiende hasta las últimas cosas, (1°Co.15:23,24). Por lo tanto: tiene que ver
con hechos relacionados a la Teología, Cosmología, Angelología, Cosmogonía,
Antropología, Hamartiología, Soteriología, Evangelología, Pneumatología,
Eclesiología y Escatología; lo cual equivale a decir: "todo el
consejo de Dios", tal como nos ha sido dado por el Espíritu Santo en las
Santas Escrituras!
c)
Preguntémonos ahora: ¿Están dando ese Testimonio, las Organizaciones,
Convenciones, Comuniones y Concilios de Iglesias Fundamentalistas?
Lógicamente,
cabría suponer que todos los creyentes renacidos, los que se distinguen a sí
mismos como fundamentales en la fe, los que creen y guardan la Palabra de Dios,
que confiesan Su Nombre y aman y esperan Su Venida, debieran estar dando ese
Testimonio.
Pero
realmente, deploramos decir que no es así. Porque no todos los
que integran esa hueste de Cristianos fundamentales en la fe, han tomado
conciencia de estos hechos. Por ejemplo: algunos se hallan aún envueltos en
Iglesias , Denominaciones y Concilios modernistas-ecuménicos, sin la visión ni
el coraje para obedecer el mandamiento Bíblico de no juntarse en yugo con los
infieles (2°Co.6:14-18). Y muchos otros que por la gracia de Dios han sido
fieles en el testimonio de la Doctrina Bíblica de la separación de las
apostasías, son tristemente hallados faltos en el discernimiento y obediencia
de la Doctrina Bíblica de la Unidad Cristiana, por lo cual no están
representando genuinamente a "FILADELFIA".
Es
por esto último, que la mayoría de las Iglesias Fundamentalistas, que debieran
dar el Testimonio "Filadelfia" en integridad, se presentan en ojos
del Señor y de los hombres como un complejo eclesiástico de Iglesias
"Denominacionalistas" e Iglesias "No-Denominacionalistas" o
Independientes, que están a la vez, unidas y desunidas entre sí.
Unidas en el Espíritu y en su fe en las doctrinas así llamadas
"Fundamentales", pero desunidas y aún divididas por sus discrepancias
en muchas Doctrinas y Prácticas Bíblicas.
En
efecto: el Fundamentalismo, ese santo movimiento levantado desde principios de
Siglo como reacción ante el "modernismo" y su posterior derivado el
"ecumenismo", se ha desarrollado en corrientes de interpretación
teológica y comuniones y concilios eclesiásticos, que han omitido reconocer el
hecho que: "guardar la Palabra" no puede verse cumplido
enfatizando solamente los así llamados "FUNDAMENTALES DE LA FE",
porque tal cosa, explícita o implícita pero irremisiblemente, minimiza, divide
y omite partes, del "Consejo de Dios".
Como
lo dijéramos en la Convención de Iglesias Fundamentales en Lymerlk, Penna,
U.S.A., las presentes condiciones históricas de la Iglesia, requieren que el
Testimonio "Philadelphia" sea dado en plenitud y no parcializado o
restringido a un número predeterminado de doctrinas sí y doctrinas no. Tal
hecho, además de no cumplir el Principio de "guarda mi Palabra",
incurre en las siguientes defecciones:
1.
Afecta la Autoridad de las Sagradas Escrituras, porque las mismas
Denominaciones Fundamentales que unánimemente la confiesan, mantienen al mismo
tiempo sus interdiscrepancias en doctrinas y prácticas que cada grupo proclama
como "Bíblicas" lo cual, implícitamente, declara "NO
BÍBLICAS" a las de los otros.
2.
Afecta la Doctrina Bíblica de la Iglesia, porque el espíritu
"Denominacionalista" se opone al hecho de que la Iglesia del Nuevo
Testamento es No-Denominacional.
3.
Afecta la Doctrina Bíblica de la Unidad Cristiana, porque los mismos
renacidos, que poseen y proclaman la Unidad del Espíritu, se contentan en
quedar reconocidos con ello y en cuanto a la Unidad en la Palabra, se limitan a
los llamados "Fundamentales" sin ninguna otra preocupación por
completar su Unidad en las demás doctrinas y prácticas Bíblicas. Tal actitud,
invalida la lección que nos es dada en Hechos 15:1-31.
4.
Afecta la Testimonio Cristiano, pues la Predicación, la Enseñanza y aún
la Esperanza de la Iglesia, son dispares al estar las doctrinas y prácticas de
un grupo en conflicto con las de otros grupos. Y esto es causa de escándalo
ante los incrédulos.
Hermanos:
es axiomático que si alguna Doctrina Bíblica es afectada, el Cuerpo entero de
Doctrinas Bíblicas lo es, dada la Unidad interdoctrinas de la Palabra de Dios,
una de las pruebas de su Inspiración. Recordemos, por analogía, la expresión
Paulina: "...si
un miembro padece, todos los miembros a una se duelen..." (1°Co.12:26).
Parcializar
u omitir doctrinas, parcializa proporcionalmente al Testimonio. Por lo tanto, o
se corrige tal cosa, o caso contrario los mismos que debieran dar el Testimonio
peculiar y propio de la Iglesia en "Filadelfia", harán que ésta sea
hallada falta como Sardis con sus "obras no perfectas delante de
Dios" y por ende, careciendo de genuina identificación en sentido Bíblico.
Dar tan sólo una parte, como si fuera el todo del Testimonio de la Palabra,
haciendo tal cosa "en el Nombre del Señor", es obviamente
contradictorio, antitético.
Reiteramos: "guardar
la Palabra " y "no negar el Nombre del Señor",
exigen que el Testimonio debe ser dado no sólo "EN PARTE" o
"POR UNA PARTE" y ni aún "POR LA MAYOR PARTE",
sino por "TODO EL CONSEJO DE DIOS". La declaración de
Pablo, que dejó a los ancianos de Efeso sin excusa, fue "no he rehuido de
anunciaros todo el consejo de Dios" (Hechos 20:27).
Y
producido el Nuevo Testamento y completado con ello el canon de las Escrituras,
testificar por "todo el Consejo de Dios" significa para
nosotros, dar claro testimonio por todo el contenido doctrinal de la
Palabra de Dios!
Confirmémoslo
aún, examinando otro texto, que aporta evidencia colateral a esa aseveración.
En Ap.22:16, leemos: "Yo Jesús, he enviado mi ángel para dar testimonio de estas cosas
en las iglesias".
En
este solo versículo, la Palabra del Señor no da los cinco elementos
constitutivos de un Testimonio Bíblico completo. Estos son:
1.
LA INICIATIVA DE LA ACCION;
2.
EL INSTRUMENTO DEL SEÑOR;
3.
LA ACCION MISMA;
4.
EL CARÁCTER O CONTENIDO DE LA ACCION; Y
5.
LOS DESTINATARIOS.
Examinémoslos
brevemente.
1. La
iniciativa de la Acción es del Señor mismo: "Yo Jesús he enviado".
Esta
es la única vez en el libro de Apocalipsis en que el Señor se llama a Sí Mismo
con Su Nombre "Jesús", lo cual es sintomático. Jesús,
como es sabido, deriva del Hebreo "Jehoshua" o de su
forma abreviada "Joshua", en castellano "Josué"
(He.4:8) y significa (la) Salvación de Jehová o Jehová (el) Salvador.
O sea, es el nombre asociado con el Señor en orden a "salvar a su
pueblo de sus pecados" (Mt.1:21). Tiene, pues, especial referencia
a la encarnación así como a su humillación y obediencia hasta la muerte
(Fil.2:8); y tal entendimiento nos sugiere que el Testimonio debe glorificar a
Jesucristo y a Su Obra. También leemos "he enviado",
del griego "Pempo" (enviar), que es una palabra muy
singular en el original, pues indica que el Enviador acompaña al enviado (comp.
Luc.7:6: "Y Jesús fue con ellos").
2. El
Instrumento, es llamado "mi ángel", del griego "angelos",
significando "un mensajero". Y así como Juan en el
ángel o mensajero por el cual el Señor nos ha dado el libro de Apocalipsis a
nosotros, luego por implicación, todo aquel que recibe una carga del Espíritu
Santo para dar un testimonio del Señor, es también "Su" Angel o
mensajero
3. "Para
dar testimonio", leemos seguidamente. Aquí se define la Acción
misma, como la Acción de testificar, o dar testimonio.
Esto es obvio.
4. "De
estas cosas", dice el Señor luego, lo que nos da el carácter y
contenido del Testimonio. Y tal expresión en ningún sentido es limitativa a
ciertas cosas sí y ciertas otras cosas no, sino que incluye todas las
cosas, en este caso particular, del Apocalipsis. Y surge espontánea la
compresión de que si la expresión "estas cosas" en
relación con el libro de Apocalipsis abarca todo el contenido del
libro: luego, la expresión "todo el consejo de Dios"
abarca todo el contenido doctrinal de las Santas Escrituras.
5.
Finalmente leemos: "en las iglesias". Esto nos da los destinatarios
específicos, explícitamente definidos sin otra distinción que esta: "las
iglesias". Con ello, el Señor define el Testimonio como no-denominacional
y señala que su difusión no puede estar limitada a ninguna jurisdicción.
Concurre a confirmarlo, la repetida expresión que hallamos en Ap. 2 versos 7,
11, 17 y 28 y Ap. 3 versos 6, 13 y 22, que leen: "el que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias", lo cual indica que
aunque las cartas del Señor estaban dirigidas a Iglesias locales definidas, sin
embargo, el mensaje dirigido a una debe ser conocido por las otras, o sea: el
Testimonio debe ser difundido inter-iglesias.
Además,
dado el hecho de que han quedado perpetuadas en las Santas Escrituras,
inferimos que su difusión y conocimiento no reconoce limitación alguna y tiene
alcance mundial!
Que
todo esto plantea la urgente necesidad de que el TESTIMONIO
"PHILADELPHIA" (AMOR FRATERNAL), pleno y claro, sea dado, nos
es ya por demás evidente. Pero veamos aún más, de lo estatuido por la Palabra
de Dios.
II.
Nombre del Testimonio; propósitos y método para lograrlos
El
Nombre
Obviamente el Nombre de "PHILADELPHIA",
esa palabra griega que significa "Amor Hermanable" o "Amor
Fraternal".
A
la razón de identificación de la necesaria presencia, que ya hemos discernido,
se une ahora esta otra: la del significado y sentido definitorio de esa
palabra:
"Amor
Hermanable", "Amor Fraternal", nos
indica que la acción testificante, no tiene motivaciones bastardas, ni
presuntuosas, ni de orgullo carnal o espiritual. Emana, satúrase y actúa en,
con y por "Amor Fraternal", que es una de las preciosas
manifestaciones del "Amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos es dado" (Ro.5:5; Gal.5:22). El "Amor
Fraternal" es la manifestación de carácter familiar del Amor de
Dios; es Su Amor vertiéndose en el seno de la Hermandad, que proviene de la
Paternidad de Dios sobre la Hermandad de Cristo y que de El derivó. Hermandad
que El Señor mismo, por Su Espíritu que estaba en los profetas (1°P.1:11,12)
luego de prenunciar los padecimientos de la Cruz por los cuales llegaría a esa
Hermandad (Salmo 21:1-21), brotó de su Victoria y profetizó: "anunciaré a mis
hermanos tu nombre; en medio de la congregación te alabaré"
(Sal.22:22). Hermandad que brotó espontánea de su corazón
resucitado cuando dijo a la Magdalena: "...ve a mis hermanos y
diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre: a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn. 20:17,18).
Amor
que proviene de la Eterna Fuente (Jer.31:3), que se acrisola en el sacrificio
vicario sobre la Cruz para descender luego en las lenguas ígneas del
Pentecostés (Hechos 2) vertiéndose y ardiendo en los corazones de los santos,
quienes son exhortados a mostrarlo (2°P.1:5-7) no esporádica sino
permanentemente como está escrito: "permanezca el amor fraternal"
(He.13:1); amor que debe saturar toda nuestra vida y conducta (1°Co.16:14 ).
Propósitos
y Método para llegar a la Meta.
En
el nombre "PHILADELPHIA" (AMOR FRATERNAL), se hallan
igualmente contenidos los Propósitos del Testimonio, el derrotero a seguir y el
Método para alcanzar el blanco.
a)
Propósitos.
El
amor, para ser consecuente consigo mismo, debe cumplir su vocación santa de ser
"el vínculo de la perfección", como leemos en Col.3:14.
Por
tal razón, jamás podrá ser "el vínculo de la perfección"
adscripto a función ni yugo alguno que lo trasmutara en "el vínculo
de la imperfección". Es decir, que, focalizada la virtud y acción
del Amor en orden a la Unidad Cristiana en el seno de la Hermandad, ese Amor no
podrá ser jamás, vínculo de unidad y desunidad a la vez. Tal cosa negaría su
propia naturaleza, haría desaparecer su auténtica vocación y perder su íntima
genuinidad.
El Amor, para ser consecuente consigo mismo, moverá a
buscar y hallar la fórmula Bíblica para rectificar el error, pues no puede
servir de vínculo ni cobertura entre verdad y error: no puede por lo tanto
contentarse si es invocado para pretexto de preservación de discrepancias,
causas de las divisiones entre los hijos de Dios. Y no nos equivoquemos: la
"ferviente caridad que cubrirá multitud de pecados (1°P.4:8), no tiene
referencia alguna con el amparo del error ni de la injusticia, pues escrito
está : "la
caridad...no se huelga de la injusticia mas se huelga de la verdad"
(1°Co.13:6). La frase Petrina, refiere legítimamente a sobrellevarnos
los unos a los otros (Efesios 4:2) mientras andamos el camino que procura la
corrección de los males que traen dolor y división al Cuerpo de Cristo. El Amor
Fraternal, que sobrellevará al hermano, no se satisfará con no ayudarle a
esclarecer su conciencia, si cree que su hermano mora en error; así como no se
satisfará en no socorrerle si puede compartir con él un pedazo de pan, abrigo o
consuelo (Ver 1°Jn.3:17), pues está escrito: "hijitos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de obra y en verdad" (1°Jn.3:18; comp. Stgo.2:15,16)
CONCRETANDO
ESTE PUNTO: El Amor, como "vínculo de la perfección",
actuando en orden a la Unidad Cristiana en el seno de la Hermandad, se moverá
en los corazones de los renacidos que no se lo impiden, para guiarlos a
promover entre hermanos toda la Unidad que muestre a "PHILADELPHIA"
en el pleno despliegue de Su Testimonio. Los Propósitos de "PHILADELPHIA",
se condensan y manifiestan, en un Movimiento desde adentro, un movimiento de
Amor, que testificará y promoverá la Unidad de la Hermandad en todo lo
que la Palabra de Dios establece en doctrina y práctica y testimonio, para el
Pueblo de Dios. Sólo así habrá sobre la faz de la tierra, en estos postreros
días, una representación digna de aquella primera "PHILADELPHIA"
a la que fue dada Promesa directa, en virtud del reconocimiento directo de un
Testimonio sin componendas ni reproche, por la Palabra y el Nombre del Señor.
b)
Método para alcanzar la Meta.
El
Método se relaciona directamente a los Propósitos.
Propósitos
de Amor, requieren Método de Amor. Propósitos de "guardar la Palabra"
requieren Métodos conforme a la Palabra.
En
Fil.2:2, leemos:
"Que sintáis lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una
misma cosa".
Sentir
lo mismo, tener el mismo amor, unánimes, no tiene lugar para perpetuación de
discrepancias ni desunidad ni división. "Sentir lo mismo" no es
"concordar en quedar sin concordar". Significa un sentir que
desechará tal irracionalidad y promoverá la decisión de concordar en la
necesidad de concordar y promoverá un fraternal dialogo fraterno,
entre renacidos apartados de las apostasías, en el cual la respetuosa
confrontación de las discrepancias será llevada al plano espiritual de la
Oración y el Estudio Bíblico conjunto; oración y estudio bíblico, que
reclamarán perentoriamente su parte vital en el método.
Esto
se fundamenta en el claro entendimiento de que, tanto la Unidad Cristiana
Esencial o Unidad del Espíritu, como el Amor, la Oración y la Palabra de Dios o
Santas Escrituras, son todas producto de una misma fuente:
El Espíritu Santo.
En
efecto:
1.
La Unidad Cristiana Esencial, siendo Unidad del
Espíritu, obviamente proviene del Espíritu Santo.
"Porque por un Espíritu somos todos
bautizados en un cuerpo, ora Judíos o Griegos, ora siervos o libres y todos
hemos bebido de un mismo Espíritu" (1°Co.
12:13).
2. El
Espíritu Santo es la fuente del Amor.
"Porque el Amor de Dios está
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado" (Rom.5:5
).
"El fruto del Espíritu es: caridad".
(Gal.5:22ª ).
3.
El Espíritu es "espíritu
de oración".
"Y derramaré sobre la casa de David y los
moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración" (Zac.12:10 ).
"...el mismo Espíritu pide por nosotros con
gemidos indecibles". (Ro.8:26).
"Orando en todo tiempo con toda deprecación y
súplica en el Espíritu..." (Ef.6:18).
4. El
Espíritu ha inspirado las Santas Escrituras.
"Toda Escritura es Inspirada divinamente
..." (2°Tim.3:16,17)
"Los santos hombres de Dios hablaron siendo
Inspirados del Espíritu Santo" (2°P.1:21b).
Por
lo tanto: en el corazón de los renacidos, en los cuales mora el mismo Espíritu
que da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios" (Ro.8:16),
esa fuente, manará las aguas que le son propias. Los "ríos
de agua viva" del Espíritu Santo (Jn.7:38,39), no
pueden echar por una misma abertura "agua dulce y amarga a la vez"
(Sgo.3:11,12). De modo que cuando el Espíritu Santo se mueva, lo hará con y en
Sus Virtudes, Capacidades y Realizaciones: Unidad, Amor, Oración, Santas
Escrituras: allí está determinado el método del Espíritu, el método bíblico que
aplicado sin cortapisas ni vacilaciones, conducirá a la meta del Testimonio.
·
"Solícitos a guardar la unidad del Espíritu" (Ef.4:2).
·
"La caridad se huelga de la verdad" (1°Co.13:6).
·
"Amad verdad y paz" (Zac.8:19).
·
"Siguiendo la verdad en amor" (Ef.4:15).
·
"Orando por el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios,
esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna"
(Jud.20,21).
En
cuantos more el Espíritu de Unidad, Amor, Oración y Verdad; y posean una
conciencia de lo que ello significa, habrá el mismo sentir. En los renacidos,
ha llegado la hora de una mayor comprensión de que "la Iglesia del
Dios vivo", es "columna y apoyo de la verdad"
(1°Tim.3:15). Por lo mismo, la iglesia no podrá contentarse con
ser: "columna y apoyo de contradictorias confesiones credales
interdenominacionales". "La iglesia columna y apoyo de la
Verdad", sólo podrá serlo de la Palabra de Verdad (Jn.17:17), que
son, las Sagradas Escrituras, que son Santas porque son
Inspiradas, Inmutables, Infalibles.
La Iglesia debe testificar por "todo el consejo de Dios", si
ha de ser lo que debe ser: Columna y apoyo de la Verdad. Toda
Iglesia local que comprenda la necesidad de definir su posición en esta hora de
confusión, si llega al entendimiento de que forma parte de la representación de
"Philadelphia", testificará, como todas sus hermanas de
idéntica convicción, por todo el Consejo de Dios.
Se
identificará a la compañía de creyentes que integran EL TESTIMONIO
"PHILADELPHIA", y ello no será una "presunción
detestable" como alguien sin otro entendimiento más profundo dijo alguna
vez. Será obligada necesidad que cumplirá la proyección profética de aquella
primera "PHILADELPHIA" y que necesariamente debe
aparecer sobre la tierra con un testimonio claro a la Palabra y el Nombre del
Señor, y a la Palabra de Su Paciencia, según lo establecido en Ap.3:10, en las
vísperas del Arrebatamiento, antes de la Tribulación!
III.
El Espíritu Santo ha despertado y puesto en marcha al Testimonio
"Philadelphia"
"Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo
pacto con sacrificio" (Salmo 50:5)
En
enero de 1966, el Espíritu, que "sopla donde quiere", sopló en la
Escuela Bíblica de Teología "ALERTA" de la ciudad de
Buenos Aires, Argentina. Guió a la realización de una Conferencia Profética
entre los obreros Cristianos Fundamentalistas del Río de la Plata. Muchos
invitados, pocos asistentes: un grupo de pastores y misioneros de la Comunión "ADELPHIA"
de Argentina, de la Comunión "ADELPHOS" de
Uruguay y de otras pocas Iglesias, todas Independientes y Fundamentales en la
Fe. Durante 4 días, fueron analizados el panorama eclesiástico contemporáneo
con sus corrientes teológicas, Concilios y movimientos espirituales, a la luz
de la Palabra de Dios. Entregados al estudio Bíblico y a la oración, meditamos
también sobre las señales de los tiempos y la inminencia del arrebatamiento
pretribulacionista de la Iglesia que el Señor ganó con Su Sangre. y entonces
vino la carga del Espíritu Santo sobre nuestros corazones,
constriñéndonos a "levantar Bandera por la Verdad"
(Sal.60:4) y a redactar la "Declaración <<Philadelphia>>
(Amor Fraternal)", que luego fue presentada en la ciudad de Buenos
Aires, el 17 de agosto de l966; en la ciudad de Montevideo el 3 de setiembre de
1966 y en la ciudad de Filadelfia, EE.UU., el 15 de noviembre de l966. Desde
entonces, su mensaje ha llegado a distintos países de los cinco Continentes y
sigue alcanzando a hermanos de todas las latitudes en su marcha sacrificada y
triunfal. Hermanos en Suiza, Suecia, Inglaterra, Nueva Zelandia, Nigeria,
Korea, Japón, India, España, Alemania, Austria, además de Argentina, Uruguay,
Estados Unidos y Canadá saben ya de este Movimiento santo.
Algunos
han temido e inquirido si esto no es el germen de una nueva
"Denominación". La respuesta en NO, pues una "Denominación"
en sentido clásico y corriente, es una Organización eclesiástica, mientras que "Philadelphia"
no es una Organización: es un Testimonio representativo de
carácter profético, como lo hemos visto.
Su
Lema es:
"¡Al Señor, del todo! ¡A
la Biblia en todo!
¡Al Señor, en plena sumisión! ¡A
la Biblia en pleno acatamiento!"
Sus
Propósitos:
Testificar por la Palabra de Dios sin parcializaciones
ni compromisos; promover la conciencia de la Unidad Cristiana de conformidad
con la Palabra de Dios, no sólo reconociendo la Unidad del Espíritu que nos ha
dado el Señor, sino la Unidad en doctrina y prácticas Bíblicas que requieren la
oración y el Estudio Bíblico para eliminación de discrepancias entre los
renacidos. Así como hemos discernido la doctrina Bíblica de la separación de
las apostasías, debemos discernir la doctrina Bíblica de la Unidad.
Somos llamados a Guardar la Palabra, No Negar el
Nombre del Señor, y Guardar la Palabra de Su Paciencia, velando, amando y
esperando Su Venida, preparándonos para ella. Somos llamados a urgir la
evangelización de las almas; y nuestra santificación y fidelidad. Somos
llamados a manifestar el amor de Dios y el amor fraternal en tiempos de grave
enfriamiento de la caridad de la mayoría. Somos llamados a testificar
juntamente con todos los fieles que integran el Testimonio representativo de
aquella "Filadelfia" del siglo I. No somos nosotros solos el todo de
ese Testimonio: Nosotros pertenecemos a ese Testimonio, juntamente con los
fieles en todo el mundo que levantan la misma bandera por la Palabra y el
Nombre del Señor, en el presente día de pleno desarrollo y formación de
Laodicea. El hecho de que hayamos levantado una Declaración para testificarlo,
usando ese nombre distintivo, lo ha sido para identificarnos e identificar a
nuestros hermanos en el mundo entero que tienen ese íntimo sentir y convicción,
honrando la Palabra que dice: "juntadme mis santos, los que hicieron conmigo
pacto con sacrificio"(Sal.50:5).
Es
decir, que todos los que en alguna manera hemos pagado y seguimos pagando el
precio de la VERDAD, conforme está escrito "compra la verdad y no la vendas"
(Prov.23:23 ), "Saliendo fuera". como dice la Palabra,
apartándonos de apostasías modernistas-ecuménicas sin medir el costo, para
llevar el vituperio de Cristo, debemos reconocernos, tanto como hermanos en
Cristo, nacidos del Espíritu y como hermanos en Cristo que debemos consumar
nuestra unidad en la fe, doctrinas, prácticas y testimonio, a la luz de la
Palabra de Dios, en amor fraternal, en sumisión al Señor, orando los unos por
los otros y abriendo juntos la bendita Palabra de Dios. Como lo dijo el Señor
en Su Oración por nosotros: "para que todos sean una cosa como tú, oh Padre en mí y yo en ti
que también ellos sean en nosotros una cosa... consumadamente una misma cosa"
(Juan 17).
Hermanos: Estamos
en las vísperas del arrebatamiento de la Iglesia y por ende en las vísperas de
la aparición del Señor para llevarnos de "oikoumene", de esta
tierra habitada. Y en las vísperas de la aparición del Gran Anticristo de la
Historia y de la Tribulación a la cual entrarán cuantos seres humanos no
renacidos integran este mundo y las profesantes organizaciones eclesiásticas
representativas de Pérgamo, Tiatira, Sardis, y Laodicea.
Este
es el tiempo para que cuantos integran la hueste de renacidos que representan
aquella "Filadelfia" del siglo I, demos juntos el Testimonio que esa
representación exige. Bajo esta convicción del Espíritu Santo, confesamos
humilde pero firmemente: EL TIEMPO HA LLEGADO y aquí, desde las márgenes del
anchuroso Plata, que como un símbolo, al verter sus aguas en el Océano toma
contacto con ondas de alcance mundial, ha comenzado a oirse la voz del
Testimonio, el Testimonio "Amor Fraternal", el Testimonio
"Filadelfia". Cuantos hermanos en el mundo lo integran, hemos de
buscarnos, reconocernos y darlo juntos, para la única gloria de Aquel que
pronto vendrá por su pueblo! Honremos Su Mandato: ¡Guarda mi
Palabra, no niegues mi Nombre, guarda la Palabra de mi Paciencia! Y gocémonos
en la esperanza de su promesa: "te libraré de la hora de la tentación
que ha de venir en todo el mundo para probar a los que moran en la tierra"
¡Y que la llama arda y la Bandera flamee a impulsos del fuego y el soplo del
Espíritu Santo! ¡Así sea, Amén! ▄